La 107ª edición de la ronda italiana reincidía en su carácter patrio con un recorrido enteramente por territorio italiano con salida de Venaria Reale, localidad cercana a Turín y repitiendo llegada a Roma.
Disputada entre el 4 y el 26 de mayo tras 3.317,2 km de recorrido divididos entre las 21 etapas asignadas a las grandes vueltas, distribuidas de la siguiente manera: dos contrarreloj (etapas 7ª y 14ª) con seis etapas llanas, siete quebradas y seis etapas montañosas con cuatro finales en alto, que le venían al pelo a Tadej Pogacar para su lucimiento personal, encabezando la lista de favoritos comandando al UEA. En un escalón inferior Geraint Thomas y Thymen Arensman al mando del potente Ineos y Daniel Felipe Martínez como jefe de filas de Bora. Menos posibilidades para el australiano Ben O'Connor al mando del Decathlon, el checo Jan Hirt capitaneando al Soudal o el francés, Roman Bardet jefe de filas del DSM.
Con ausencias tan notables como Remco Evenepoel, Primoz Roglic o los lesionados Jonas Vingegaard o Wout van Aert, el aliciente en la general, estribaba por tanto en conocer al segundo clasificado.
Con ese gran hándicap tomaban la salida 176 ciclistas, englobados en los 22 equipos participantes, uniéndose a los 18 World, los 4 invitados Pro Team (los italianos Bardiani CSF y Polti Kometa, el suizo Tudor y el Israel).
La representación española era de tan solo cinco ciclistas (la más pobre desde 1986, con una sola presencia, y empeorando los siete ciclistas de la edición anterior) y en el que repetía Torres. Eran los Movistar (Pelayo Sánchez y Albert Torres), Rubén Fernández (Cofidis), Francisco Muñoz (Polti) y Juanpe López (Treck).
PRIMERA SEMANA.
La primera etapa se disputaba el sábado 4, con 140 km de recorrido quebrado entre Venaria y Turín. Los 176 corredores salían del Palacio Real para enfrentarse al paso Berzano di San Pietro (4ªC y 3 km al 4,9%), a Superga (3ªC y 8 km al 4,3%), a la Colle Maddalena (3ªC y 7,1 km al 6,6%) y al último escollo de San Vito. Eran seis ciclistas los que configuraban la primera escapada con L. Barre y A. Pietrobon, L. Calmejane, N. Debeaumarche, F. Fiorelli y A Ghebreigzabhier. Tras superar los 2' de ventaja y subiendo Superga, el grupo se deshacía tras varios ataques, quedando por delante Ghebreigzabhier y Calmejane que superaban los 3' sobre el pelotón. Con la diferencia mermando, el corredor africano volvía a atacar y coronaba solo en el primer paso por San Vito. Luego; Calmejane le cazaba de nuevo para pasar por delante en el primero de los pasos por meta. Ya subiendo la Maddalena y a 22 km de meta, tomaba las riendas del pelotón el UAE en busca de la primera victoria de Pogacar. Calmejane aguantaba coronando por delante pero cedía a 10 km de meta, con Pogacar sin decidirse a arrancar. Quedaba en cabeza un grupo de ocho corredores con 30" sobre un pelotón sin esforzarse en la caza, con Pogacar al mando. Del grupo cabecero atacaba Conci, que coronaba San Vito, (repecho de 1.400 m al 9,8 % a 3 km de meta), por segunda vez, antes de que llegara el ataque de Pogacar, y que con tres durísimos acelerones, acabase con sus ilusiones. El ciclista esloveno se llevaba a rueda al ecuatoriano J. Narváez, que se soldaba a su rueda en los tres intentos, sin ceder en ninguno de ellos, y después le remontaba en un sprint final en el que M. Schachmann, llegando muy fuerte por detrás, se colaba entre medias de los dos.
En la general, Narváez es líder, con 3" sobre Schachmann, y 6" sobre Pogacar. El top ten lo completaban 4º el francés A. Baudin ya a 16" 5º D. Caruso, 6º N. Conci, 7º Q. Hermans, 8º M. Vansevenant, 9º A. Tiberi, 10º A. Valter siendo 11º G. Thomas a 20". El mejor español era JP. López, 23º a 30".
La segunda, entre San Francesco al Campo y el Santuario de Oropa, era una etapa de 161 km, con una primera parte llana y un segunda montañosa con dos subidas puntuables antes de la ascensión final al santuario. Con una fuga inicial de 5 corredores, con F. Fiorelli, M. Marcellusi, Ch. Scaroni, D. Bais y M. Piccolo entre ellos y que conseguirían una máxima diferencia de 4'. En la primera de las subidas, Oasi Zegna (3ªC y 5,5 km al 5,2%) se marchaba en solitario Piccolo, coronando primero con 1' sobre sus compañeros, para hacerlo también en la segunda, Nelva (3ªC con 5 km al 5,5%) con 1'10 sobre los tres que aguantaban por detrás y 1'40 sobre el pelotón. En el inicio a la última ascensión a Oropa (1ªC 11,8 km al 6,2%) su ventaja había descendido a 1'30 sobre un pelotón del que tiraba Ineos, mientras por detrás Pogacar, pinchado, se caía. Rápidamente se reincorporaba y a 10 de meta ya estaba en las primeras posiciones. A 6,5 de la cima Piccolo, sin posibilidades de llegar era atrapado y poco después, a 4,5 km de la cima, llegaba el ataque de Pogacar al que lograba responder O´Connor en un principio, pero que finalmente cedía. Impresionante la subida del esloveno, que homenajeando a Pantani, se presentaba en solitario en meta con 26" de ventaja sobre el grupo perseguidor que encabezaba F. Martínez con G. Thomas a continuación, completando el podio. El líder Narváez entraba descolgado a 2'03, perdiendo el liderato. Cambios en la general que pasa a liderar T. Pogacar con 45" sobre G. Thomas y F. Martínez y 54" sobre C. Uijtdebroeks y E. Rubio, L. Fortunato 6º a 1'05 y el mejor español JP. López, 7º puesto, a 1'09, completando el top ten J. Hirt, E. Chaves y B. O´Connor.
Con la tercera etapa, el lunes, llegaba la primera llana, de 166 km entre Novara y Fossano, con una primera mitad llana total, y un único ascenso a Lu (4ªC y 3,4 Km al 3,8%), donde coronaba el francés L. Calmejane, quien marchaba fugado con el italiano A. Ballerini. El italiano quedaba en solitario para afrontar la segunda parte del recorrido, de perfil ascendente, aunque sin dificultades. Por detrás saltaba un grupo de 25 hombres con los principales sprinters. Ninguno peligroso en la general, la persecución del pelotón no era extrema. No obstante, a 45 km de meta se recomponía de nuevo el gran pelotón. Entonces el ritmo aumentaba, en busca de la meta de Fossano, donde estaba empezando a llover. Con el Alpecin de Groves, el Lidl de Milan y el Soudal de Merlier queriendo gobernar en cabeza, no resultaba fácil el control. Y a 3 km de meta con el pelotón estirado, era el propio Pogacar, aprovechando la subida de acceso a Fossano, quién salía a por un atrevido Honoré, quien acaba de saltar, abriendo un puñado de segundos junto a Thomas, que se sumaba a la fiesta. Tras un relevo con el británico, Pogacar forzando la máquina se marchaba decidido en solitario a por la etapa, llegando hasta 100 metros de meta cuando era adelantado por el enjambre de sprinters, con T. Merlier ganando la etapa por delante de J. Milan y B. Girmay, sin suponer cambios en la general.
En la cuarta, prácticamente llana, la jornada partía de Acqui Terme y finalizaba en Andora tras recorrer 190 km y ascender el Colle del Melogno (3ªC. con 7,5 Km al 4,8%), a mitad de recorrido. Con la carretera mojada, peligrosa y por lo tanto con caídas, como la que afectó a F. Gaviria y a B. Girmay (el colombiano podía retomar la ruta, el eritreo, en cambio sufría una segunda caída y se retiraba), era una de las apuestas para los sprinters. Comenzaba con una escapada efímera de F. Ganna que se dejaba atrapar enseguida. En la siguiente con presencia española, Fran Muñoz se aliaba con el francés M. Calmejane y el sudafricano S. De Bod en busca del imposible. Llegando a tener 6' en la base del puerto, pero perdiendo fuerza en la posterior zona llana. A 76 km de meta Calmejane esperaba al pelotón, que rodaba a 3'. Por delante Muñoz y De Bod siguieron desafiando a la lógica bajo una intensa lluvia. La resistencia de los dos fugados, estabilizada durante muchos kilómetros, se resentía en la subida al Capo Melle, a 5 km de la línea y en cuya base atacaba con fuerza F. Ganna, lo que obligaba a los equipos de los esprinters a esforzarse por abortar los 5" de separación y era el Lidl-Trek el que cumplía el objetivo a tan solo 500 m de la línea. Allí aparecía poderoso, J. Milan, delante de su gente para imponerse por segunda vez en el Giro esta vez por delante de K. Groves y P. Bauhaus, dando tiempo al pelotón. En la clasificación general, no se producían cambios.
La quinta etapa, de 178 km, transcurría entre Genova y Lucca. Recorrido engañoso hasta mitad de recorrido, ya que al principio se sucedían varias cotas no puntuables, pero exigentes que aprovechaban para fugarse desde el inicio S. Geschke, L. Askey, D. Bais y M. Tarozzi, pero el pelotón la tumbaba en el descenso del Passo del Bracco (3ªC. con 15,3 Km al 4%). Con el parón consiguiente, en pleno período de relax y en el tramo más llano de la etapa, saltaban B. Thomas, M. Valgren, E. Paleni y A. Pietrobon, sin peligro en la general para abrir un hueco de 1'30 a 63 km de meta y que se reducía a 45" a 10 de la línea. Pero al pelotón le fallaban los cálculos para cazar y los escapados llegaban. Con Pietrobon saltando a 700 m, desde atrás le adelantaba como una exhalación Thomas para imponer su mayor velocidad, con Valgren y Pietrobón completando el podio y con el gran grupo entrando a 11" sin cambios sustanciales en la general.
La etapa sexta entre Viareggio y Rapolano Terme, era una jornada peculiar quebrada de 180 km, con 11,6 km de sterrato final divididos en tres tramos. Con tranquilidad en su primera mitad sería en el alto de Volterra cuando se producía la primera fuga de tres, que no cuajaba. Más adelante, a 88 km de meta, saltaban 7 nombres ilustres, con J. Alaphilippe, P. Sánchez, M. Trentin, K. Groves, L. Plapp, A. Vendrame y F. Fiorelli. Buenos rodadores y bien avenidos, llegaban con 3' al primer sector de tierra, en Vidritta. En el siguiente, Bagnaia, el pelotón dirigido ahora por el Ineos rebajaba casi 1'. Camino de la Cota de Grotti (4ªC y 3,3 km al 4,9%), coronaba Alaphilippe, junto a Pelayo y Plapp, con los otros escapados entregados. En el tramo de Pievina (2,8 km), a 16 de meta, mantenían casi 2'. Sin demasiado esfuerzo de UAE en preservar la maglia rosa, a los escapados les quedaba la subida al Serre di Rapolano (1,2 km al 8,4%, con un paso al 20%) y luego la recta final de 500 metros al 6%. Los escapados, a pesar de las escaramuzas finales entre ellos, llegaban juntos al último km. Y cuando todo hacía presagiar que Alaphilippe impondría sus galones, era superado en recta de meta con autoridad, por P. Sánchez, que conseguía así su primera en una grande, entrando tercero el australiano L. Plapp. el pelotón cruzaba la línea a 29" con Pogacar de rosa un día más. La clasificación general no sufría cambios.
La séptima, correspondía a la primera CRI y transcurría entre Foligno y Perugia con 40,6 km, de los que los 30 primeros eran llanos y los últimos, en pendiente con una subida final de casi 7 km al 4 % de media. Los 165 corredores partían de minuto en minuto, hasta los últimos quince, que salían cada tres, comenzando con el neerlandés J. Van den Berg y finalizando con T. Pogacar. Con F. Ganna, mediada la partida de ciclistas, como referente para los mejores y que batía con casi 2' el mejor tiempo de los anteriores en manos del noruego T. Foss, se llegaba al último corredor del grupo del minuto sin que ninguno se acercara a su tiempo. El italiano marcando una crono excepcional y superaba a 10 corredores en carrera finalizando con un crono de 52'01 y que no mejoraban Schachmann, Sheffield, Arensman o Tiberi. Con los quince últimos y Plapp iniciando la cuenta, el peligro estaba sobre todo en el líder Pogadcar, que sí estaba en sus tiempos de paso. Finalmente el eslovaco, y en la última subida, lograba batir el tiempo de Ganna e imponerse en meta con un crono 51'44. Completaba el podio M. Sheffield. Lejos el colombiano F. Martínez 8º a 1'49 o el inglés G. Thomas 10º a 2'. El mejor español era JP. López, 38º a 4'17.
Cambios en la general aumentando la diferencia de Pogacar con sus perseguidores que ahora es de 2'36 con Martínez y que superaba a Thomas, a 2'46. JP. López sigue siendo el mejor español pero ahora 15º, a 5" del 14º Bardet.
La etapa octava era una jornada montañosa, de 152 km de recorrido entre Spoleto y Prati di Tivo con tres cimas puntuables y la meta en la última, un 1ª C con 14,5 km al 7 %. Interesante escapada inicial producto de los múltiples ataques en el primer ascenso del día, el alto de Forca Capistrello (2ªC con 16,4 Km al 5,6%) con 14 corredores, entre ellos N. Quintana y P. Sánchez, De Marchi, M. Storer o Alaphilippe y R. Bardet, el mejor clasificado en la general a 5'23. El UAE, dirigiendo el ritmo del pelotón, mantenía a raya a los fugados en torno al 1'30, antes de las principales dificultades. La fuga llegaba con opciones al Croce Abbio Capannelle (3ªC con 8,1 Km al 4,7%), por cuya cima la diferencia se mantenía intacta. Pero el inicio a Prati di Tivo suponía la entrega de la fuga. Uno a uno fueron claudicando ante el ritmo del UEA. A 9 km de meta solo aguantaba el joven francés V. Paret Peintre, mientras los hombres de la general, con Thomas y Martínez marchaban a rueda, a la espera de acontecimientos, siendo la única incógnita saber cuándo iba a atacar Pogacar. Con sus compañeros Grobschartner y Majka despejando la pista y anulando las ilusiones de Peintre, a diferencia de otras ocasiones, no atacaba desde lejos. Trataron de sorprender Tiberi, Arensman y Storer, pero enseguida cesaban ante las respuestas inmediatas del esloveno, que a la vista del cartel de 150 m de meta, arrancaba para apuntarse la victoria con sobre F. Martínez. y B. O'Connor, todos con el mismo tiempo. A 2" entraban Thomas y Rubio. Otro paso hacia la maglia rosa en su debut en el Giro y serio aviso para los rivales, pues en la general Pogacar aumenta su renta sobre Martínez y Thomas que se asoman a la frontera de los 3'. JP. López desciende al 19º puesto a 9'41 del líder.
La novena, el domingo, era la segunda etapa más larga de la ronda italiana, entre Avezzano y Nápoles. Llana, de 214 km pero con un exigente Monte di Procida (4ªC y 4,1 km con pendientes de hasta el 14%) en la parte final. Con escapada inicial de dos compañeros del Polti Kometa, M. Maestri y A. Pietrobon, únicos aventureros en una jornada que no ofrecía demasiadas opciones a una escapada. Anulada a 28 km de meta, los que saltaban entonces eran J. Alaphilippe y E. Costiou, junto a N. Conci, L. Askey y K. Vermaerke aprovechando otra pequeña ascensión y tratando de poner en aprietos a los velocistas que quedaban en el pelotón, puesto que Merlier, Gaviria o Bauhaus se habían descolgado muy pronto. Capturados a 7 km de meta, el que saltaba entonces era el ecuatoriano J. Narváez, en el último repecho del día, quedándose a solo diez metros de la gloria, al ser superado por un pelotón lanzado por el líder Pogacar y en el que se imponía el neerlandés del Visma Olav Kooji sobre J. Milan y S. Molano. La general termina su primera semana sin cambios.
SEGUNDA SEMANA.
Tras la jornada de descanso el lunes en Nápoles, continuaba la competición con una etapa,
la décima, montañosa entre Pompeya y Cusano Mutri (Bocca della Selva) de 142 km y donde una primera fuga inicial de 3 corredores terminaba siendo neutralizada en el ascenso a Camposauro (2ªC y 6,1 km al 7,5%), por un grupo muy numeroso de 26 ciclistas, entre los que se encontraban J. Alaphilippe, JP. López, T. Foss, D. Caruso, J. Tratnik, V. Paret-Peintre, M. Vansevenant o E. Chaves. Mucho nivel y mucha calidad. E incluso un peligro para algunos de la general. La presencia de Bardet y Zana, ambos a 7', no incordiaban al UAE, pero sí a los aspirantes al podio. Eso obligó a Bahrain e Ineos a tirar en bloque para reducir la diferencia. Pese a ello a falta de 25 km para el final, seguían sin alcanzar al grupo delantero, cada vez más seleccionado y donde Tratnik se movía en solitario abriendo un hueco de aproximadamente 45" con los más fuertes del grupo perseguidor. Atacaba el esloveno Tratnik lanzando un órdago de lejos, al inicio del ascenso a Bocca De la Selva (1ªC y 18,1 km al 5,6%) con más de 1' de adelanto sobre el grupo perseguidor de cuatro corredores, Bardet, Paret-Peintre, Bagioli y Frigo. El cuarteto comenzaba su persecución, aunque en un primer momento sin reducir la diferencia y en el grupo de la maglia rosa, reinaba la tranquilidad, rodando sin estress a 5'. En los últimos kilometros aguantaban el ritmo de persecución de Tratnik sólo los dos franceses hasta que el joven Paret Peintre, a 3 km de meta plantaba a Bardet yéndose a por el esloveno, al que dejaba clavado en su triunfal marcha hacia meta. El ultraligero de Annemasse, (51 k), conseguía en un entorno codiciado su primera victoria con 29" sobre Bardet y más de 1'01 sobre Tratnik. El grupo entraba a 3'14 con los mejores. En la general Bardet escalaba hasta la 7ª posición, a 4'57 y JP. López, presente en la escapada, fue el mejor español (11º) y asciende a la 16ª plaza, a 8'31.
La undécima etapa, llana de 207 km, transcurría entre Foiano di val Fortore y Fracavilla al Mare. Otra jornada propicia a una escapada, una fuga inicial de E. Affini, T. Van Dijke y Th. Champion, llegaba a tener 2' de ventaja y superada la exigencia de la etapa, con la subida a Pietracatella (3ªC y 8,5 km al 5,4%), la carrera transcurría sin mayores complicaciones hasta 35 km de meta, cuando el pelotón neutralizaba la fuga por completo y se presentaba en la recta de meta con los sprinters por delante. Y en la 'volata', emergía de nuevo J. Milan, para imponerse con comodidad a Merlier, que se había abierto paso a codazos y C. Groves. Finalmente Merlier era sancionado y el tercer puesto lo ocupaba G. Lonardi. Pogacar, ajeno a la accidentada 'volata', mantenía su condición de líder y con la baja de C. Uijtdebroeks, por enfermedad, todos ascendían un puesto en la general, quedando ahora 155 corredores en liza.
Con la duodécima etapa, regresaba la montaña. De 193 km partiendo de Martinsicuro y finalizando en Fano, era una jornada con cuatro cotas puntuables de cuarta categoría y un recorrido muy similar al de cualquier clásica. Hubieron de transcurrir 50 km hasta que Alaphilippe y Maestri consiguieran abrir un hueco claro para asentarse como fugados, dominadores de una carrera que el pelotón contemplaba desde la distancia, a casi 7' en algún momento, muy lejos de una posible remontada que, como era esperado, no llegó. Sí que forzaron los dos grupos perseguidores, formados por un total de 36 corredores, para dar caza a un Alaphilippe desatado, decidido a volver a saborear una victoria en un intento vano por alcanzarlo. Pues el galo, llegada la última cota del Monte Giove, sentenciaba la carrera, comenzando a meter ritmo que Maestri no pudo soportar. Coronada la subida, consciente de su oportunidad y controlando la nula aparición de Maestri por fin se supo ganador. Entró triunfante en Fano acabando con su sequía en una demostración de poderío que hizo recordar su mejor versión. A 31" llegaba el grupo perseguidor que había engullido a Maestri, con J. Narváez y Q. Hermans completando el podio. Sin cambios en la general con JP. López 19º a 16'07.
La decimotercera, de 179 km totalmente planos por la llanura Padana entre Riccione y Cento, tenía un anticipado final para los sprinters. No asustaba esa posibilidad a A. Tonelli, A. Pietrobon y M. Tarozzi que se aventuraron en una escapada predestinada al fracaso pero que llegaba a tener hasta 2'15 de ventaja sobre el pelotón, en el que de vez en cuando se formaron abanicos entre los equipos para proteger a sus velocistas, preparándoles para lo que todos sabían iba a ser un desenlace con 'volata'. La aventura del trío italiano escapado acabó a falta de 53 km, pero no terminaron ahí los intentos por evitar el show de los velocistas. Porque en los últimos kilómetros, De Pooter y Marcellusi aceleraban, llegando a tener 30" sobre el pelotón. Con Marcellusi descolgado De Pooter era alcanzado a 8 km del final. La final al sprint era inevitable. Aunque arrancaba primero el colombiano Gaviria, era el italiano J. Milan quién se imponía en meta firmando su particular triplete, con S. Aniolkowski segundo y P. Baulhaus tercero. La general no presentaba cambios.
La etapa decimocuarta, el sábado 18, era la segunda CRI. En esta ocasión totalmente llana entre Castiglione delle Stivieri y Desenzano del Garda de 31,2 km y que iniciaba el farolillo rojo, el francés A. Riou. De minuto en minuto en orden inverso a la general hasta los últimos quince que partían de 3' en 3', era el checo J. Cerny el que marcaba el primer crono de referencia 36'58, bajando de los 37'. Enseguida lo mejoraban Walscheid y D. Hoole, para después subir la apuesta E. Afinni +1'30 y T. Foss +1'26. Con la partida del italiano F. Ganna batiendo los tiempos intermedios, su tiempo en meta, 35'02 sería la referencia a mejorar por el resto de candidatos. No lo lograba un especialista como L. Plapp a 1'18 y en cuanto a los 15 últimos, era el neerlandés Th. Arensman el que más se acercaba, a 1'07 terminando tercero y sólo mejorado por el líder el esloveno T. Pogacar, segundo, a 29". Sólo una dolorosa caída del estadounidense M. Sheffield, que había marcado el segundo mejor tiempo en el segundo paso cronometrado, sacaba de la mente de todo el mundo por un instante, a Pogacar, que salía poco después y que esta vez no podía superar al especialista Ganna. El esloveno, empezaba con mucha fuerza ganando segundos en las curvas para mejorar en 15" el crono del italiano. Parecía que la historia volvería a repetirse y que Ganna se quedaría con la miel en los labios, pero poco a poco Pogacar iba perdiendo fuerza y Ganna conseguía rubricar su séptima victoria en un Giro. Pogacar, se mantenía un día más al frente de la clasificación general individual, pero aumentando su ventaja y dejando el Giro prácticamente visto para sentencia, a la espera de la importante siguiente etapa, con 3'41 sobre G. Thomas ahora segundo y 3'46 sobre F. Martínez, tercero.
Finalizaba la segunda semana de carrera con
la etapa 15ª, la más larga, la etapa reina. Una jornada de alta montaña de 222 km que enlazaba Manerba del Garda con la estación de esquí de Mottolino, en Livigno. Primera gran jornada de montaña con 5 puertos y tercer final en alto del Giro. Con numerosos intentos de fuga, el primero, tras una hora de carrera, estaba formado por 13 corredores con un grupo perseguidor de más de 40. Por detrás Pogacar y el pelotón rodaban a 5' de diferencia en el descenso de la primera cota, Lodrino (3ªC. y 7,6 Km al 4,4%). Unificados los grupos delanteros antes de la subida al Colle San Zeno (2ªC. con 13,9 Km al 6,6%), otro intento de escapada, más reducido, de 6 ciclistas, ponía algo de emoción antes del Mortirolo (1ªC. con 12,3 Km al 7,6%), en el que no se producían novedades. Fue un paso ameno, sin grandes cambios. Superada la primera gran prueba de la jornada, la fuga se hizo fuerte, pensando que podría llegar a término, viendo que en el pelotón Pogacar no daba señales de vida. De entre ellos el alemán G. Steinhauser saltaba a falta de 20 km, pero por detrás enseguida lo hacía el colombiano N. Quintana, que desatado superaba con facilidad al alemán, y hacía saltar las alarmas pues se le notaba con ritmo y fuerza. Pero Quintana no podía culminar la fuga de la fuga, que iniciaba en el ascenso al Foscagno (1ªC. con 15 Km al 6,4%) a 20 km de meta y que a 15 km del final todavía contaba con más de 3' de ventaja pero que en la cima era de solo 30", porque por detrás había arrancado Pogacar. Un voraz ciclista que superaba a Quintana con una facilidad pasmosa a 2 km de meta, en la última subida a Mottolino (1ªC con 4,7 Km al 7,7% y tramos al 19) a 2.385 metros de altitud, para dejarlo sin posibilidad de respuesta, y entrar triunfante levantando los brazos en solitario una vez más, tras una subida multitudinaria rodeado de gente que le animaba. A 29" coronaba el colombiano y completaba el podio G. Steinhauser a 2'32 encabezando a los mejores. El Giro quedaba sentenciado tras otra exhibición del esloveno, pues en la general el segundo, G. Thomas figura a 6'41, con F. Martínez a 6'58 y O´Connor, Tiberi, Arensman, Bardet, Zanna, Rubio y Hirt en el top ten y JP. López 34º, como mejor español, a más de media hora del esloveno.
TERCERA SEMANA.
Comenzaba la última semana de carrera, tras la segunda jornada de descanso del lunes en Livigno, con la disputa de la decimosexta etapa , en principio de 206 kilómetros entre Livigno y el Monte Pana, en Santa Cristina Valgardena. La etapa, que inicialmente incluía en su recorrido el paso por el Stelvio (1ªC a 2.758 metros), sufría cambios días atrás por riesgo de avalanchas de nieve, reemplazando al Stelvio como tradicional Cima Coppi por el Giogo di Santa Maria, de 2.489 metros de altitud. Pero la nieve y el intenso frío desataban el debate en la teórica salida y la organización decidía recortar sobre la marcha los primeros 80 km evitando el primer ascenso y su peligroso descenso en esas condiciones. Finalmente, con frío, viento y lluvia, el pelotón se ponía en marcha bien abrigado desde Prato di Stelvio para afrontar una jornada mucho más suave de 118,7 km que poco tenía que ver con los planes iniciales, pero final duro, con el Passo Pinei y el Monte Lana previo a meta. No era día para ir de paseo y el ritmo se animaba de inicio, con una escapada de J. Alaphilippe, M. Maestri, D. Ballerini y A Piccolo, con diferencias próximas a los 3', ante la respuesta del Movistar confiando en una victoria de N. Quintana.
De tal manera que bajo la lluvia, y al inicio del Passo Pinei (1ªC. de 23 km al 4,8%), la fuga estaba controlada a poco más de 1'. Alaphilippe asumía nuevamente el protagonismo y coronaba en solitario el Pinei, con escasos segundos sobre los intercalados Costiou, Scaroni y Pellizzari, y con 45" sobre el grupo de la maglia rosa, ya dirigido por el UAE, que endurecía la marcha a la espera de la decisión final de Pogacar. Y aunque la última subida la iniciaba con ventaja Alaphilippe, enseguida se dejaba alcanzar. A 2,5 km de meta, en la parte más exigente del ascenso, Pogacar aceleraba y sin que nadie le pudiera seguir, primero atrapaba a los escapados que quedaban y luego remataba la jugada con su quinta victoria de la edición. Un excelente Pellizzari se tenía que conformar con la segunda plaza a 16" junto a Martínez, que llegando desde atrás completaba el podio. En la general Pogacar, amplía su diferencia superior ya a los 7' mientras el colombiano también aventajaba a Thomas en un puñado de segundos que alejan al galés en 22" en la lucha por el podio. JP. López asciende al 26º a 54'53.
La 17ª etapa, entre Selva di Val Gardena y Passo Brocon, de 159 km, era otra gran etapa de montaña con 5 importantes subidas. Otro día con prendas de agua, por fin con 'Cima Coppi' en el Passo Sella (Cat. Esp. con 9 Km al 7,3%), a 2.239 metros de altitud, y primer puerto de los cinco de la jornada. En su ascenso se producía la fuga de una decena de nombres habituales, como Alaphilippe, Quintana, Pellizzari, Steinhauser, Conci, Ballerini, Frigo, Valter, Caruso o Ghebreigzabhier, siendo Pellizzari, el que se llevaba el premio de coronar la Cima Coppi y el Passo Rolle (1ªC. con 19,8 Km al 4,6%). El UAE controlaba de cerca la escapada, sin dejar más de 3' y en el ascenso al Passo Gobera (3ªC. con 5,7 Km al 5,8%), a 61 km de meta, se disolvía la escapada coincidiendo con el interés del DSM de forzar la marcha para jugar la baza de Bardet. Pero resistía el eritreo Ghebreigzabhier, quien quedaba al frente, para coronar en solitario y sin abrir diferencia recibía la visita del alemán Steinhauser. Dos contra un grupo ya selecto, de 30 hombres, incluidos los primeros de la general. Ambos decidieron echar un pulso al grupo en el doble ascenso que restaba al Passo Brocon. Por la primera vertiente (2ªC y 13,6 km al 6,5%), el más rápido era Steinhauser, con 23" sobre Ghebreigzabhier y 1'40 respecto al grupo de Pogacar, donde aún no se había movido nadie y todo parecía indicar que no había intenciones de disputar el triunfo de etapa. Steinhauser, que había demarrado a 2,5 del alto, se la jugó bajando, coincidiendo con la visita inoportuna de la lluvia, y se presentaba a pie del Brocon, ahora por la parte más difícil (1ªC. y 11,9 Km al 6,4%), sin oposición alguna del pelotón que circulaba a más de 3'. El alemán, lejos de perder fuerza en las rampas del Brocon, aprovechando el parón del grupo, aumentaba las diferencias con sus perseguidores, el eritreo Ghebreigzabhier y el italiano Frigo. Aguantando Steinhauser las diferencias, se acercaba a meta sin compañía y se imponía con 1'24" sobre Pogacar, que decidía arrancar a 2,5 km de meta y suave, sin estridencias, directo a meta pero sin arruinar el sueño de nadie. Tercero a 1'42 entraba Tiberi encabezando el grupo, que no sufría variaciones en su clasificación general.
La etapa 18ª, de 178 kilómetros prácticamente llanos y que enlazaba las localidades de Fiera Di Primiero y Padova, se convertía en la penúltima ocasión para los sprinters. Con una única dificultad montañosa, al inicio, el alto de Lamon (4ªC). Después de muchos ataques en el pelotón, y ya bajo la lluvia, se formaba una inocua escapada con 3 italianos, Maestri, Pietrobon y Fiorelli, y el danés Honoré. Ninguna inquietud para el pelotón a un mundo de la llegada. El cuarteto en fuga aumentaba con la incorporación de E. Affini, pero todos juntos claudicaban a 10 km de meta, bajo la presión del Lidl y el Soudal de de J. Milan y Merlier, respectivamente, para que se jugaran entre ellos la victoria y para que en recta de meta, Merlier estuviera más inspirado que Milan, mientras tercero terminaba K. Groves.
La decimonovena etapa entre Mortegliano y Sappada, era una jornada quebrada de 157 km con tres dificultades en la segunda mitad, el Passo Duron (2ªC. con 4,4 Km al 9,7%), el Sella Valcalda (3ªC. con 8,9 Km al 3,7%) y la Cima Sappada (2ªC. con 8,3 Km al 4,8%) a 7 km de la línea de meta. Representaba la última oportunidad para los rodadores, y de inicio hubo múltiples ataques, hasta que a iniciativa del inagotable Alaphilippe se formaba la buena con Sánchez, Narváez, Stuyven, Vendrame, Plapp y Hermans, entre ellos. La permisividad del pelotón y la incorporación de Tratnik, De Marchi y Theuns, hacía que la aventura, a 60 km de meta mantuviera una renta de 8'. Ascendiendo el Passo Duron la fuga se reducía a P. Sánchez, Alaphilippe, Narváez, Steinhauser, Hermans y Vandrame. Con intentonas de Alaphilippe y Vendrame, la fuga llegaba a la última ascensión con el grupo de la maglia rosa a 14'. Un puerto de segunda, no muy exigente, pero con un tramo de 2 km que incluía rampas del 15% muy exigentes y donde Vandrame, atacaba convencido de sus fuerzas. Por detrás, saltaba Sánchez, dejando la compañía de Steinhauser, resuelto a alcanzar al italiano y anotarse otro triunfo pero Vendrame, no estaba por la labor y rubricaba su hazaña con 55" sobre el español Sánchez y 1'07 sobre Steinhauser. 15' después el grupo llegaba unido a meta, con un pacto entre caballeros y susto sin consecuencias para Thomas por una caída bajo la lluvia.
La 20ª y penúltima etapa, era otra jornada montañosa de 184 km, entre Alpago y Bassano del Grappa, con la doble subida al Monte Grappa (1ªC de 18,1 km al 8,2%), puerto de gran dureza, con el segundo paso a 30 km de meta. Inicio muy combativo bajo la lluvia, hasta que se conformaba una fuga de 11 corredores, nuevamente con Vendrame y Sánchez entre ellos, que encaraba la subida al Muro di Ca' del Poggio a 30 de la salida, que quedaba reducida a un quinteto de cabeza, incluido Pelayo, en la primera subida al Grappa y comprobando cómo la renta se reducía poco a poco. Con Pellizzari, coronando por delante, interesado en sumar puntos en la cima para terminar segundo en la general de la montaña, iniciaba el descenso con el español a rueda. Con el grupo de Pogacar a un minuto, parecía que la caza era inminente, pero Pellizzari y Pelayo se empeñaron en resistir, comenzando a subir destacados el Grappa, en su segundo asalto. El español no podía seguir a Pellizzari en las primeras rampas del puerto y era alcanzado a 45 km de meta. Poco depués y 5 para la cima, Pogacar atacaba de manera fulminante, alcanzando a Pellizzari. La maglia rosa coronaba con 1'52 sobre los rivales inmediatos, Pellizzari, Tiberi, Martínez y Rubio, y 2'11 sobre Thomas. La etapa estaba resuelta a falta de un descenso que Pogacar solventaba con seguridad y margen como para no asumir demasiados riesgos. El grupo entraba a 2'07 con V. Paret-Peintre y F. Martínez completando el podio. En la general el esloveno ampliaba las diferencias manteniéndose las posiciones del top ten y con JP. López descendiendo a la 36ª posición, a más de 2 h.
La última etapa de 125 km llanos, era un bucle de 9,5 km repetido ocho veces por lo más emblemático de la Cittá eterna, con paseo previo hasta Ostia en plan jornada homenaje al líder su equipo y donde se imponía al sprint con claridad Merlier para conseguir su tercera victoria en esta edición sobre Milan y Groves, que entraban a continuación.
Resumen: Con la victoria de Pogacar en la segunda etapa, la carrera presagiaba su desenlace, desenlace que se confirmaba en la 7ª y 8ª y se certificaba en la 15ª y 16ª cuando su ventaja aumentaba a los 7' y el UEA mantenía a sus ocho corredores. La emoción quedaba relegada al resto de puestos de la clasificación y en la que ningún ciclista movía ficha aguantando el suyo.
Un Giro marcado por el mal tiempo, con caídas, recortes polémicos, etapas anodinas sin combatividad entre los hombres de la general, pero que favorecían las fugas, prácticamente todos los días y con diez llegando a término. Sin demasiado pulso para levantar a los aficionados de sus asientos y prácticamente un solo líder, será recordado por todo eso.
Finalizaron 142 ciclistas con abandonos de R. Gesink, S. Carr, A. Lutsenko, M. Woods, B. Germai, F. Jakobsen, C. Uijtdebroeks o A. Krieger.
El resto de clasificaciones quedan encabezadas por:
Equipos: Decathlon AG2R
Puntos: Jonathan Milan (Lidl Trek)
Montaña: Tadej Pogacar (UEA)
Jóvenes: Antonio Tiberi (Bahrain Victorius)
Combatividad: Julian Alaphilippe (Soudal).
Esta 107ª edición dejará el especial recuerdo para el ciclismo español de la victoria en la 6ª etapa, a cargo del joven Pelayo Sánchez que nos proporcionaba una enorme satisfacción. Una cita sin sus mejores valores (Juan Ayuso, Carlos Rodríguez o Enric Mas) y tan solo cinco representantes, ha ofrecido mucho más protagonismo que otras ediciones, siendo Juanpe López (Treck) el mejor clasificado, 36º a más de 2 h, con Pelayo Sánchez (Movistar) 40º, Rubén Fernández (Cofidis) 54º, Albert Torres (Movistar) 68º y Francisco Muñoz (Polti) 123º.
En cuanto al Movistar, salvaba su participación con el triunfo de Pelayo Sánchez en Rapolano y con el 7º puesto de Einer Rubio en la general finalizando los ocho corredores.
Tadej Pogacar: il nuovo imperatore del Giro de Italia, ha conseguido la que todo el mundo preveía pero nadie esperaba de esa manera tan voraz. El depredador esloveno ha firmado seis victorias (registros de velocista, de los tiempos de Alessandro Petacchi o Mario Cipollini), cinco de ellas en solitario. Y vestido de rosa, 20 días de rosa, la mejor cifra desde el pleno de Gianni Bugno en 1990. Desde la segunda jornada ha demostrado estar por encima de los demás aumentando día a día su ventaja sobre el resto hasta alcanzar los 9'56 (mayor diferencia del siglo XXI) y además se llevaba la Montaña. Maneras de ganar. Mención especial a su escolta personal, el polaco Rafal Majka, que realizaba la explosiva selección final y lanzaba al jefe de filas del UAE en sus ataques definitivos.
Jonathan Milan: por segundo año consecutivo, el velocista italiano del Lidl-Trek se ha hecho con la Maglia ciclamino, pero a diferencia del año pasado, con mucha mayor holgura. Gracias a su tremenda regularidad y con unas condiciones todoterreno espectaculares, sobre las que destaca su punta de velocidad para el esprint, adornaba con tres victorias de etapa su palmarés, y se convertía junto a Tim Merlier en los segundos ciclistas más prolíficos en coleccionar etapas de esta edición de la Corsa Rosa.
Tim Merlier: el belga del Saudal también conseguía tres victorias de etapa. Las tres sobre Milan, lo que da qué pensar, porque en las tres victorias del italiano no estaba el belga por medio, pues con menos equipo no siempre le podían lanzar en la volata.
Daniel Felipe Martínez: el colombiano del Bora, segundo de la general, tiene el mérito de conseguir su primer podio en una grande (su mejor resultado era un 5º en el Giro 2021) sin recibir ayuda de sus compañeros de equipo en los momentos decisivos. De los pocos en presentar batalla a Pogacar, junto a Tiberi, no conseguía ninguna victoria. Por primera vez mostraba una línea muy regular durante tres semanas, que puede ser un punto de inflexión en su carrera.
Geraint Thomas: el británico del Ineos, con 38 años ya, debe figurar, por su tercer puesto final. No ha ganado tampoco ninguna etapa, pero ha estado ahí, compitiendo por el segundo escalafón. Parte de su éxito radica en el apoyo de su compañero Arensman, su soporte vital en los peores momentos.
Georg Steinhauser: el joven ciclista del EF Education, en su primera participación en una carrera de tres semanas, firmó un Giro para enmarcar. Con 22 años el imponente alemán (1,89 m), ha estrenado su palmarés profesional del mejor modo posible, con un triunfo en una grande. Fue al rematar una potente fuga, en la cima del Passo Brocon. Además, firmó otros dos terceros puestos en Livigno y Sappada. Su combatividad y talento como escalador está fuera de toda duda. Su techo, todavía por descubrir.
Pelayo Sánchez: el debutante del Movistar ha sido la gran revelación española de la carrera. Con gran desparpajo y sin la estrecha vigilancia que sufrían sus compañeros Rubio o Quintana, se podía meter en las fugas consiguiendo la sexta etapa (sobre Alaphilippe) y el segundo puesto en la 19ª tras Vendrame, rompiendo la sequia de cinco años del ciclismo español y dando las mayores alegrías al equipo patrio. El asturiano es una apuesta segura de futuro.
Julian Alapphilipe: el francés del Soudal volvía a ganar en una grande once meses después de su última victoria (Dauphiné 2023) con total merecimiento. Cerraba la boca así, a muchos, incluido su patrón, Patrick Lefevere, mánager del Soudal, (que no tenía piedad con él ni cuando se recuperaba de lesiones), sobre que jamás volvería al nivel que le encumbró a ser doble campeón del mundo. Aunque la incógnita siga planeando sobre su figura, su coraje, su pundonor, siguen intactos y la victoria en Fano le permite entrar el el selecto grupo de ganadores en las tres grandes. Antes de alzar los brazos fue 2º en otra etapa, y siguió peleando hasta el final, recuperando la esencia de aquel corredor que sacaba lo mejor de sí en el Tour. Los números no mienten: 889 km en fugas. Sin duda, Alaphilippe ha sido de los corredores más combativos del Giro, pero también se ha ganado un hueco entre los mejores: Loulou vuelve a brillar.
Valentin Paret-Peintre: el pequeño de los hermanos franceses del Decathlon tenía su protagonismo en esta edición al ganar la 10ª etapa. Participante en muchas aventuras además finalizaba segundo en la 20ª tras Pogacar y era el segundo mejor del equipo tras O'Connor, terminando 16º.
Antonio Tiberi: el joven italiano del Bahrain ha sido una de las mayores sorpresa de este Giro. Sin lograr consumar ningún triunfo de etapa, su entrega y visibilidad en carrera le han posicionado en primera línea. Reúne buena parte de las ilusiones de todo un país huérfano de un gran campeón desde el adiós de Vincenzo Nibali. Desborda personalidad y carisma y era uno de los que se atrevía a atacar (Prati di Tivo y Cusano Mutri) valiéndole para ser 5º de la general y portar la maglia bianca de mejor joven, (tras el abandono de Uijtdebroeks) una clasificación que no ganaba un italiano desde Fabio Aru en 2015.
Giulio Pellizzari: la joven promesa italiana del Bardiani ha dejado su sello de calidad en su primer Giro, demostrando que su 2º puesto del año pasado en el Tour del Porvenir no fue mera casualidad. Su parte final de carrera ha sido fantástica, con fugas en cada uno de los días de montaña decisivos: Livigno, Monte Pana (día en el que Pogacar le arrebataba la gloria en los metros finales terminando segundo), Brocon y Monte Grappa. Segundo, por ello, en la clasificación de la montaña, también tenía el honor de conquistar la Cima Coppi de esta edición.
No podíamos olvidar mencionar al neerlandés Olav Koogi que a pesar de su pronta retirada conseguía hacerse con la 9ª, o los restantes ganadores de etapa, el escalador colombiano Jhonatan Narváez, Benjamin Thomas, Filippo Ganna y Andrea Vendrame que nos han permitido disfrutar de un más entretenido Giro 2024 y donde se conocía el desenlace de inicio.