Un total de veinticuatro selecciones nacionales de cinco confederaciones continentales compitieron por el título mundial, cuyo vigente campeón era el equipo de Francia, vencedor de su Mundial en 2017. Tras el sorteo de los grupos que se llevó a cabo el 25 de junio de 2018 en Copenhague, los cuatro grupos quedaron de la siguiente manera
Para el sistema de competición, y luego de tres mundiales celebrados, la IHF decidió volver al anterior formato de competición (Main Round), utilizado por última vez en Suecia 2011. Es decir los tres primeros, de cada grupo inicial de seis, pasan a la segunda ronda, donde se conformarán dos grupos de seis equipos cada uno, disputando las semifinales los dos primeros, que se cruzan primeros contra segundos de cada uno.
Los 19 convocados por el seleccionador nacional, Jordi Ribera son: Porteros: Gonzalo Pérez de Vargas (Barça Lassa), Rodrigo Corrales (PSG Handball) y Sergey Hernández (Logroño La Rioja). Centrales: Raúl Entrerríos (Barça Lassa) y Daniel Sarmiento (Saint-Raphaël Var Handball). Laterales izquierdos: Joan Cañellas (MOL Pick Szeged), Daniel Dujshebaev (PGE Vive Kielce), Viran Morros (PSG Handball) e Iosu Goñi (Pays d'Aix Université Club). Laterales derechos: Alex Dujshebaev (PGE Vive Kielce) y Eduardo Gurbindo (HBC Nantes). Extremos izquierdos: Angel Fernández (PGE Vive Kielce) y Aitor Ariño (Barça Lassa). Extremos derechos: Ferrán Solé (FENIX Toulouse) y Aleix Gómez (Barça Lassa). Pivotes: Adriá Figueras (Fraikin Granollers), Julen Aginagalde (PGE Vive Kielce), Gedeón Guardiola (Rhein-Neckar Löwen) y Abel Serdio (Recoletas Atlético Valladolid). Con respecto al Campeonato de Europa hay tres novedades: Sergey Hernández, Aleix Gómez y Abel Serdio, siendo los dos últimos las grandes novedades, ya que el guardameta del Logroño La Rioja, estuvo presente el año pasado en la preselección.
España competía en el grupo B junto a Hungría, Holanda y Croacia, Macedonia, Islandia, Bahrein y Japón.
El primer rival de la competición era Barein y los nuestros empezaron con buen pie, imponiéndose a los árabes. Barein-España (23-33). España ganó el siempre complicado primer partido, aunque sobre el papel el cuadro de Baréin se intuyera como un trámite. Con (11-16) al descanso, el problema nunca fue el ataque porque se sumaba con relativa facilidad (aunque Husain sacara balones de gol); donde no estaba cómoda la selección era en la defensa, con esa movilidad anárquica de un equipo sin zurdos, con fintas constantes, con jugadores capaces de aparecer por cualquier parte para encontrar al portero español vendido y porque un jugador, el central Alsayyad, con sólo 175 cm, puso en apuros el centro de la defensa. Fiel a su estilo Rivera, crono en mano, fue cambiando a sus jugadores, para que todos actuasen medio partido. Y día especial para recordar del debutante Aléix Gómez en un partido de este nivel, aunque errara dos penaltis.
En el siguiente, España-Islandia (32-25), la selección resolvió con nota su primer examen de reválida. Los 'Hispanos' se las ingeniaron para sortear la agresividad de los nórdicos que intentaban intimidar con la dureza de sus especialistas defensivos, con la experiencia de los centrales Entrerríos y Sarmiento. Además ,en plenitud de facultades, Palmarsson resulta casi imparable y con cuatro goles antes de cumplirse el primer cuarto y varias asistencias se convirtió en un quebradero de cabeza para los 'Hispanos'. Pero a medida que pasaban los minutos, el fenómeno islandés fue perdiendo fuelle. España jugó con más aplomo, no dejándose enredar por la hidra islandesa y al descanso se llegaba con la máxima diferencia (19-14). En la reanudación, Islandia volvió a intentar imponer su agresividad y Palmarsson, fresco aún, dio nuevas señales de peligro. Pero la diferencia no bajó nunca de los tres goles y paulatinamente la defensa española se fue haciendo con el dominio de la situación. Hasta cuatro balones rebañó de las manos de los rivales con oportunas anticipaciones, elevando la diferencia hasta los siete (27-20). En los últimos minutos apareció el portero Gustavsson, que con cuatro paradas, y una doble pérdida de los 'Hispanos' le metió emoción al marcador (27-24) mientras que la entrada de nuevo de Palmarsson, minuto 52, no tuvo incidencia en el resultado final.
El tercero era un partido de trámite esperando los huesos de Macedonia y Croacia. España-Japon (26-22). Con poco que ganar y mucho que perder, el partido sólo implicaba riesgos, que se materializaron con una mala puesta en escena de España y que tardó ocho minutos en marcar su primer tanto (1-3). El partido de compromiso se convirtió en un pequeño martirio para España, superada por Japón durante toda la primera mitad, más en el juego que en el marcador (10-11). No quisieron los 'Hispanos' pasar más penalidades y con un parcial de salida en la segunda mitad de 6-1 se encaminaron hacia su tercera victoria, pero sin dejar de sentir el aliento de los nipones hasta el final (26-22). Menos mal que ahí estuvo Rodrigo Corrales, muy entonado durante todo el partido. Esta vez Ribera no pudo repartir los minutos entre sus hombres como habría deseado; el partido nunca estuvo decidido y tuvo que tirar con los que esta vez parecían más resolutivos. Un encuentro que debía haber servido para seguir engrasando la maquinaria se cobró un peaje mayor del previsto, pero así son los Mundiales, cajas de sorpresas y trampas que hay que ir sorteando jornada a jornada.
El cuarto partido era Macedonia-España (21-32). Los Hispanos vencieron con contundencia pero no fue sencillo. España empezó con el punto de mira desviado, tirando a la madera (ocho veces) en situaciones cómodas, con Mitrevski entre inspirado en la portería y ayudado por el poco acierto español. Y luego, el ataque macedonio, siempre con dos pivotes y sin portero para tener ventaja, generaba complicaciones con Stoliov y Peshevski en los seis metros, y con Lazarov martilleando con el lanzamiento. Ya fue un éxito llegar al descanso con ventaja (13-12) gracias sobre todo a Raul Entrerríos que tiraba de los suyos con la ayuda espectacular de Gonzalo Pérez. Tras la charla en el vestuario, la salida de la segunda parte fue demoledora y Macedonia se entregó. Un 5-0 de España, con tres robos de balón seguidos, con una parada y un gol (el segundo) de Gonzalo Pérez, para acabar con el sufrimiento: de la incertidumbre de 13-12 del descanso, al 20-13 del min 35. Partido encarrilado, y Raúl González dejó de pensar en España para preparar el partido definitivo contra Islandia y donde Macedonia se juega su clasificación. Ribera aprovechó para ensayar lo que se le viene encima, Croacia. Con este resultado, cuarta victoria consecutiva, los hombres de Ribera mantienen intactas sus opciones de llegar a semifinales, al menos con dos puntos, asegurando un puesto en la siguiente fase.

Ahora los de Jordi Ribera pasan a la segunda fase y se la tendrán que jugar ante Francia, Alemania y Brasil. En su haber solo hay dos puntos por los cuatro de Croacia y los tres de galos y teutones. Todo está por decidir, complicado pero no imposible.
Del resto de grupos.
En el grupo A se enfrentaban Francia, Rusia, Alemania, Serbia, Brasil y Corea. Presentaba dos favoritos y no defraudaron. Nadie pudo ganar sus tres partidos pero Francia (cuatro victorias y un empate), Alemania (tres, dos y cero) y Brasil (tres, cero y dos) pasaron a la siguiente fase donde se enfrentaran a los nuestros. Fuera se quedaron Rusia (1-2-2), Serbia (1-1-3) y Corea (0-0-5).

Y en el grupo D muchísima igualdad, destacando la selección sueca. Pasaron los suecos (5-0-0) acompañada por húngaros (2-2-1) y egipcios (2-1-2) quedándose fuera cataríes (2-0-3), argentinos (1-1-3) y angoleños (0-0-5).
Quedaban conformados los 12 equipos que continuaban a la siguiente fase.
En el grupo I, España, (2p) junto a Croacia (4p) e Islandia (2p) además de Francia (3p), Alemania (3p) y Brasil (0p) mientras que en el grupo II, lo hacían Dinamarca (4p), Noruega (2), Túnez (0p), Suecia (4p), Hungría (1p) y Egipto (1p).
Grupo I. El primer obstáculo era Francia, el actual campeón del mundo. Francia-España (33-30). Con las incorporaciones de Sterbik y Goñi sustituyendo a los lesionados Rodrigo y Dani Dujshebaev. Una coyuntura muy similar a la que hace un año supuso el despegue de España hacia el título europeo se resolvió esta vez de forma adversa. Francia no necesitó apenas de Nikola Karabatic, corto de forma y cuya participación fue casi testimonial. Tenían perfectamente estudiado cómo desarmar la defensa española y casi siempre lo ejecutaron según lo planificado. Sólo Sterbik se interpuso en su camino, pero conceder 32 goles a un equipo como Francia es hacer oposiciones a la derrota, garantizada además si actúan en contra los desaciertos de unos árbitros a los que les vino grande el partido. España siempre tuvo que remar contracorriente. La sensación de que era un partido a vida o muerte se palpaba en los banquillos. Así las cosas Francia fue superior en la primera mitad. Sus conexiones en ataque funcionaban y siempre conseguían lanzamientos claros, que se materializaban en goles. En el otro lado todo lo contrario. Los Hispanos volvían a atascarse en el ataque. El signo del partido comenzó a cambiar cuando, en los últimos compases del primer asalto, Ribera llamó a Arpad Sterbik al orden.
El recién llegado saltó a la pista con un marcador de 17-12 y despejó dos balones a bocajarro que espolearon a los Hispanos para disminuir las diferencias y mandar el pulso a los vestuarios 17-15. En los primeros cuatro minutos de la segunda parte España logró hilvanar un parcial 0-3 que igualó el choque (18-18) pero la acción provocó una pequeña trifulca que aprovechó Francia para revertir la tendencia. Ahora fueron los franceses los que replicaron con un 4-0 volviendo a complicar las cosas para los Hispanos (22-18). Con el pabellón volcado aún más contra los galos, el combinado francés espoleado por el ambiente, poco a poco fue abriendo la brecha hasta marcar la máxima de seis goles en el ecuador del asalto (26-20). Luego, España lo acarició. Se llegó a colocar 32-30 a falta de dos minutos pero el lanzamiento de Ariño desde el extremo se topó con el meta Dumoulin. Ahí se escapaba el tren de las semifinales al que los Hispanos no llegaron a agarrarse.
La selección española, después de sumar su segunda derrota consecutiva tiene casi imposible disputar las semifinales del Mundial 2019, salvo descalabro poco probable de Francia o de Croacia. Y ocurrió, Croacia perdió con Brasil y abrió un pequeño resquicio de esperanza en las filas hispanas. Los tres condicionantes que se tienen que dar para estar en semifinales son 1º. Que España gane a Alemania, 2º Que Francia gane a Croacia y 3º que Alemania y Croacia empaten. De esta manera Francia acabaría como primera de grupo mientras que España accedería como segunda a semifinales.
El siguiente rival de la selección española era Brasil. España Brasil (36-24). El equipo que hace dos años puso en aprietos a España en los octavos de final del campeonato, recibió esta vez una ducha de realismo. Todo lo que le podía salir bien a España superó las expectativas: recuperó para la causa a Rodrigo Corrales; Pérez de Vargas pudo quitarse el mal sabor de boca que le dejó el partido contra Francia; el equipo funcionó como una máquina atrás y adelante; Jordi Ribera movió el banquillo para implicar a todos sus hombres, salvo a Figueras, y lo único que hay que lamentar es la lesión muscular de Sarmiento, que quizá le saque prematuramente de la competición. La selección entró muy centrada en el partido y lo decantó con un primer cuarto de hora casi perfecto.
Apareció, Joan Cañellas cuando Sarmiento tuvo que abandonar la pista, sorprendiendo a la defensa brasileña con tres formidables lanzamientos de 9 metros y luego dando tres asistencias de fantasía a Aginagalde. Sus 13 primeros minutos, antes de que Ribera le diera un descanso, fueron un master intensivo. España siguió matando a su rival al contragolpe, aunque también pagó sus pérdidas, y se encontró con un Nantes decidido a todo cuando salió a la pista como recurso de Brasil ante la superioridad defensiva de los ' Hispanos', que al descanso habían marcado tantos goles (19) como en los 60 minutos frente a Croacia. Eso no sació su hambre, porque en la segunda parte dieron una demostración de ambición, yendo a por todas ante un rival sin posibilidad de levantarse. Con los mismos ingredientes de la primera mitad, Cañellas 'top' y los extremos volando, alcanzó rápidamente los diez goles de ventaja (24-14). Intentó Brasil refugiarse de nuevo en el 5:1, y España no pestañeó. Su ataque movió balón y jugadores filtrándose entre los espacios libres, siempre con criterio y eficacia. La escalada se detuvo porque, finalmente, apareció el brazo privilegiado de Langaro. Con la victoria en el bolsillo, y partidos importantes por delante aún por jugar, la tentación de contemporizar era muy fuerte, pero los 'Hispanos' no cayeron en ella. Nadie ahorró ni una caloría. Un parcial de 4-0 final rubricó una victoria importante, tanto por los dos puntos como por la inyección de autoestima que refuerza a una selección que nunca dejó de creer en si misma.
Alemania España (31-30). El partido ante Alemania, no iba a ser nada fácil para el conjunto español, pese a que los germanos llegaran al duelo con el pase para semifinales asegurado: querían darle una victoria a su afición y conseguir el primer puesto para evitar a Dinamarca en los cruces. Pero Croacia con su victoria ante Francia (23-20) convertía en intrascendente para España el partido pues aunque ganara, a igualdad de puntos quedaría cuarta de su grupo, por detrás de los croatas, que nos vencieron en el encuentro de la primera fase. El encuentro en sí se podría resumir en cruce del central con el lateral, o viceversa, y zambombazo que te crió. A groso modo así es cómo Alemania derrotó por la mínima a España en un partido intrascendente. Y es que el combinado germano lleva a su máxima expresión lo que se califica como estilo directo, al sacar un enorme provecho al tremendo potencial de su primera línea.
No le pidan una combinación más complicada en ataque. Los alemanes saben que su éxito radica en un juego más bien poco ornamentado, pero a la par rápido y eficaz. El combinado español es la antítesis de equipo que su rival cuando ambos no pueden correr en contraataque. En posicional, se suele elaborar con numerosas permutas hasta encontrar la mejor opción de pase o lanzamiento. Un cruce tan básico en el balonmano como es el de un lateral con otro lateral, parece toda una quimera para los germanos. Ellos prefieren recibir el balón para luego encarar directamente a su par, para bien levantarse y sacar a relucir su poderoso lanzamiento exterior o para tratar de fintar o penetrar. Los datos son irrefutables al término de un encuentro en el que, por otro lado, España nunca perdió la cara, luchando contra los elementos hasta el último minuto. 17 de los 31 goles de Alemania fueron anotados por jugadores de su primera línea, once de ellos de larga distancia. Es innegable que a esto de lanzar 'pedradas', pocos son tan buenos como los germanos. Independientemente del resultado, como cuarta clasificada definitivamente, la selección española tendrá que ganarse la última plaza para los torneos preolímpicos frente a Egipto, en el partido por el séptimo y octavo puesto.
En el otro grupo, el II formado por los tres mejores de los grupos A y B, terminó primera Dinamarca muy potente, ganando sus tres partidos, con Noruega segunda (al perder con Dinamarca) pasando ambas a semifinales y Suecia tercera. Egipto se clasificó en cuarta posición por mejor diferencia de goles (-6) que Hungría (-10), con quien habían empatado en la primera fase (30-30). Ambas selecciones terminaron con tres puntos. La selección que dirige David Davis ganó a Túnez 30-23, mientras que los húngaros fueron goleados en su último partido con Noruega (35-26), lo que les terminó dejando fuera de las plazas para los Preolímpicos. Su última oportunidad de disputarlos la tendrán que buscar dentro de un año en el Europeo.
A semifinales pasaban los dos mejores de cada grupo, primeros contra segundos. Así quedaban enfrentadas Noruega con Alemania y Dinamarca con Francia.
Y en la final se volvían a encontrar Noruega y Dinamarca. Si en la fase de grupos ya se impuso la anfitriona (30-26) esta vez fue con mayor holgura. Noruega-Dinamarca (22-31). A la cuarta fue la vencida. Por fin llegó el oro en el Mundial. A Dinamarca, tres veces subcampeona del mundo, campeona de Europa en 2012,oro en los JJ OO 2016 y a su estrella Mikkel Hansen, tan sólo se les resistía este título para completar la triple corona internacional. Por ello, el campeonato organizado por su país, junto a Alemania, era la ocasión perfecta para quitarse el sambenito de eterno aspirante al cetro mundialista. Lo hizo con total merecimiento al finalizar en lo más alto del podio después de acabar inmaculada con diez victorias en diez partidos y arrasando en el último a Noruega que vuelve a ser subcampeona otra vez.
La medalla de bronce fue para Francia, Alemania-Francia (25-26). Muy emocionante, no se resolvió hasta los últimos instantes con un gol de Karabatic en el último segundo.
El quinto puesto fue para los suecos, Croacia-Suecia (28-34) que ya dominaban al descanso (13-16).
Y el séptimo puesto para España. España-Egipto (36-31). Era la última plaza que calificaba para los torneos Preolímpicos del próximo año y los 'Hispanos' se veían abocados a un último encuentro cargado de dinamita, en el que se jugaban entrar directamente. La dificultad radicaba en que su rival, Egipto, podía jugar con bastante menos presión. Había superado sus expectativas en este campeonato y tenía prácticamente garantizado participar en los torneos de calificación olímpica, aunque no gane el Campeonato de Afríca. Egipto venía dominando la primera parte (al descanso 17-18) cuando al poco de comenzar la segunda parte, un cambio defensivo español (con 19-21) alteró el rumbo del encuentro y los 'Hispanos' pusieron la directa hacia una victoria que salva su participación en este campeonato.
En definitiva, España no alcanzó sus objetivos máximos acordes con su condición de campeón de Europa. Croacia y Francia rebajaron sus aspiraciones mostrándose superiores y su partido contra Alemania (tercera derrota) ya no daba ni quitaba nada.
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