Oxford Cambridge

Este fin de semana ha tenido lugar la tradicional regata Oxford-Cambridge en las aguas del río Támesis. La cita anual de remo entre las dos universidades que se celebra cada primavera y que desde 2013 se disputa en domingo, en la zona del río a su paso por la zona sur de Londres, alcanzaba su edición 163.
Remando contracorriente, se programa para empezar una hora antes de que el cauce alcance su punto máximo. Con una distancia de casi 7 km (6779 metros o mejor 4 millas y 374 yardas), Cambridge posee el récord de la prueba desde 1998 con un tiempo de 16 minutos y 19 segundos.

Dos piedras verticales marcan el punto de salida y de llegada junto a los puentes de referencia (Putney y Mortlake) y por medio de una moneda de oro de 1829 se sortea el lado por el que remará cada embarcación. Los botes pesan 96 kilos y miden 19 metros y 90 centímetros y llevan ocho remeros y un timonel, sin límite de pesos. Ambas tripulaciones tenían su razón para ganar la carrera, Oxford buscando vengarse de la carrera del año pasado y Cambridge para mantener su recién inaugurada supremacía.
En condiciones perfectas para la práctica del remo, con un día soleado y sin apenas viento los dos barcos salieron muy bien, a diferencia de la regata de las mujeres. Con la tripulación más ligera, era vital para Oxford imprimir un ritmo fuerte desde el principio e impedir que Cambridge obtuviera ventaja. Al paso por Middlesex la ventaja de Oxford ya era de un cuarto de barco, pero la trayectoria de ambos patrones se volvió más incisiva, incluso agresiva y dirección de regata tuvo que advertirles varias veces para que ambas barcos se separaran.

A la sombra del Puente de Hammersmith, Oxford sacaba un barco de ventaja a Cambridge, pero el choque de palas ralentizó momentáneamente el ritmo de Oxford. Con la gran curva de Hammersmith ahora a favor del Azul Oscuro, Oxford parecía remar con bastante seguridad como para matar la carrera. Pero Cambridge se negó a renunciar y, como resultado, Oxford nunca tuvo más de un barco de ventaja. Oxford fue advertido en varias ocasiones para modificar su rumbo pues el juez de regata, Matthew Pinsent consideraba que no había una separación suficiente entre los barcos para que Oxford tomara la línea deseada.

Para entonces Oxford había bajado su ritmo de paladas y cuando las tripulaciones se acercaban a Barnes Rail Bridge la ventaja de Oxford era de tres cuartos de bote. Entrando en la parte final de la regata, Oxford remaba majestuosa, pero Cambridge nunca se dio por vencida y volvió a recortar hasta los dos tercios de bote.
A la entrada en meta Oxford marcaba un tiempo de 16:59 entrando Cambridge a un barco de distancia. Para los hombres de azul oscuro comenzaban las celebraciones, mientras para Cambridge, la estrecha derrota por 4 segundos los dejaba vacíos y aunque en el global dominan por 82 triunfos a 80, ya piensan en resarcirse en 2018.

En cuanto a la regata femenina, Oxford y Cambridge se alinearon de manera contraria a las embarcaciones masculinas listas para su tercera participación en el Tideway. Cambridge, capitaneada por Ashton Brown salió de manera perfecta al contrario que Oxford que con Eleanor Shearer al timón, lo hizo horrible perdiendo cualquier oportunidad de ganar la regata. Al llegar al control de la milla, las de azul oscuro tenían una ventaja de 10 segundos sobre Oxford y esa ventaja nunca dejó de crecer. Cambridge era favorita en esta edición y dejaron claro que eran un equipo superior desde el principio, abriendo una brecha cada vez mayor y constante. Cuando alcanzó el Puente de Hammersmith tenía una ventaja de 15 segundos y era obvio que ganaría la carrera pues parecían seguir fuertes y con sensación de aumentar aún más la brecha entre las dos tripulaciones. Al final Cambridge se impuso con una ventaja de 11 barcos, dejando el récord de la prueba en 18´34.

Como dato anecdotico señalar que la regata bien pudo no haberse disputado en la fecha prevista, pues la víspera se encontró una bomba sin explotar, de la segunda Guerra Mundial, probablemente de aviación o de la artillería antiaérea, cerca del punto de salida en el río. La policía de Londres la extrajo y la regata pudo llevarse a cabo según lo previsto.