Tuesday, November 5, 2019

Copa Mundo Rugby, Japón 2019. Tercero para Sudáfrica

La Copa Mundial de 2019 ha sido la novena edición con este formato de Copa del Mundo de Rugby, torneo internacional de Rugby Union que se disputa cada cuatro años desde 1987 y que en la reunión extraordinaria de la International Rugby Board (IRB) del 28 de julio de 2009 en Dublín se decidió que tendría lugar en Japón.
Siendo la primera vez que se disputa en Asia, los 48 partidos se han jugado entre el 20 de septiembre y el 2 de noviembre, en doce sedes diferentes de las principales ciudades del país, disputándose la final en el estadio Nissan de Yokohama.
Veinte selecciones nacionales de las cinco confederaciones continentales eran las que competían por el título mundial y cuyo vigente campeón era el equipo de Nueva Zelanda. Japón como país anfitrión; once países directamente del mundial de 2015 (Inglaterra, Francia, Georgia, Irlanda, Italia, Escocia y Gales, Australia y Nueva Zelanda, Sudáfrica y Argentina); seis por competiciones continentales (USA y Uruguay, Tonga y Fiyi, Rusia y Namibia) y uno por playoffs (Samoa) y uno más por repesca (Canadá).
En la primera ronda se enfrentaban, en cada grupo, todos contra todos a un solo partido recibiendo cuatro puntos por victoria, dos por empate y ninguno por derrota de ocho o más puntos. El equipo que anote cuatro o ensayos o más en un partido recibe un punto de bonificación, al igual que un equipo que pierde por menos de ocho puntos (se otorgan ambos puntos de bonificación si ambas situaciones ocurren a la vez). Los dos primeros de cada grupo pasaban directamente a cuartos de final, los ganadores a semifinales y los ganadores a la final. También era importante acabar tercero de grupo pues los cuatro terceros obtenían plaza directa para el mundial de 2023.

En el grupo A, Japón dio la sorpresa al imponerse a Irlanda (19-12) y clasificarse como primera ganando todos sus partidos con 16+3 puntos (13 ensayos), por delante de Irlanda, que ganó sus otros tres partidos, con 12+4 puntos (18 ensayos), pasando ambas a cuartos de final.
Escocia con 16 ensayos finalizó tercera con 8+3 puntos (16 ensayos) ganando a Samoa y Rusia y perdiendo con Japón e Irlanda. Cuarta acabó Samoa con 4+1 puntos (8 ensayos) que ganó solo a Rusia y estos quedaron últimos y sin puntuar (1 ensayo).
En el grupo B Nueva Zelanda se impuso a Sudafrica y ambas consiguieron pasar a cuartos de final. Los AllBlack como primeros con 14+2 puntos y tres partidos ganados, un empate (contra Italia por la suspensión del choque debido al Ciclon Hagibis) y 22 ensayos. Los Springboks como segundos, con 12+3 puntos, tres ganados y 27 ensayos.
Tercera fue Italia que perdió contra Sudáfrica, empató contra Nueva Zelanda y ganó a Namibia y Canadá, siendo sus números 10+2 puntos y 14 ensayos. Namibia y Canadá perdieron todos sus partidos y no pudiendo jugar entre ellas por el tifón, finalmente quedó por delante Namibia, por mejor average general.
En el grupo C, ocurrió otro tanto de lo mismo. Pasaron a cuartos Inglaterra y Francia que no pudieron disputar el partido que las enfrentaba y ganaron los otros tres. Como primera, Inglaterra con 14+3 puntos (17 ensayos) y Francia, segunda con 14+1 puntos (9 ensayos).
Argentina finalizó tercera derrotada por Francia e Inglaterra y ganando a Tonga y USA, sus números 8+3 puntos (14 ensayos). Tonga cuarta al ganar a USA y estos últimos con el casillero a cero.
Y en el grupo D, Gales ganó a Australia consiguiendo la primera posición con 16+3 puntos (17 ensayos) y Australia segunda también consiguió el pase a cuartos con 12+4 puntos (20 ensayos), al perder con Gales pero ganar a Fiji, Georgia y Uruguay.
Muchísima igualdad, entre estas tres selecciones, que ganaron todas un partido y perdieron los otros tres; Uruguay ganó a Fiji y estos a Georgia que a su vez, ganó a Uruguay. Finalmente tercera acabó Fiji con 4+3 puntos (17 ensayos), Georgia fue cuarta con 4+1 puntos (9 ensayos) y última Uruguay con 4 puntos (6 ensayos).

En cuartos de final los enfrentamientos fueron
Inglaterra-Australia (40-16). Partido igualado en su primera mitad (17-9). Y aunque en la segunda recortó la diferencia Australia y tenía más la pelota, no sabía qué hacer para romper la defensa inglesa. Los de La Rosa eran muy firmes en las formaciones fijas. Fueron pasando los minutos, los Wallabies no mostraban nada mejor y encima los ingleses aprovecharon muy bien sus oportunidades. Inglaterra se convertía en el primer semifinalista eliminando al subcampeón del mundial anterior.
Nueva Zelanda-Irlanda (46-14). Nada pudo hacer Irlanda ante el poderío de los de negro. A Schmidt le chafaron el último baile sus paisanos con un rugby total. Incontenibles, los All Blacks son un tsunami, una marea negra que se desparrama por todo el campo y te ahoga cuando quiere. En este caso, a Irlanda le duró el oxígeno 14 minutos. Hasta que Smith vio un poste desocupado tras varias fases a la corta en la 22 rival y lo aprovechó. Repetiría en el 20’, antes de que Barrett interceptara un oval suelto tras un malentendido entre Sexton y Kearney y se lo llevara a patada limpia hasta la zona de marca del Trébol. 22-0. Finito. Despojada de la tensión de un duelo parejo, la segunda parte quedó para el disfrute, porque hay belleza en lo que hacen los All Blacks.
Gales-Francia (20-19). Emocionante el enfrentamiento entre los dos rivales europeos y con Francia mejor durante casi todo el partido pero lamentablemente dos errores puntuales, la expulsión de Vahaamahina por un codazo (49') dejando al equipo con 14 muchos minutos y un error en melé a cinco minutos del final entregaron el partido a una Gales oportuna que se planta en semifinales.
Japón-Sudáfrica (3-26). Japón ya había cumplido de sobra con su sueño y los africanos les bajaron de la nube imponiéndose con autoridad.

Las semifinales quedaron conformadas por la lucha entre los dos hemisferios
Inglaterra Nueva Zelanda (19-7). La agresiva haka inicial intimidó a la Rosa, que recibió el desafío tribal en forma de flecha. Y así fue como salieron al campo, como si hubieran sido lanzados por un potente arco. Su comienzo en tromba y su defensa dejaron groggys a los All Blacks, por primera vez en mucho tiempo a merced de su rival durante todo el partido. Inglaterra ganó pero durante el cocinado le anularon dos ensayos, uno de ellos bastante polémico. Los únicos siete puntos encajados subieron al marcador por un error propio en una touch, por un indecente regalo que rebajó la nota del día de la matrícula de honor al sobresaliente. Había margen. Inglaterra entierra así la afrenta del Mundial 2015 y espera oponente. La historia gira.
Gales-Sudáfrica (16-19). Impresionante batalla la de Gales y Sudáfrica en un partido que pudo caer para cualquiera de los dos bandos. Los Springboks dominaron la primera parte, (6-9 al descanso) pero los dragones despertaron en la segunda y les pusieron las cosas muy difíciles. Al final, Sudáfrica se enfrentará a Inglaterra, en su tercera final mundialista, las otras dos las ganó. 

La medalla de bronce fue para Nueva Zelanda en la despedida de los dos entrenadores, Steve Hansen y Warren Gatland y del capitán de los de negro, Kieran Read.
Nueva Zelanda-Gales (40-17). Los All blacks vencieron gracias a seis tries y a las fabulosas actuaciones de Sonny Bill Williams y Brodie Retallick. El partido se anticipaba emotivo. En la 127ª ocasión en que se vestía de negro, el ocho se dio el gusto de liderar el tradicional haka Ka Mate, antes de tomar el control de las operaciones. Read apareció pronto para habilitar en el centro de la cancha a Retallick, elegido el MVP con 18 tackles. El segunda línea encontró a Mody en campo abierto y el pilar se fue derecho al ingoal. Ocho, cuatro, uno; tres forwards jugando al puro offload, seña de identidad de los All Blacks y que hace una semana Inglaterra les negó. Acto seguido Barret, ubicado como fullback toda la Copa del Mundo, recibió la pelota como primer portador, se mandó sobre los 22 de Gales y apoyó plácidamente para el 14-0.
El equipo de Gatland se mantenía en el partido gracias al animoso apertura Patchell y los backs Adams y Amos. Mejor en el line que Nueva Zelanda, el Dragón encontró con el maul una plataforma desde donde atacar. A la primera no, pero sí a la segunda, tras 14 fases, Amos engañó a la línea rival para estrenar el marcador de los de rojo. El arrebato galés no incomodó a Nueva Zelanda que dominó el combate físico y el scrum. Un contraruck de Williams propició una recuperación de pelota de los de Steve Hansen, la ovalada llegó a manos de Ben Smith, omnipresente durante toda la tarde, para apoyar el primero de los dos tries que anotó consecutivamente. En el segundo, un tenso pase de Aaron Smith desactivó a cuatro defensores de gales, para encontrar, pegado a la línea, al wing de Highlanders que se zambulló sin oponentes cerca. Richie Mo’unga convirtió para llegar al descanso con un 28-10.
Tras el paso por los vestuarios, Sonny Bill Williams, que ya había mostrado varios detalles que son marca registrada de la casa: pases de fantasía, offloads y toneladas de combate físico, se inventó una asistencia a mano cambiada para que Crotty cruzara el ingoal. Minutos después, con Gales sufriendo el aluvión All Black, el arbitro no dio por bueno otro try junto a la bandera, esta vez de Ioane, que solo podía haber pensado la imaginación de Williams y que casi engaña al TMO. Con el marcador 35-10 en contra y media hora por jugar, Gales se abrió buscando a sus backs. Lo probó y el premio llegó con el try de Adams que, de una manera poco ortodoxa para un wing, en la refriega de los forwards, cruzó el ingoal para anotar, superandó a Shane Williams como máximo anotador en una Copa Mundial, al marcar su séptimo try del torneo.
En un esfuerzo inhumano Gales protagonizó los minutos finales, Con un equipo plagado de bajas continuó intentándolo aunque todo estuviera perdido, pero no pudo. En la última estirada All Black, Mo’unga puso la guinda al pastel para conseguir el sexto try del equipo kiwi y el broche a la era Hansen en Nueva Zelanda. En el otro banquillo, a Gatland, pese a la derrota, le queda la honra de reeditar la mejor clasificación de Gales igualando la cuarta plaza de 1987.
Y en la sorprendente final a encontraron Inglaterra y Sudáfrica.
Inglaterra-Sudafrica (12-32). Los springboks planteando muy bien el partido salió a atacar desde la patada inicial, consiguiendo un falta antes de cumplirse el primer minuto, aunque Handré Pollard no lograra sumar. Poco después, Kyle Sinckler tenía que abandonar la cancha lesionado al placar a Mapimpi y chocar su cabeza contra la cadera del sudafricano. Sudáfrica mostraba superioridad en las melés y se la hacía sentir a Inglaterra. Jugaban en campo inglés y obtenían otra falta que esta vez sí, convirtió Pollard a los nueve minutos.
Acababan de cumplirse los 20' cuando Inglaterra pudo cruzar la mitad de cancha, sufriendo en esa jugada Sudáfrica las lesiones de Mbonambi y De Jager (ambos reemplazados), y llegó la primera falta para los de La Rosa, con los primeros tres puntos gracias a Owen Farrell. Los Boks retomaron el ataque al campo inglés y fruto de ello fueron tres puntos más sumados por Pollard. Inglaterra respondió con un tremendo ataque de varias fases en las que intentó imponer la fuerza de choque de los hermanos Vunipola, siempre rechazados por la defensa sudafricana incluso sobre la línea de ensayo. La jugada se diluyó cuando abrieron hacia la derecha para jugar con los tres cuartos, y retrocedieron metros. El árbitro decidió volver a una falta anterior y Owen Farrell empató. Sudáfrica aprovechando su fuerza, volvía otra vez a campo inglés, y algunos errores permitieron a Pollard patear para colocar el 12-6 al descanso.
El segundo tiempo fue un poco más parejo, sobre todo con el ingreso de Colin Slade por George Ford, que no estuvo fino en la conducción. Con un intercambio de faltas el marcador subió al 18-12 para los Boks hasta que a los 24', sobre la izquierda se escapó Mapimpi, para que en una gran jugada pateara y junto a Lukhanyo Am que lo acompañaba, conseguir el primer ensayo de Sudáfrica en una final del Mundial, (las otras dos las había ganado a base de faltas y drops). Sudáfrica comenzaba a sentirse campeón y remató faltando siete minutos, con Cheslin Kolbe por la derecha en una jugada individual en la que se sacó la marca de encima y corrió para apoyar el segundo ensayo, que establecería el cierre del marcador. Sudáfrica se consagra así campeón por tercera vez en su historia e iguala los tres títulos All Blacks con lo que la Webb Ellis se queda en el Sur.
Curiosamente, los Boks son campeones cada 12 años (1995, 2007, 2019) y además rompen con la maldición que decía que quien ganaba el Rugby Championship no ganaba el mundial ese mismo año.

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