Friday, October 16, 2020

Roland Garros 2020. Nadal, doce más uno.

La edición de este año (originalmente programada del 24 de mayo al 7 de junio), debido a la pandemia de coronavirus fue aplazada a unas fechas inhabituales, para finalmente disputarse del 27 de septiembre al 11 de octubre convirtiéndose en el último Grand Slam de la temporada, tras la disputa del Open USA y la cancelación de Wimbledon. 
La extraña 119ª edición del torneo, con aforo limitado y menor cuantía de los premios, contaba con las mejores raquetas del tenis mundial. En cuanto a los hombres faltaban K. Edmund, R. Federer, N. Kyrgios, L. Pouille, M. Raonic y W. Tsonga. En el cuadro femenino las ausencias más notables eran las de la vigente campeona A. Barthy, N. Osaka, B. Andreescu, B. Bencic y Q. Wang. 

Empezando con el torneo femenino, la representación española contaba con Sara Sorribes, Garbiñe Muguruza, Paula Badosa y Aliana Bolsova. Su suerte fue dispar; así en primera ronda cayeron Aliona y Sara; Aliona frente a la italiana Paolini, A. Bolsova - J. Paolini (4-6 y 3-6) y Sara, frente a la número uno del mundo S. Halep - S. Sorribes (6-4 y 6-0), a diferencia de Garbiñe y Paula, que pasaron de ronda. A Garbiñe en primera ronda le correspondió la eslovena Zidansek, G. Muguruza - T. Zidansek (5-7, 6-4 y 6-8), necesitando de tres horas y de tres sets para remontar el inicial y pasar de ronda, donde le esperaría la checa Pliskova. En el caso de Paula su rival era la jugadora ucraniana Kozlova, K. Kozlova - P. Badosa (2-6, 6-4 y 3-6), y la jugadora española también necesitó de tres sets, al ceder el segundo, pero solo dos horas para doblegar a su rival. En segunda ronda le esperaba la 29ª del mundo, la norteamericana Stephens. En segunda ronda el partido de Garbiñe fue muy sencillo: K. Pliskova - G. Muguruza (3-6 y 2-6), pues la checa apenas presentó batalla y en poco más de una hora la caraqueña solucionó el envite. No fue así para Paula, que se enfrentaba a Stephens S. Stephens - P. Badosa (4-6, 6-4 y 2-6), resultó un partido más igualado y Paula necesitó de tres sets para pasar de ronda; ganó el primero, cedió el segundo y resolvió en el tercero, tras 1 h 40' de juego. 
En tercera ronda los caminos, hasta ahora parejos, de las dos españolas se separaron. Sus rivales eran, la norteamericana Collins para Garbiñe y la letona Ostapenko para Paula. D. Collins - G. Muguruza (7-5, 2-6 y 6-4), Muguruza no pudo con la norteamericana que se impuso estratégicamente en el primer set y cediendo el segundo, ganó los puntos decisivos en el tercero en 2h 26'. En cambio Badosa, sensacional, se deshizo de Ostapenko en 1h 22' y tan solo dos sets de juego, P. Badosa - J. Ostapenko (6-4 y 6-3)

En octavos de final por tanto la única representante española era Paula Badosa. Le correspondía enfrentarse a la alemana Siegemund y en un mal día perdió frente a la 50ª del mundo. L. Siegemund - P. Badosa (7-5 y 6-2), resultó un partido fácil para la alemana que en dos sets y 1h 36' se deshizo de la española, que de sobra había cumplido con sus expectativas en el torneo, llegando a esta fase. Lograron pasar a cuartos de final dos norteamericanas D. Collins y S. Kenin, una alemana L. Siegemund, una checa P. Kvitova, una polaca Swiatek, una argentina N. Podorovska, una ucraniana E. Svitolina y una italiana M. Trebisan. 

Cuartos de final. Los emparejamientos resultantes fueron I. Swiatek - M. Trebisan (6 -3 y 6-1), y donde la joven jugadora polaca dio buena cuenta de la italiana en hora y veinte. En los otros enfrentamientos, E. Svitolina - N. Podorovska (2-6 y 4-6) se produjo la sorprendente derrota de la ucraniana nº 3 del mundo frente a una pletórica jugadora argentina en 1h19' y tan solo dos sets. El resultado del duelo entre las norteamericanas, D. Collins - S. Kenin (4-6, 6-4 y 0-6), no fue ninguna sorpresa, pero la cuarta del mundo necesitó de tres sets y más de dos horas de partido para vencer a su compatriota. Para el último partido, quedaba el duelo checo-alemán, P. Kvitova - L. Siegemund (6-3 y 6-3). La séptima del mundo no tuvo mucho problema en desembarazarse de la verdugo del la española Badosa. 1h 20' bastaron para que la checa pasara de ronda. 

Semifinales. El partido entre la jugadora polaca y la argentina I. Swiatek - N. Podorovska (6-2 y 6-1) se resolvió fácilmente en poco más de una hora a favor de la tenista polaca, que sin perder un solo set y de una manera contundente, accede a su primera final de un grand slam. Mientras que el duelo entre norteamericana y checa resultó más igualado S. Kenin - P. Kvitova (6-4 y 7-5), pues 1 h 45' necesitó la sexta del mundo para imponerse a la séptima, en dos sets, ganando los juegos precisos en los momentos adecuados y presentándose de esta manera en la final. Una final sorprendente con dos jóvenes tenistas.

Final. Llegaban al último partido la polaca Iga Swiatek, de 19 años y nº 54 del mundo y la estadounidense Sofia Kenin, de 21 años, nº 6 mundial y que suma cinco trofeos profesionales antes de disputar su séptima final WTA mientras que su rival se enfrenta a su segunda final profesional, tras perder la de Lugano el año pasado. Final más joven del certamen desde que Henin derrotó a su compatriota Clijsters en 2003 es la segunda vez que una polaca accede a la final de París (tras Jadwiga Jedrzejowska en 1939) y, nunca se ha enfrentado a la norteamericana en el circuito profesional (sí lo hicieron en categoría júnior, en tercera ronda de 2016 con victoria de la europea procediendo de la fase previa ya que era una niña todavía). Y mientras Swiatek no ha entregado un solo set en los seis partidos anteriores y se quedó a un paso de la final de dobles junto a la estadounidense Melichar, Kenin cedió cuatro, en las diferentes rondas anteriores. La presión de un Grand Slam puede decidir el partido. En 1h 24' , el torbellino que llevó a la polaca hasta la final, cediendo solo 23 juegos en su camino, no se detuvo, I. Swiatek - S. Kenin (6-4 y 6-1) donde la estadounidense, que venía de ganar el Abierto de Australia a Muguruza, solo rivalizó en la primera manga. Kenin tardó ocho minutos en anotar su primer punto al resto. No le sirvió de mucho porque su rival disparó el marcador hasta el 3-0. La estadounidense estrenaría su casillero a los 13 minutos con la sensación de que aún no había salido del vestuario. Ella era la favorita y esa presión no la supo manejar en los compases iniciales. En el momento que tomó el tempo del partido, el guión se igualó. Kenin, sin hacer ruido y más práctica que vistosa, empataría a tres juegos. Swiatek aportaba toques de clase con dejadas de revés que no se ven en el circuito femenino. Kenin salvó dos pelotas de 'break' en el octavo juego que era medio set pero no pudo con la tercera con un revés que se estrelló a la red. Con 5-3 la jugadora polaca se disponía a sacar para anotarse el parcial pero falló. Sí lo consiguió en el siguiente haciéndose fuerte desde el resto y rompiendo el servicio de Kenis. En la continuación, con 2-1 a favor de la polaca, Kenin necesitó la asistencia de un fisio, para tratar su pierna izquierda, vendada desde el primer día. Se retiró a los vestuarios y a su regreso ya apenas pudo competir. 

Y si el primer set duró 53', el segundo apenas 31'. Nadie podrá discutir el triunfo inapelable de Swiatek, que ha sido capaz de levantar la copa Suzanne Lenglen sin ceder un set y perdiendo sólo 28 juegos. La última en conseguirlo había sido la belga Justine Henin en 2007. Es la campeona 54 de los 'majors' sin tan siquiera haber salido como cabeza de serie en el cuadro individual. Iga se estrena a lo grande. A sus 19 años y 132 días, no tenía un solo título en su palmarés que empieza por el Abierto galo. El lunes subirá 37 puestos en el ranking y pasará del puesto 54 al 17. Es la más jugadora más joven en coronarse desde Monica Seles en 1992, cuando la serbia contaba con 18 años y 187 días. 

En cuanto al torneo masculino, numerosa presencia española con R. Nadal como principal candidato a la victoria, además de Alejandro Davidovich, Feliciano López, Pablo Andújar, Alberto Ramos, Pablo Carreño, Roberto Bautista, Roberto Carballés, Jaume Munar y el repescado de las clasificatorias, Pedro Martínez en el cuadro de honor. En cambio no pasaron de primera ronda en el torneo clasificatorio Guillermo García, Nicola Khun ni Carlos Alcaraz y sí lo hicieron, Mario Vilella, Carlos Taberner y Tony Robredo, pero caían los tres en segunda ronda. 
En cuanto al cuadro de honor quedaron eliminados a las primeras de cambio y en primera ronda J. Munar ante Tsitsipas, F. López ante Altmaier y P. Andújar ante Trabaglia. Mientras que en segunda lo hicieron A. Davydovich ante A. Roblev y A. Ramos ante M. Fucsovics. Pasaron a tercera ronda Bautista, Carreño, Carballés, Martínez y Nadal con la mala fortuna de tener que enfrentarse los dos primeros entre sí. El duelo español R. Bautista - P. Carreño (4-6, 3-6, 7-5 y 4-6) se inclinó a favor del tenista asturiano en 3h22' y cuatro sets. Más sólido en su juego que el castellonense, ganó los dos primeros sets, cediendo en el tercero para certificar su pase en el cuarto. A Carballés le correspondió el búlgaro Dimitrov. R. Carballés - G.Dimitrov (1-6, 3-6, 0-0) y el tenista español, que venía resentido después del palizón que se dio frente a Shapovalov, se tuvo que retirar al término del segundo set y tras una hora de partido. A Martínez le tocó enfrentarse al norteamericano S. Korda, 213º del mundo. P. Martínez - S. Korda (4-6, 3-6 y 1-6) El español después de ir haciendo un torneo sensacional se atascó frente al jugador americano. Pudo haber sentenciado en el primer set pero un gran Korda remontó, sacando a partir de entonces del partido al valenciano. 
De tal manera que solo dos españoles accedían a octavos de final, Carreño y Nadal. Las trayectorias de ambos hasta entonces habían sido, para el asturiano Carreño en primera ronda, el australiano J. Millman (3-6, 2-6 y 5-7), en segunda el argentino G. Pella (3-6, 2-6 y 1-6) y en tercera, el duelo con Bautista. Para el manacorí Nadal el primer enfrentamiento fue con el bieloruso E. Gerasimov, al que derrotó en tres sets (4-6, 4-6 y 2-6) y dos horas de partido. En segunda ronda le correspondía el norteamericano M. Mcdonald (1-6, 0-6 y 3-6) y en tercera el italiano S. Travaglia (1-6, 4-6 y 0-6), a los que derrotó de manera contundente en 1h40' al primero y en 1h35' al segundo. El rival de octavos era el verdugo de P. Martínez, el norteamericano Korda. S. Korda - R. Nadal (1-6, 1-6 y 2-6). El hijo del renombrado jugador checo sucumbió ante el español en 1h55' Por su parte Carreño se enfrentaba al alemán Altmaier, repescado del torneo clasificatorio y verdugo de Feliciano en primera ronda. El español en dos horas y veintidós minutos de juego se deshizo de su rival P. Carreño - D. Altmaier (6-2, 7-5 y 6-2) pasando a cuartos y donde le esperaba el número uno del mundo. 

Los enfrentamientos de cuartos de final eran N. Djokovic - P. Carreño (4-6, 6-2, 6-3 y 6-4), que se inclinó del lado del número uno tras cuatro sets y más de tres horas de partido. Aunque ganó el primer set, el español nada pudo hacer ante el práctico juego del número uno. El duelo A. Rubblev- S. Tsitsipas (5-7, 2-6 y 3-6), se decidió claramente a favor del griego en menos de dos horas de partido. En cambio el enfrentamiento entre el argentino y el austriaco D. Schwartzman - D. Thiem (7-6, 5-7, 6-7, 7-6 y 6-2) se resolvió sorprendentemente del lado argentino tras más de cinco horas de lucha. El desigual último enfrentamiento era el duelo J. Sinner - R. Nadal (6-7, 4-6 y 1-6). El joven italiano solo presentó batalla en el primer set y tras 2h49' sucumbió ante el poderío del juego del español. 


En semifinales, a Nadal le esperaba el argentino Schwartzman y a Djokovic, el griego Tsitsipas.
En el primero de los enfrentamientos, D. Schwartzman - R. Nadal (3-6, 3-6 y 6-7) al español le resultó más difícil de lo que sugiere el marcador el paso a la final ante su rival argentino. Ante 1000 afortunados aficionados el manacorí se tomó la revancha del partido de cuartos en Roma. Nadal salió con una táctica agresiva bien fijada en su cabeza, y la desarrolló sin titubear. Saque listo para tomar la iniciativa enseguida, una derecha que corrió más que nunca en la competición y un revés cruzado para establecer diferencias. Una dejada aquí, una volea allí, el desgaste de Schwartzman era continuo. Un primer set en el que el primer juego duró 14 minutos, con Rafa remontando dos bolas de rotura. A continuación ‘break’ a favor, 2-0. Cediendo su saque, 2-1, luego se llevó dos juegos seguidos (4-1) para concluir en 64 minutos de pelea brillante, 6-3. El broche final lo puso Schwartzman, que se soltó en plan kamikaze cuando se vio perdido, remontando dos breaks abajo en el tercero. Nadal, solventado las dificultades propias de cerrar el pase a una final frente a un adversario impenitente y ante el que tuvo que levantar un par de bolas de 5-6 y saque del argentino. Con maestría manejó situaciones clave, incluido el ‘tiebreak’. Decimotercera final, que se dice pronto y de momento sin ceder un solo set. 
En la otra semifinal, N. Djokovic - S. Tsitsipas (6-3, 6-2, 5-7, 4-6 y 6-1) el partido fue de los que hacen afición con el jugador griego remontando dos sets y cuando el serbio lo tenía todo a favor para haber sentenciado en el tercero. El 5º del mundo sorprendió al serbio que cediendo también en el cuarto remató fácil en el quinto tras casi cuatro horas de partido pasando a su quinta final y donde le esperaría el español. Novak domina en los enfrentamientos directos por 29 victorias a 26. Y ya sabe lo que es ganar a Rafa en todas las grandes pistas de la tierra europea, dígase Montecarlo, Madrid, Roma y París. El serbio ha decantado a su favor 14 de los últimos 18 enfrentamientos. Pero de las cuatro finales a las que llegó solo ganó una, en 2016 a Murray, perdiendo las otras tres anteriores (2012 y 2014 ante Nadal y 2015 ante Wawrinka). 

Y en la final, N. Djokovic - R. Nadal (0-6, 2-6 y 5-7), en 2 h 41', el español destrozó al serbio. Con menos rodaje que nunca, bajo unas circunstancias insólitas debido a la pandemia, con el torneo fuera de fechas, una climatología distinta, un cambio de pelota que en nada le favorecía, ante el peor rival posible en la final y por primera vez en sus trece finales, jugando bajo techo, Nadal volvió a marcarse un magnífico partido, aprovechando los errores de su rival (52 frente a 14) que abusó de las dejadas y que parecía ausente del partido. Novak no se quejaba, no rompía la raqueta, no miraba con cara desafiante a su banquillo buscando algún tipo de explicación. No sentía ni frio ni calor. Le fallaba el revés, su mejor golpe, y Rafa se aprovechó de ello de principio a fin. Al (0-6) inicial en 48' no llegó ningún tipo de reacción de Djokovic que también cedió el segundo, aunque esta vez logrando dos puntos (2-6) en 51'. 
Sólo hubo un amago de orgullo postrero de Nole, cuando recuperó un break igualando a tres en el tercero. Fue entonces cuando gritó, alzó los brazos y trató de agitar a la menguada concurrencia. Demasiado tarde. Los 1000 afortunados espectadores contemplaron como Nadal, muy atento, sin perder un ápice de atención completaba su trabajo sin mayor dilación (5-7) en 62'. 

Una nueva obra maestra, una manifestación de inteligencia, actitud y buena lectura táctica, que le permite alzar su 13º trofeo, alcanzar su vigésimo Grand Slam, alcanzando a Federer, y conseguir su victoria nº 100 en Paris donde por cuarta vez termina sin ceder un solo set.

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