
Marcelinho ha sido sin lugar a dudas el jugador de la final. Ha dado un salto mental impresionante y su madurez en la conducción ha sido sencillamente magistral.
San Emeterio ha culminado una extraordinaria temporada con la última y el tiro libre final que daba la victoria a su equipo. Su recorrido a lo largo de este año ha sido para enmarcar, partiendo de no tener la confianza de su entrenador, a culminarla siendo uno de los jugadores clave. Su trayectoria, admirable.
El Baskonia había entrado con un presupuesto menor en esta temporada, con un presidente implicado en batallas institucionales de gran calado tanto en ACB como en Euroliga, pero como siempre ocurre con Josean Querejeta, eso no le ha distraído de su función principal, que es tener un gran equipo, no importa las bajas que haya, con idea de seguir vendiendo a la NBA. Además, nadie ojea como el Baskonia. Los fichajes de este año han tardado en rendir, pero ahí están los resultados. Partiendo del favoritismo inicial que sus presupuestos les otorgaban, Real Madrid y F.C. Barcelona parecían estar a otro nivel, pero no era real. La verdad es que con más dificultades que de ordinario, el Baskonia ha logrado otra gran plantilla y ha ganado el título eliminando sucesivamente a Estudiantes, Madrid y Barcelona.
Tres títulos ACB, seis títulos de Copa, nueve en total en 15 años, hablan de una gestión excepcional.
Enhorabuena al campeón que con su triunfo ha elevado la credibilidad de la ACB, que ostenta al Campeón de Liga y al actual Campeón de Europa.
Tomado del blog 13T.
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