Si la vida es eso que pasa entre Mundiales de rugby, la edición del Seis Naciones que comienza hoy sería volver a nacer. Comienza un nuevo ciclo, el que desembocará en Australia 2027, que para unos será continuista y para otros un borrón y cuenta nueva.
Los primeros protagonistas, Francia e Irlanda lucharán en el Velódromo de Marsella, en una de esas excursiones que de vez en cuando se pega el XV del Gallo fuera de su base de operaciones habitual, a caballo entre Marcoussis y el Stade de France.
Curiosamente abren fuego las dos víctimas de esa picadora de carne humana que fueron los cuartos de final del último Mundial. Tanto Fabien Galthié como Andy Farrell han entendido sus derrotas ante Sudáfrica y Nueva Zelanda como un tropezón factible dentro de un proyecto sólido, y las novedades en sus respectivas listas responden a la necesidad de cubrir bajas y retiradas varias, no a un cambio de rumbo. Francia comparecerá sin su Von Karajan, Antoine Dupont, quizá el jugador más mediático del rugby actual, que persigue su sueño olímpico y ha renunciado al torneo para preparar los Juegos con el seven. Con Ntamack, su compañero habitual en la bisagra, lesionado, Galthié entregará las llaves del equipo a Maxime Lucu y Matthieu Jalibert. Por su parte Irlanda busca nuevo director de juego en su primera edición desde 2009 sin Jonathan Sexton en la lista, que apenas presenta cinco novedades respecto a la del año pasado. El apertura dublinés tuvo en el Mundial su último baile tras 118 apariciones internacionales y le sustituirá en la primera alineación del torneo Jack Crowley, con lo que la manija del Trébol volverá a Munster, el equipo de Ronan O’Gara, padre deportivo de Sexton, tras más de una década en manos del rival Leinster.
Del resto de contendientes, con Italia e Inglaterra como segundo duelo, para los transalpinos se trata de consolidar los brotes verdes que han dejado entrever a ratos en las últimas ediciones. El esqueleto parece claro con los hermanos Cannone, Lamaro, Varney, Garbisi y Capuozzo. Faltan disciplina delante y aportaciones más sólidas y constantes en los centros y las alas para que se produzca realmente un salto de calidad que pasa por dejar de limitarse a intentar competir y empezar a ganar. Hace seis meses habrían tenido mejores cartas ante una Inglaterra por entonces maltrecha, que sin embargo echó un buen jarro de agua al fuego durante el Mundial, que acabó tercera contra pronóstico. La lista de Borthwick seguramente sea la mayor vuelta de tuerca que le ha dado a la Rosa desde que sustituyó a Eddie Jones para la anterior edición. En parte obligada, porque Owen Farrell, el Sexton de este equipo, 112 partidos internacionales a sus espaldas, ha renunciado a su plaza por higiene mental. El efecto colateral de su baja, que suplirá en primer término George Ford, es la constatación de que el globo de Marcus Smith, inoportunamente lesionado, puede haberse desinflado definitivamente.
Cerrarán el primer acto Gales, en una remodelación completa que deja atrás la era (gloriosa aunque su final haya sido turbio) de los Alun Wyn Jones, Dan Biggar, Justin Tipuric, Faletau y cía. La simboliza el nombramiento de Jac Morgan como capitán a sus 24 años y con una experiencia internacional que se reduce a 15 partidos. La nueva Escocia, muy parecida a la de 2023, busca zaguero tras la retirada de Stuart Hogg y Kyle Rowe es el primero en el casting.
Comenzaba la edición 2024, un atípico viernes día 2 en una inhabitual localización pero con el partido más esperado de la jornada
El Francia 17 Irlanda 38, se disputaba en territorio francés pero no en Paris (por obras en el habitual Parque de los Príncipes con motivos de los próximos JJOO), sino en Marsella en su emblemático Velódromo hasta los topes. Francia se presentaba sin su capitán, Antoine Dupont, su medio melé titular, su gran estrella, su director de orquesta, (ahora implicado con el Seven por la lucha por una medalla olímpica este verano), mientras Irlanda, lo hacía sin el suyo, Johnny Sexton, ahora retirado, pareciendo haber digerido mejor esa decepción que Les Bleus luchando por encontrar respuestas en ausencia del suyo. Y Francia estrenaba esta edición 2024, como extrañando su casa parisina, a cámara lenta y echando en falta a Antoine Dupont. Que Maxime Lucu no es Dupont, se sabía ya antes de que lo afirmara Fabien Galthié esta semana. Lo peor fue la facilidad con la que se descosió su defensa ante una Irlanda que sí ha sabido mantener el estado de excelencia con el que llegó a esos cuartos de final del Mundial. Los campeones del 2023 aprovechaban las facilidades defensivas en el arranque de los franceses, campeones en 2022, para empezar dominando con un rotundo 0-10 con un golpe de castigo convertido por Crowley a los 6 minutos y un ensayo en el 15' de Gibson-Park transformado por el propio Crowley. Once más tarde Ramos acortaba distancias para el XV del Gallo con un golpe de castigo, pero sólo tres después llegó el segundo ensayo irlandés, obra de Beirne y que transformaba a palos de nuevo Crowley. El equipo de Andy Farrell imponía su mayor agresividad ante una defensa francesa que hacía aguas. En la recta final del primer parcial los hombres de Fabien Galthié supieron parar la sangría a base de empuje, incluso en inferioridad, pues el segunda línea francés Paul Willemse veía tarjeta roja por doble amarilla por reiteración de placajes irregulares. Así, nueve minutos después, un ensayo de Penaud en el 39, transformado por Ramos dejaba el marcador al descanso en (10-17).
A los cinco minutos de la reanudación Irlanda, firmaba su tercer ensayo de la noche, obra de Nash, posteriormente transformado por Crowley. Pese a estar con uno menos, el equipo francés no dejó de pelear demostrando capacidad de reacción. Aferrándose a sus opciones encontraba recompensa en un posado tras maul de Gabrillagues, aprovechando una igualdad de efectivos temporal tras ser amonestado O’Mahony, que se estrenaba como capitán. Lo malo fue que la acción azuzaba a Irlanda, que valiendose de la misma herramienta conseguía sus dos últimas marcas, una de Sheehan y otra de Kelleher y que significaron el gran botín del bonus ofensivo, en un puerto complicado como el que asaltaron en Marsella, y que pone al Trébol en franquía para repetir título (¿y Grand Slam?) una vez superado, y con contundencia, el rival a priori más complicado. Significar que el año pasado la victoria irlandesa ante Francia en Dublín en la segunda jornada (32-19) fue determinante para la resolución final del título con Grand Slam añadido.
FRANCIA (10+7). Baille, Mauvaka, Atonio, Gabrillagues, Willemse, Cros, Ollivon, Alldritt, Lucu, Jalibert, Moefana, Danty, Fickou, Penaud y Ramos. También jugaron Marchand, Wardi, Falatea, Aldegheri, Taofifenua, Woki, Boudehent, Macalou, Le Garrec y Bielle-Biarrey.
Marcador: 2 ensayos Penaud (39') y Gabrillagues (52'), 2 transformaciones Ramos (41' y 52') y 1 golpe de castigo Ramos (26).
IRLANDA (17+21). Porter, Sheehan, Furlong, McCarthy, Beirne, O'Mahony, Van der Flier, Doris, Gibson Park, Crowley, Lowe, Aki, Henshow, Nash y Keenan. También jugaron, Kelleher, Healy, Bealham, Ryan, Baird , Conan, Murray y Frawley-
Marcador: 5 ensayos Gibson Park (15'), Beirne (29'), Nash(45'), Sheehan(61') y Kelleher (77'), 5 transformaciones Crowley (17', 30', 46', 62' y 78') y 1 golpe de castigo (Crowley 6').
Árbitro: Karl Dickson (Inglaterra). Amarilla en el 7' y roja en el 30' a Willemse, por segunda amarilla. Amarilla a O'Mahony en el 52'.
Para el sábado 3 quedaban el
Italia 24 Inglaterra 27. Los 'azzurri', entrenados ahora por el argentino Gonzalo Quesada, en un Olímpico de Roma con muy buena entrada, se adelantaban en el marcador con un golpe de castigo a los cuatro minutos anotado por Allan y engrosaban el marcador hasta el 10-0 merced a un ensayo de Garbisi en el 10' transformado por el propio Allan. El XV de la Rosa reaccionaba y acortaba distancias gracias a un golpe de castigo de Ford en el 15' y un ensayo de Elliot Daly en el 19, pero poco tardaba en responder una Italia bien asentada en el campo, con un ensayo de Allan que transformaba él mismo. Pese a dos golpes de castigo seguidos de Ford en la recta final del primer parcial, Italia llegaba al descanso en ventaja (17-14) y aún soñando con ganar por primera vez a los ingleses.
Tras el descanso una Inglaterra, más experimentada y más fuerte físicamente, se ponía por primera vez por delante con un ensayo de Mitchell en el 44', transformado por Ford (17-21). Y ponía tierra de por medio con dos golpes de castigo convertidos nuevamente por Ford, (17-27), que se confirma como el sucesor de Owen Farrell, como sucedió en el Mundial. Con el tiempo cumplido Italia rubriaba su gran partido con un ensayo de Monty Ioane, eludiendo dos placajes, que transformaba Garbisi para el 24-27 definitivo y que concedía a Italia el bonus defensivo.
ITALIA (17+7): Fischetti, Lucchesi, Ceccarelli, N. Cannone, Ruzza, Negri, Lamaro, L. Cannone, A. Garbisi, P. Garbisi, Ioane, Menoncello, Brex, Pani y Allan. También jugaron Nicotera, Spagnolo, Zilocchi, Zambonin, Izekor, Zuliani, Varney y Mori.
Marcador: 3 ensayos Garbisi (10'), Allan (25') y Ioane (84') Riccioni (43') y Fusco (62'), 3 transformaciones Allan (12' y 26') y Garbisi (85') y un golpe de castigo Allan (4') .
INGLATERRA (14+13). Marler, George, Stuart, Itoje, Chessum, Roots, Underhill, Earl, Mitchell, Ford, Daly, Dingwall, Slade, Freeman y Steward. También jugaron Dan, Obano, Cole, Coles, Cunningham-South, Care, Smith y Feyi-Iwaboso-
Marcador: 2 ensayos Daly (19') y Mitchell (44'), una transformación Ford (45') y 5 golpes de castigo Ford (15', 32', 37', 53' y 66'').
Árbitro: Paul Williams, (Nueva Zelanda). Amarillas a Daly (74') y Lamaro (79').
Gales 26 Escocia 27. En un Principality Stadium abarrotado ocurrió lo nunca visto en los últimos 22 años: que el Cardo profanara Cardiff en una tarde con dos caras muy distintas, pero que acabó con el Puerro rindiendo la plaza más difícil de tomar del Seis Naciones. Aunque el rugby avance inexorablemente hacia un juego más físico y menos técnico y proliferen los alas de más de cien kilos, al final lo que manda en este deporte, al menos a nivel internacional, es el oficio. Y eso no se entrena, se acumula con los años. Así que por definición la nueva Gales que pretende armar Warren Gatland, a medio camino entre la necesidad de una transición generacional y la obligación que imponen las retiradas de pesos pesados como Alun Wyn Jones y las bajas (la última, la de Rees-Zammit para perseguir una carrera en la NFL, especialmente difícil de digerir), tenía que ser un equipo tierno y a merced el sábado de una Escocia que ya hace tiempo que cuajó, por mucho que le falten títulos que constaten su madurez.
El esperado ramalazo de orgullo galés, una selección a la que no le queda más que encomendarse a San David y a una maduración temprana de sus cachorros, llegaría en la segunda parte, después de un primer envite paupérrimo. Sin ni siquiera el factor cancha a favor, Gales de todos sus errores, que no fueron pocos (entre ellos tres visitas estériles a la 22 rival por fallos propios), el más grave fue dejar jugar a placer a Finn Russell. Una temeridad que pagaron con creces. Abrió el marcador el pie del apertura de Bath y lo estiró Schoeman tras un drive en el que Finn lanzó por primera vez a su back three, con Rowe en el 15 por la baja de Kinghorn, contra la desordenada defensa local. A la media hora llegaría otra perla del 10 caledonio, que asistió a Van der Merwe tras amagar con un señuelo que dejó a la mitad del Principality con torticulis.
Si Gatland puso los puntos sobre las íes a los suyos en el vestuario, el rapapolvo tuvo efecto retardado, porque amanecía aún la segunda parte cuando Russell volvió a poner en órbita a Van der Merwe, que firmó el doblete con una carrera imparable de las suyas. (0-27) y la sensación de que no había partido.
Pero entonces emergieron dos verdades de este deporte: que no se puede matar a Gales antes del pitido final cuando juega en casa y que no conviene, por higiene mental, confiar demasiado en Escocia. Los primeros rompieron a jugar y desataron un torrente feroz que casi se lleva por delante un triunfo que los visitantes tenían aparentemente abrochado. Fue una media hora épica, preciosa, con 75.000 almas cabalgando a lomos de las arrancadas impenitentes de Aaron Wainwright, los requiebros de Rio Dyer, autores ellos de dos de los cuatro posados que se sucedieron en un lapso de 20 minutos (los dos últimos en superioridad numérica por una amarilla a Tuipulotu), y dos mauls canónicos coronados por Botham, primero, y Mann después. El partido entre Escocia y Gales estuvo dos veces a punto de entrar en los anales del VI Naciones: primero por parecer que Escocia iba a endosar una abultadísima derrota al XV del Puerro (0-27). Después, porque parecía que los galeses iban a anular la enorme ventaja escocesa. Ni lo uno, ni lo otro.
GALES (0+26). Domachowski, Elias, Brown, Jenkins, Beard, Botham, Reffell, Wainwright, Davies, Costelow, Dyer, Tompkins, Watkin, Adams y Winnett. También jugaron Dee, Mathias, Assiratti, Ted Williams, Mann, Tom Williams, Lloyd y Mason.
Marcador: 4 ensayos Botham (47'), Dyer (52'), Wainwright (60') y Mann (67') y 3 transformaciones Lloyd (53', 61' y 68')-
ESCOCIA (20+7). Schoeman, Turner, Z. Fagerson, R. Gray, Cummings, Crosbie, Ritchie, M. Fagerson, White, Russell, Van der Merwe, Tuipulotu, Jones, Steyn y Rowe. También jugaron Ashman, Hepburn, Millar-Mills, Skinner, Dempsey, Horne, Healy y Redpath.
Marcador: 3 ensayos, Schoeman (11') y Van der Merwe (29', 42'), 3 transformaciones Russell (12', 30', 43') y 2 golpes de castigo (Russell 7' y 23').
La próxima semana, la segunda jornada, el 10 y 11 de Febrero, los partidos programados son el Escocia & Francia y el Inglaterra & Gales el sábado quedando para el domingo el Irlanda & Italia.
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