Con 23 años cumplidos se convierte en el campeón de Moto3 más veterano en conseguirlo. Y lo ha logrado a falta de una carrera para el término de la temporada, después de firmar un primer puesto muy fajado en la penúltima prueba de la temporada, en Qatar, peleando al límite de lo permitido con el piloto japonés Ayumu Sasaki, que finalmente terminaría subcampeón.
Tras siete temporadas en Moto3, 110 grandes premios a sus espaldas y cuando ya había anunciado el cambio a la categoría de Moto 2, (firmó en verano cuando figuraba quinto, por el Stop and Go para llevar una de sus Kalex, sin querer esperar otras ofertas), Masià ha conseguido el feliz desenlace que tanto deseaba.
Llegando a Moto 3 en 2017, de rebote, su progresión entre 2018 y 2021 fue prometedora. Si las cuatro carreras que disputaba en 2017como piloto invitado, le permitían finalizar 27º, en 2018 fue decimotercero, en 2019 noveno, en 2020, sexto y en 2021 finalizó el curso como cuarto clasificado. En 2022, no obstante, hubo un ligero retroceso: terminando el año de nuevo como sexto clasificado.
Durante esos años veía como se coronaban pilotos más jóvenes que él, como Izan Guevara, Pedro Acosta o Albert Arenas.
Algo no funcionaba bien, Jaume Masiá no terminaba de encontrar el camino del éxito y por ello decidía dar ‘un paso atrás’ y regresar al equipo en donde más a gusto se había encontrado, el Leopard Racing, que sabedor de su potencial no escatimó esfuerzos y recursos para conseguir ‘explotar’ todo el potencial del piloto de Algemesí esta temporada. Incluida una sicóloga deportiva, Mar Rovira, que comenzó a trabajar con el hasta entonces ‘explosivo’ Jaume Masiá.
Los resultados no tardaron en llegar, pero no fue un camino fácil.
Masiá comenzaba la temporada 2023 con un quinto puesto en Portugal al que siguió un desalentador ‘cero’ bajo la lluvia argentina para, a partir de entonces, encadenar una serie de tres podios consecutivos, (segundo en Austin, tercero en Jerez y tercero en Le Mans) si bien la victoria se le resistía. No le llegaría hasta la carrera de los Países Bajos, tras un quinto y un sexto, respectivamente, en Mugello y Sachsenring. La racha de Jaume Masiá no terminó de ‘explotar’ hasta Cataluña, pues tanto en Gran Bretaña como en Austria encadenaba sendos ‘ceros’ por abandonos (caída en Silverstone y problema técnico en Sachsenring). Sin embargo, en Cataluña y en la República de San Marino, logró sendas segundas posiciones, antes de encadenar dos victorias consecutivas en India y Japón, siendo ésta última la que le permitió comandar, por primera vez, la tabla de puntos del campeonato, en detrimento de Daniel Holgado (KTM).
A partir de ese momento, el piloto de Algemesí intentaba templar los nervios de una u otra manera, para llegar hasta Catar con un único rival en la carrera por el título, tras los fiascos del colombiano David Alonso (Gas Gas) y del español Daniel Holgado (KTM), en la carrera de Malasia, dejando el camino expedito a los dos únicos aspirantes al título, Jaume Masiá y el japonés Ayumu Sasaki, si bien sus opciones matemáticas existían pero eran muy remotas, al depender siempre del resultado de sus rivales.
Catar podía ser la primera oportunidad de Masiá para lograr el anhelado título mundial y el piloto valenciano, que no dependía sólo de él, sino también del resultado de su rival, no defraudó las expectativas y se proclamó campeón como lo hacen los grandes del motociclismo, venciendo la carrera.
Jaume Masiá padre, un gran aficionado a las motos, ya llevaba a su hijo con cinco años, a un polígono o a una explanada de tierra en Algemesí a rodar con una minimoto. Se le daba bien, pero la familia no tenía el dinero necesario para afrontar los gastos derivados de la competición. Pero la fortuna les tendía una mano, nacía la Cuna de Campeones que becaba a los cinco primeros y Masià terminaba... quinto. De ahí el número 5 de sus monturas.
En la cuna de campeones fue creciendo con otro tipo tan clave en su trayectoria como su progenitor, Julián Miralles. El Campeón del Mundo de 125 confió en él y fue subiendo de categorías con sus éxitos.
En 2014, corrió en la Red Bull Rookies Cup con 13 años, finalizando séptimo cuando ganó Jorge Martín frente a Joan Mir y donde estaban esos dos campeones y otros pilotos como Fabio Di Giannantonio o Toprak Razgatlioglu. Tras un breve paso con Emilio Alzamora en el FIM CEV en Moto3, pese a estar con el Estrella Galicia y Monlau, Masiá volvía a la tutela de Miralles y el conjunto de la Cuna en 2017, cuando ya algunos daban su talento por perdido, terminando segundo tras Dennis Foggia.
Era en 2017 cuando surgía la oportunidad de su vida; para la carrera de Austria, Darryn Binder se lesionaba y el Platinum Bay tenía una vacante para correr en el Red Bull Ring y el elegido fue Masià. Jaume sorprendía desde el inicio. A pesar de medirse a pilotos mucho más bregados en la categoría, se clasificaba 14º en parrilla firmó una vuelta rápida que se convertiría a su vez durante un tiempo en el récord de velocidad de Moto3 en el Red Bull Ring y en carrera rodó con el grupo de cabeza toda la cita. Hasta se puso a comandar el grupo en la persecución del ganador Joan Mir. Finalizó noveno, pero todo el paddock se había fijado en él, llegando a firmar un contrato de dos años con esa escuadra. A su lado tenía al técnico José Manuel Ruiz, Josete. Era una escuadra modesta, pero comenzó a despuntar con un cuarto en Assen en 2018. En 2019, lograba su primer triunfo, en Argentina, en la segunda cita del curso y muchos le presionaron con que ya tenía que optar a todo. Esa temporada 2019 finalizaba noveno, lo que le valía para fichar por el Leopard Honda para la siguiente.
Adaptándose a la Honda, lograba dos victorias, pero sin llegar a pelear por el entorchado. Con todo, le sirvió para fichar por otro gran equipo: el Ajo KTM. Nuevo reciclaje a otra moto, aunque en ese 2021 se topó con un compañero inesperado: Pedro Acosta, que en su primer año le batió. En 2022, nueva decepción para 'El Rubio', en la KTM y con dos victorias y un 6º puesto final, trasvase de nuevo al Leopard para la 2023.
La carrera de Qatar fue un compendio de guerra de guerrillas. Con Sasaki partiendo 4º y Masiá 10º, el grupo de las KTM cerraba filas con Sasaki mientras que las Honda participantes lo hacían con el español, en concreto su compañero Adrián Fernández, especialmente agresivo con el nipón. Advertidos, pero sin sanción en ninguna de las acciones, los continuos hachazos en cabeza, conseguían que el ritmo no fuera alto, propiciando un grupo muy numeroso en el que el desenlace estaba en el aire.
A falta de cuatro vueltas, Masià se ponía en cabeza por vez primera. Sasaki lo veía y adelantaba a Jaume, pero el valenciano se lo devolvía en la siguiente. En ese rifirafe, se metía Adrián Fernández, que mandaba a Ayumu al octavo puesto, generando un pequeño hueco con el grupo delantero de cinco unidades.
Para la última vuelta Masiá encaraba el giro en cabeza y tapando todos los huecos se imponía en meta, con Alonso y Oncu, completando el podio. Sasaki, por detrás sólo podía hacer sexto a segundo y medio del ganador .
«Aún no me lo creo. No sé muy bien qué decir. Ante todo, quiero dar las gracias a mi equipo, por creer en mí. Ya somos campeones del mundo y estoy muy contento», acertó a decir el piloto valenciano tras, entre lágrimas de alegría, abrazarse a los miembros de su equipo, el Leopard Racing, con el que ha conseguido poco menos que un milagro, pues su Honda que lleva ya mucho tiempo sin recibir desarrollo alguno, era claramente inferior (en teoría) a sus competidoras.
Cuarta victoria del curso y décima en su carrera, para un Macauly Masià a la que hay que sumar 27 Podios y 10 Pole Position, para 111 GP disputados. Este curso, el salto cualitativo hacia adelante ha sido del todo impresionante, en una categoría en la que, normalmente, todo está en un puño. Han sido cuatro victorias, tres segundos puestos, tres terceras plazas, un cuarto puesto, dos quintas posiciones, dos sextas plazas y un octavo puesto que le han permitido sumar 271 puntos, 28 más que Sasaki el piloto de la Husquarna.
El valenciano se convertía en campeón sin tener que esperar a la carrera de casa. Su experiencia ha sido un grado frente al poderío de las KTM y la fogosidad de varias de las jóvenes promesas.
Con este título Masiá se suma a la lista de campeones mundiales españoles, que sigue encabezando Angel Nieto con 13, haciendo el número 25.