La 110ª edición del Abierto de Australia será recordado por el caso Djokovik y el vigésimo primer Grand Slam de Nadal. A pesar del incremento en la incidencia del covid se ha disputado, recuperando sus habituales fechas de última quincena de enero, en esta ocasión del 17 al 30 de Enero.
El primer Grand Slam de la temporada volvía a contar con la presencia de público en las gradas del Melbourne Park de la capital de Victoria. Exceptuando al tenista serbio y su controvertida expulsión del país por el tema vacunal y los lesionados Ruud, Thiem y Federer, estuvieron presentes las mejores raquetas del tenis mundial, que para poder participar tuvieron que además de tener el esquema de vacunación completo deberían guardar cuarentena en las habitaciones de sus hoteles. Entre las mujeres las bajas más importantes fueron Pliskova, Brady y Muchova.
Empezando por el cuadro femenino, eran diez las representantes españolas con Garbiñe Muguruza (nº 3) y Paula Badosa (nº 8) como principales valedoras y Sara Sorribes y Nuria Parrizas también en el cuadro principal, teniendo que pasar por la calificación el resto, es decir Andrea Lázaro, Rebeka Masarova, Cristina Bucsa, Aliona Bolsoba, Irene Burillo y Lara Arruabarrena.
Caían en la primera tanda de calificación, Irene Burillo que perdía ante la jugadora local J. Fourlis (5-7 y 2-6) y Lara Arruabarrena ante la italiana E. Cocciaretto (6-0 y 7-5). En cambio si pasaba la primera ronda Andrea Lázaro que se imponía a la rusa A. Kalinskaya (1-6 y 4-6) pero perdía posteriormente en segunda ronda ante la norteamericana K. Vokynets (2-6 y 0- 6).
Más lejos llegaban Aliona Bolsoba que se imponía a la japonesa Y. Naito (7-6, 3-6 y 3- 6) en primera ronda y a la norteamericana U. Arconada (6-4, 4-6 y 6-4) en la segunda tanda, para terminar cediendo en la final ante la eslovaca V. Kuzmova (6-2 y 7-5); y Rebeka Masarova que ganaba a la tenista checa J. Maleckova (6-2 y 6-2) en la primera tanda, a la ucraniana D. Snigur en la segunda fase (6-3 y 6-1) para perder de forma clara ante la coreana S. Jang (6-2 y 6-3) en el partido definitivo para poder acceder a la ronda final.
Ya en el cuadro principal, Cristina Bucsa, accedía desde la ronda clasificatoria, donde se había impuesto a la rumana C. Dinu (6-1 y 6-0), a la eslovaca R. Srankova (2-6 y 5-7) y a la neerlandesa R. Hogenkamp (7-5, 2-6 y 6-3) debía ceder en primera ronda ante la belga A. Van Uytvanck en dos sets Cristina Bucsa - A. Van Uytvanck (6-3 y 6-4).
En segunda ronda cedían Sara Sorribes y Garbiñe Muguruza, una de nuestras mejores bazas. Sara lo hacía ante la ucraniana M. Kostyuk en dos sets S. Sorribes - M. Kostyuk (6-7 y 3-6) tras imponerse claramente en primera ronda a la belga K. Flypkens, S. Sorribes - K. Flypkens (6-4 y 6-1) . Mientras que Garbiñe, llegaba a Melbourne algo estresada ante el contagio de todo su equipo por el virus (siendo ella la única en no hacerlo) y en un arranque de año atípico, no había podido entrenar con normalidad por lo que no se encontraba al cien por cien físicamente, según explicaba. Se enfrentaba en primera ronda a la francesa Burel y en un buen partido y sin excesivo esfuerzo se imponía claramente en dos sets C. Burel - G. Muguruza (3-6 y 4-6) y hora y media de huego. En segunda le correspondía su compatriota A. Cornet y lamentablemente no pudo repetir actuación. A. Cornet - G. Muguruza (6-3 y 6-3) se resolvía en 1h 27, con Muguruza pagando un mal día, en el que cometía 33 errores no forzados en una mala selección de golpes y sin ser agresiva cuando debía haberlo hecho. En esta ocasión la española fue superada por la veterana tenista francesa y acabar cayendo ante la 61 del ranking WTA, acumulando malas sensaciones. Una mujer quien a sus 31 años, mantiene una forma física envidiable y que en esta ocasión, mostró un repertorio de golpes sobre la pista al que no acostumbra. Sobre todo al resto, la tenista gala se hizo gigante con un despliegue defensivo envidiable que acabó por desquiciar a la caraqueña, quien en la rueda de prensa posterior no encontraba excusa para su pobre actuación y que tendrá que resarcirse en los próximos torneos de esta oportunidad perdida cuando era considerada como una de las máximas favoritas (cabeza de serie número tres) al triunfo final.
Hasta tercera ronda llegaba Nuria Parrizas que se deshizo fácil de la rumana I. Bara en primera ronda (3-6 y 1-6) y no tuvo que enfrentarse a la belga M. Zanevska por abandono previo, en su segunda presencia, mientras que en la tercera cedía ante la norteamericana Pegula en dos sets, N. Parrizas - J. Pegula (6-7 y 2-6) tras hora y media de partido.
La española que llegó más lejos fue Paula Badosa que lo hacía hasta la cuarta ronda. La octava del mundo llevaba hasta entonces un gran concurso imponiéndose claramente en primera ronda a la australiana Tomljalovic, A. Tomljalovic - P. Badosa (6-4 y 6-0). En segunda le esperaba la italiana Trevisan. M. Trevisan - P. Badosa (0-6 y 3-6) y en tercera su rival era la verdugo de Sorribes, la ucraniana M. Kostyuk. M. Kostyuk - P. Badosa (2-6, 7-5 y 4-6) imponiéndose la española en tres disputados sets y dos horas y veinte de partido pasando de ronda.
Y en la cuarta, la rival de Paula era la norteamericana Keys, que superaba sin paliativos a la nuestra,
M. Keys - P. Badosa (6-3 y 6-1) en poco más de una hora, en un primer turno de la mañana y ante muy poco público. Keys y Badosa llegaban a la cita como las jugadoras más en forma de la presente campaña, junto a la local Barty, después de coronarse en los torneos preparatorios de Adelaida y Sídney, respectivamente. Y fue la jugadora de Illinois quien impuso su juego, manteniendo un elevado 76 % de puntos con primeros saques y conectar 26 golpes ganadores que mantuvieron a la catalana lejos de cualquier intento de remontada. Badosa desesperada, acabó cometiendo diez dobles faltas. Aun así subirá puestos en el ranking, superando a Muguruza.
Las ocho tenistas que pasaban a cuartos de final, eran tres norteamericanas Jessica Pegula, Madison Keys y Danielle Collins, la checa Barbora Krejcikova, la francesa Alize Cornet, la polaca Iga Swiatek, la estonia Kaia Kanepi y la representante local, la australiana Ashleigh Barty. Por el camino habían caído el resto; Sabalenka, Muguruza, Sakkari, Kontaveit, Badosa o Pavlyuchenkova, por ejemplo, manteniéndose tan solo tres top ten.
En el primer partido A. Barty - J. Pegula (6-2 y 6-0), la jugadora local no tuvo mayor problema en desembarazarse de la norteamericana en apenas una hora de juego.
El segundo duelo, entre la tenista checa y la norteamericana B. Krejcikova - M. Keys (3-6 y 2-6) se resolvía rápidamente para la verdugo de Badosa. La de Illinois, manteniendo el mismo nivel de juego se impuso a la cuarta del mundo con su tenis agresivo y once saques directos en solo 1h 9', accediendo a las semifinales de un major tras cuatro años de espera.
El partido entre la tercera jugadora norteamericana presente y la tenista francesa D. Collins - A. Cornet (7-5 y 6-1), resultó fácil para la americana, que en hora y media resolvía el partido después de superar la oposición en el primer set, de la 61ª del mundo.
Y finalmente, el duelo báltico I. Swietek - K. Kanepi (4-6, 7-6 y 6-3), se inclinaba finalmente del lado polaco después de tres horas de dura lucha frente a la outsider (115ª del mundo) estonia que ganaba el primer set.
El primer partido de
semifinales, enfrentaba otra vez a la tenista local frente a una norteamericana.
A. Barty - M. Keys (6-1 y 6-3) volvía a resultar sencillo para la australiana que no encontraba oposición en la 51ª del mundo y se imponía en una hora de juego.
En el segundo emparejamiento D. Collins - I. Swietek (6-4 y 6-1), saltaba la sorpresa y la nº 27 del mundo se imponía con claridad a la polaca nº 7, más cansada que su rival después de la paliza que se daba en el partido anterior y accedía a su primer final.
Y en la final, la tenista local volvía a tener rival americana. Y en 1h 27 de partido A. Barty - D. Collins (6-3 y 7-6), la jugadora australiana se imponía claramente a la norteamericana en tan solo dos sets y tras remontar un 1-5 en el segundo, consiguiendo así su primer abierto de casa.
La australiana de 25 años logra su tercer Grand Slam después de Roland Garros en 2019 y Wimbledon en 2021. Barty se llevó la final sin realizar su mejor tenis y lejos del dominio que mostró en sus seis anteriores partidos.
En el primer set salvó la única bola de break que concedió y no falló en la única que se presentó a su favor. En 32' había resuelto la mitad del trabajo. Pero bajó sus prestaciones al inicio del segundo set.
Cedió en dos ocasiones su servicio (dos veces en un solo set, justo el doble del número de juegos cedidos al servicio en los seis primeros partidos). Dominada claramente por la norteamericana Collins y cometiendo un número inesperado de errores no forzados y de dobles faltas, increíblemente y con el apoyo de su gente logró recuperarse para empatar y ponerse 5-5. Collins logró llevar el partido al tie-break, pero una Barty crecida se mostró superior, llegando a dispone de cuatro bolas de partido y aprovechando la primera de ellas para asegurarse el título.
En su camino al título tuvo que superar a una ucraniana, dos italianas y 4 estadounidenses, estas, Anisimova, Pegula, Keys y Collins, en sus 4 últimos partidos.
El triunfo de Barty va a quedar para siempre en el recuerdo del público local, puesto que es la primera australiana en llegar a la final individual femenina desde Wendy Turnbull en 1980, y la primera en coronarse desde Chris O’Neil en 1978.
En cuanto al cuadro masculino, la armada española estaba representada por Bernabé Zapata y Mario Vilella que no pasaron la calificación al caer Zapata en primera ronda ante el kazajo B. Zapata - D. Popko ( 1-6 y 5-7) y Vilella en segunda, ante el sueco Ymer, M. Vilella - E. Ymer (6-4, 4-6 y 6-7) más los habituales Pedro Martínez, Pablo Carreño, Carlos Alcaraz, Feliciano López, Carlos Taberner, Jaume Munar, Rafa Nadal, Pedro Andujar, Roberto Bautista, Albert Ramos Roberto Carballés y Alejandro Davidovich que entraban directos al cuadro central.
De tal manera que al cuadro central, la armada española llegaba compuesta por 12 tenistas. Su suerte a lo largo del torneo variaba, cayendo en primera ronda F. López ante el australiano J. Millman (1-6, 3-6, 6-4 y 5-7); C. Taberner ante el alemán D. Koepfer (6-1, 3-6, 6-4 y 6-1); J. Munar ante el ruso A. Karatsev (6-3, 6-7, 7-6, 4-6 y 4-6); A. Ramos ante el argentino S. Baez en cinco sets (6-4, 4-6, 6-3, 1-6 y 6-2) y R. Carballés ante el lituano R. Berankis (1-6, 6-3,6-2, 3-6 y 4-6).
A segunda ronda llegaban P. Martínez que ganaba en primera al argentino F. Delbonis (6-7, 6-3, 4-6 y 2-6) pero caía ante el chileno C. Garin (7-6, 6-7, 6-2, 2-6 y 2-6) y A. Davidovich, que ganaba en primera al australiano A. Bolt (6-3, 6-3 y 6-4) para caer en segunda frente al canadiense F. Auger-Aliasime (6-7, 7-6, 6-7 y 6-7).
En tercera ronda C. Alcaraz cedía ante el italiano M. Berrettini (2-6, 6-7, 6-4, 6-2 y 6-7) en un emocionantísimo partido y tras haber dejado en la cuneta al chileno A. Tabilo (6-2, 6-2 y 6-3) y al serbio D. Lajovic (6-2, 6-1 y 7-5).
P. Andujar, lo hacía ante el australiano A. de Minaur (4-6, 4-6 y 2-6) tras imponerse en primera ronda al bosnio D. Zumhur (1-6, 5-7 y 1-6) y en segunda al eslovaco A. Molcan (4-6, 6-7, 6-0 y 1-6).
Y R. Bautista perdía ante el norteamericano T. Fritz (0-6, 6-3, 6-3, 4-6 y 3-6)) en un duro enfrentamiento, habiendo dejado por el camino en primera ronda al italiano S. Travaglia (7-6, 6-4, 5-7 y 6-1) y en segunda al alemán P. Kohlschreiber (6-1, 6-0 y 6-3).
Mientras que P. Carreño era de los que más lejos llegaba, hasta cuarta ronda, donde cedía ante el italiano P. Carreño - M. Berrettini (5-7, 6-7 y 4-6) tras dejar en la cuneta previamente al argentino T. Etcheverry ( 1-6, 2-6 y 6-7), al neerlandés T. Griekspoor (3-6, 7-6, 6-7, 6-3 y 4-6) y al australiano S. Korda (4-6, 5-7, 7-6 y 3-6).
El recorrido del principal valedor español, Rafael Nadal hasta octavos fue casi impecable, cediendo un solo set. En primera ronda le correspondió el norteamericano M. Girón (1-6, 4-6 y 2-6); en segunda el alemán Y. Hanfmann (2-6, 3-6 y 4-6)) y en tercera le tocó emparejarse con el ruso K. Khachanov (3-6, 2-6, 6-3 y 1-6) que le conseguía ganar un set.
El enfrentamiento de
octavos de final era ante el francés A. Mannarino, y tras un primer e interminable set (1 h21'), le superaba fácilmente en los dos siguientes
A. Mannarino - R. Nadal (6-7, 2-6 y 2-6). después de 2 h 40' de juego, para pasar a cuartos donde le esperaba el canadiense Shapovalov.
Por tanto de los doce españoles iniciales, sólo Nadal pasaba a cuartos, en una pobre presencia española en esta edición.
Cuartos de final. Pasaron, además del español, dos canadienses D. Shapovalov y F. Auger-Aliasime; dos italianos, M. Berretini y J. Sinner, el ruso D. Medvedev, el francés G. Monfils y el griego S. Tsitsipas. Por tanto en Australia, una edición más de dominio europeo.
A Nadal le tocaba enfrentarse al 14º del mundo.
D. Shapovalov - R. Nadal (3-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 3-6) resultó un partido muy emocionante y el español necesitó por primera vez en el torneo, de los cinco sets para superar al tenista canadiense en algo más de 4 h. Tras perder los dos primeros sets, quejandose ostensiblemente al árbitro de las pérdidas de tiempo del español, el 14º del mundo se repuso y logró forzar un quinto en un encuentro agónico, en el que el español tuvo que ser atendido por problemas gástricos. Sin embargo, el de Manacor supo sufrir y hacer valer su veteranía para llevarse el partido mientras su rival, impotente, rompía su raqueta contra el suelo.
Los otros tres enfrentamientos eran: G. Monfils - M. Berretini, J. Sinner - S. Tsitsipas y F. Auger-Aliasime - D. Medvedev.
En el primero G. Monfils - M. Berretini (4-6, 4-6, 6-3, 6-3 y 2-6), el italiano superaba al francés en 3 h 49', tras ganar los dos primeros sets y que el tenista francés le remontara los dos siguientes.
En cambio, en el siguiente enfrentamiento, el jugador griego sólo necesitó tres sets y apenas dos horas de partido para superar fácil a la revelación italiana J. Sinner - S. Tsitsipas (3-6, 4-6 y 2-6).
Muy diferente al último enfrentamiento que también se tuvo que dirimir en cinco sets F. Auger-Aliasime - D. Medvedev (7-6, 6-3, 6-7, 5-7 y 4-6), el ruso necesito de 4 h 42' y toda la suerte del mundo para superar al buen tenista canadiense que le había puesto contra las cuerdas ganando los dos primeros sets.
Semifinales. En la primera, el jugador italiano esperaba al español mientras que en la otra se enfrentaban el griego y el ruso.
S. Tsitsipas - D. Medvedev (6-7, 6-4, 4-6 y 1-6) el duelo entre los números 4º y 2º del mundo se resolvía a favor del ruso Medvedev después de imponerse con dificultad en el primero y que le empatara el segundo. Luego ganaría fácil los otros dos en 2 h 30' de juego.
El partido de Nadal, M. Berretini - R. Nadal (3-6, 2-6, 6-3 y 3-6), aunque de cuatro sets también duró algo más, casi tres horas, con el tenista italiano imponiéndose en el tercero. Final inédita por tanto.
Y en la final, R. Nadal - D. Medvedev (2-6, 6-7, 6-4,6-4 y 7-5) se enfrentaban el actual número seis contra el número dos. 20 gran slam frente a uno. Un abierto de Australia (2009) frente a ninguno. Nadal y Medvedev se habían enfrentado en cuatro ocasiones y en tres había ganado el balear, pero la última (2020) fue para el tenista ruso.
En el actual torneo habían tenido un recorrido muy parecido; Giron, Hanfmann, Khachanov, Mannarino, Shapovalov y Berrettini para el español y Laaksonen, Kyrgios, Van de Zandschulp, Cressy, Augier y Tsitsipas para el ruso, superando este el escollo del canadiense Augier en cuartos de final por los pelos, mientras que Nadal solo tuvo alguna complicación contra Shapovalov, también en cuartos, al tener que resolver un partido en cinco sets.
Muy serio en su juego el ruso, se impuso sin problemas en el primer set rompiendo el servicio del español en el 5º y 7º juegos en 42 minutos y dando un recital al servicio ante un Nadal que no terminaba de encontrar su juego.
El segundo set comenzó de manera parecida, pero Nadal consigue romper el servicio de Medvedev en el 4º juego y llegar a ponerse 4-1. Medvedev responde de igual manera 4-3 pero entonces Nadal repite el break y con 5-3 se pone a tiro de set en el siguiente. Pero tras disputar 13' de juego es finalmente el ruso quien se lo lleva, levantando también un set que tenía en contra, en un tie break agónico que se decantó para él después de enjugar un 5-4 en contra en el mismo y tras 1h24' de lucha.
Con dos sets de ventaja las apuestas habían subido a 94/ 4 a favor del ruso dando idea de la confianza depositada en que Nadal remontase. Lo había hecho anteriormente, pero frente a rivales de menor entidad y en otras circunstancias. Con todos los pronunciamientos a su favor el numero dos del ranking afrontaba el tercer set con optimismo aun con todas las reservas del mundo, ante un número cinco que tenía el partido prácticamente perdido y sin tener nada que demostrar nada a nadie y menos después de estar apartado del tenis por su lesión. Pero Nadal es Nadal y tras un 4-4 y Medvedev muy firme en su servicio, se produjo el break del manacorí y el set para él en poco más de 1 h.
Con el set de "regalo" Medvedev no se podía relajar en el cuarto. Nadal empezaba a sentir la bola como no había podido hacerlo hasta ese momento, elevó la intensidad de sus impactos, cambió direcciones y dejó de insistir tanto sobre el letal revés del moscovita. Fue una labor de zapa, de desgaste, que dio sus frutos con el paso de los minutos. Medvedev acusó la carga de movimiento y tuvo que pedir por dos veces la presencia del fisio. Nadal, sublime, se acostumbró a ponerle las cosas muy complicadas a su rival cuando sacaba, con restos incisivos, bolas a las líneas, con un juego, a fin de cuentas, de altísimo riesgo. Así tras dos roturas seguidas y un 5º juego de 10' Nadal se puso 3-2 para sacar y llevándose el set por 6-4, también en una hora, terminar empatando el partido y forzar el quinto.

Le faltaba rematar la gesta. Y no fue fácil. Colocó el 4-2 con puntos maravillosos, llegando a todas las dejadas para resolverlas con una tranquilidad inhumana. Pero cuando sacaba para vencer con 5-4, el número dos del mundo renació rompiéndole el servicio y dejándonos a todos con la angustia en la garganta en plena comida familiar.
No para Nadal, que vuelta a empezar replicaba con otro break ante el delirio de los espectadores y resolviendo en blanco en el último juego con un ace y una volea incontestable, ante la perplejidad de un incrédulo Medvedev .