Empezando con el torneo femenino, la representación española estaba limitada a Nuria Parrizas, Paula Badosa, Garbiñe Muguruza y Cristina Bucsa (que llegaba al cuadro final tras ganar sus tres rondas clasificatorias previas a la bielorusa O. Govortsova, la australiana A. Rodionova y a la alemana L. Siegemund).
Y su competición ha sido lamentable siendo eliminadas casi todas en primera ronda. Así Parrizas lo hacía ante la belga L. Jeanjean, L. Jeanjean - N. Parrizas (6-4 y 6-3) en tan solo dos sets mientras que Bucsa lo hacía ante la brasileña B. Haddag en tres sets, B. Haddad - C. Bucsa (6-3, 1-6 y 6-2), al igual que Muguruza ante la estonia Kanepi, K. Kanepi - G. Muguruza (2-6, 6-3 y 6-4).
Escapaba de la quema Paula Badosa que llegaba hasta tercera ronda tras eliminar en primera a la italiana Ferro, P. Badosa - F. Ferro (6-2 y 6-0) y en segunda a la eslovena Juvan P. Badosa - K. Juvan (7-5, 3-6 y 6-2). En tercera le tocaba enfrentarse a la rusa Kudermetova y tenía que abandonar por lesión en el segundo set después de haber cedido en el primero P. Badosa - V. Kudermetova (3-6 y 1r-2).
Para octavos de final habían caído tenistas tan importantes como las checas Krejcikova y Pliskova, la griega Sakkari, la estonia Kontaveit, la tunecina Jabeur, la bielorusa Sabalenka, la norteamericana Collins o la española Muguruza. Es decir el top ten entero excepto la número uno.
A Cuartos de final accedían tres norteamericanas, Jessica Pegula, Cori Gauff y Sloane Stephens; dos rusas, Veronika Kurdenetova y Daria Kasatkina; la polaca nº 1 mundial Iga Swiatek, la canadiense Leylah Fernandez y una italiana, Martina Trevisan.
Los emparejamientos fueron I. Swiatek - J. Pegula (6-3 y 6-2), y donde la número uno dio buena cuenta de la americana en hora y media. En los otros enfrentamientos
V. Kurdemetova - D. Kasatkina (4-6 y 6-7) el duelo ruso se resolvía para Kasatkina después de más de dos horas de intensa lucha y sin necesidad de disputar un tercer set.
El duelo entre la tenista italiana y la canadiense se resolvía sorprendentemente a favor de la tenista italiana M. Trevisan - L. Fernandez (6-2, 6-7 y 6-3), en tres sets y tras dos horas y veinte de partido.
El otro partido, el duelo norteamericano C. Gauff - S. Stephens (7-5 y 6-2) imponiéndose Gauff en hora y media y pasando a semifinales sin demasiado stress.
Semifinales: El partido I. Swiatek - D. Kasatkina (6-2 y 6-1), se resolvió rápidamente a favor de la tenista polaca en apenas una hora, cediendo tan solo tres juegos, sin dar ninguna opción a la tenista rusa y presentando sus credenciales a llevarse el título.
El otro duelo, entre italiana y norteamericana, resultó claramente a favor del lado norteamericano y la 18ª del mundo resolvió el partido en menos de hora y media, M. Trevisan - C. Gauff (3-6 y 1-6) y en dos sets, presentándose de esta manera en la final por primera vez y metiéndose a la vez en el top ten mundial.
Final: Iga Swiatek lo ha vuelto a lograr. Como ya hiciera en el 2020 con solo 19 años, ha vuelto a coronarse como reina de la tierra batida en París. La jugadora polaca ha arrasado a Cori Gauff y se ha proclamado campeona de Roland Garros en una final que no tuvo historia y que fue resuelta por la vía rápida. Triunfo en dos sets, para seguir con su inmaculada racha de victorias consecutivas que ya asciende a 35. La mayor racha de toda la historia en la Era Open empatada con una leyenda como Venus Williams. I. Swiatek - C. Gauff (6-1 y 6-3). Desde el primer momento Iga demostró que había llegado a la Philippe Chatrier con las cosas muy claras. Parecía incluso que tenía prisa por cerrar el trámite a pesar de que se tratara de la final de un Grand Slam.
Arrancó el partido con parcial de 4-0 que dejó a Gauff completamente desubicada. Sin respuesta. Sin margen de reacción. Y todo parecía indicar que habría una sonrojante paliza en la conclusión del cuadro femenino. Pero Gauff consiguió hacer un juego y así esquivar el rosco, pero poco más e imposible levantar la primera manga. Con la derecha, con el revés, desde el fondo de pista o subiendo a la red. Daba igual porque Swiatek era imbatible en todos los terrenos. Partido de tiralíneas, borrando la cal con una precisión abrumadora. La mano de Swiatek parece tocada por una varita mágica.
El segundo set arrancó con sorpresa ya que Gauff consiguió ponerse 0-2. Parecía el primer momento de debilidad de una Swiatek que, en realidad, se estaba tomando un respiro para colocar después un parcial de 6-1 y con un marcador total de 6-3 levantar su segunda Copa de los Mosqueteros y nada más cerrar su triunfo abandonar la pista para subir a la grada y abrazarse con todo su equipo. No era para menos.
Ya tiene dos Grandes, los dos en Francia, pero a sus 21 años promete lograr muchos más debido a su enorme talento y, sobre todo, a su fortaleza mental.
Acumula seis victorias este año, entre ellas un Grand Slam y cuatro Masters 1000. Está en racha y quiere el trono que ha quedado libre tras el adiós de la australiana Barty. Y, demostrando ese nivel y ese poderío, parece complicado que alguien pueda arrebatárselo.
En el otro lado de la pista, con lágrimas en los ojos y completamente destrozada ante el vendaval que le había pasado por encima, la joven talento 'Coco' Gauff ha vuelto a demostrar en París que será una futura jugadora de grandes partidos y de grandes torneos. Probablemente, la única que pueda hacer frente a una Iga Swiatek que está aprovechando el adiós de Ash Barty para consagrarse como nueva reina del tenis mundial. La polaca ha demostrado una vez más que está un peldaño por encima del resto de jugadoras del circuito. Primero va Iga, y a años luz llegan las demás. Y Gauff aspira a situarse en ese segundo peldaño, por detrás de la campeona en París donde también aparecen candidatas como Krejcikova, Sakkari, Jabeur o Badosa.
La número uno del mundo ha cerrado un torneo simplemente perfecto. Sin ceder ni un solo set y ganando con autoridad y mucha autosuficiencia todos sus partidos. La clasificación verá como este lunes su liderato saldrá más que reforzado pues si al inicio de Roland Garros la más joven del top ten, tenía más de 2000 puntos de ventaja sobre Krejcikova, ahora suma más de 4000 sobre Kontaveit.
Con la bandera de Ucrania prendida de su gorra blanca impoluta, una parte de su dedicatoria estaba clara hacia donde iba a ir. Una referente en la pista y también fuera de ella y es que el tenis ha sido tocado muy de cerca por la guerra de Rusia como ha demostrado la polémica generada alrededor del torneo de Wimbledon. La tenista polaca suma ya ocho títulos en sus ocho finales en el circuito WTA como profesional. No ha cedido ni una sola. Pero lo apabullante es que no ha concedido ni un solo set en ninguna de esas ocho batallas como ha hecho en la presente edición de Roland Garros. De hecho, en esos encuentros sí ha endosado a sus rivales hasta cuatro roscos que demuestran su superioridad.
Si el tenis femenino buscaba nueva dominadora, Iga Swiatek ha presentado la candidatura más seria posible.
En cuanto al torneo masculino, la numerosa presencia española contaba con Jaume Munar, Albert Ramos, Roberto Carballes, Carlos Tarberner, Alejandro Davidovich, Pablo Andujar, Pedro Martínez, Pablo Carreño, y el repescado Bernabé Zapata además de con Rafael Nadal y Carlos Alcaraz como mejores baluartes siendo el manacorí el principal candidato a la victoria.
Se quedaron en la intentona de acceder al cuadro definitivo F. López y M. Vilella, que caían en la primera ronda de la clasificación mientras que F. Verdasco no pasaba de la segunda. Sí lo lograba B. Zapata tras dejar en la cuneta al israelí Sela, al portugués Elias y al italiano Nardi.
En primera ronda quedaron eliminados Taberner que cedía ante el croata Coric en cuatro sets, B. Coric -C. Taberner (3-6, 6-2, 6-3 y 6-1); Davidovich ante el neerlandés Griekspoor T. Griekspoor - A. Davidovich (2-6, 6-0, 6- y 6-3); Andujar ante el italiano Cecchinato, M. Cecchinato - P. Andujar (4-6, 4-6, 6-0, 7-5 y 6-0); Martínez ante el suizo Laaksonen P. Martínez - H. Laaksonen (6-2, 4-6,4-6 y 6-7) y Carreño ante el francés Simón, P. Carreño - G. Simon (4-6, 4-6, 6-4, 6-1 y 4-6);
En segunda ronda lo hicieron Munar que ganaba en primera al alemán Altmaier pero cedía ante Schwartman J. Munar - D. Schwartman (6-2, 7-6, 2-6, 2-6 y 2-6); A. Ramos se imponía en primera al neozelandés T. Kokkinakis cediendo luego ante Alcaráz en un partido impresionante de 4 h 34' y cinco sets A. Ramos - C. Alcaraz (1-6, 7-6, 7-5, 6-7 y 4-6); R. Carballés pasaba la primera ganando al alemán Otte pero cedía en segunda ante el italiano Sinner R. Carballés - J. Sinner (6-3, 4-6, 4-6 y 3-6); de tal manera que a octavos accedían el repescado Zapata, Alcaraz y Nadal. De 16 tenistas tres eran españoles, que pudieran haber sido más de no haberse cruzado Ramos y Alcaraz.
Hasta octavos llegaba Zapata donde le esperaba el alemán Zverev. Hasta entonces su torneo había sido magistral llegando desde la clasificación previa. Antes de Zverev había eliminado sucesivamente a los norteamericanos Mmoh en tres sets, Fritz en cuatro e Isner, al que le costaba eliminar tras 3 horas y media de partido y cinco sets, llegando muy cansado al duelo contra el tres del mundo A. Zverev - B. Zapata (7-6, 7-5 y 6-3) y ante el que cedía en tres sets y 2 h 45' de partido.
El recorrido de Nadal y de Alcaraz hasta cuartos había sido bastante diferente. Mientras el murciano dejaba en la cuneta al argentino Londero en tres sets, sufría mucho para imponerse a Ramos-Viñolas en cinco durísimos sets y superar al norteamericano Korda en tres, el manacorí más cómodamente lo bordaba con el australiano Thompson en primera ronda, con el francés Moutet en segunda y el neerlandés VD Zanschulp, sin ceder un solo set.
Al murciano le correspondía el tenista nº 21 del mundo, el ruso Khachanov y al que sin dar respiro, la joven promesa española eliminaba de forma contundente en tres sets K. Khachanov - C. Alcaraz (1-6, 4-6 y 4-6) para pasar por primera vez a cuartos donde le esperaba el verdugo de Zapata.
Por su parte al balear le tocaba enfrentarse al tenista canadiense Auger Aliassime. F. Auger Aliassime - R. Nadal (6-3,3-6, 2-6, 6-3 y 3-6) y al que superaba en cinco sets y tras 4 h 21 de juego, en un partido que se le puso cuesta arriba. El español dejaba escapar hasta seis oportunidades de rotura en los primeros cinco juegos del partido, a diferencia de Auger-Aliassime, que aprovechaba sus oportunidades para colocarse 5-1 en el marcador. A pesar de los esfuerzos de Nadal por recortar distancias, era el canadiense el que acababa cerrando 6-3 la primera manga.
A pesar del resultado, las sensaciones en la pista no mostraban tanta diferencia. Y el tiempo ponía a cada uno en su sitio. Un disputado segundo set, cayó del lado español gracias a un solo break que supo conservar, mientras que en el tercero elevó su porcentaje de acierto con el primer servicio hasta el 80%. Dos roturas más le permitían ponerse por delante por primera vez, a solo un set de la victoria. Pero Auger-Aliassime no había dicho su última palabra aún y obligaba a jugar un set más en un partido que entreba en el terreno de la épica. Y en ese contexto y en la Philippe-Chatrier como escenario, Nadal se siente especialmente cómodo, llevándose la manga definitiva, con una rotura en el octavo juego.
A cuartos de final llegaban seis top ten, Djokovic, Zverev, Nadal, Alcaraz, Rublev y Ruud, el nº 23 Cilic y el joven danés Rune en la posición 40. Al balear le correspondía su bestia negra el serbio N. Djokovic y al murciano el nº tres del mundo, el germano Zverev que llegaba de eliminar a Zapata. Los otros dos enfrentamientos eran entre noruego y danés y ruso y croata.
Por el camino habían caído Shapolov en primera ronda, Fritz en segunda, Norrie y Dimitrov en tercera ronda o Medvedev, Tsitispas y Auger Aliassime en cuarta. Los dos españoles compitiendo por el lado alto del cuadro si pasaban su ronda se cruzarían en semis.
En el partido de Alcaraz, al murciano le tocaba enfrentarse al nº 3 del mundo
A. Zverev - C. Alcaraz (6-4, 6-4, 4-6 y 7-6). El partido empezaba bien para el español con una opción de rotura en el segundo juego pero se le escapaba y el decorado cambiaba completamente. Más fallón de lo habitual, perdía el primer set acumulando 16 errores mientras Zverev se mostraba intratable al servicio y esa renta le valía para decantar el primer parcial a su favor. Era la primera vez en el torneo que el murciano perdía la manga inicial.
Le tocaba remontar y eso pasaba por ser más consistente desde la línea blanca. Alcaraz debía emplearse a fondo para hacer magia y empezó a hacerla con certeras dejadas y subidas a la red, pero desde el fondo de la pista el alemán estaba siendo mejor. El murciano, impotente, miraba a su banquillo en busca de argumentos. La imagen de lo que estaba ocurriendo fue la segunda opción de 'break' que dispuso con el 2-1 y el segundo saque de Zverev: lanzaba una derecha directamente fuera. El contador de errores no forzados estaba ya por encima de la veintena y al pupilo de Juan Carlos Ferrero le salvaban las dejadas. Zverev tuvo dos bolas de 'break' en el séptimo juego que sonaban a media semifinal y aprovechaba la segunda. El tanteo era de dos sets a cero y el partido se complicaba (el murciano sólo había jugado cinco partidos agotando las mangas).
La afición quería más tenis y como haciendo caso, Sascha cometía doble falta con 5-4 y punto de set. Era su primer regalo en el partido. Lo arreglaría después de que su adversario desaprovechara la tercera bola de rotura. Estaba firmando un 72 por ciento de efectividad con el primer saque, con puntas de 219 kilómetros por hora.
Alcaraz tenía que refrescar las ideas y pasó por los vestuarios. Necesitaba un cambio de chip si quería alargar su racha de 14 victorias consecutivas en la gira europea de polvo de ladrillo. Zverev tuvo el billete a semifinales en sus manos en el noveno juego cuando disfrutaba de una opción de 5-4 desde el resto, pero el rey de las dejadas volvía a recurrir a ellas para ganar una vida extra que utilizaba para realizar su mejor juego del partido y llevarse el set.
La cuarta manga parecía decidida con 4-4 y una doble falta del español. El número tres mundial servía para la semifinal y fallaba porque su contrincante fue más valiente que nunca desde la devolución. Luego el 'tie break' dictaba sentencia. Alcaraz no podía aprovechar una pelota de quinto set con 6-5, un revés moría en la red y cedía definitivamente en el decimosexto punto ante un misil de revés.
El segundo partido era una final anticipada
Djokovic-R. Nadal (2-6, 6-4, 2-6 y 6-7) La madre de todas las rivalidades en el tenis mundial vivió otro capítulo inolvidable en Roland Garros. El número 59 de los duelos de leyenda terminaba, sobre la 1:20 de la madrugada, después de 4 h 12' con protagonismo y victoria del balear. Nadal jugó como los ángeles en el primer set y en los tres juegos iniciales del segundo. Con energía, profundidad y precisión echó para atrás a Djokovic, que no encontraba respuestas. El español tenía cerca el 2-0. Sin embargo, el balcánico empezó a manejar las direcciones con su revés, movió de un lado a otro a su rival en descarada busca del desgaste y revirtió una situación de doble break con paciencia y dedicación en juegos muy largos, algunos de más de 10 minutos, con la diferencia de que en este caso, al contrario que al principio, era Rafa el que sufría con sus saques. Pese a sus intentos de evitar la igualada a base de garra, Djokovic se apuntó la segunda manga y parecía tener controlado el partido.
Pero un Nadal muy motivado no lo permitía y en el tercer set salía a por todas. Así encontraba el quinto break del partido, con un despliegue de entrega y calidad ante cierto exceso de confianza de su rival. Cada servicio estaba siendo un calvario para el manacorí, por la presión incesante de Djokovic. Sin embargo, salvando situaciones peligrosas, rompía de nuevo el servicio del serbio. Doble break, como en los dos primeros parciales y esta vez aprovechado.
Sabedor de que había dejado escapar una buena ocasión de tomar el mando, Djokovic apretó en el cuarto parcial colocando un 3-0. Pero Nadal taponaba la herida y encontraba el contrabreak cuando Novak sacaba con bolas de set para igualar el choque, con unas defensas felinas y un ganador de drive impresionante. Después protegió su servicio. Djokovic, nervios de acero, hacía lo mismo. Y llegaba el desempate. Nadal arrancó con minibreak, fruto de un error del serbio. Luego puso una bola, que parecía ir para afuera, en la línea. Y con otra pasó a su rival cuando dudaba entre subir a la red o no. La siguiente se escapaba por detrás de la línea, por muy poco, pero después Nole contribuía a mantener la emoción con un error de bulto con su derecha. Fue la primera señal de su derrota, porque Rafa no dejaba escapar la oportunidad y en una dejada mal ejecutada le dio la puntilla (6-1). Aunque Djokovic acortaba hasta el 6-4, Nadal ponía fin a la historia con un gran revés paralelo. Con garra y un tenis sublime en muchos momentos, se había tomado la revancha de la derrota del año pasado en el mismo escenario y pasaba a semifinales.
El pique C. Ruud - H. Rune ( 6-1, 4-6, 7-6 y 6-3) se resolvía a favor del jugador noruego después de imponerse fácil en el primer set y ceder en el segundo, con un tercero que se pudo llevar cualquiera de los dos y ganó Ruud, para resolver claramente en el cuarto y tras tres horas y cuarto de partido meterse por primera vez en semifinales.
El partido restante entre el 7º y el 20º del mundo ofrecía la sorpresa de la ronda A. Rublev - M. Cilic (7-5, 3-6, 4-6, 6-3 y 6-7) al imponerse el croata al ruso de forma agónica, después de cinco sets y más de cuatro intensas horas de partido.
Con las Semifinales servidas, a Nadal le esperaba el verdugo de Alcaraz y al noruego Ruud, el croata Cilic.
El enfrentamiento, R. Nadal - A. Zverev (7-6 y 6-6r) fue un partidazo de los que hacen afición hasta el abandono del tenista germano. Antes de la lesión, el alemán había roto el servicio de Nadal en el primer juego del partido y en posición dominante imponía sus mazazos con la presión añadida del marcador.
Con el techo de la Philippe Chatrier cerrado, protegiendo de la lluvia que azotaba París, la humedad del aire cargaba el ambiente y dificultaba la continuidad del juegocon golpes errados en ambos lados. Con Zverev dominando 4-2, enseguida se vio con la manga igualada y hasta salvando tres pelotas de set en el décimo juego del partido. El 13 veces campeón, que pedía más toallas en cada cambio de lado, buscó soluciones en un partido contra los elementos. El manacorí alcanzó el tiebreak tras sobrevivir a uno de los sets más dramáticos que se recuerdan y allí volvió a elevar el listón. Zverev dispuso de una ventaja de 6/2 en el desempate pero se topó con una realidad: en París sigue viva la leyenda del español. Nadal anulaba cuatro pelotas de set consecutivas. Su resurrección fue absoluta en un tiebreak de golpes imposibles, incluyendo un impresionante passing shot de derecha en carrera que encendió a la grada. Aunque Zverev se zafó de otros dos puntos de set en una pelea magnífica, no pudo evitar el destino. El mallorquín resistió con el alma, hasta cerrar una muerte súbita de 18 puntos con otra derecha inenarrable desde más allá del pasillo de dobles. Solamente en la primera manga se habían consumido 1 h 33' de juego.
El inicio del segundo set empezaba marcado por el espíritu de supervivencia, con cuatro roturas sucesivas entre dos tenistas exprimidos por la humedad. La lentitud de la pista y la fatiga a ambos lados de la red, con puntos de hasta 44 golpes, hicieron mella en el nivel del juego. Zverev tomaba otra vez la delantera, calcando el marcador del primer set (4-2). En un encuentro competido a fuego lento donde las piernas pesaban y la pelota no corría, las imprecisiones se hicieron dueñas de un parcial agónico, donde el alemán entregaba hasta en dos ocasiones su ventaja lanzando doble faltas con pelota de rotura. Ante esas oportunidades Nadal igualaba y donde parecía bastar con no pisar en falso. Alcanzaba el 5-5 protegiendo su turno de servicio, algo que había sido imposible hasta ese momento en el set, y al borde de un nuevo desempate, se produjo el accidente fortuito, con Zverev cayendo al suelo entre gritos de dolor, tras doblarse el tobillo derecho, terminando de manera inprevista su presencia en el torneo y abandonando la pista en silla de ruedas camino de los vestuarios. El nº 3 decía adiós al torneo de la manera más dolorosa posible mientras Nadal accedía a su 14ª final en un intenso duelo que superaba en ese momento las tres horas, sin llegar a completar dos parciales.
En la otra semifinal, C. Ruud - M. Cilic (3-6, 6-4, 6-2 y 6-2) el jugador noruego se llevó el choque más fácil de lo esperado, tras el juego desarrollado en el primer envite. Luego el cansancio del croata derivaba en errores que servían para meter al joven tenista noruego en su primera final y nada menos que ante el rey de la pista.
Con las apuestas muy claras (el balear ha ganado las trece finales a las que ha llegado) la final, no parecía muy emocionante y el partido R. Nadal - C. Ruud (6-3, 6-3 y 6-0) respondiendo a los pronósticos lo resolvía el balear por la vía rápida en tres sets y dos horas y cuarto de partido. Ya fuera por los nervios, por la tensión, por la magnitud del escenario o sencillamente por la manifiesta superioridad de Nadal, el partido no tuvo color. Desde el primer set se vio que la copa se la llevaría el español y así fue. Ruud fue incapaz de contrarrestar los certeros golpes de Nadal que de esta forma aumenta aún más su ya laureada leyenda: ahora son 14 Roland Garros, de otra galaxia.
Desde que consiguiera por primera vez la copa de los Mosqueteros, con 19 años, Rafa se ha convertido en el rey absoluto de la tierra batida. ¿Devaluado? Quizá. Pero lesionado, también.
¡Y van 22 grandes!