156 jugadores (88 con calificación automática y 68 por clasificación previa) lucharían por el trofeo, con la presencia entre ellos, de los españoles Rafa Cabrera, Sergio García y Jon Rahm. Un torneo que nunca, en sus 121 ediciones había ganado un español. Había, porque desde ahora Jon Rahm ha inscrito su nombre con letras de oro para el golf español en los anales de Torneo.
En un escenario espectacular, los 18 hoyos de este Abierto no son de los más difíciles del país, pero sí son exigentes y le supondrán al ganador dos millones y cuarto de dolares. Un campo que obliga a saber que la línea la marca el arriesgar sólo en momentos puntuales y que el objetivo de cada hoyo es hacer el par. El US Open difícilmente se gana con doble dígito, pero las posibilidades de hacer bogeys o doble bogey proliferan en casi cualquier hoyo del campo de California. En cambio, rebajar golpes es una tarea ardua y de continuo trabajo.
La lista de favoritos en las apuestas la encabezaba el vasco de Barrika y número 2 del Ranking mundial, Jon Rahm en un campo donde ya ha ganado y siempre está entre los mejores. A pesar de su positivo por Covid cuando encabezaba el Memorial de hace 15 días en el hoyo 56, con seis golpes arriba y su posible falta de forma, ha tenido como contraprestación haber trabajado la parte psicológica (la que peor gestiona) y las apuestas están a su favor. También habrá que contar con Dustin Johnson, que ha ganado anteriormente aquí o Bryson DeChambeau, el ganador de la edición anterior, además de los siempre aspirantes Brooks Koepka, Rory Mcllroy o Phil Mickelson.
En a primera jornada, la niebla retrasó el inicio hora y media y, como resultado, 36 jugadores no pudieron completar la jornada antes de que el juego se suspendiera debido a la oscuridad. Russell Henley terminó liderando con una ronda de 67 golpes (-4), con Louis Oosthuizen también con 67 pero con dos hoyos por jugar.
Rafa Cabrera y Francesco Molinari figuraban después con un golpe más (68) y, con dos golpes más estaban seis golfistas entre ellos varios candidatos a la victoria como los estadounidenses Brooks Koepka y Xander Schauffele, o el japonés Hideki Matsuyama además de un irregular Jon Rahm que notó sin duda la falta de entrenamiento previo. Su juego fue muy desigual en los 9 hoyos iniciales (salió desde el 10) en los que alternó birdies con bogeys, cuatro por tres. La segunda parte fue mucho más regular con 8 pares y un birdie para un total de 69 golpes, -2 en el día y quinta plaza provisional.
Sergio García acabó al par del campo (71 golpes) tras una jornada con cuatro birdies y cuatro bogeys. Mismo resultado, por ejemplo, que Dustin Johnson. El vigente campeón, Bryson DeChambeau, finalizó con 73 (+2), mientras que el campeón de la PGA Phil Mickelson anotó 75 (+4). El juego se reanudó temprano el viernes, con Oosthuizen finalizando con dos pares para unirse a Henley con 67 golpes. golpear su tiro de aproximación.
La segunda jornada, el viernes, empezó con el colíder Russell Henley tomando la delantera absoluta con (-6) después de conseguir un birdie en el par 3 del hoyo 8 (su 17º) pero en su último de la ronda, el par 5 del hoyo 9, falló un putt de cuatro pies para el par y sufrir su primer bogey de la ronda y caer de nuevo a (-5) en la suma después de finalizar con 70 golpes (-1). Richard Bland, en su primera aparición en un U.S. Open en 12 años, consiguió tres birdies en un tramo de cinco hoyos en sus últimos nueve para también llegar a (-6), antes de un hacer un bogey en el 8. A sus 48 años, Bland se convirtió así en el jugador de más edad en tener esa ventaja después de 36 hoyos en la historia del U.S. Open.
Matthew Wolff, el subcampeón en 2020, sin errores en sus últimos 16 hoyos consiguió birdie en el par 5 del 18, después de llegar al green en dos golpes; finalizando la ronda con 68 golpes (-3) y figurando con 138 (-4) para el torneo, a un tiro del liderato y empatado en el tercer lugar con Louis Oosthuizen que terminó a la par depués de ir dos arriba en sus 13 primeros hoyos antes de conseguir dos birdies en el 14 y 18 y finalizar con 71.
Rahm empezaba la jornada con (-2) y en la segunda siguió la misma línea de continuos pares aderezados con 3 birdies (hoyos 6, 14 y 18) y dos errores en forma de bogeys en el 5 y 13 para firmar 70 golpes, (-1) en el día y 139 (-3) en el total, para llegar a las dos jornadas finales perfectamente situado en busca del gran objetivo: ganar su primer major, dar a España un torneo que nunca ha ganado y, en caso de que Dustin Johnson no acabe entre los 18 primeros (ahora va 30º con +2) regresar al número uno del ranking mundial.
Bubba Watson no registró un par en sus últimos siete hoyos, haciendo cinco birdies y dos bogeys para una ronda de 67 (-4), empatado en el más bajo del día con Bland, Collin Morikaway Mackenzie Hughes. El dos veces campeón Brooks Koepka llegó a estar a un golpe después de dos birdies en sus primeros cuatro hoyos, pero hizo cinco bogeys en el resto de la ronda para volver a caer al par.
En cuanto a los otros dos españoles, menos afortunado que el vizcaíno finalizó el castellonense Sergio García que transformó su tarjeta de par en el primer día a un 74 en el segundo y (+3) en el ecuador del torneo que le permite pasar el corte, pero que ya le aleja bastante de las plazas de honor. Por su parte, Rafa Cabrera, que deleitó en el recorrido inicial firmando un (-3), sufrió mucho en la segunda ronda. El canario de acabó el día con (+5) para un total de 144 (+2) en el trigésimo puesto de la general.
El corte de 36 hoyos llegó a 146 (+4). Entre los notables que se perdieron el corte figuran los campeones anteriores Justin Rose y Webb Simpson o Hayden Buckley, quien comenzó la ronda empatado en el quinto lugar para terminar con 82 golpes (+11) y no pasar el corte por cinco. Tampoco pasaron el corte ninguno de los nueve aficionados.
En la tercera jornada el estadounidense Russell Henley se mantuvo en cabeza formando parte de un trío junto al sudafricano Louis Oosthuizen y el canadiense Mackenzie Hughes, todos con un acumulado de 208 golpes, cinco bajo par.
El veterano golfista inglés Richard Bland, que arrancaba la jornada liderando el torneo junto a Henley, se vino abajo con un nefasto recorrido de 77 golpes, (+6), con seis bogeys, para caer hasta el puesto 21.
Henley, en cambio, terminó con 71 golpes, en par, después de una montaña rusa de cuatro birdies y cuatro bogeys, en busca de su cuarto trofeo de PGA y primer Grand Slam.
El sudafricano Oosthuizen, por su parte, se coló en la cabeza con un espectacular eagle de 52 pies (15,8 metros) en el último hoyo, para firmar una tarjeta de 70 golpes que también incluyó tres birdies y cuatro bogeys.
Y el canadiense Hughes, un hombre sólido de tee a green sin grandes victorias por ahora, tuvo el mejor día de los tres colíderes con 68 golpes y también embocó un eagle de 63 pies (19,2 metros) que hizo rugir a los 8.000 espectadores presentes.
Entre los candidatos que intentarán desbancar el domingo al trío de cabecero figuran:
El vigente campeón del Abierto, Bryson DeChambeau, que de menos a más, se colocó en la cuarta posición con una tarjeta de 68 golpes (-3), a dos golpes de la cabeza.
Empatado con el musculoso estadounidense se encuentra el ex número uno mundial, el norirlandés Rory McIlroy, que persigue desde hace siete años su quinto Grand Slam y que brilló aún más con 67 golpes, incluidos cinco birdies y un bogey.
El español Jon Rahm, tuvo su peor jornada hasta ahora con 72 golpes pero sigue con opciones de conquistar su primer 'Major' al ocupar el sexto lugar compartido, a tres golpes de la cabeza. Un error frustrante alejó al vasco de la cabeza cuando llegaba a la recta final de una vuelta muy sólida que hasta entonces solo tenía dos meandros: el bogey en el hoyo 8 y el birdie en el 10. Rahm venía pateando mal durante todo el día y necesitó hasta tres putts para embocar en el green del 14. Eso le costó un doloroso doble bogey, que consiguió corregir parcialmente en el par 5 del 18, quedándose a tres golpes de la cabeza.
No tuvieron su mejor tarde los otros dos españoles participantes, Sergio García y Rafa Cabrera Bello. El de Borriol tiró un 73 (+2) para un 218 (+5) en la general con un doble bogey demoledor en el par 5 del 13, mientras que el canario se fue a 74 golpes (+3) para el mismo resultado total, 218 (+5) con tres bogeys y ni un solo birdie en su cuenta.
En una jornada de resurrecciones, también se asomó a la parte delantera de la tabla el número uno mundial, el estadounidense Dustin Johnson, con una fabulosa ronda de 68 golpes, que cerró como un tiro, con dos birdies consecutivos.
Entre los primeros en comenzar la jornada del sábado, Phil Mickelson no pudo reconducir su trayectoria en su torneo maldito y se acabó de estrellar con una ronda de 76 golpes, que incluyó cinco bogeys, dos doble bogeys y dos birdies. El californiano, se encuentra con (+7) en el puesto 63 y se quedará sin alcanzar el único 'Major' que falta en su brillante palmarés.
La última jornada, el domingo, destapó el mejor golf del español de Barrika. El arranque de Rahm en la última jornada fue perfecto. Su juego agresivo le proporcionó dos birdies en los dos primeros hoyos. Su único tropiezo llegaría en el hoyo 4 tras enviar el drive de salida al búnker de la derecha. A partir del error, Rahm jugó cómodo en medio de unas condiciones extremas; sereno cuando todos parecían sucumbir ante la presión de la cita más exigente, dejando oportunidades de birdie que no conseguía aprovechar.
Probablemente el peor swing del día llegaría en el hoyo 9, pero el afortunado rebote contra la valla que separa los límites del campo, le dio la oportunidad de volver a la calle en este par cinco y un magistral approach le daba un nuevo birdie.
El de Barrika afrontaba los nueve segundos hoyos a solo un golpe de la cabeza. La paciencia fue clave entonces. El birdie se escapaba en los greens de los hoyos 10, 13, 14 y 16, pero Rahm mantuvo la calma y sacó la garra de campeón, de la que se ha distinguido en toda su corta carrera, para embocar uno de los putts más complicados en el hoyo 17, unos siete metros con una pronunciada caída.
Llegaba al par cinco del 18 empatado en el liderato con Louis Oosthuizen. El hoyo talismán de su carrera, ya que allí mismo había logrado en 2017 su primer triunfo profesional en el Farmers Insurance del PGA Tour con un putt de un eagle gigantesco. La enorme salida le daba la posibilidad de ir a por el green en dos golpes, pero su hierro se desviaba un par de metros por la derecha para terminar en el tenso búnker de green. Entonces, de nuevo Jon dio otra lección de estrategia y serenidad renunciando a jugar a la peligrosa bandera, con todo un obstáculo de agua por detrás. Llegó el momento histórico, un putt de seis metros y un puñetazo al cielo de San Diego.
El español midió la euforia afrontando media hora de interminable espera, porque sólo Oosthuiozen, un golpe por detrás, podía arruinar su gesta. Sus principales adversarios, Rory McIlroy, Bryson Dechambeau o Brooks Koepka, se habían ido descartando. El sudafricano, ganador del Abierto en 2010, tensó aún más la espera con un gran par salvado en el hoyo 16, aunque su salida en el 17 terminaba en el obstáculo de la izquierda, un bogey que le obligaba a terminar con eagle en el 18, para forzar el desempate. La única opción era embocar un approach de 63 metros que se fue largo de bandera, mientras el español se preparaba en el campo de prácticas para un posible desempate y donde recibió la noticia.
Si el objetivo de Rahm era conquistar el US Open, el de Sergio García y Rafa Cabrera, que compartieron partido, pasaba por conseguir un buen recorrido final. El castellonense de 41 años hizo una sensacional vuelta de 68 golpes (-3) para acabar con (+2) en el top 20 final, mientras el canario de 37 años hizo (+3) el domingo y (+8) en total para terminar el 50º.
Han tenido que pasar 121 años para que un español se corone en el US Open. Jon Rahm ha conquistado en Torrey Pines su primer major para convertirse en el cuarto español, tras Seve Ballesteros (al que dedicó la victoria), José María Olazábal y Sergio García, que alza un torneo de esta entidad. Precisamente en el Torneo donde debutó como aficionado en 2016.
En su decimoquinto grande, el vizcaíno alcanzó la gloria y recuperó el número uno del ránking mundial.