La novedad en esta edición fue la introducción de la regla de calor. De esta forma, en los partidos femeninos, se hará una pausa de 10 minutos entre el segundo y tercer set en aquellos días donde el termómetro alcance cifras muy altas. La pausa en los partidos de hombres llegará entre el tercer y cuarto. Además, se ha decidido introducir un desempate al final del último set para evitar alargues innecesarios. Así, cuando el marcador llegue al 6-6 en los sets definitivos (tercer set en mujeres y quinto en hombres) se disputará un tiebreak donde ganará el primero que llegue a 10 puntos, con dos puntos de diferencia.
Empezando por las mujeres, la presencia española era encabezaba por,
Garbiñe Muguruza, que llegaba a este torneo tras los malos resultados del año pasado como 18ª del mundo, con toda la ilusión y muy bien preparada. La caraqueña se enfrentaba en primera ronda a la china S. Zheng, y sin muchos problemas en 75´ y la derrotó en un buen partido (2-6 y 3-6) pasando a la siguiente ronda para cruzarse con la inglesa J. Konta. La española esta vez necesito recurrir a los tres sets para doblegar a su rival (4-6, 7-6 y 6-7). En un extraordinario duelo que duró casi tres horas y que comenzó superada la medianoche. La británica puso trabas todo el rato, con bolas profundas y altas dosis de agresividad. Trató de hacer lo que al fin y al cabo han ido haciendo otras: desquiciar a Muguruza. Esta, sin embargo, mantuvo el tipo. Todo temple pese a la ofensiva y una réplica todavía más efectiva, porque equilibró los golpes (41 ganadores, por solo cinco más de su rival) y sobre todo minimizó los errores: 37-19. Pasaba así a tercera ronda donde la esperaba la suiza T. Bacsinszky. En 1 h 54' y en tan solo dos sets solucionó la papeleta (6-7 y 2-6), pasando con solvencia a octavos. Allí el turno era para K. Pliskova. La checa no dio ninguna oportunidad a la española y resolvió el partido en 60' y dos sets (3-6 y 1-6). Y eso que no empezó mal la tenista española. Consiguió romperle el saque a la checa. Se puso 1-2 con saque favorable al inicio del primer set pero desaprovechó la oportunidad de oro. Pliskova en el siguiente juego devolvió el 2-2 en el marcador, rompiéndole el saque a Garbiñe que a partir de ahí pegó un bajón de juego del que se supo aprovechar Pliskova. Le salía todo, derechas increíbles, dominio absoluto del revés, sin perdonar ninguna subida a la red. Un doble break en el segundo set finiquitó finalmente el partido que cerró Pliskova con una nueva rotura de saque para sellar el 1-6. Lejos del nivel demostrado durante todo el torneo, el rostro de Garbiñe al abandonar la pista lo decía todo. A pesar de la derrota sube al 15º puesto del ranking.
La segunda representante española, Carla Suarez pasó fácil la primera ronda al ganar a la francesa C. Burel en dos set (7-5 y 6-2) y 1 h 24' continuando a segunda donde la esperaba D. Yastremska. En 1h 33' la ucraniana se impuso en tres sets (3-6, 6-3 y 1-6) en un partido en el que la canaria jugó mermada por las molestias físicas que arrastra desde hace un mes.
Las otras dos representantes nacionales no pasaron de primera ronda. Lara Arruabarrena perdiendo de forma clara ante la francesa A. Cornet en dos sets (6-2 y 6-2) y Sara Sorribes ante la estonia A. Kontaveit, también en dos sets (6-3 y 6-2).
A cuartos de final, pasaron aparte de K. Pliskova, la otra checa, P. Kvitova, las norteamericanas S. Williams y D. Collins, la japonesa N. Osaka, la rusa Pavlyuchencova, la ucraniana E. Svitolina y la representante local la australiana A. Barty. Habían caído las mejores, en cuarta ronda Halep, Kerber y Stephens, mientras que Wozniacki lo hacía en tercera, Bertens en segunda o Kasatkina en primera. Se mantenían cuatro top ten, dos top 20 y accedían dos outsiders, que precisamente se enfrentaron entre ellas.
A. Pavlyuchencova-D. Collins (6-2, 5-7 y 1-6). La americana (35ª del mundo) superó a la rusa (44ª) en 2 h 16 ' remontando un partido que se le había puesto muy cuesta arriba.
P. Kvitova-A. Barty (6-1 y 6-4). En poco más de una hora la checa se desembarazó de la australiana. N. Osaka-E. Svitolina (6-4 y 6-1). El partidazo entre la nº 4 del mundo y la nº 6 no lo fue tanto dada la superioridad demostrada por la japonesa, que en hora y cuarto eliminó a la ucraniana.
S. Williams-K. Pliskova (4-6, 6-4 y 5-7). Tres sets y más de dos horas necesitó la checa para doblegar a la norteamericana y plantarse en semifinales.
Los emparejamientos de semifinales enfrentaban a Pliskova con Osaka y a Kvitova con Collins.
En este ultimo P. Kvitova-D. Collins (7-6 y 6-0) la 7ª del ranking necesitó de toda su maestría para, en 1 h 34', eliminar a una norteamericana que le presentó batalla hasta el último punto del primer set. El segundo, vencida toda oposición, fue coser y cantar, y el paso a la final, un hecho.
El otro, N. Osaka-K. Pliskova (2-6, 6-4 y 6-4). en 1 h 53', estuvo muy igualado y se llevó la que más acertada estuvo, esto es la japonesa que de esta manera accede a su primera final en Melbourne.
Pero Kvitova es campeona de Wimbledon 2011 y 2014 y superado el incidente que estuvo a punto de costarle la vida, se lanzó a por todas en el segundo set, envalentonada porque tenía mucho más tenis que ofrecer. Punto a punto, latigazo a latigazo, pasó del 3-5 y tres bolas de partido a igualar a cinco y condicionar la actuación de la japonesa, que con una doble falta regaló el segundo set. Alegría inmensa en Kvitova, desesperación y lágrimas en Osaka, como en aquella final del US Open. Todo por decidir y volver a jugar, tras casi dos horas de encuentro.
A la japonesa le costó entender cómo había desaprovechado aquellas tres bolas de partido pero Kvitova no supo ni pudo alargar la euforia, permitiendo el resurgir de la cuarta raqueta del mundo y volvió a enredarse en el juego directo que le ofrecía. Para añadir más emoción a una trepidante final, la lluvia hizo acto de presencia y el torneo fue cerrando el techo mientras Osaka se preparaba para su juego definitivo. A la cuarta bola de partido, con otro servicio descomunal, Osaka, por fin, obtuvo su recompensa.

En el cuadro masculino, significar la vuelta de Nadal a la competición con su nuevo estilo de saque. El resto de armada española, Pablo Carreño , Roberto Bautista, Albert Ramos, Jaume Munar, Fernando Verdasco, Feliciano López y Guillermo García, Pablo Andujar, Marcel Granollers y Roberto Carballés sufrieron diferente suerte a lo largo del torneo.
En primera ronda cayeron, Guillermo García, Roberto Carballés, Pablo Andújar, Marcel Granollers, Jaume Munar, Albert Ramos y Feliciano López.
Fernando Verdasco ganó en primera ronda al serbio M. Kecmanovic (6-7, 3-6 y 3-6) y en la segunda al moldavo R. Albot (1-6, 6-7 y 3-6) para caer en tercera ante el croata M. Cilic en cinco sets (4-6, 3-6, 6-1, 7-6 y 6-3). Pablo Carreño ganaba en primera ronda al italiano L. Vanni (7-6, 6-2, 3-6, 5-7 y 4-6 ), en segunda al bieloruso I. Ivashka (2-6, 3-6 y 6-7 ) y en tercera al italiano Fognini en cuatro sets (2-6, 4-6, 6-2 y 4-6) pasando a octavos donde le esperaba K. Nishikori. El japonés en un partido durísimo le remontó después de cuatro horas de juego y cinco sets (7-6, 6-4, 6-7, 4-6 y 6-7) eliminándole de la competición.
Roberto Bautista ganó en primera ronda a A. Murray en un reñidísimo partido ( 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 6-2); en segunda al australiano J. Millman (6-3, 6-1, 3-6, 6-7 y 6-4) y en tercera al ruso K. Khachanov en tres sets (6-4, 7-5 y 6-4) para enfrentarse al verdugo de Verdasco en octavos. El croata M. Cilic fue un duro adversario, pero tras cuatro horas de lucha y cinco sets igualadísimos (7-6, 3-6, 2-6, 6-4 y 4-6) lo derrotó pasando a cuartos. De los diez españoles iniciales, sólo él y Nadal pasaron.
El recorrido de Rafael Nadal hasta cuartos fue impecable, no cediendo un solo set. En primera ronda le correspondió el australiano J. Dukworth (4-6, 6-6 y 5-7), en segunda su compatriota M. Ebden (3-6, 2-6 y 2-6) y en tercera el también australiano A. de Minaur (1-6, 2-6 y 4-6). Era el Nadal de sus mejores momentos.
Cuartos de final. Pasaron, además de los dos españoles, N. Djokovic, K. Nishikori, M. Raonic, L. Pouille, S. Tsitsipas y F. Tiafoe. Habían caído por el camino el suizo R. Federer, el alemán A. Zverev y el croata M. Cilic en cuarta ronda o el sudafricano K. Anderson en segunda y el norteamericano J. Isner en primera, entre los top ten.
A Bautista le correspondía el griego, R. Bautista S. Tsitsipas (7-5, 4-6, 6-4 y 7-6 ). Fue un partido marcado por las remontadas del griego y el patente cansancio de ambos jugadores. La poca gasolina que le quedaba en el depósito a Bautista tras las ajustadas victorias en cinco sets ante Murray y Cilic se quedó sobre el azul de la Rod Laver Arena (acumulaba 14 horas en pista antes de saltar a enfrentarse al griego). Enfrente, el desgaste mental y físico de haber eliminado a Federer en la ronda anterior. Iba a ser un partido que estaría más en la cabeza que en la raqueta y Bautista, que nunca había pisado esta ronda en un torneo de Grand Slam, desperdició las oportunidades de un primer set que podría haber cambiado el signo del encuentro en su favor. Con el 2-1 a favor del griego el cansancio era notable en ambos ya. Costaba correr a las dejadas, ante una bola imposible se desistía por la carrera y los largos intercambios tendieron a desvanecerse. Bautista y Tsitsipas quedaron a la espera de un error. Un par de puntos malos al servicio que condenaran o bien al triunfo del griego o a otra maratón para Bautista, y al final fue la primera opción. Aunque forzó el desempate, Bautista no pudo contener más al griego, que le terminó superando en el cuarto tras 3 h 15' de lucha.
A Nadal le tocaba enfrentarse a la joven promesa norteamericana. R. Nadal F. Tiafoe (3-6, 4-6 y 2-6) y un español sensacional en apenas dos horas de partido dio buena cuenta del americano. Los otros dos enfrentamientos fueron M. Raonic-L. Pouille y N. Djokovic K. Nishikori. En el primero, el francés superó al canadiense en cuatro sets (6-7, 3-6, 7-6 y 4-6) mientras que en el segundo, el japonés, lesionado debía abandonar en el segundo set ante el número uno (6-1 y 4-1).

El lenguaje corporal de los protagonistas indicaba su estado de ánimo. El primer punto al saque que dejó de ganar el campeón fue a los 33 minutos, con una derecha a la red. La segunda raqueta mundial debía recurrir a la épica si quería su decimoctavo grande y en sus 25 triunfos ante Nole, sólo en tres ocasiones se había impuesto tras ceder la manga inicial y una de ellas, en Wimbledon 2007, había sido por retirada. En el quinto asalto de la continuación llegó la segunda rotura del vencedor, que sonaba a definitiva. La versión agresiva de Nadal no se vio. Se posicionaba tres metros lejos de la línea blanca, como en el pasado, como si estuviera jugando en tierra. Djokovic no quería despertar a su mayor adversario y, cuando olió la sangre, fue directamente a por él consiguiendo el segundo.
El pupilo de Vajda sólo había dejado escapar una renta tan abismal en los cuartos de Roland Garros 2010 ante Melzer. Nadal acumulaba seis puntos al resto en dos sets y 1 hora y 28 minutos de tenis. Nunca estaba dentro de la pista y así era imposible generar direcciones. Su derecha orejera, que no se había visto en los seis partidos anteriores, fue la que más se vio en la final. Solo tuvo el manacorí una única oportunidad de reengancharse en el partido con un punto de rotura en el sexto juego del tercer set. Djokovic había cometido tres errores no forzados pero no realizó un cuarto y le cerró la puerta de la esperanza al finalista. El serbio conseguía su séptima victoria en Australia, su 15º grande y su tercer Grand Slam consecutivo. Está en racha y se acerca peligrosamente a los dos más grandes.
