Friday, June 13, 2025

Roland Garros 2025 . Alcaraz repite título

Del 25 de Mayo al 8 de junio se disputaba, en las instalaciones del Stade, en el bosque de Bolonia parisino, la 124ª edición de uno de los torneos de tenis más longevos del mundo.  
Único de los cuatro grandes en tierra batida, y segundo de la temporada, este Roland Garros 2025 rendía merecido homenaje a Rafael Nadal con la inauguración de una loseta conmemorativa en la arcilla de la Philippe Chatrier, con la pisada del tenista balear. Como todos los años acudían las mejores raquetas del mundo y al que solo faltaban algunos lesionados como Matteo Berrettini, Roberto Carballés, David Goffin, Kei Nishikori, Juncheng Shang o Zhizhen Zhang en el cuadro masculino, o Sorana Cirstea, Belinda Bencic y la española Sara Sorribes en en el cuadro femenino.
Empezando con el torneo femenino, 
la representación española estaba compuesta por tres tenistas en el cuadro principal, debiendo pasar por el clasificatorio, cuatro mujeres más. Dos de ellas, Nuria Parrizas y Andrea Lázaro se descolgaban a las primeras de cambio; Nuria ante la rumana S. Bulgaru (1-6 y 6-7) y Andrea con la japonesa N. Hibino (7-6 y 6-4). Por el contrario Guiomar Maristany ganaba en primera ronda a la checa B. Palicova (4-6, 6-2 y 7-6), para caer en segunda frente a la tenista china X. Wang (6-7 y 3-6) y Leyre Romero se clasificaba para el cuadro principal tras imponerse a la rusa D. Astakhova (1-6 y 1-6) en primera ronda, a la australiana A. Sharma (6-7 y 2-6) en segunda y en tercera a la polaca L. Klimovikova (4-6 y 4-6), pasando a competir en el cuadro principal junto a las tres españolas que tenían el acceso directo, Jessica Bouzas, Cristina Bucsa y Paula Badosa.
La competición de las españolas en conjunto, ha sido desafortunada, pues además de la desventura en el torneo clasificatorio, en el cuadro principal era eliminada en primera ronda Cristina Bucsa que perdía su partido ante la jovencita rusa y nº 6 del mundo, Andreeva, M. Andreeva - C. Bucsa (6-4 y 6-3) en 1h22; hasta segunda ronda llegaba enrachada la recién clasificada Leyre Romero cayendo claramente ante la rusa Samsonova en 1h35, L. Romero - L. Samsonova (3-6 y 3-6) y después de dejar en la cuneta en primera a la francesa Rakotomanga L. Romero - T. Rakotomanga (7-6 y 6-2) también en 1h35, y siendo Jessica y Paula las que más lejos llegaban, hasta tercera. 
Jessica Bouzas se imponía fácil en primera ronda a la norteamericana Navarro en menos de una hora, J. Bouzas - E. Navarro (6-0 y 6-1), en segunda a su compatriota Montgomery, de forma más dificultosa J. Bouzas - R. Montgomery (4-6, 6-4 y 5-7) en tres sets y 2h09, para caer en tercera ante la también estadounidense Baptiste, H. Baptiste - J. Bouzas (7-6 y 6-1) en 1h28. 
En el caso de Paula Badosa, su recorrido era más complicado, con sendas remontadas; en primera ronda ante la japonesa Osaka, N. Osaka - P. Badosa (7-6, 1-6 y 4-6) en 2h21, en segunda ante la rumana Ruse, EG. Ruse - P. Badosa (6-3, 4-6 y 4-6) también en tres set y 2h22 de partido, para ceder en tercera, ante la ahora australiana Kasatkina, en dos sets y hora y media de partido D. Kasatkina - P. Badosa (6-1 y 7-5). 
Por tanto sin representación nacional para octavos de final, tampoco la nómina de las mejores era impresionante, con varias de las mejores, eliminadas. Tenistas tan importantes como la norteamericana E. Navarro o la checa K. Muchova en primera ronda, la también checa B. Krejcikova en segunda, la rusa D. Schnaider en tercera o la norteamericana J. Pegula y la italiana J. Paolini en cuarta.  
De tal manera que a la ronda final accedían seis top ten, más la nº 13 y una wild card, la francesa Lois Boissson. En definitiva la bielorusa Aryna Sabalenka en el nº 1, la polaca nº 5 mundial Iga Swiatek, la rusa Mirra Andreeva (6ª), la china Zheng Qinwen (8ª), la 13ª ucraniana Elyna Svitolina y dos norteamericanas, Cori Gauff (2ª) y Madison Keys (7ª). 
Con dominio europeo oriental, repetían presencia la mejor de de dos tenistas norteamericanas, además de la rusa, la polaca y la bielorusa, quedando los emparejamientos de la ronda de 
cuartos de final de la siguiente manera: 
El primer enfrentamiento correspondía a la número uno y a la número ocho. 
A. Sabalenka - Z. Qinwen (7-6 y 6-3), y la bielorusa haciendo honor a su posición daba buena cuenta de la tenista china tras un primer set muy igualado en una hora de partido y sin que la tenista china pudiera hacer frente al vendaval que se le venía encima.  

En el siguiente partido, Elina Svitolina e Iga Swiatek, el duelo entre ucraniana y polaca se resolvía para la tenista polaca E. Svitolina - I. Swiatek (1-6 y 5-7) también en dos sets, tras tener que remontar el primero y casi dos horas de partido con la número ocho del mundo sin saber hacer frente a una crecida rival. 
El tercer duelo entre la jovencísima tenista rusa Mirra Andreeva y la invitada local Loïs Boisson M. Andreeva - L. Boisson (1-6 y 5-7) se resolvía sorprendentemente para la jugadora francesa en poco más de dos horas de partido. Teniendo una clara favorita en la figura de la tenista rusa y nº 5 del mundo, la jugadora italiana, fuera de toda presión (nº 12) salía muy resuelta a pista y sacando de sus casillas a la jovencita rusa y remontando en le último momento el primer set le ganaba claramente el segundo para hacerse con el triunfo y colarse en semis. 
El último enfrentamiento correspondía al duelo entre las dos norteamericanas, Madison Keys y Coco Gauf, séptima y segunda del mundo. M. Keys - C. Gauff (7-6, 4-6 y 1-6), en un partido precioso se imponía finalmente Gauff a Keys, tras ceder un igualado primer set en dos hora y media de partido y pasando a sus primeras semifinales, donde se mediría a la también sorpresa francesa para configurar de cualquier forma una final inédita.  

Semifinales. A semifinales por tanto accedían bielorusa, polaca, francesa y norteamericana, enfrentándose en ese orden.
Así en la primera coincidían dos de las tres mejores raquetas mundiales 
A. Sabalenka - I. Swiatek (7-6, 4-6 y 6-0), en 2h19,  y el histórico partido que enfrentaba a la actual número uno del mundo y la vigente campeona de Roland Garros rezumaba aroma a final anticipada, con la tenista polaca intentando aferrarse al trono y la bielorusa luchando por arrebatárselo.  Actualmente, existe una gran diferencia entre las sensaciones que muestran una y otra, pues en este 2025, la bielorrusa se ha hecho con tres títulos WTA (Madrid, Miami y Brisbane), además de llegar a la final del Open de Australia, mientras la polaca no ha llegado a la final de ningún torneo en todo 2025 y no se hace con un título desde Roland Garros 2024, una situación totalmente atípica. No es tarea fácil doblegar a Swiatek en su torneo fetiche, donde se ha impuesto cuatro veces, por ello, Sabalenka salía absolutamente con todo y no dar pie a que su rival entrara con buenas sensaciones al partido. Empezó rápidamente rompiendo dos servicios y perdiendo apenas cuatro puntos en tres juegos. Sacaba Sabalenka para 4-0, pero la vigente campeona daba su primera muestra de presencia en el encuentro. Servía Sabalenka para el 5-1 en unos momentos pletóricos, pero entonces cometía unos cuantos errores no forzados de forma consecutiva que le pasaban factura. Desencajada durante muchos momentos de la remontada rival, lograba calmarse en los momentos finales, volvía a subir el nivel y en el tie break apretado lograba hacerse con la primera manga, (7-6) en 1h15. 


En el segundo set, Swiatek emergía de la nada, subía su tenis, aumentando la potencia de sus tiros y la precisión del golpeo. Se ponía por encima en el marcador y aguantaba la ventaja a la perfección para ganar claramente el segundo (4-6) en 42' y entrar con muy buenas sensaciones al tercer set, ya que la bielorrusa volvía a fallar tanto en la derecha como el revés y era dominada por la vigente campeona. Pero era solo una sensación pues volvía a aparecer la desatada Sabalenka, del primer set, volviendo a tomar la iniciativa en el golpeo y haciendo lo imposible por llegar a su primera final de Roland Garros cuanto antes ante una polaca incapaz de reaccionar (6-0) en 22'. 
Un marcador que la posiciona como máxima favorita a hacerse con el Grand Slam parisino. Enfrente, se acababa el idilio de la polaca en la tierra batida parisina tras haber levantado tres años consecutivos el título de campeona y una racha seguida de 26 victorias. 
En la sorprendente segunda semifinal, entre francesa y estadounidense, la nº dos mundial bajaba de la nube a la joven invitada local y nº 361 del ranking. Lois era la primera 'wild card' en meterse en semifinales desde la creación de la Era Open y tercera mujer desde 1980 que en su debut se clasificaba para semifinales de un Grande, tras Monica Seles (R.G. 1989) y Jennifer Capriati (R.G. 1990). 
L. Boisson - C. Gauff (1-6 y 2-6), la outsider se enfrentaba ahora a la solida presencia de la norteamericana, y a pesar del apoyo de la grada, no podía hacer frente al mejor tenis de Gauff que se imponía claramente en dos sets y en 1h09, para presentarse de esta manera en su segunda final aquí.

Final. La soñada de enfrentamiento entre la nº 1 y la nº 2, los pronósticos estaban divididos aunque con ligera preferencia para la bielorusa. Sabalenka llegaba a Paris como un tiro y con victorias sobre Rakhimova, Teichmann, Danilovic, Anisimova, Zheng y Swiatek, solo esta encontraba la manera de arañarle un set y partía favorita. En el lado contrario y con mínimo estruendo, una Gauff en su versión más sólida se imponía a Gadecki, Valentova, Bouzkova, Alexandrova, Keys y Boisson, y al igual que su rival, solo Keys, le arañaba un set. En su duelo particular después de diez enfrentamientos, empate a 5 victorias. En esta temporada solo se han cruzado en la final de Madrid, donde la bielorrusa imponía su ley en su segundo duelo en tierra batida, ya que el primero cayó del lado de Gauff en Roma 2021. Las dos ya saben lo que es ganar un Grand Slam, pero no aquí. Aunque Gauff perdía la final de Madrid ante Sabalenka y la de Roma ante Paolini, la dinámica de la estadounidense indicaba que llegaba a punto de caramelo a Paris. En cuanto a la bielorrusa, siete finales en diez torneos disputados en 2025 pueden ser su dato más elocuente. Ahora le tocaba Roland Garros, un escenario que ya vivía Gauff hace tres temporadas con solo 18 años, ante una intratable Swiatek. Desde entonces ha llovido mucho y Gauff sabe como jugarle a Sabalenka cuando la presión quema. 
El partido A. Sabalenka - C. Gauff (7-6, 2-6 y 4-6) en 2h38, comenzaba arramblando la número uno, dando a entender que la final tendría poco recorrido. Sin embargo, aparecía el viento, grandes rachas de viento en la Philippe Chatrier, que presentaba una entrada digna de una gran final. Molesto para ambas, Sabalenka aprovechaba que restaba en el lado de la pista menos afectado y atacando el débil segundo saque de Gauff quebraba en el tercer juego del encuentro para poner el 3-1. Todo le salía a pedir de boca, mandaba en los intercambios, abría ángulos y recurría a las dejadas. Demasiado para una Gauff sobrepasada y Sabalenka con un derechazo rompía de nuevo para colocar el 4-2 en menos de 20’ de auténtico vendaval. El partido pintaba mal para la estadounidense, pero eso no significaba que fuera a claudicar, y aprovechando un par de regalos devolvía uno de los dos breaks. Y, de repente, la actitud de la número uno cambiaba. Ya no había concentración ni seguridad, solo precipitación y reproches. 
Del dominio al fondo de pista se pasaba a una pobre defensa que permitía meterse de nuevo en el partido a Gauff, 4-3. La irascibilidad de Sabalenka iba en aumento, al mismo nivel que crecía la seguridad de Gauff que recuperaba el segundo quiebre e igualaba a cuatro un primer set que tenía prácticamente perdido. Sufriendo y contra las cuerdas, Sabalenka lograba romper el servicio de su rival y sacaba para llevarse set. Pero sin terminar de estar del todo cómoda, el viento y el empuje de la americana le hacían desaprovechar dos bolas de set y Gauff, a la quinta bola de break, ponía el 5-5 en el luminoso. Ya no había dominio, solo supervivencia. Y en este estado, la tigresa sacaba sus garras y se lucraba del flojo servicio de la americana para romperle por cuarta vez. Pero las dos eran un flan con su saque, ninguna era capaz de ganar dos juegos seguidos y la primera manga se iba a decidir en un tie break que empezaba 0-3 para Aryna y que, tras un desempate en su tercera bola de set, se llevaba el primer parcial (7-6) en 1h20’. Para la segunda manga la igualdad se mantenía y con ella, las caras largas y la incomodidad de Sabalenka, mientras Gauff impasible, resistía para quebrar en el primer juego. La número uno, nerviosa, indecisa y precipitada, no encontraba respuestas y el segundo set se inclinaba a favor de la americana, que volvía a romper y colocaba el 4-1 para poco después hacerse con el set (2-6) en 33’. Todo se igualaba para el último. Sin tiempo para excusas ni lamentaciones, los nervios se apoderaban de la bielorusa, más pendiente de dirigirse a su equipo que de encontrar la manera de superar a Gauff, quien a lo suyo, le rompía el servicio para adelantarse. Mientras que la número uno gesticulaba en cada punto, la mirada de la de Atlanta solo mostraba concentración. Ya no solo se dedicaba a meter la bola y a esperar el fallo, sino que iba con determinación hacia el título. Cada juego que pasaba se acercaba a su primer Roland Garros. Pero Sabalenka con 1-3 abajo y cerca del 1-4 se calmaba y se ordenaba. Igualaba 3-3. Gauff rompía otra vez: 3-4 y subía hasta el 3-5. Mientras que la número se agarraba a un clavo ardiendo para no ceder y colocaba el 4-5 con sus servicio, pasando la presión a Gauff, que sacaba para convertirse en campeona. Y, como durante todo el partido, sin alterarse, aguantaba la presión y una bola de break en contra. Para ganar el set y el partido (4-6) en 45’, para conquistar su primer Roland Garros y su segundo Grande.   Gauff, de menos a más, conseguía minar la moral de la bielorrusa, superada por la situación. 

Con este ejercicio de resistencia se llevaba un título más que merecido ante una rival fuera de sitio, desencajada y que fallaba lo inimaginable (66 errores no forzados). La número dos del mundo, a pesar de su ranking, nunca ha recibido la atención mediática de Sabalenka o de Swiatek. Ya sufría los focos y la exposición cuando se daba a conocer en Wimbledon 2019 con 15 añitos. Desde entonces y a base de pico y pala, se centraba en mejorar todos los aspectos de su juego, y es ahora, cuando a base de perseverancia recoge la mies sembrada. ¡A veces, la maña supera la fuerza! Además del trofeo se lleva la friolera de 2.550.000 dólares. 


En cuanto al torneo masculino, la escuadra española contaba con Carlos Alcaraz como máximo exponente y se completaba con Alejandro Davidovich, Jaume Munar, Pedro Martínez, Roberto Bautista y Pablo Carreño directamente incluidos en el cuadro principal,  mientras que al cuadro clasificatorio lograban acceder Pablo Llamas, Alejandro Moro, Albert Ramos, Daniel Rincón, Pol Martín, Carlos Taberner y Martín Landaluce con diferente resultado y con dos de ellos, Pablo Llamas y Albert Ramos, logrando acceder al cuadro principal. 
Así en primera ronda quedaban eliminados Alejandro Moro, Daniel Rincón y Carlos Taberner. Moro cedía ante el australiano Kubler, J. Kubler A. Mora (6-4, 3-6 y 6-2) después de tres sets; mientras que en solo dos lo hacían Rincón ante el norteamericano Boyer, T, Boyer - D. Rincón (7-6 y 6-4) y Taberner ante el monegasco Vacherot, V. Vacherot - C. Taberner (6-2 y 6-4). Hasta segunda ronda llegaban Pol Martín y Martín Landaluce. Pol ganaba en primera al francés Kouame, P. Martín - M. Kouame (2-6, 6-4 y 6-3) y cedía en segunda ante el croata Cilic M. Cilic - P. Martín (6-4 y 6-3) mientras que Martín ganaba en primera al boliviano Dellien M. Landaluce - M Dellien (6-4, 3-6 y 7-6) para ceder ante el argentino Gómez, M. Landaluce - F. Gómez (0-6, 7-6 y 3-6) encajando un rosco en el primer set. Y hasta tercera llegaban Pablo Llamas y Albert Ramos. Llamas ganaba en primera ronda al australiano Bolt, P. Llamas - A. Bolt (4-6, 6-4 y 7-5), en segunda al checo Svrcina, P. Llamas - D. Svrcina (6-0 y 6-1) y se clasificaba para el cuadro principal ganando en tercera al lituano Gaubas, V. Gaubas - P. Llamas (0-6, 6-3 y 2-6). En cuanto al recorrido de Ramos era victoria en primera ante el uzbeco Sultanov, K. Sultanov - A. Ramos (1-6 y 1-6), en segunda sobre el argentino Burruchaga, A. Ramos - R. Burruchaga (6-4 y 7-6) y en tercera frente a su compatriota Collarini, A. Collarini - A. Ramos (2-6 y 1-6) accediendo también al cuadro principal, y donde el recorrido de los españoles era bastante decepcionante si exceptuamos la extraordinaria actuación de Carlos Alcaraz y sin ningún representante en tercera ronda. 
Y así, en primera ronda Llamas tenía la mala suerte de cruzarse a las primeras de cambio con Davidovich, P. Llamas - A. Davidovich (3-6, 2-6, 7-6 y 3-6), y Alejandro se imponía después de ceder el tercer set, eliminando por tanto a su compatriota. También caían Martínez, Bautista y Ramos. Pedro Martínez lo hacía de forma clara ante el canadiense Shapovalov en tres sets, D. Shapovalov - P. Martínez (6-2, 6-0 y 6-3) Roberto Bautista se debía cruzar con el 10º del mundo, el danés Rune, R. Bautista - H. Rune (7-6, 4-6, 3-6 y 2-6) y después de ganar el primero caía eliminado. El caso del clasificado Albert Ramos era peor, pues le tocaba eliminarse con el noruego Ruud, nº 7 del ranking C. Ruud - A. Ramos (6-3, 6-4 y 6-2) y caía eliminado en su primer contacto con la pista. 
Hasta segunda ronda llegaban Jaume Munar que tras eliminar al argentino Carabelli en primera ronda C. Carabelli - J. Munar (4-6, 1-6 y 5-7), le tocaba medirse al francés Fils, J. Munar - A. Fils (6-7, 6-7, 6-2, 6-0 y 4-6) cediendo en cinco disputados sets mientras Pablo Carreño que se imponía ante el argentino Comesaña en primera ronda P. Carreño - F. Comesaña (6-2, 7-6 y 7-5) caía en segunda frente al norteamericano Tiafoe también en tres sets F. Tiafoe - P. Carreño (6-4, 6-3 y 6-1)
De tal manera que único representante español que accedía a 
octavos de final, era Carlos Alcaraz tras haber dejado en la cuneta en primera ronda al italiano Zeppieri en tres sets G. Zeppieri - C. Alcaraz (3-6, 4-6 y 2-6) en menos de dos horas; en segunda, al húngaro Marozsan en cuatro sets F. Marozsan - C. Alcaraz (1-6, 6-4, 1-6 y 2-6) cediendo su primer set y en 2h09. En tercera ronda su rival era el bosnio Dzumhur, y también necesitaba de cuatro sets para pasar de ronda D. Dzumhur - C. Alcaraz (1-6, 3-6, 6-4 y 4 -6) cediendo otro set y en 3h14. El partido de octavos le enfrentaba al norteamericano Ben Shelton y el murciano también necesitaba de cuatro sets para imponerse al nº 13 mundial, B. Shelton - C. Alcaraz (6-7, 3-6, 6-4 y 4-6), en 3h19.  
cuartos de final llegaban cinco de los primeros ocho tenistas del ranking mundial, Sinner, Alcaraz, Zverev, Djokovic y Musetti junto al nº 12 Paul, el 15º Tiafoe y el outsider kazajo y (nº 62) Bublik, repitiendo ronda con respecto a 2024, Sinner, Alcaraz, Zverev y Djokovic. Al murciano le correspondía enfrentarse nuevamente a un norteamericano, Tommy Paul; el italiano Sinner era el más afortunado enfrentándose al kazajo Bublik y el germano Zverev, el más agraviado al tener que cruzarse con el serbio N. Djokovic, mientras que el duelo restante que enfrentaba a Musetti con el otro norteamericano Tiafoe, era el más igualado. 
Para haber completado un impresionante ocho de ocho, faltaban a la cita, Fritz que caía en primera ronda, Ruud que lo hacía en segunda, y Draper que lo hacía en cuarta, además de raquetas importantes que habían quedado eliminados muy pronto, caso de Medvedev y Dimitrov en primera o De Miñaur en segunda. 
El tenista español se enfrentaba al norteamericano Paul, 
T. Paul - C. Alcaraz (0-6, 1-6 y 4-6), y en una sombrosa exhibición de juego y recuperando sensaciones el murciano daba buena cuenta del nº 12 mundial en tres sets en poco más de hora y media de partido. Frente a uno de sus rivales más peligrosos y en una sesión nocturna que no termina de congratularle demasiado, Alcaraz pasaba como una exhalación por encima del estadounidense, dejando un poso de genialidad en el ambiente que pocas veces se experimenta, en una sintonía perfecta desde el inicio del primer set. Derechas profundas y agresivas, cambios de ritmo con todos sus golpes perfectamente atinados, clarividencia táctica suprema y solidez al servicio. La actitud del norteamericano fue fantástica en todo momento, consciente de que tenía muy poco que reprocharse y conseguía hacer un juego en el inicio de la segunda manga, pero no fue más que un espejismo. 

El partido continuaba por los mismos derroteros, con Alcaraz disfrutando y haciendo disfrutar, elevando el tenis a un estatus superior y contrarrestando los saques de su contrincante con fiereza. La sucesión de golpes ganadores (40 al finalizar con 22 errores no forzados), hacían que Paul se sintiese incapaz de proponer algo diferente para frenar el temporal que se le venía encima. Con el tercer parcial, la previsible bajada de adrenalina, intensidad y precisión en el murciano la aprovechaba el estadounidense para igualar algo las fuerzas. Conseguía entrar en pista en alguna ocasión, mandar con su drive y sentir que tenía opciones de jugar a tenis, y no solamente de correr detrás de la bola, resignado a la derrota. Así, mantenía la igualdad hasta el noveno juego, cuando Alcaraz se lanzaba al resto a tumba abierta para dar el zarpazo definitivo al partido (4-6) en 38’. 
Su principal rival, el nº uno Sinner se enfrentaba a la revelación del torneo, el kazajo Bublik. 
J. Sinner - A. Bublik (6-1, 7-5 y 6-0) se resolvía del lado del italiano en 1h49 al imponerse sin sorpresas al ilusionista kazajo. La gran sorpresa del torneo y el gran favorito, se veían las caras, enfrentando dos estilos completamente opuestos: potencia, control y dominio por parte de Sinner; virtuosismo, espectáculo y talento por parte de Bublik. Lo mismo en cuanto a carácter: puro frío, el italiano; descaro total, el kazajo. Habiendo dejado por el camino a De Miñaur (nº 9 de la ATP) y a Jack Draper (nº 5), le quedaba por demostrar si sería capaz de sorprender al número uno del mundo, y en su primer encuentro en tierra batida. Pero Sinner salía al partido como siempre y sin hacer concesiones se llevaba el primer set claramente (6-1) en 38'. Luego y poco a poco, el kazajo se quitaba los nervios y empezando a mostrar algo del tenis que le había llevado hasta los cuartos de final llevaba la manga hasta el 5-5 con todo por decidir. Era el momento en que Sinner mostraba su talante de número uno, para romperle el servicio y ganar con el suyo para apaciguar la tempestad (7-5) en 46' . Superado el susto, Sinner volvía a poner la directa y rompiendo nuevamente su servicio en el primer juego del tercer set, encarrilaba la manga y a pesar de las perlas del kazajo meterle un rosco  (6-0) en 25' y meterse nuevamente en semifinales. 
El tercer duelo A. Zverev - N. Djokovic (6-4, 3-6, 2-6 y 4-6), en su enésimo enfrentamiento, el horario del partido no favorecía al serbio. Con sesión nocturna, la humedad y el frío, provocan que la pelota engorde y que sea mas difícil de golpear. No era problema para Zverev y sus inmensas palancas gracias a su 1,98 metros y así el tenista de Hamburgo, rompía el saque de su adversario en el juego inicial. Ese 'break' le valía para anotarse el set. El veterano Djokovic se veía obligado a la épica si quería regresar por decimotercera vez a semifinales, y cuanto antes. Por ello colocaba un 3-1 en la segunda manga, logrando lo más difícil, hacerse con el saque de Zverev. Ampliaba la renta hasta el 4-1 y le puso corazón para firmar las tablas. Pasadas las 10 de la noche empezaba a apretar el frío y el campeón de 24 grandes empezaba a creérselo dando con el golpe con una segunda rotura en el quinto juego y haciéndose con los siguientes seis. Al número tres mundial, le faltaba la consistencia desde la línea blanca que a Djokovic le sobraba. Y aunque el alemán atajaba la sangría con 2-0 abajo en el cuarto set, ya era demasiado tarde para él. En el sexto juego, con 3-2 y pelota de 'break' para Zverev, el de de Belgrado decantaba a su favor el punto del año (41 golpes) finalizando con un passing de derecha. 
Para finalizar la ronda de cuartos, el pique entre ocho y el quince del mundo 
L. Musetti - F. Tiafoe (6-2, 4-6, 7-5 y 6-2) se resolvía a favor del jugador italiano, en 2h50 aunque no exento de polémica, pues en la segunda manga Musetti daba, sin querer, un pelotazo a una juez de línea, creándose la polémica, pues en condiciones normales hubiera supuesto su descalificación y quedaba finalmente en un warning. Primera vez para ambos en alcanzar los cuartos de final, el italiano llegaba en una forma espectacular y frente a Tiafoe, partía como claro favorito. Lo demostraba en la pista y dominando desde el inicio, rompía su saque de entrada y pronto marcaba diferencias para llevarse el primer set (6-2) en 37’. Pero, el estadounidense entraba poco a poco en el partido, y aprovechando sus escasas oportunidades de break (solo tres en todo el partido), lograba romper rápido para mantener su ventaja hasta el final del set para igualar el marcador (4-6) en 46’. La pérdida de un set, por tercera vez consecutiva, tras sus partidos contra Navone y Rune, no afectaba a Musetti, que volviendo a tomar la iniciativa rápidamente dejaba claro a su rival que habría batalla en el tercer set y acelerando el ritmo en su tramo final rompía el saque del estadounidense en el momento clave y volvía a tomar el mando del partido, (7-5) en 53’. Para la cuarta manga, Tiafoe superado, no podía mantener el ritmo del italiano y Musetti se alzaba con el set (6-2) en 31’, victoria y con el acceso a semifinales por primera vez aquí.


Semifinales. Con dos representantes italianos (por primera vez en 40 años), un serbio y un español, los italianos tenían la posibilidad de llegar a enfrentarse en la final, caso de superar en la primera Musetti a Alcaraz y en la segunda Sinner a Djokovic. 
L. Musetti - C. Alcaraz (6-4, 6-7, 0-6 y 0-2) era un partido no apto para cardíacos con grandes expectativas en las gradas de la Philippe Chatrier con el duelo entre el nº 2 Alcaraz y el nº 8, Musetti que se cumplieron durante un buen tramo de partido. El tenista murciano no entraba bien al partido y no transmitía buenas sensaciones en el arranque. Dubitativo con el servicio, precipitado tácticamente, acelerando demasiado la pelota sin imprimir tanto efecto a la pelota y carente del acierto que se necesitaba para doblegar a un jugador pletórico, tal y como estaba el italiano. Aún y así, Alcaraz disponía de tres oportunidades de rotura, que no aprovechaba lo que le hizo perder todavía mas confianza. Y sería en el noveno juego, cuando se producía el break por parte de Musetti, muy atinado en todos sus tiros, especialmente el servicio y el revés, para llevarse el primer set (6-4) en 49’. 
Todavía no se habían disparado las alarmas, pero resultaba evidente que la segunda manga era crucial. Musetti encajaba un break en blanco con unos coletazos de inspiración mágica por parte del murciano, que sin poderlos mantener, retornaba la igualdad. En ese momento el partido entraba en su momento más apasionante e igualado, con alternativas y muchas dudas de Alcaraz. Lograba el español aguantar el tirón y hacer el break en el undécimo juego, pero volvía a encajar un contrabreak muy doloroso. Sin embargo, en el tiebreak desplegaba su mejor versión, para llevarse la manga (6-7) en 1h07. 
Para el tercer set se notaba un bajón en el juego de Musetti, que resentido de dolores en la pierna izquierda, debía ser atendido en dos ocasiones diferentes. El italiano aguantaba intentando recomponerse manteniendo la compostura, pero tras encajar un rosco en el parcial (6-0) en 23’, e ir ya 2-0 a remolque en el cuarto, decidía retirarse tras 2h25 de partido. 
Triste e inmerecido final para un hombre que ha sido gran protagonista de la gira sobre tierra batida. Alcaraz sacaba adelante un peliagudo compromiso ante un Musetti pletórico que durante dos sets cuestionaba la victoria y que acababa claudicando por problemas ajenos al juego. Una batalla apasionante de estilos entre dos hombres que honraron al tenis, pero que terminaba viéndose condicionada por los problemas físicos del italiano. De esta infortunada manera, Alcaraz luchará por otro título de Grand Slam en la final. 
J. Sinner - N. Djokovic (6-4, 7-5 y 7-6), en 3h17. Semifinal de escándalo entre dos de los mejores tenistas del mundo. El último representante del Big-3, de la vieja escuela, contra uno de los estandartes de la nueva era. El número uno contra el campeón de 24 Grand Slams. 4-4 en el cara a cara y un solo puesto para la gran final de Roland Garros.  La Philippe Chatrier presentaba la gran novedad respecto a la primera semifinal de jugarse sin el techo puesto, un aspecto que, a priori, podría beneficiar a Djokovic. El serbio, con 38 años, quince más que Sinner, sabía que si entraba en el duro intercambio de golpes con el italiano saldría perdiendo. Por lo que empezó a aplicar su manual de supervivencia: dejadas, bolas altas, cambio de direcciones, con objeto de cortar el ritmo y la velocidad de crucero al número uno del mundo. Sin embargo, Sinner acostumbrado a ello casi siempre sale vivo de estas afrentas, a base de reventar la bola, meter una más y llegando a todas las partes de la pista. De esta manera se explicaba el primer break del italiano en el quinto juego del partido. Sinner imponía un ritmo que empezaba a agobiar a ‘Nole’. El de Belgrado no encontraba respuestas, se quejaba y su cara mostraba preocupación. Pero si algo tiene Djokovic es que su resiliencia; recuperando el nivel, insistía en su táctica, salvaba tres bolas de break y llegaba a ponerse 0-30 en el siguiente juego para recuperar el break, pero ahí aparecía de nuevo el robot que ni siente ni padece para salvar el juego y colocarse 5-3 y posteriormente cerrar el el primer set a su favor (6-4) en 46’ y demostrar que si alguien le quiere vencer  tiene que exigirle mucho más. 
El segundo set no variaba mucho de guion, aunque el serbio decidía ser algo más directo y arriesgar, pero Sinner llegaba siempre, tanto que incluso Djokovic tenía que hacer dos dejadas en un mismo punto para poder vencerle, un punto de 26 golpes en el que la Chatrier se puso de pie. No cejaba el campeón de 24 Grand Slams, pero su físico empezaba a mandarle señales. Por mucho que lo diera todo, Sinner era inabordable. Se maldecía Djokovic porque por mucho que subiera la intensidad, que golpeará más rápido y más fuerte y le pusiera todas las ganas del mundo, el italiano era un auténtico muro. Aun así se revolvía el serbio, que también rugía y celebraba ante la grada parisina cuando conseguía sacar adelante sus saques. El problema era que al resto las opciones eran mínimas y los juegos pasaban muy rápido. Así se antojaba complicado un segundo parcial que poco a poco iba inclinándose a favor del joven de 23 años. El serbio se dejó el alma El número uno era todo piernas y potencia. Djokovic se exprimía para evitar ceder su servicio, pero llegó un momento en el que ya no podía aguantar más esas embestidas y Sinner quebraba para colocarse 4-3. El serbio era consciente de que la cosa no pintaba bien, pero la palabra ‘rendirse’ no aparecía en su diccionario. Sacaba Sinner para cerrar la segunda manga, y poner pie y medio en la final del domingo, así que el de Belgrado se revolvió e igualaba 5-5, puro tenis.  Aceptaba el italiano la resurrección del ganador de 24 Grand Slams, y sabedor que el partido estaba ahí, cortaba de raíz la revolución y devolvía el break, para esta vez, a la segunda, para cerrar el parcial (7-5) en 1h13.
La intensidad de la batalla y el alto ritmo al que se estaba jugando, pasaba factura en la carrocería del serbio, que pedía la entrada del fisio. Se bajaron revoluciones y los juegos se iban sucediendo. No arrojaba la toalla el balcánico, pero cambiaba el plan, acortaba al máximo los puntos porque la gasolina del tanque se estaba vaciando y el set entraba en el momento decisivo: 4-4. La grada quería más tenis, la manga entraba en ese estado de tensión en el que Djokovic se mueve como pez en el agua y disfrutaba de tres bolas de set para alargar un partido que estaba siendo una oda al tenis. Todo pendía de un hilo, pero Sinner resistió la presión del serbio y de la grada para colocar el 5-5. El tercer set se iba a decidir en un tie break no apto para cardiacos. El desempate fue una auténtica batalla, pero como ocurría durante todo el duelo, cuando la mano tiembla y el corazón se acelera, Sinner se erige como el verdadero número uno que es (7-6) en 1h15.
El italiano se llevaba un partido para el recuerdo que quizás confirma el cambio de ciclo y el fin de una época, aunque Djokovic dejara en lo más alto el legado del Big 3, pero tuvo enfrente a una máquina prácticamente perfecta, que no expresa nada ni refleja ningún sentimiento; tanb solo juega al tenis y quiere ganar títulos. El domingo, en la primera final del tenista italiano en Paris, tendrá la oportunidad de refrendarlo ante la otra bestia del tenis actual, Carlos Alcaraz. 

La final, entre el nº 1 y el nº 2 del mundo, los dos tenistas más en forma del momento y con las apuestas ligeramente a favor del italiano,  J. Sinner - C. Alcaraz (6-4, 6-7, 4-6, 6-7 y 6-7)   respondía a todas las expectativas creadas. El camino de Alcaraz parecía bastante amable y con la retirada de Nishikori, en primera ronda le acababa tocando Zeppieri, luego Marozsan, Dzumhur, Shelton, Paul y Musetti, debiendo este lamentablemente abandonar por lesión. Pero en el camino cedía cuatro sets, a diferencia de su rival, Sinner, (que  tras su sanción por dopaje volvía en Roma donde perdía la final frente a Carlos Alcaraz), no había cedido ni un sólo set en el torneo debutando frente a Rinderknech, dejando a Gasquet, Lehecka, Rublev, Búblik y Djokovic por el camino. Cinco partidos ganados en 15 sets, firmando tres roscos y cediendo sólo 53 juegos. Primera vez que se medían en la final de un "Grande", el primer punto daba una pista de la que se avecinaba (1-0) en 12’. Alcaraz estaba obligado a cuajar un partido tácticamente perfecto para imponerse con una serie de consignas claras: mandar con la derecha, mover lo más posible al italiano, un primer saque consistente, cambiar las alturas, cambiar la velocidad de bola y no dar un paso atrás. Lograba un break en la séptima oportunidad que dispuso, en una clara prueba de paciencia y consistencia, pero enfrente el número uno se mostraba imperturbable. Incluso habiendo firmado 13 errores no forzados en ese primer tramo. Le dio igual porque respondió a la ruptura con la misma medicina en el sexto juego. En apenas un suspiro Sinner desactivaba el plan de Carlitos, resolviendo sus dos siguientes saques con autoridad y ni siquiera el parón medico para atender el ojo de su rival, antes del décimo juego, inmutaba al italiano. Cuando el tenis de Sinner alcanza el modo robótico es una versión mejorada de Novak Djokovic. Cerraba el set (6-4) en 1h05 y encadenaba tres juegos más del segundo, obligando a Alcaraz a replantearse la final.
Sinner pegaba palos a diestro y siniestro, incluso con el resto ante primeros servicios. Para alterar al de San Cándido había que cambiar alturas y velocidades y buscar nuevos argumentos. Apelando a todo el tenis que tiene, mezclando golpes, velocidades y defendiéndose de manera soberbia igualaba el set, aunque no bastaba para voltear el segundo set porque el italiano volvió a ser "La Macchina" en el tie-break (7-6) en 1h09. 
Era el momento del más difícil todavía pues Alcaraz nunca había remontado dos sets en contra. Pero el problema mayor era el tenis de Sinner. Ferrero, tan consciente como Alcaraz, le soltaba: "Aguanta, aguanta como sea el momento". Porque ese momento era el de un "break" de Sinner para empezar. Y Carlos aguantó. Capaz de encontrar rendijas en el juego del transalpino, encadenaba cuatro juegos seguidos y moviendo a Sinner, le empezaron a funcionar el servicio y la derecha, llegando los errores del italiano. Este Alcaraz era otro y a pesar de perder la oportunidad de cerrar el parcial con su saque, no se inmutaba y en el siguiente rompía el de Sinner sellando el set con un recital de derechas y una volea magistral (4-6), en 50’, cerrando el puño y llevándose la mano a la oreja. Sinner cedía así su primer set en el torneo y su respuesta era una incógnita. 
Tuvo la primera oportunidad de rotura en el tercer juego. pero la salvaba Alcaraz. Con más de tres horas de partido, la final se endurecía. El salvaje tenis de Sinner le llevaba a sumar un "break" en el séptimo juego, pero... Alcaraz era capaz de salvar tres bolas de partido con su saque para sumar cinco puntos seguidos. Sinner se tambaleaba pero se mantenía en pie y forzaba el "tie-break". Pero rozando la Copa de los Mosqueteros le pudo la presión y Alcaraz, sobrevía (6-7) en 1h08. 
Tras más de cuatro horas de final y ambos al límite de sus fuerzas, era Sinner, por primera vez el que más dejaba traslucir sensación de desgaste, confirmándolo Alcaraz con una rotura en el primer juego. Quedaba mucha final, y camino de las cinco horas, el físico de Alcaraz era la mejor ayuda para su tenis. Adquirida la ventaja en el comienzo del set se trataba de rebajar el cupo de errores lo máximo posible. Y cuando mejor estaba el murciano en ello, resucitaba Sinner de la nada. Firmando un break en el décimo juego le daba un enésimo giro de guion a una final que ya era una locura. No podía tener otra resolución el partido más que un "super tie-break", donde un genial Alcaraz abría una brecha definitiva al apuntarse los siete primeros tantos. Y ahí Sinner ya no pudo resucitar (6-7) en 1h10. 
Carlitos se llevaba a Murcia su segunda Copa de los Mosqueteros después de una de las mejores finales de Roland Garros de todos los tiempos, por no decir la mejor. El primer capítulo de todo lo que está por llegar entre Alcaraz y Sinner fue memorable y fue para Carlitos. 
El murciano se impuso en la final más larga de la historia, en cinco horas y 29 minutos, salvando tres bolas de partido en el cuarto set. Segunda Copa de los Mosqueteros para el murciano que suma ya cinco ¡dos más que el italiano! para doce grandes por ocho de Sinner. 
El título fue para el número dos del mundo, pero se lo pudo llevar cualquiera. El dato de la igualdad: 193 golpes ganadores para Sinner por 192 para Alacaraz y 64 errores no forzados para Sinner y 73 para Alcaraz. 

Además del trofeo, Carlos Alcaraz se embolsaba en París un total de 2.550.000 dólares.

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