Friday, February 7, 2020

Tenis. Open Australia 2020. Djokovic consigue su 8º. Ya van 17.

La 108ª edición del Abierto de Australia se ha celebrado, como es habitual, en las instalaciones del Melbourne Park del 20 de Enero al 2 de Febrero. El primer Grand Slam de la temporada contó con la presencia de las mejores raquetas del tenis mundial, con las únicas bajas reseñables de Nishikori, De Minour y Pouille en el cuadro masculino y de la canadiense Andreescu en el femenino.

Empezando por las mujeres, era numerosa la presencia española con Garbiñe Muguruza, Carla Suarez, Sara Sorribes, Paula Badosa en el cuadro principal, teniendo que pasar por la calificación el resto, es decir Eva Guerrero, Cristina Bucsa, Nuria Parrizas, Aliona Bolsoba y Lara Arruabarrena.
Caían en la primera tanda de calificación Eva Guerrero que perdía ante la holandesa L. Pattinama (1-6 y 6-7) y Cristina Bucsa que lo hacía en tres sets ante la norteamericana N. Gibbs (6-0, 2-6 y 7-5). En cambio si pasaban la primera ronda de calificación Nuria Parrizas que ganaba a la australiana O. Rogowska (4-6 y 2-6) pero perdía posteriormente con la rumana E. Ruse (3-6 y 5-7). Aliona Bolsoba que se imponía a la turca P. Ozgen (6-2 y 6-3) para perder en la segunda tanda ante la norteamericana S. Rogers en dos sets (4-6 y 3-6) y Lara Arruabarrena que ganaba a la holandesa I. de Vroome (3-6 y 3-6) en la primera tanda y a la nipona Y. Naito en la segunda fase (6-3 y 6-4) para perder de forma clara ante su compatriota N. Hibino (6-1 y 6-2) en el partido definitivo para poder acceder a la ronda final.
En cuanto al cuadro principal: Carla Suarez pasó con mucho sufrimiento la primera ronda al imponerse a la 11ª del ranking, la bielorrusa A. Sabalenka en dos set y tras más de 2 h de lucha C. Suarez - A. Sabalenka (7-6 y 7-6), continuando a segunda ronda donde la esperaba la polaca I. Swiatek. La canaria sucumbió en dos sets I. Swiatek - C. Suarez (6-3 y 7-5) en 1h 28'. Sara Sorribes se impuso en primera ronda a la rusa V. Kudermetova en tres sets S. Sorribes - V. Kudermetova (2-6, 6-1 y 6-1) para caer en segunda ante la estonia A. Kontaveit, también en tres sets S. Sorribes - A. Kontaveit (2-6, 6-4 y 1-6). Paula Badosa se impuso fácil en primera ronda a la sueca J. Larsson en dos sets P. Badosa - J. Larsson (6-1 y 6-0) para perder en la segunda ante la checa P. Kwitova P. Badosa - P. Kwitova (5-7 y 5-7). Garbiñe Muguruza, llegaba a este torneo en un momento óptimo de forma tras los malos resultados del año pasado, sin ser cabeza de serie por primera vez en un major desde Roland Garros 2014, Con toda la ilusión y muy bien preparada, apenas dos meses después de renovar su equipo de trabajo con el regreso de Conchita Martínez como entrenadora. La caraqueña se enfrentaba en primera ronda a la norteamericana S. Rogers y remontando un 6-0 en el primer set se impuso con claridad en los otros dos, en hora y media de partido G. Muguruza - S. Rogers (0-6, 6-1 y 6-0). En segunda la esperaba la australiana A. Tomljanovic a la que derrotó en tres sets G. Muguruza - A. Tomljanovic (6-3, 3-6 y 3-6) en dos horas y veinte. En tercera ronda esperaba la quinta del mundo pero la ucraniana E. Svitolina no fue rival para la española que la pasó por encima como un huracán en poco más de una hora y dos sets E. Svitolina - G. Muguruza (1-6 y 2-6).
En octavos de final la rival de Muguruza era la holandesa K. Bertens. La novena del mundo tampoco supuso problema para la jugadora española que en dos sets G. Muguruza - K. Bertens (6-3 y 6-3) se deshizo de ella pasando a cuartos.

A cuartos, pasaron aparte de la española Muguruza, la tunecina O. Jabeur, la estonia A. Kontaveit, la rumana S. Halep, la checa P. Kvitova, la norteamericana S. Kenin, la rusa Pavlyuchencova y la representante local la australiana A. Barty. Habían caído por el camino, en cuarta ronda Kerber y Stephens, mientras que Wozniacki lo hacía en tercera, Bertens en segunda o Kasatkina en primera. Se mantenían tres top ten y una top 20 y accedía una outsider.
A. Barty - P. Kvitova (7-6 y 6-2) el duelo entre la número 1 y la número 7 se resolvió a favor de la norteamericana después de una gran resistencia de la checa en el primer set.
S. Kenin - O. Jabeur (6-4 y 6-4). Menos problema tuvo la otra norteamericana para desembarazarse de la tunecina y pasar a semis en hora y media.
A. Kontaveit - S. Halep (1-6 y 1-6) fácil para la rumana en su duelo con la estonia, pues en 53 min resolvió el compromiso sin cansarse y pasar a semis en las mejores condiciones físicas.
G. Muguruza-A. Pavlyuchencova (7-5 y 6-3). La española, después del homenaje que se dio ante Bertens y Svitolina y con la moral a tope, resolvió ante la checa (30ª del mundo) en 1 h 33 ' pasando con solvencia a semifinales donde la esperaría la cuarta del mundo.

En el primer partido de semifinales, que enfrentaba a la tenista local y la norteamericana saltó la sorpresa, A. Barty - S. Konin (6-7 y 5-7) y la 14ª del mundo dio buena cuenta de la nº 1 en un duelo muy igualado. En 1 h 45 la suerte se decantó del lado de la jovencita americana en los momentos clave y eso le permite acceder a su primera final de Gran Slam. Barty quería ser la primera finalista aussie desde Wendy Turnbull en 1980, la primera desde qué el torneo se trasladó a Melbourne, pero se encontró con el sólido juego de una rival qué venía de eliminar a su mediática y prodigiosa compatriota de 15 años Coco Gauff. "No sé qué decir. Soñaba con este momento desde los cinco años y he trabajado mucho para llegar hasta aquí", dijo Konin, qué sacó golpes ganadores de la nada (sumo 16). A Barty se le escapó el desempate de la primera manga y en la segunda dejó qué Kenin remontará y ganara. Tres años después de la final entre las hermanas Williams, Estados Unidos vuelve a tener a una jugadora peleando por el título.
El segundo emparejamiento S. Halep - G. Muguruza (6-7 y 5-7). en 1 h 53', el partido estuvo muy igualado. Halep, llegaba al duelo sin haber cedido aún ningún set y con su solidez desde el fondo de la pista mientras que Muguruza lo hacía con su recuperada agresividad y las letales subidas a la red que ahora frecuenta. Sufrió de inicio la caraqueña, salvando una bola de break en su primer juego al saque. Luego encajó uno en blanco, pero en su siguiente turno al resto ya presionó a la rumana. Con 39º en la pista, Muguruza iba lanzada y sólo sus errores no forzados (29 en el primer set) le privaron de apuntarse antes el primer parcial. Llevó todo el peso y cuando Halep intentó dominar, la caraqueña exhibió una defensa digna del mismísimo Andy Murray para ganarse el privilegio de jugar una final en Melbourne, algo que sólo consiguieron antes Arantxa Sánchez Vicario (1994 y 1995) y Conchita Martínez (1998). Dos años y medio después de levantar el trofeo en Londres, la española tenía la oportunidad de añadir un tercer título de Grand Slam a su palmarés.
Y en la final, S. Kenin - G. Muguruza (4-6, 6-2 y 6-2), en 2 h de intenso partido. Se enfrentaban dos trayectorias. Dos generaciones. Cuando casi nadie lo esperaba, al principio de una nueva temporada, Garbiñe Muguruza estába a un paso de hacer historia para el tenis nacional y mundial en Open de Australia. A un paso de ser la primera española en ganar tres Grand Slams diferentes. Enfrente la estadounidense Sofia Kenin, la finalista más joven desde Sharapova en 2008, una primeriza en estas lides que no tiene nada que perder y que le partió el corazón el jueves a los aficionados cuando eliminó a la gran favorita, ídolo local y número uno del mundo, A. Barty. Cuarta final de Muguruza (perdió contra Serena Williams la de Wimbledon en 2015). Un aspecto que le da cierta ventaja, pero que en el tenis femenino, tan abierto e imprevisible, eso no está demasiado claro. De hecho, en los últimos 11 Slams se estrenaron siete campeonas. En el único duelo entre ambas se impuso la americana. Fue en Pekín el año pasado, si bien es cierto que la caraqueña no estaba en su mejor momento. Salió a la pista concentrada. Seria, como es habitual en ella. Con el nivel de tensión necesario para afrontar la final de Open de Australia. Pero nadie contaba con que en la final Sofía Kenin desplegaría su mejor versión, sin fisuras y sin que le pesara estar ante su primera final ni tan siquiera sus 21 años. Kenin sabía que toda la presión estaba al otro lado de la red, que ella ya tenía más que cubierto el objetivo y que tocaba disfrutar al máximo de la final. Tras dos primeros juegos donde parecía que Kenin jugaba mucho más suelta, Garbiñe inició a ejercer su dominio. Un break tras un disputado juego era la primera señal de la reacción de la hispano-venezolana. Y lo que son las cosas, tras desperdiciar cuatro bolas de break para el 3-5, se pasó al 4-4 tras el break de Kenin sobre Garbiñe. Las fuerzas volvían a equipararse.
Pero Muguruza no estaba por la labor de dejar escapar esta primera manga y al siguiente juego conseguía el contrabreak y sacaba para llevarse el set. Manejándose a la perfección con el primer saque el 6-4 era una realidad cuando hacía 52 minutos que había salido a la pista. Pero nadie dijo que sería fácil. Kenin empezó a lucir su mejor tenis y las dudas se instalaron en la raqueta de la hispano venezolana. Un 4-1 en contra se convirtió en una montaña para Muguruza, que salvó su saque para ponerse 4-2 pero no conseguía volver a ser la dueña del partido. Los 'winners' la abandonaron y una serie de errores no forzados la condenaron al tercer set tras un 6-2 en 32 minutos. La española salió con nervios a la tercera manga. Parecía fuera del partido. Con fallos incomprensibles, la sombra de Kenin se alargaba en cada punto. Lo estaba pasando mal. Necesitaba un cambio mental, un punto que le hiciera reaccionar. Y fue con el 1-1, que se llevó en blanco y con Conchita animando desde el palco. Pero Kenin estaba 'on fire'. Ni con su mejor tenis Muguruza conseguía superarla. Lo devolvía todo y con un tenis excelente. Disfrazada de veterana, en el quinto juego salvó tres bolas de break y evitó una rotura que parecía cantada. Era el 3-2 y la presión volvía a estar del lado de Muguruza. Este fue el juego clave del partido. A partir de ahí Garbiñe presa de los nervios y a base de dobles faltas entregó los puntos y el partido en 39 minutos a una Kenin que de esta manera consigue su primer Gram Slam. Fue una pena, pero Garbiñe vuelve a estar en el buen camino.
En cuanto al cuadro masculino, los resultados españoles fueron: no pasaron la calificación Roberto Ortega que perdió en la primera manga ante el eslovaco F. Horansky (6-4, 5-7 y 4-6). Guillermo García lo hizo ante el holandés T. Griekspoor (6-3 y 6-2) y Adrián Menéndez que también perdió en primera ante el italiano P. Lorenzi (6-3 y 6-3). Nicola Khun se tuvo que retirar en el primer partido cuando iba perdiendo en el tercer set (6-4, 6-3 y 3-1) ante el italiano M. Viola mientras que Bernabé Zapata caía ante el chileno A. Tabilo (6-7, 6-2 y 3-6) y Carlos Taberner ante el alemán Hanfmann (6-7 y 1-6). 

Pasaron al cuadro central Mario Vilella al ganar en la primera al francés N. Mahut (6-2 y 6-3), en segunda al argentino F. Bagnis (7-6, 9-6 y 6-4) y en la final al francés M. Bourgue (1-6 y 4-6) y Pedro Martínez que lo hizo con el alemán J. Lenz (6-9 y 6-1), el canadiense J. Varillas (6-3 y 6-3) y el checo L. Rosol (4-6 y 2-6).
En referencia ya al cuadro central, la armada española sufrió diferente suerte a lo largo del torneo. Caían en primera ronda y en tres sets, P. Andujar ante el norteamericano M. Mmoh (1-6, 4-6 y 4-6) y R. Carballés ante el lituano R. Berankis (4-6, 2-6 y 2-6), mientras que M. Vilella, que venía de hacer una muy buena calificación, no pudo pasar de primera ronda al perder frente al ruso K. Khachanov en cuatro sets(6-4, 4-6, 6-7 y 3-6). A. Ramos también caía en primera ronda ante el australiano A. Bolt en cinco sets (7-6, 1-6, 6-7, 6-1 y 6-4). Mientras que P. Martínez que también legaba desde la calificación se deshizo en primera ronda del alemán D. Koepfer (3-6, 4-6 y 5-7) para caer en segunda ante el 4º del mundo, el ruso D. Medvedev (7-5, 6-1 y 6-3). J. Munar superó la primera ronda al imponerse al francés H. Gaston (5-7, 7-5, 0-6 y 3-6) pero perdió en segunda ante el australiano A. Popyrin (2-6, 6-7 y 2-6). F. Verdasco ganó en primera ronda al estonio E. Donskoy (7-5, 6-2 y 6-1) y en la segunda al georgiano N. Basilashvili (6-4, 6-7, 4-6 y 4-6) para caer en tercera ante Zverev en tres sets (2-6, 26 y 4-6). P. Carreño ganó en primera ronda al eslovaco J. Kovalik (4-6, 6-3, 1-6 y 6-7) y en segunda al alemán P. Gojowczyk (4-6, 1-6, 6-1 y 4-6) para caer en tercera ante R. Nadal en tres sets (6-1, 6-2 y 6-4).
En el enfrentamiento entre los dos españoles R. Bautista se impuso en primera ronda a su compatriota F. López en 2h 10 de partido (2-6, 2-6 y 5-7); en segunda al verdugo de P. Andujar el norteamericano M. Mmoh (7-5, 2-6, 4-6 y 1-6) para caer en tercera frente al croata M. Cilic en cinco sets (6-7, 6-4, 6-0, 5-7 y 6-3) y después de más de cuatro horas de partido.
Por último A. Davidovich ganó en primera al eslovaco N. Gombos (4-6, 6-4, 2-6, 6-3 y 6-2) para caer en segunda frente al argentino A. Schwartzman (6-1, 6-4 y 6-2).
El recorrido del mejor español, R. Nadal hasta octavos fue impecable, no cediendo un solo set. En primera ronda le correspondió el boliviano H. Dellien (6-2, 6-3 y 6-0), en segunda el argentino F. Delbonis (6-3, 7-6 y 6-1) y en tercera le tocó emparejarse con el español P. Carreño (6-1, 6-2 y 6-4).
En el enfrentamiento de octavos ante el australiano N. Kyrgios, surgieron los primeros problemas. Cedió su primer set y le costó 3h 38' superar al díscolo jugador, con dos sets finales a cara de perro. R. Nadal - N. Kyrgios (6-3, 3-6, 7-6 y 7-6). De los doce españoles iniciales, sólo Nadal pasó a cuartos. 


Cuartos de final. Pasaron, además del español, el norteamericano T. Sandgren, el serbio N. Djokovic, el canadiense M. Raonic, el alemán A. Zverev , los suizos R. Federer y S. Wawrinca y el austriaco D. Thiem. Por tanto en Australia, dominio europeo. Habían caído por el camino, M. Berrettini, S. Tsitsipas R. Bautista, D. Medvedev o G. Monfils entre los top ten.
A Nadal le tocaba enfrentarse a la promesa austriaca, R. Nadal - D. Thiem (6-7, 6-7, 6-4 y 6-7) y el español cedió ante un Thiem sensacional tras más de cuatro horas de partido. Se habían enfrentado previamente el 13 ocasiones con balance favorable al español (9-4) pero solo una vez había sido en pista dura. Fue también en cuartos, en el Abierto de Estados Unidos (2018) y Nadal se llevó la victoria merced a un 'tie break' en el quinto set. Aquí se vio superado por su teórico heredero en arcilla, que ha mostrado su mejor juego en pista rápida. El español ha cedido en los tres tie breaks que ha disputado, señal de que el encuentro se ha decidido de manera ajustadísima.
Esta vez, en Melbourne, el primer 'tie break' ha caído del lado del austriaco. Thiem se lo ha apuntado después de recuperar un 'break' en contra (3-5) para ganar cuatro juegos seguidos en una batalla de 68 minutos en la que los dos tenistas intentaban desbordar al rival con su fuerza de golpes y resistencia. Una potencia superior de Thiem, capaz de pegar su derecha a 157 km/h y a 146 km/h el revés, que acabó decantando la balanza de su lado con 42 puntos 20 golpes ganadores (36 y 16, Nadal). La igualdad siguió en la segunda manga. De nuevo Nadal rompía primero (3-2) y de nuevo Thiem recuperaba el 'break' (4-4) para forzar un segundo 'tie break' que otra vez el austriaco se apuntaba (7-4) en un 'thriller' que ha mantenido en vilo a la Rod Laver Arena.
En el tercero, Thiem pagaba el esfuerzo de los dos primeros sets. A pesar de aguantar la igualdad hasta el 4-4, el austriaco, más impreciso (12 errores no forzados y solo 11 ganadores), ha acabado cediendo su servicio y el set. Nadal lo celebraba eufórico y la Rod Laver Arena explotaba. En el cuarto Nadal lo pudo conseguir. Luchó como siempre hasta el último punto, se dejó la piel en cada carrera. Thiem le rompió el saque primero (2-1) y se colocó con un 5-3 que parecía definitivo. Nadal igualó el marcador. El austriaco se precipitó por ansiedad y el número 1 forzó otro 'tie break', el tercero. Y como en los otros dos la tensión fue máxima. Thiem ha tenido los dos primeros 'match balls' con 6-4 y saque pero ha fallado una derecha con la pista abierta. Nadal igualó a 6-6 pero un 'passingh' de revés cruzado que tocó la cinta y una derecha a la red de Nadal han puesto fin a las ilusiones de Nadal y han hecho llorar a Thiem de emoción por la mejor victoria de su vida. Es la primera vez en toda la carrera de Rafa Nadal que pierde tres tie breaks en un mismo partido.
Los otros tres enfrentamientos eran: S. Wawrinca - A. Zverev, T. Sandgren - R. Federer y M. Raonic - N. Djokovic.
En el primero S. Wawrinca - A. Zverev (6-1, 3-6, 4-6 y 2-6) el alemán superó al canadiense con claridad en cuatro sets, después de remontar un primer set adverso, en poco más de dos horas. En cambio, en el segundo, el suizo necesitó de cinco sets y tres horas y media de partido para superar a la sorpresa norteamericana que le remontó el primer set y y lo tuvo contra las cuerdas T. Sandgren - R. Federer (3-6, 6-2, 6-2, 6-7 y 3-6). Mientras que en el último, M. Raonic - N. Djokovic (4-6, 3-6 y 6-7), el canadiense no fue rival para el serbio, que en menos de 3 horas dio buena cuenta de él.

Semifinales. En la primera, D. Thiem - A. Zverev (3-6, 6-4, 7-6 y 7-6) el duelo entre los números 5º y 7º del mundo se resolvió a favor del austriaco Thiem después de remontar el primer set y en 3h 52' de lucha feroz donde el alemán no dio nunca el partido por perdido.
En cambio en la segunda Djokovic no tuvo rival en el suizo venciendo en 2h 18', R. Federer - N. Djokovic (6-7, 4-6 y 3-6). Federer a punto estuvo de llevarse el primer set, que a lo mejor hubiera cambiado el devenir del partido, para luego ir cediendo paulatinamente ante la superioridad del serbio que de esta manera repetía final.
Y en la final, D. Thiem - N. Djokovic (4-6, 6-4, 6-2, 3-6 y 4-6) el actual número dos supero al número cinco mostrando al mundo que hoy por hoy, es el mejor. Nunca antes se había visto con un marcador de dos sets a uno abajo en una final del Open de Australia y encontró el modo de remontar para mantener su condición de intocable tras una batalla de cuatro horas y donde el factor mental acabó siendo clave. Agónico triunfo del serbio, que empezó espléndido, 4-1, disputó un único mal juego (4-4), situación que enmendó para 6-4. Sin acertar los misiles que venían del otro lado de la red, empezó a verse superado por la fuerza bruta de Thiem, en una racha fenomenal de aciertos, prefiriendo buscar culpables en vez de centrarse en frenar a un adversario inspirado.
Y así, con 4-4 en la segunda manga, se desquició del todo con una doble falta (15-30), aviso del juez de silla por agotar los 25” de saque y error subsiguiente (15-40) con otro ‘warning’ por lo mismo y que le supuso afrontar la situación con segundo saque directamente. Fuera de sí, el error y el break le costarían el set. Al pasar por delante de la silla del árbitro francés, se encaró con él dándole además tres palmaditas en los pies. Pidió asistencia médica, solicitó una pastilla. Daba sensación de estar grogui, pero no, ni mucho menos. Explicó posteriormente que “no me sentía nada bien, estaba sin energía y mareado. El médico me dijo que estaba deshidratado”. Asomaba su carácter balcánico, en negativo pero también con la parte positiva de saber atemperar ánimos.
Pudo controlarse Djokovic y eso complicó la situación a Thiem, a quien se le hizo muy difícil mantener tal nivel de acierto con golpes tan extremos. Djokovic ganó diez puntos más, 157 por 147, sumó menos golpes ganadores (46 a 55) y se equiparó en errores no forzados (57 a 57). La estadística no aclara nada. Una final de tanta calidad se desequilibra en un par de puntos, los que dictó a su favor el balcánico, con el instinto asesino de no soltar a la presa cuando la tenía bien amarrada. A Thiem se le escapó, aunque hizo todo lo posible para que no fuera así.
Que Novak Djokovic salga campeón del Open de Australia hace tiempo que dejó de ser noticia, tanto que a veces nos cuesta pensar qué barbaridad debería ocurrir para que el serbio perdiera una final en su cancha favorita. Esta vez fue Thiem quien intentó la gesta, pero se le escapó el premio en los instantes finales, justo cuando el tenis pasa a un segundo plano y le mentalidad ganadora ocupa todo el escenario. Las claves de su triunfo sin duda estuvieron en
1. Ganar el primer set, pues muchas voces asumían que las opciones de triunfo de Thiem pasaban por anotarse la primera manga. El austriaco estuvo cerca de hacerlo, pero el de Belgrado también conocedor de este enunciado, apretó los dientes en el momento exacto para dar el primer manotazo del encuentro.
2. El cansancio de Thiem. Seis horas más en pista arrastraba el austriaco respecto a serbio, algo que no se llegó a reflejar literalmente en la batalla, aunque sí se le vio deambulando en ciertos momentos. No fue determinante, pero sí le impidió dar ese plus en el último set.
3. Juego más sólido que explosivo. Con dos estilos opuestos, hay ocasiones en que es necesario cambiar un poco el registro para sacar adelante juegos capitales. Djokovic supo jugar esa carta al principio y al final del encuentro, mostrando una versión más sólida y conservadora, no tan espectacular y física como la que lucía Thiem. Esas ganas y esa fuerza que normalmente despliega el austriaco le llevaron a cometer errores no forzados, regalar puntos desde el resto, cometer fallos cuando no tocaba y, por ende, entregar el break que buscaba el balcánico en el quinto set. A partir de ahí, ya fue demasiado tarde para la reacción.
4. El servicio. Una vez más, Djokovic se apoyó en este primer tiro para escapar de situaciones de presión, lograr puntos gratis y desgañitar a un Thiem que veía cómo continuamente aparecía el servicio de su rival para cerrarle la puerta.
5. La fortaleza mental. Y por encima del tenis, como siempre ocurre en este deporte, el factor mental apareció para definir la final. Ahí donde Thiem no encontró la fórmula para competir, el mismo cobijo donde Djokovic nada como pez en el agua, fortaleciendo sus habilidades en el abismo, mostrándose como un animal competitivo a la hora de la verdad, cuando aparecen los verdaderos campeones. No dudó el de Belgrado, quien agarró el break en el tercer juego de la quinta manga y a partir de ahí simplemente se limitó a recorrer la alfombra hasta la eternidad.
Djokovic fue Djokovic en el tramo decisivo y confirmó su categoría llevándose su octava Norman Brookes Challenge Cup, entregada por el campeón de 2005 M. Safin, y un talón por 4.120.000 dólares australianos, unos 2,4 millones de euros. Tras los resultados del Open, el serbio recupera el numero uno en la clasificación ATP, mientras que Federer mantiene el tercer puesto. Pleno en Australia, ocho finales y ocho títulos (2008, 2011, 2012, 2013, 2015, 2016, 2019, 2020), suma su decimoséptimo Grand Slam. A los 8 de Australia une 1 Roland Garros (2016), 5 Wimbledon (2011, 2014, 2015, 2018 y 2019) y 3 US Open (2011, 2015 y2018). Cada vez más cerca de los 19 de Nadal y los 20 de Federer. Son ya 78 títulos profesionales, supera a John McEnroe y se sitúa en el quinto lugar del ranking.

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