Thursday, February 29, 2024

VI Naciones 2024 3ª Jornada 24/25 Feb

La tercera jornada del torneo, tras el primer parón competitivo, comenzaba con el partido 
Irlanda 31 Gales 7. En un Aviva Stadium a reventar, Irlanda con un grupo envidia de casi todos los equipos del rugby mundial se enfrentaba a una Gales que iba a tener dificultades para sacar algo positivo. Los del dragón lo hicieron admirablemente al principio, pero seis penales en los primeros 20 minutos siempre se traducirían en puntos irlandeses. El primero llegaba de la bota de Crowley después de un disparo alto de Tompkins. La segunda con Sheehan saliendo desde la parte trasera de un maul rodante que giró perfectamente hacia el campo para que el hooker registrara su cuarto try del campeonato. Si Gales había concedido la menor cantidad de penales entre todos los equipos en las dos primeras rondas, aquí su indisciplina rápidamente se convertía en un grave problema. Después de otra ola de presión irlandesa, con Gales aguantando lo que podía y defendiendo su propia línea de try de una serie de ataques cortos de Irlanda, al final no conseguían detener a los anfitriones, llegando la tercera con Lowe posando después de un pase de Nash. Crowley agregaba las conversiones para darle a Irlanda una ventaja de 17-0 , llegando con ese marcador al descanso después de que la primera entrada de Gales en el 22 irlandés no sirviera para nada. 

La ilusionante segunda parte de Gales ante Escocia parecía repetirse ante Irlanda con un inicio que prometía y que hacía sufrir a los locales. El ensayo de castigo que les concedía el arbitro italiano amaneciendo la segunda mitad, fue el clavo ardiendo al que se agarraron los del Principado para meterse en el partido. Servía para comprobar de nuevo que este es un equipo orgulloso también en la adversidad, pero sobre todo que Irlanda es tan impenitente detrás como delante. No tolerando un solo punto galés a partir de ese accidente, ni siquiera en un tramo final en el que apretaron con ahínco los visitantes, especialmente en un drive con más de una decena de fases en el que fiaron todo al pick and go y acabaron comiéndose un balón injugable cuando parecía que Wainwright había posado. En cambio Irlanda volvió a exhibir su arsenal completo. Primero el cualitativo, con ese maul que es un arma de precisión y que ha sentado a Sheehan a la mesa de los mejores primeras líneas del momento; después, el cuantitativo, esas acometidas de su línea para explotar los espacios y las superioridades creadas por el pack, esta vez con Lowe como finalizador de una ofensiva en la que el Puerro exhibió un compromiso inquebrantable en el placaje para aun así acabar cediendo ante la variedad de registros de los hombres de verde, que igual pueden bailarte un tango que alicatarte un baño. Gales reaccionaba tarde en busca de un segundo intento pero el sustituto Ryan, lo impedía ilegalmente, por no respetar los diez metros de distancia en un golpe de castigo, recibiendo tarjeta amarilla a poco del final. Así, era Irlanda quien tenía la última palabra, con Beirne culminando una gran tarde personal con un try, atravesando una brecha para asegurar el punto de bonificación ya con el tiempo cumplido. 
Sólo Inglaterra y Escocia decidirán ahora entre los de Andy Farrell y su segundo pleno seguido, un logro inédito en el torneo desde la Inglaterra de principios de los 90, que lo consiguió en 1991 y 1992.
IRLANDA (17+14): Porter, Sheehan, Furlong, McCarthy, Beirne, O'Mahony , Van der Flier, Doris, Gibson-Park, Crowley, Lowe, Aky, Henshaw, Nash y Frawley. También jugaron Kelleher, Healy, Jager, Ryan, Baird, Conan, Murray y McCloskey. 
Marcador: 4 ensayos, Sheehan (20'), Lowe (32'), Aki (58') y Beirne (80'), 3 transformaciones Crowley (22', 33' y 81') y un golpe de castigo Crowley (7'). 
GALES (0+7). Thomas, Dee, Assirati, Jenkins, Beard, Mann, Reffell, Wainwright, Williams, Costelow, Dyer, Tompkins, North, Adams y Winnett. También jugaron Elias, Domachowski, Lewis, Rowlands, Martin, Hardy, Lloyd y Grady. 
Marcador: 1 ensayo, de castigo (43'). 
Arbitro: Andrea Piardi (Italia). Amarilla al irlandés Ryan en el 76'.

Escocia 30 Inglaterra 21. En un Murrayfield hasta los topes, Escocia ganaba la Copa Calcuta a Inglaterra por obra y gracia del ala Van der Merwe, uno de esos ‘hormonados jugadores’ que el rugby últimamente fabrica en serie. Cuarto triunfo consecutivo en el trofeo más antiguo de cuantos alberga bajo su paraguas el Seis Naciones. Lo nunca visto desde 1896, la primera y última vez hasta ahora que el Cardo había hilado cuatro triunfos en la cita, históricamente dominada por su rival (82 triunfos a 48). Un hat-trick del imponente caledonio, con cuna en Sudáfrica y unas dimensiones (1,93, 106 kilos) que hace no mucho eran excepción (Lomu y pocos más) en su posición, apagó un comienzo abrasivo de la Rosa, esa nueva vuelta de tuerca a su planteamiento que Steve Borthwick había anunciado a bombo y platillo esta semana. Y es cierto que esa etapa iniciada en el Mundial, la de acercarse de nuevo a la excelencia en los básicos, parece superada. Los inventores del juego vuelven a buscar el abierto, la expansión, y pegaron primero a la salida de una melé con una transmisión eléctrica entre Daly y Furbank ayudada, todo hay que decirlo, por las facilidades que ofreció la línea local. El pie de Ford ponía después el parcial en 0-10. Fue el preludio de la exhibición de Van der Merwe, que ya acumula 26 posados en 37 partidos internacionales. Empezaba haciendo bueno un quiebro de Tuipulotu que apoyó Jones (esa conexión Glasgow Warriors) y continuaba con una arrancada atómica pegado a la línea de cal, a punto de pisarla de hecho en varias zancadas, que no encontró oposición. El parcial, con un golpe pasado por Russell, era de 17-0 hasta que George Ford lo interrumpió con un drop marca de la casa. 

En la segunda mitad no tardaba mucho el ala escocés en volver a golpear a la defensa inglesa frenando sus aspiraciones. Casi tanto como tardó en reanudarse el juego. Finn Russell, haciendo de ángel y demonio en la misma jugada, rozaba la fatalidad con un error en el juego al pie que por suerte acabó en manos de Redpath, para relanzar la jugada y que el apertura acabara asistiendo a Van der Merwe con una patada cruzada de bote perfecto. Escocia, con una renta tranquilizadora, de más de un ensayo transformado, para no variar su esencia, se dedicaba a procrastinar en vez de intentar remachar. Y así, aprovechando un intervalo inexplicable en su cortina defensiva, Feyi-Waboso anotaba el segundo posado inglés de la tarde. Por suerte para el Cardo, Fin Smith no lo transformaba, evitándoles un final mucho más inquietante (más si cabe con la amarilla a Van der Merwe en los últimos minutos por un placaje peligroso sobre Freeman) del que acabarían afrontando, siendo esala la última vez que el marcador se movía en un Murrayfield entregado, que celebró por partida doble: nueva victoria ante el enemigo histórico y con ella mantener las opciones de su equipo de ganar el torneo por primera vez en este siglo. 
ESCOCIA (17+13). Schoeman, Turner, Z. Fagerson, Gilchrist, Cummings, Ritchie, Darge, Dempsey, White, Russell, Van der Merwe, Tuipulotu, Jones, Steyn y Kinghorn. También jugaron Ashman, Hepburn, Millar-Mills, Skinner, Christie, Horne, Healy y Redpath. 
Marcador: 3 ensayos , Van der Merwe (20', 29', 45'), 3 transformaciones Russell (21', 30', 46') y 3 golpes de castigo Russell (35', 56' y 65'). 
INGLATERRA (13+8). Genge, George, Cole, Itoje, Chessum, Roots, Underhill, Earl, Care, Ford, Daly, Lawrence, Slade, Freeman y Furbank. También jugaron Dan, Marler, Stuart, Martin, Cunningham-South, Spencer, Smith y Feyi-Waboso. 
Marcador: 2 ensayos, Furbank (5') y Feyi-Waboso (66'), una transformación Ford (6'), 2 golpes de castigo Ford (14' y 49') y un drop Ford (36'). 
Árbitro: Andrew Brace (Irlanda). Amarilla al escocés Van der Merwe en el 78'.
Para el domingo 25 quedaba por disputar el 
Francia 13 Italia 13. Esta vez, rotando estadios nacionales por obras en el Stade de France parisino, le tocaba el turno al Pierre Mauroy de Lille. Francia recibía a una muy asequible Italia, que había perdido sus dos partidos anteriores y en último lugar de la tabla. Y lo impredecible, lo que nos arrastra a presenciar un espectáculo deportivo, ocurrió este domingo. El Gallo salía intentando ofrecer espectáculo desde el inicio a los aficionados de Lille. En busca de balones rápidos en las abiertas y mucha continuidad tras placaje para conseguir ensayar cuanto antes. Dos premisas que se cumplieron en el que sería su único ensayo del partido, de Ollivon. A partir de ahí los locales empezaron a malograr visitas a la 22 italiana con errores propios. Aguantaron mientras la Azzurra dejaba hacer, pero cuando los transalpinos entendieron que la virtud está en la paciencia la cosa se les torció. Aprovechando el golpe de castigo que terminó con la expulsión de Danty, Garbisi estrechó el margen (10-3 al descanso). En la reanudación el pie de Ramos colocaba otra vez diez de ventaja para Francia pero Garbisi respondía en el ecuador del segundo acto (13-8). Al final la fruta caería de madura en un drive en el que los italianos encararon el abierto, donde a Francia ya no le cuadraban los números entre la expulsión y el cansancio, y Capuozzo encontró el banderín (13-13). Cuando parecía que estaba todo el pescado vendido, los locales se dispararon en el pie con un retenido a tiempo cumplido. Cuando corría el minuto 81, uno más del reglamentario ya, Garbisi se cuadraba para pasar entre palos una patada, que de acertar, daría a Italia su primera victoria en territorio francés en 24 años de participaciones en el torneo. Garbisi se recreó en su rutina, el balón resbaló del tee, el reloj de pateo se le echó encima, corrió atropelladamente para golpear y haciéndolo de forma poca ortodoxa, en una parábola casi a cámara lenta, el balón estrellaba en uno de los palos de la H, desviándose hacia afuera. 

 Terminaba así en empate a 13 un partido que dejó dos lecciones, ambas ajenas a la expulsión de Danty al final de la primera parte, que tuvo al Gallo con 14 durante toda la segunda mitad. Una, que esta Italia sí tiene justificación en el Seis Naciones. Rozando la sorpresa ante Inglaterra en la primera jornada, encajaba con dignidad el correctivo que se le presuponía ante Irlanda y por un capricho del destino no tumba a un equipo que hace meses estaba entre los principales candidatos a ganar el Mundial. De haberlo conseguido no habría sido por esa superioridad numérica, que también. Más bien por la bravura con la que se empleó en el placaje ante la pléyade de ball carriers que disfruta Francia, y por la alegría con la que se lanzan al abierto ahora los hombres de Gonzalo Quesada, que tienen materia prima para descoser líneas en los Garbisi, Menoncello, Capuozzo o Ioane. Sus cachorros marcaron el camino el viernes con la victoria en este mismo partido del torneo sub-20 y los mayores lo recorrieron, solo que ellos murieron en la meta. La otra es que la importancia de Dupont y Ntamack en el esquema francés se está revelando mayor incluso de lo que ya se sabía. Galthié puede ser cabezón en su apuesta, pero no estúpido, y a los 50 minutos de partido retiraba del 9 a Lucu. Un golpe había dejado antes del descanso fuera de juego a Jalibert, que seguramente no habría durado mucho más porque su primera mitad fue un desastre que para nada entronca con lo que se vio de él en el Mundial, un apertura capaz de disputarle la titularidad a Ntamack. 
FRANCIA (10+3). Baille, Mauvaka, Atonio, Woki, Tuilagi, Boudehent, Ollivon, Cros, Lucu, Jalibert, Lebel, Danty, Fickou, Penaud, Ramos. También jugaban Marchand, Taofifenua, Roumat, Abadie, Le Garrec y Moefana. 
Marcador: 1 ensayo Ollivon (6'), 1 transformación Ramos (7') y 2 golpes de castigo Ramos (13' y 44').
ITALIA (3+10): Fischetti, Nicotera, Zilocchi, N. Cannone, Ruzza, Favretto, Lamaro, Vintcent, Page-Relo, Garbisi, Ioane, Mori, Brex, Menoncello y Capuozzo. También jugaban Lucchesi, Spagnolo, Ferrari, Canali, Zambonin, Zuliani, Varney y Marin. 
Marcador: 1 ensayo Capuozzo (69'), 1 transformación Garbisi (70') y 2 golpes de castigo Page-Relo (40') y Garbisi (60'). 
Árbitro: Christophe Ridley (Inglaterra). Roja al francés Danty en el 40'. 

Ahora toca nueva jornada de descanso reanudándose la competición en dos fines de semana para enfilar con la cuarta jornada, el 9 y 10 de Marzo, el tramo final de competición. Los partidos programados son Italia & Escocia e Inglaterra & Irlanda el sábado 9, quedando para el domingo 10 el Gales & Francia.

Saturday, February 24, 2024

SBK 2024 Lista de inscritas en el Cto. Mundo Femenino

Con la llegada del primer gran premio de la temporada la FIM publicaba también la lista de mujeres que van a disputar el mundial femenino. 
Y son 24 las pilotos inscritas con cinco españolas entre ellas. Mayoría en la parrilla, lejos les siguen francesas, checas y sudafricanas con dos representantes, teniendo el resto una piloto por país, hasta trece nacionalidades más. De todos los continentes, llama la atención la ausencia de italianas, suizas o alemanas, por poner un ejemplo. 

En cuanto a las españolas, 
sobresale la presencia de la murciana Ana Carrasco. La campeona del mundo de SSP300, a sus 26 años, confía en demostrar su valía en esta nueva oportunidad con el equipo Evan Bros, portará el número #22.
Beatriz Neila. La madrileña de 21 años, Campeona de Europa ininterrumpidamente desde 2020 llevará el #36 del equipo Pata Prometeon. 
La curtida piloto cordobesa Andrea Sibaja es la dueña del dorsal #7 del Deza Box 77.
La barcelonesa Sara Sánchez lucirá el #64 del equipo 511 Terra&Vita. 
Y por último Pakita Ruiz, la mallorquina de 27 años portará el #46 del PS Racing 46+1. 

Thursday, February 15, 2024

VI Naciones 2024 2ª Jornada

La segunda semana de competición comenzaba con el partido más esperado de la jornada 

Escocia 16 Francia 20. En un Murrayfield hasta los topes, recibía Escocía con una victoria en su casillero a una Francia con una derrota en el suyo. Fundamental el ganar, la primera parte fue netamente de una Escocia que golpeaba tan pronto como Russell encontraba espacios. Fue un ensayo marca de la casa, con esos señuelos que descolocan las cortinas rivales para que el apertura de Bath lance a sus centros y estos a su back three. Harry Paterson, de estreno en el 15 (por la baja de última hora de Kyle Rowe), ganaba muchos metros y tras un par de descargas White alcanzaba la zona de marca francesa. Dispondrían los caledonios de varias visitas a la 22 rival para ensanchar la brecha. No supieron gestionarlas, y al final llegó la esperada reacción de un equipo que, aunque sea por peso específico, por fuerza, iba a tener algo que decir en el pleito. Su portavoz esta vez era Fickou, que tocaba almendra con la defensa escocesa muy volcada hacia un flanco y explotando el espacio disponible en el banderín contrario. El 13-10 que se llevaron los escoceses al descanso se antojaba botín escaso, para lo visto y para lo que podía aguardarles a la vuelta de la esquina, especialmente jugando los últimos minutos de la primera parte en superioridad por una amarilla a Atonio. 

Les sirvió durante media hora larga el resultado, enfrascados ambas selecciones en un intercambio de patadas sin sentido que desataba un coro de murmullo en Murrayfield. La tregua la rompería Francia, en una patada a seguir que persiguió con ahínco Bielle-Biarrey hasta que encontraba el posado que adelantaba al Gallo. Empujaba Escocia llevando a su oponente a una defensa numantina sobre la línea de marca en la última posesión. Se sucedieron las cargas, pegaron con todo el arsenal disponible los isleños y no cayó el muro por centímetros. Los que interpuso la bota de un galo entre el oval y la tierra prometida en la última fase de la última ofensiva del partido. Discutieron un buen rato el árbitro australiano y su TMO y acabaron concluyendo que la victoria era de esta Francia desnortada y la derrota, para una Escocia a la que hace años que no le sienta bien la responsabilidad del aspirante. 
Las sensaciones que dejaron los de Fabien Galthié en Edimburgo  frente a Ecsocia se mantuvieron como ante Irlanda, si es que no empeoraron, porque al fin y al cabo aquel era el estreno en esta edición 2024, aún quedaba algo de resaca emocional de esos cuartos de final perdidos en su propio Mundial, e Irlanda no es Escocia. Irlanda cuando hace presa ya no la suelta. Y menos una como esta, que empieza a recordar, aunque sea muy pronto para enmendarles la plana, a etapas anteriores. Básicamente porque es un pollo sin cabeza, un ordenador sin procesador, privado de un Dupont y del lesionado Ntamack, al que ahora no logra cubrir un Jalibert que sí funcionó en el Mundial y al que escolta en la bisagra un compañero en Burdeos, Lucu, que no llega ni a la suela del verdadero dueño del 9 francés. 
ESCOCIA (13+3). Schoeman, Turner, Z. Fagerson, Gilchrist, Cummings, M. Fagerson, Darge, Dempsey, White, Russell, Van der Merwe, Tuipulotu, Jones, Steyn y Paterson. También jugaron Ashman, Hepburn, Millar-Mills, Skinner, Christie, Horne, Healy y Redpath. 
Marcador: Un ensayo White (7'), una transformación Russell (8') y 2 golpes de castigo Russell (29' y 57'). 
FRANCIA (10+10). Baille, Mauvaka, Atonio, Woki, Gabrillagues, Cros, Ollivon, Alldritt, Lucu, Jalibert, Bielle-Biarrey, Danty, Fickou, Penaud y Ramos. También jugaron Marchand, Taofifenua, Aldegheri, Tuilagi, Roumat, Boudehent, Le Garrec y Moefana. Marcador: 2 ensayos Fickou (30') y Bielle-Biarrey (69'), 2 transformaciones Ramos (31' y 70') y 1 golpe de castigo Ramos (11'). 
Árbitro: Nick Berry (Australia). Amarilla a Amarilla a Atonio (37'). 

Inglaterra 16 Gales 14. En un Twickenham a reventar, el equipo de Steve Borthwick, su delantera más bien, se veía lastrada en una primera parte con amarillas para Chessum (por meterle el hombro en la cara a Assirati) y Roots (por derribar ilegalmente un maul galés que avanzaba inexorablemente hacia la zona de marca), y tabla de salvación en la segunda, en la que fueron minando poco a poco la defensa galesa hasta que cedió. Las dos amonestaciones se sucedieron en el primer cuarto de hora, dejando a la Rosa a merced de sus asaltantes. Salió relativamente airosa de la inferioridad, en la que no encajó un solo punto y en cambio recortó gracias a Earl la brecha que había abierto el Puerro con el ensayo de castigo en el que acabó la treta de Roots, aunque al filo del descanso Mann, (de momento la mejor noticia para Gatland en esta edición junto a Winnett, eléctrico este sábado), volvió a estirar el chicle aprovechando una incursión de Reffell tras las líneas enemigas bien continuada por Williams. El gran trabajo defensivo inglés contuvo a Gales, pero aun así el XV del Dragón se fue al descanso con una ventaja de 5-14. 
Inglaterra supervivió incluso dejándose por el camino los puntos de dos conversiones falladas por Ford. En la primera protagonizando una chusca jugada en la que se dejaba bloquear una patada a palos, que le hubiera dado con seguridad dos puntos más. Extrañaba que cuando se cuadraba aún para patear, los galeses interpretaron que ya había comenzado la carrera y se lanzaron a por él. Les dio la razón el arbitro ante el asombro del apertura, que tampoco conseguiría encontrar los palos en la segunda mitad, cuando Dingwall anotaba el segundo posado local en una de las pocas veces en las que se lanzaron a explorar el abierto. Sí lo haría minutos después, para castigar un adelantado intencionado que además le costó la amarilla a Grady. Desfondados los visitantes, echaron el resto en una última carga que no fructificó. 

Ahora dos victorias pocos líricas adornan el casillero de Inglaterra tras otros tantos partidos disputados por un equipo aparentemente ignífugo, que ya jugó con fuego sin quemarse ante Italia en la primera jornada y este sábado, ante su parroquia, en Twickenham, a Gales en otro choque con suspense, que pudo caer de cualquier lado. 
En cuanto a los Dragones, segunda derrota honrosa mientras maduran un grupo nuevo, con vistas a volver a competir el título manteniendo al menos intacto el orgullo de sus predecesores. Si ese sentido de la dignidad parecía perdido en la primera parte del debut contra Escocia, lo recuperaron en la segunda y lo extendieron a su visita a Londres, donde mandaron durante los primeros 71 minutos de un partido claustrofóbico, en el que ambos equipos volcaron hacia delante las miserias que ahora mismo tienen atrás, con dos líneas a las que les cuesta generar. 
INGLATERRA (5+11). Marler, George, Stuart, Itoje, Chessum, Roots, Underhill, Earl, Mitchell, Ford, Daly, Dingwall, Slade, Freeman y Steward. También jugaron Dan, Genge, Cole, Coles, Cunningham-South, Care, Smith y Feyi-Iwaboso. 
Marcador: 2 ensayos Earl (19'), Dingwall (62') y 2 golpes de castigo Ford (47' y 70'). 
GALES (14+0). Thomas, Dee, Assirati, Jenkins, Beard, Mann, Reffell, Wainwright, Williams, Lloyd, Dyer, Tompkins, North, Adams y Winnett. También jugaron Elias, Domachowski, Griffin, Rowlands, Basham, Hardy, Evans y Grady. 
Marcador: 2 ensayos, de castigo (10') y Mann (37') y una transformación Lloyd (38'). 
Árbitro: James Doleman (Nueva Zelanda). Amarilla a Chessum en el 10', a Roots en el 16' y a Grady en el 70'. 

Para el domingo 11 quedaba el 
Irlanda 36 Italia 0. La selección de Irlanda, defensora del título, lograba su segunda victoria consecutiva en la edición 2024, pasando por encima de la de Italia, a la que apabullaba con bonus ofensivo a base de seis ensayos. Las rotaciones introducidas por Andy Farrell, que prescindía de titulares como Gibson-Park, Furlong, O’Mahony o Aki, no fueron óbice para el triunfo contundente de la vigente campeona. Los 'azzurri', que hace siete días hicieron sudar a los inglases en Roma, no tuvieron opciones ante el XV del Trébol, pese a que ésta no jugó su mejor rugby en el Aviva Stadium de Dublín repleto en el cierre de la segunda jornada. Los del trebol no tuvieron mayores problemas para sumar otra victoria, tras del pasado sábado ante Francia (17-38). Los ensayos de Crowley, Sheehan y Conan en la primera parte, pusieron a los irlandeses ya con un claro 19-0 cuando se llegó al descanso, decidiendo prácticamente el partido. 

A los cinco minutos de la reanudación Sheehan añadió su segundo ensayo para dar a Irlanda ya el punto de bonificación. También en la segunda parte Lowe anotaba el mejor ensayo del partido, poniendo Nash el colofón a la victoria irlandesa en los últimos minutos. Pese a la contundente derrota, Italia fue combativa en Dublín, a pesar de quedarse con uno menos durante diez minutos tras la amarilla del centro Menoncello (58') por zancadilla a Lowe. Una Irlanda viento en popa hacia el que sería su segundo Grand Slam consecutivo tras el triunfo con bonus ofensivo que le proporcionan diez puntos de diez posibles antes de recibir la visita de Gales lo que significaría que probablemente el Trébol, el equipo que mejor ha digerido el Mundial en el Hemisferio Norte, jugará invicto ante Inglaterra para mantener a tiro el repetir el pleno del año pasado. 
IRLANDA (19+17): Porter, Sheehan, Bealham, McCarthy, Ryan, Baird, Doris, Conan, Casey, Crowley, Lowe, McCloskey, Henshaw, Nash y Keenan. También jugaron Kelleher, Loughman, O'Toole, Henderson, Van der Flier, Gibson-Park, Byrne y Larmour. 
Marcador: 6 ensayos Casey (7'), Sheehan (23' y 50'), Conan (36'), Lowe (61') y Nash (77') y 3 transformaciones Crowley (24', 38') y Byrne (78'). 
ITALIA (0+0): Fischetti, Lucchesi, Ceccarelli, N. Cannone, Ruzza, Izekor, Zuliani, Lamaro, Varney, Garbisi, Ioane, Menoncello, Brex, Pani y Capuozzo. También jugaron Nicotera, Spagnolo, Zilocchi, Zambonin, Vintcent, Page-Relo, Allan y Mori. 
Árbitro: Luke Pearce (Inglaterra). Amarilla a Menoncello en el 56'. 

Ahora toca jornada de descanso reanudándose la competición en dos fines de semana con la tercera jornada, el 24 y 25 de Febrero. Los partidos programados son el Irlanda & Gales y Escocia & Inglaterra el sábado quedando para el domingo el Francia & Italia.

Tuesday, February 6, 2024

VI Naciones 2024 1ª Jornada

Comenzaba este fin de semana una nueva edición (130ª) del Torneo de Rugby por antonomasia, en año postmundial y sin un claro favorito. 
Si la vida es eso que pasa entre Mundiales de rugby, la edición del Seis Naciones que comienza hoy sería volver a nacer. Comienza un nuevo ciclo, el que desembocará en Australia 2027, que para unos será continuista y para otros un borrón y cuenta nueva. 
Los primeros protagonistas, Francia e Irlanda lucharán en el Velódromo de Marsella, en una de esas excursiones que de vez en cuando se pega el XV del Gallo fuera de su base de operaciones habitual, a caballo entre Marcoussis y el Stade de France. Curiosamente abren fuego las dos víctimas de esa picadora de carne humana que fueron los cuartos de final del último Mundial. Tanto Fabien Galthié como Andy Farrell han entendido sus derrotas ante Sudáfrica y Nueva Zelanda como un tropezón factible dentro de un proyecto sólido, y las novedades en sus respectivas listas responden a la necesidad de cubrir bajas y retiradas varias, no a un cambio de rumbo. Francia comparecerá sin su Von Karajan, Antoine Dupont, quizá el jugador más mediático del rugby actual, que persigue su sueño olímpico y ha renunciado al torneo para preparar los Juegos con el seven. Con Ntamack, su compañero habitual en la bisagra, lesionado, Galthié entregará las llaves del equipo a Maxime Lucu y Matthieu Jalibert. Por su parte Irlanda busca nuevo director de juego en su primera edición desde 2009 sin Jonathan Sexton en la lista, que apenas presenta cinco novedades respecto a la del año pasado. El apertura dublinés tuvo en el Mundial su último baile tras 118 apariciones internacionales y le sustituirá en la primera alineación del torneo Jack Crowley, con lo que la manija del Trébol volverá a Munster, el equipo de Ronan O’Gara, padre deportivo de Sexton, tras más de una década en manos del rival Leinster. 
Del resto de contendientes, con Italia e Inglaterra como segundo duelo, para los transalpinos se trata de consolidar los brotes verdes que han dejado entrever a ratos en las últimas ediciones. El esqueleto parece claro con los hermanos Cannone, Lamaro, Varney, Garbisi y Capuozzo. Faltan disciplina delante y aportaciones más sólidas y constantes en los centros y las alas para que se produzca realmente un salto de calidad que pasa por dejar de limitarse a intentar competir y empezar a ganar. Hace seis meses habrían tenido mejores cartas ante una Inglaterra por entonces maltrecha, que sin embargo echó un buen jarro de agua al fuego durante el Mundial, que acabó tercera contra pronóstico. La lista de Borthwick seguramente sea la mayor vuelta de tuerca que le ha dado a la Rosa desde que sustituyó a Eddie Jones para la anterior edición. En parte obligada, porque Owen Farrell, el Sexton de este equipo, 112 partidos internacionales a sus espaldas, ha renunciado a su plaza por higiene mental. El efecto colateral de su baja, que suplirá en primer término George Ford, es la constatación de que el globo de Marcus Smith, inoportunamente lesionado, puede haberse desinflado definitivamente. 
Cerrarán el primer acto Gales, en una remodelación completa que deja atrás la era (gloriosa aunque su final haya sido turbio) de los Alun Wyn Jones, Dan Biggar, Justin Tipuric, Faletau y cía. La simboliza el nombramiento de Jac Morgan como capitán a sus 24 años y con una experiencia internacional que se reduce a 15 partidos. La nueva Escocia, muy parecida a la de 2023, busca zaguero tras la retirada de Stuart Hogg y Kyle Rowe es el primero en el casting. 
Comenzaba la edición 2024, un atípico viernes día 2 en una inhabitual localización pero con el partido más esperado de la jornada 
El Francia 17 Irlanda 38, se disputaba en territorio francés pero no en Paris (por obras en el habitual Parque de los Príncipes con motivos de los próximos JJOO), sino en Marsella en su emblemático Velódromo hasta los topes. Francia se presentaba sin su capitán, Antoine Dupont, su medio melé titular, su gran estrella, su director de orquesta, (ahora implicado con el Seven por la lucha por una medalla olímpica este verano), mientras Irlanda, lo hacía sin el suyo, Johnny Sexton, ahora retirado, pareciendo haber digerido mejor esa decepción que Les Bleus luchando por encontrar respuestas en ausencia del suyo. Y Francia estrenaba esta edición 2024, como extrañando su casa parisina, a cámara lenta y echando en falta a Antoine Dupont. Que Maxime Lucu no es Dupont, se sabía ya antes de que lo afirmara Fabien Galthié esta semana. Lo peor fue la facilidad con la que se descosió su defensa ante una Irlanda que sí ha sabido mantener el estado de excelencia con el que llegó a esos cuartos de final del Mundial. Los campeones del 2023 aprovechaban las facilidades defensivas en el arranque de los franceses, campeones en 2022, para empezar dominando con un rotundo 0-10 con un golpe de castigo convertido por Crowley a los 6 minutos y un ensayo en el 15' de Gibson-Park transformado por el propio Crowley. Once más tarde Ramos acortaba distancias para el XV del Gallo con un golpe de castigo, pero sólo tres después llegó el segundo ensayo irlandés, obra de Beirne y que transformaba a palos de nuevo Crowley. El equipo de Andy Farrell imponía su mayor agresividad ante una defensa francesa que hacía aguas. En la recta final del primer parcial los hombres de Fabien Galthié supieron parar la sangría a base de empuje, incluso en inferioridad, pues el segunda línea francés Paul Willemse veía tarjeta roja por doble amarilla por reiteración de placajes irregulares. Así, nueve minutos después, un ensayo de Penaud en el 39, transformado por Ramos dejaba el marcador al descanso en (10-17).

 A los cinco minutos de la reanudación Irlanda, firmaba su tercer ensayo de la noche, obra de Nash, posteriormente transformado por Crowley. Pese a estar con uno menos, el equipo francés no dejó de pelear demostrando capacidad de reacción. Aferrándose a sus opciones encontraba recompensa en un posado tras maul de Gabrillagues, aprovechando una igualdad de efectivos temporal tras ser amonestado O’Mahony, que se estrenaba como capitán. Lo malo fue que la acción azuzaba a Irlanda, que valiendose de la misma herramienta conseguía sus dos últimas marcas, una de Sheehan y otra de Kelleher y que significaron el gran botín del bonus ofensivo, en un puerto complicado como el que asaltaron en Marsella, y que pone al Trébol en franquía para repetir título (¿y Grand Slam?) una vez superado, y con contundencia, el rival a priori más complicado. Significar que el año pasado la victoria irlandesa ante Francia en Dublín en la segunda jornada (32-19) fue determinante para la resolución final del título con Grand Slam añadido.
FRANCIA (10+7). Baille, Mauvaka, Atonio, Gabrillagues, Willemse, Cros, Ollivon, Alldritt, Lucu, Jalibert, Moefana, Danty, Fickou, Penaud y Ramos. También jugaron Marchand, Wardi, Falatea, Aldegheri, Taofifenua, Woki, Boudehent, Macalou, Le Garrec y Bielle-Biarrey.
Marcador: 2 ensayos Penaud (39') y Gabrillagues (52'), 2 transformaciones Ramos (41' y 52') y 1 golpe de castigo Ramos (26). 
IRLANDA (17+21). Porter, Sheehan, Furlong, McCarthy, Beirne, O'Mahony, Van der Flier, Doris, Gibson Park, Crowley, Lowe, Aki, Henshow, Nash y Keenan. También jugaron, Kelleher, Healy, Bealham, Ryan, Baird , Conan, Murray y Frawley-
Marcador: 5 ensayos Gibson Park (15'), Beirne (29'), Nash(45'), Sheehan(61') y Kelleher (77'), 5 transformaciones Crowley (17', 30', 46', 62' y 78') y 1 golpe de castigo (Crowley 6'). 
Árbitro: Karl Dickson (Inglaterra). Amarilla en el 7' y roja en el 30' a Willemse, por segunda amarilla. Amarilla a O'Mahony en el 52'. 

Para el sábado 3 quedaban el
Italia 24 Inglaterra 27. Los 'azzurri', entrenados ahora por el argentino Gonzalo Quesada, en un Olímpico de Roma con muy buena entrada, se adelantaban en el marcador con un golpe de castigo a los cuatro minutos anotado por Allan y engrosaban el marcador hasta el 10-0 merced a un ensayo de Garbisi en el 10' transformado por el propio Allan. El XV de la Rosa reaccionaba y acortaba distancias gracias a un golpe de castigo de Ford en el 15' y un ensayo de Elliot Daly en el 19, pero poco tardaba en responder una Italia bien asentada en el campo, con un ensayo de Allan que transformaba él mismo. Pese a dos golpes de castigo seguidos de Ford en la recta final del primer parcial, Italia llegaba al descanso en ventaja (17-14) y aún soñando con ganar por primera vez a los ingleses. 

Tras el descanso una Inglaterra, más experimentada y más fuerte físicamente, se ponía por primera vez por delante con un ensayo de Mitchell en el 44', transformado por Ford (17-21). Y ponía tierra de por medio con dos golpes de castigo convertidos nuevamente por Ford, (17-27), que se confirma como el sucesor de Owen Farrell, como sucedió en el Mundial. Con el tiempo cumplido Italia rubriaba su gran partido con un ensayo de Monty Ioane, eludiendo dos placajes, que transformaba Garbisi para el 24-27 definitivo y que concedía a Italia el bonus defensivo. 
ITALIA (17+7): Fischetti, Lucchesi, Ceccarelli, N. Cannone, Ruzza, Negri, Lamaro, L. Cannone, A. Garbisi, P. Garbisi, Ioane, Menoncello, Brex, Pani y Allan. También jugaron Nicotera, Spagnolo, Zilocchi, Zambonin, Izekor, Zuliani, Varney y Mori. 
Marcador: 3 ensayos Garbisi (10'), Allan (25') y Ioane (84') Riccioni (43') y Fusco (62'), 3 transformaciones Allan (12' y 26') y Garbisi (85') y un golpe de castigo Allan (4') . 
INGLATERRA (14+13). Marler, George, Stuart, Itoje, Chessum, Roots, Underhill, Earl, Mitchell, Ford, Daly, Dingwall, Slade, Freeman y Steward. También jugaron Dan, Obano, Cole, Coles, Cunningham-South, Care, Smith y Feyi-Iwaboso- 
Marcador: 2 ensayos Daly (19') y Mitchell (44'), una transformación Ford (45') y 5 golpes de castigo Ford (15', 32', 37', 53' y 66''). 
Árbitro: Paul Williams, (Nueva Zelanda). Amarillas a Daly (74') y Lamaro (79'). 

Gales 26 Escocia 27. En un Principality Stadium abarrotado ocurrió lo nunca visto en los últimos 22 años: que el Cardo profanara Cardiff en una tarde con dos caras muy distintas, pero que acabó con el Puerro rindiendo la plaza más difícil de tomar del Seis Naciones. Aunque el rugby avance inexorablemente hacia un juego más físico y menos técnico y proliferen los alas de más de cien kilos, al final lo que manda en este deporte, al menos a nivel internacional, es el oficio. Y eso no se entrena, se acumula con los años. Así que por definición la nueva Gales que pretende armar Warren Gatland, a medio camino entre la necesidad de una transición generacional y la obligación que imponen las retiradas de pesos pesados como Alun Wyn Jones y las bajas (la última, la de Rees-Zammit para perseguir una carrera en la NFL, especialmente difícil de digerir), tenía que ser un equipo tierno y a merced el sábado de una Escocia que ya hace tiempo que cuajó, por mucho que le falten títulos que constaten su madurez. El esperado ramalazo de orgullo galés, una selección a la que no le queda más que encomendarse a San David y a una maduración temprana de sus cachorros, llegaría en la segunda parte, después de un primer envite paupérrimo. Sin ni siquiera el factor cancha a favor, Gales de todos sus errores, que no fueron pocos (entre ellos tres visitas estériles a la 22 rival por fallos propios), el más grave fue dejar jugar a placer a Finn Russell. Una temeridad que pagaron con creces. Abrió el marcador el pie del apertura de Bath y lo estiró Schoeman tras un drive en el que Finn lanzó por primera vez a su back three, con Rowe en el 15 por la baja de Kinghorn, contra la desordenada defensa local. A la media hora llegaría otra perla del 10 caledonio, que asistió a Van der Merwe tras amagar con un señuelo que dejó a la mitad del Principality con torticulis. Si Gatland puso los puntos sobre las íes a los suyos en el vestuario, el rapapolvo tuvo efecto retardado, porque amanecía aún la segunda parte cuando Russell volvió a poner en órbita a Van der Merwe, que firmó el doblete con una carrera imparable de las suyas. (0-27) y la sensación de que no había partido. 

Pero entonces emergieron dos verdades de este deporte: que no se puede matar a Gales antes del pitido final cuando juega en casa y que no conviene, por higiene mental, confiar demasiado en Escocia. Los primeros rompieron a jugar y desataron un torrente feroz que casi se lleva por delante un triunfo que los visitantes tenían aparentemente abrochado. Fue una media hora épica, preciosa, con 75.000 almas cabalgando a lomos de las arrancadas impenitentes de Aaron Wainwright, los requiebros de Rio Dyer, autores ellos de dos de los cuatro posados que se sucedieron en un lapso de 20 minutos (los dos últimos en superioridad numérica por una amarilla a Tuipulotu), y dos mauls canónicos coronados por Botham, primero, y Mann después. El partido entre Escocia y Gales estuvo dos veces a punto de entrar en los anales del VI Naciones: primero por parecer que Escocia iba a endosar una abultadísima derrota al XV del Puerro (0-27). Después, porque parecía que los galeses iban a anular la enorme ventaja escocesa. Ni lo uno, ni lo otro. 
GALES (0+26). Domachowski, Elias, Brown, Jenkins, Beard, Botham, Reffell, Wainwright, Davies, Costelow, Dyer, Tompkins, Watkin, Adams y Winnett. También jugaron Dee, Mathias, Assiratti, Ted Williams, Mann, Tom Williams, Lloyd y Mason. 
Marcador: 4 ensayos Botham (47'), Dyer (52'), Wainwright (60') y Mann (67') y 3 transformaciones Lloyd (53', 61' y 68')-
ESCOCIA (20+7). Schoeman, Turner, Z. Fagerson, R. Gray, Cummings, Crosbie, Ritchie, M. Fagerson, White, Russell, Van der Merwe, Tuipulotu, Jones, Steyn y Rowe. También jugaron Ashman, Hepburn, Millar-Mills, Skinner, Dempsey, Horne, Healy y Redpath.
Marcador: 3 ensayos, Schoeman (11') y Van der Merwe (29', 42'), 3 transformaciones Russell (12', 30', 43') y 2 golpes de castigo (Russell 7' y 23'). 
Árbitro: Ben O'Keeffe (Nueva Zelanda). Amarilla a Tuipulotu en el 61'. 

La próxima semana, la segunda jornada, el 10 y 11 de Febrero, los partidos programados son el Escocia & Francia y el Inglaterra & Gales el sábado quedando para el domingo el Irlanda & Italia.

Friday, February 2, 2024

Tenis. Open Australia 2024. Primero para Sinner.

La 112ª edición del Abierto de Australia, con sus habituales fechas de celebración de la última quincena de enero se disputaba en esta ocasión del 14 al 28, como siempre en las pistas duras del complejo deportivo de Melbourne Park, en las afueras de la capital del Estado de Victoria. 
El primero de los Grand Slam de la temporada seguía con el veto a tenistas rusos y bielorusos, de lucir su bandera y contaba con la presencia de las mejores raquetas del tenis mundial, con excepciones contadas como las de Rafael Nadal resentido a última hora de su lesión, o Mateo Berretini entre los varones y de la suiza Belinda Bencic o la canadiense Bianca Andreescu entre las féminas. 

Empezando por la competición de las mujeres, eran nueve las representantes españolas con Paula Badosa, Rebeka Masarova, Cristina Bucsa y Sara Sorribes como principales valedoras en el cuadro principal, teniendo que pasar por la calificación previa el resto, es decir, Aliona Bolsoba, Marina Bassols, Jessica Bouzas, Nuria Parrizas y Carlota Martínez.
En la cuadro de calificación, caían en primera ronda, Jessica Bouzas ante la india A. Raina (6-4, 5-7 y 7-6) y Nuria Parrizas ante la australiana M. Inglis (6-4, 3-6 y 5-7) en tres sets y, en dos sets lo hacían Aliona Bolsoba ante la belga Y. Bonaventure (3-6 y 3-6) y Carlota Martínez ante la rusa P. Kurdemetova (6-1 y 6-1). 
Más lejos llegaba Marina Bassols que ganaba a la tenista croata T. Wurth (6-0 y 6-2) en la primera tanda, para ceder en la segunda fase frente a la suiza S. Waltert (6-2, 1-6 y 3- 6). 
Ya en el cuadro principal, Cristina Bucsa no pasaba de primera ronda, al perder ante la rusa Anna Blinkova en dos sets en hora y cuarto de partido C. Bucsa - A. Blinkova (2-6 y 4-6). En la misma situación Sara Sorribes caía ante la rusa Alina Korneeva pero en tres sets S. Sorribes - A. Korneeva (6-4, 3-6 y 2-6) en 2h18 después de ganar el primero y ceder en los otros dos. 
En cambio, Rebeka Masarova llegaba hasta segunda ronda donde caía ante la ucraniana Lesia Tsurenko, L. Tsurenko - R. Masarova ( 6-3 y 6-4) en 1h36, tras dejar en la cuneta a la bielorusa Aliaksandra Sasnovich, R. Masarova - A. Sasnovich (6-3 y 6-4) en 1h37. 
Paula Badosa era la española que más lejos llegaba, hasta tercera ronda, cayendo en su caso ante la estadounidense Amanda Anisimova, P. Badosa - A. Anisimova (7-5 y 6-4) en una hora y media. Previamente había eliminado en primera ronda a su compatriota Taylor Townsend T. Townsend - P. Badosa (1-6 y 3-6) ), fácil en 57' para deshacerse también con claridad de la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, P. Badosa - A. Pavlyuchenkova (6-2 y 6-3) en dos sets y 1h12 en la segunda. 

Sin españolas y sin nombres importantes en el ranking mundial como Marketa Vondrousova o Veronika Kurdemetova eliminadas en la primera ronda, o Elena Rybakina, JessicaPegula, Daria Kasatkina y Oms Jabeur, en segunda, Iga Swiatek, Beatriz Haddad Maia o Jeļena Ostapenko en tercera o Victoria Azarenka y Elina Svitolina en cuarta, la competición quedaba un tanto descafeinada con tan solo tres top ten entre las ocho tenistas que más lejos habían llegado del torneo. 
Las tenistas que pasaban a cuartos de final, eran las checas Barbora Krejčíková y Linda Nosková, las ucranianas Marta Kostyuk y Dayana Yastremska, la bielorusa Aryna Sabalenka, la rusa Anna Kalinskaya, la norteamericana Coco Gauff y la china Zheng Qinwen. Sin representación local y con mayoría del este europeo (seis tenistas) a las top ten, Sabalenka (2ª), Gauff (4ª) y Krejčíková (9ª) se les unía llegando desde el cuadro clasificatorio la ucraniana Yastremska. 
Con respecto a la edición anterior sólo repetía presencia Sabalenka. 
En el primer partido del cuadro L. Nosková - D. Yastremska (3-6 y 4-6), la jugadora ucraniana nº 93 del mundo que llegaba desde la clasificación, se desembarazaba de la checa sin ceder un set en 1h18 y se metía merecidamente en semifinales. 
El segundo duelo, entre la tenista rusa y la china A. Kalinskaya - Z. Qinwen (7-6, 3-6 y 1-6) se resolvía en tres sets para la tenista china que cediendo el primero ante una agresiva Kalinskaya, se rehacía en el segundo ante unas molestias físicas de su rival para resolver eficazmente en el tercero en 2h20, accediendo a las semifinales de un major. 
El tercer partido correspondía al duelo entre la jugadora ucraniana 37ª del mundo, que se estrenaba en cuartos de un grand slam y la tenista norteamericana cuarta del mundo, más acostumbrada.
M. Kostyuk - C. Gauff (6-7, 7-6 y 2-6). Clara favorita, sorprendentemente Gauff en un pésimo día de juego, a punto estuvo de no lograr pasar a semifinales necesitando de un tercer set para lograrlo y 3h08 de partido. 
Y finalmente, el duelo pendiente entre las dos top ten, B. Krejčíková - A. Sabalenka (2-6 y 3-6), se inclinaba fácil del lado bielorruso después de 1h11 y con la tenista checa sin argumentos para contrarrestar el caudal inagotable de juego ofensivo y buena selección de tiros del que hizo gala la bielorrusa. Semifinal soñada en esta parte del cuadro, que enfrentará a Sabalenka con Cori Gauff, en lo que muchos ven como una final anticipada. 

Los partidos de semifinales, enfrentaban a ucraniana y china en el primero y a norteamericana y bielorrusa en el segundo. 
Así D. Yastrenka - Z. Qinwen (4-6 y 4-6), comenzaba con una Zheng pasando apuros y eso que había jugado el primer juego al resto apretando a su rival. La china soportó cómo Yastremska restaba brillantemente sus segundos saques, mientras que no conseguía meter primeros. Zheng intentó sacar adelante su turno de saque, pero la ucraniana había comenzado con una intensidad tan alta que a la cuarta oportunidad se hizo con el break. Pero después de este episodio, la ucraniana se inundó de dudas, se mostró más tensa y cometió una gran cantidad de dobles faltas que la china aprovechó para volver a igualar el marcador. Si en ese momento del encuentro, parecía que la china se dejaba llevar por sus errores, tras salvar un juego complicado muy convencida de su servicio, todo dio un giro de tuerca. La asiática comenzó a carburar y a ir de menos a más, dejando que su rival fuese la que cometiera los errores y no cogiese la iniciativa. Zheng se defendía como un animal herido, corriendo de lado a lado y terminando con un passing que levantaba a toda la grada. La derecha de la china corría como nunca antes y ejerciendo de maestra de ceremonias volvía a hacerse con un break que Yastremska no pudo evitar al precipitarse. A estas alturas, la ucraniana tuvo que ser atendida por algunas molestias en los abdominales, lo que parece que le lastró un poco. Aun así, Yastremska no bajó los ánimos ni dejó de luchar, restó de manera muy eficaz y aprovechó los errores de Zheng con su saque para plantarle cara y ponerse con bola de break a favor. Insuficiente para parar a una Zheng que se defendió como una jabata y cerraba el set con un gran servicio y una sensación de dominio inapelable (4-6) en 54'. 
La segunda manga prolongaba el buen momento de la china, que se encontraba una y otra vez con una derecha mortal, haciendo gala de una forma física increíble. De hecho, no dejó de apretar a la ucraniana, provocando sus errores y restando a los pies. Una confiada Zheng volvió a dar un golpe sobre la mesa al lograr el break gracias a esa derecha cortada que le ayudó a cortar el ritmo de su rival. Por su parte, la ucraniana se agarró al partido, no quiso darse por vencida e igualaba la contienda gracias a varios restos muy agresivos que Zheng no podía controlar. A partir de ese momento, Yastremska daba sensación de ir siempre por detrás de la china, superando situación delicada tras situación delicada. Mientras, Zheng dejaba volar su derecha una y otra vez y, con muy buenos porcentajes con su servicio, la ucraniana lo pasaba muy mal al resto. Y es que la china se valió de su cortado estratégico para sacar totalmente de punto a su rival y, tras varios peloteos intensos, la ucraniana volvía a ceder su servicio. Y nada más pudo hacer ante una Zheng que se mostró muy sólida con su servicio y con la confianza por las nubes (4-6) en 48'. Ahora espera Sabalenka. 
En el segundo emparejamiento se veían las caras la norteamericana y cuarta del mundo con la segunda y vigente campeona del torneo, repitiendo la última final del USA Open y donde se imponía la norteamericana en tres sets. 
C. Gauff - A. Sabalenka (6-7 y 4-6), en 1h 44. La imagen de Gauff saliendo a pista con los cascos puestos, aislándose del mundo, contrastaba con la de una Sabalenka que suspiraba liberando la tensión propia de este duelo de altura. Aryna comenzaba el encuentro con un reflejo de lo que está siendo su torneo en Melbourne, contundente con su tenis y con un juego en blanco. Esas mismas sensaciones se dejaban ver desde el resto, con la bielorrusa dominando con sus tiros agresivos para sumar el primer break de la semifinal. A pesar de pegar el primer golpe sobre la mesa, la reacción llegaba de forma inmediata por parte de una Coco que pillaba a su rival con unos intercambios espectaculares, aprovechando los segundos saques de Aryna. La número dos del mundo volvía a tener el destino del set en su mano, pero la americana tenía todavía algo que decir. Y del 5-2 se pasaba al 6-6, donde tanto una como otra tuvieron la opción de adjudicarse el primer parcial con sus respectivos saques, aunque finalmente fuera una Sabalenka perfecta quien conquistaba el tiebreak. Después de una primera manga llena de idas y venidas, la calma se imponía en un segundo set en el que predominaba la igualdad hasta el 4-4. Con esa confianza ya desplegada en la primera parte del encuentro, Aryna sacaba de nuevo sus mejores ofensivas para superar a una Gauff sobrepasada, pero que luchaba hasta el final. Los nervios aparecían al final por parte de Sabalenka, pero ni la tensión evitaba la venganza de la campeona defensora en Australia. Y a la final, volvía a acceder la tenista bielorrusa, enfrentada en esa edición a la no tan sorpresa asiática. Aryna Sabalenka buscaba repetir el premio al que parece predestinada desde hace años y que le ha sido esquiva por sus vaivenes emocionales y problemas para gestionar unos recursos inagotables en cuanto a potencia. Enfrente, Zheng Qinwen, Zheng segunda tenista china en llegar a la final de un Grand Slam desde que lo hiciera Li Na en 2014. En aquella ocasión, su compatriota se llevó el título intentanto Qinwen repetir la hazaña ante Aryna y con tan solo 21 años (Li Na lo consiguió con 32). Aryna Sabalenka intentará imponer su favoritismo frente a una Qinwen Zheng que debuta en una final de Grand Slam y llega repleta de confianza y teniendo las armas suficientes como para dar la campanada. Sabalenka está a un solo triunfo de revalidar título y demostrar que es una jugadora casi inabordable en este torneo, para erigirse en una firme candidata a recuperar el número 1 del mundo. Por su parte, Qinwen Zheng abre un escenario de ilusión en todos aquellos que ven en ella una estrella en ciernes, pudiendo dar un impulso sobresaliente a su recorrido con tan solo 21 años. Desde hace años se percibía que la bielorrusa tiene en sus manos el destino de todos los partidos que disputa. Es tan poderoso su tenis que puede anular la propuesta de cualquier contrincante; pero solo cuando se aplica con mesura, con inteligencia y orden táctico. Y ese es el gran cambio que se ha percibido en Sabalenka desde hace algo más de un año y que continúa puliendo con sorprendente naturalidad. Rebosante de confianza después de un torneo impoluto para sus intereses, sin dar opción a ninguna de sus rivales, su contrincante Zheng, confirmaba todo lo que se intuía en ella desde el 2022, cuando empezó a darse a conocer para el gran público. Aquel set ganado a Swiatek en París mostró el infinito potencial de una jugadora que ha sabido evolucionar en todas las facetas de su tenis y que atesora una habilidad innata para mover la pelota con su drive, cambiar alturas, velocidad y hacer alardes de su técnica depurada. Por mucho que haya llegado a la final sin enfrentarse a tenistas del top-50, nada puede empañar el mérito que implica haber hecho valer su condición de cabeza de serie y mantener la frialdad en momentos tensos. A punto de precipitarse al abismo en el choque fratricida ante Wang, pero una vez resuelto ese envite con más corazón que con tenis, su superioridad ha sido manifiesta. Sumando la friolera de 44 saques directos, asombra con su tenis total y tiene la gran oportunidad de romper moldes si logra escabullirse del presumible miedo escénico y salir campeona. Nada tenía que perder Qinwen, y sí mucho que ganar, sabiendo que sus recursos técnicos pueden incomodar notablemente a una jugadora que no está exenta de ciertos bloqueos a nivel mental, aunque haya progresado mucho en eso, y que necesita estar muy fina para reducir errores no forzados. Aryna consiguió mantener a raya a la china en el único enfrentamiento entre ambas, que se dio en el US Open 2023 con resultado de 6-1 6-4 a su favor. 
Y Sabalenka en una deslucida final Q. Zheng - A. Sabalenka (3-6 y 2-6), apabullaba a Zheng en 1h16. El partido podría resumirse como "Superioridad manifiesta de una tenista que está en otra categoría" En una pista central abarrotada, Aryna sumaba su segundo título de Grand Slam para, con su tenis ofensivo, sentar las bases de un imperio. La potencia es un argumento de mucho peso en el tenis actual, pero si además se compatibiliza con el control, la madurez y la inteligencia táctica que ha alcanzado Aryna Sabalenka desde hace algo más de un año, la mezcla es ya más que explosiva. Resulta prácticamente imparable la tenista bielorrusa en unas condiciones como las que imperan en Melbourne. Qinwen Zheng no pudo ser una de ellas en una final sin historia, más allá de los cañonazos inmisericordes de una Sabalenka muy cómoda. Todo atisbo de esperanza para la jugadora china se diluyó ya en los compases iniciales del primer set. Ni siquiera hubo margen para que la china sintiera nervios y cierto vértigo a la gloria, porque Sabalenka se encargó de liquidar sus opciones a base de golpes ganadores. No le dio margen ni para respirar, con permanentes ataques con todos sus golpes, restando dentro de pista, sacando de forma bestial y eliminando la posibilidad de que Zheng tejiera algún tipo de artimaña táctica que provocara errores. Aryna encadenó tres fallos consecutivos en el tercer juego, con break arriba ya, y la manera de solventarlo fue una demostración de su insultante superioridad. Eso pareció calar hondo en Qinwen, que obraba un milagro manteniendo su servicio en tres ocasiones y manteniéndose a rebufo de la bielorrusa, pero no pudo inquietar desde el resto (3-6) en 33'. En nada cambiaba el guion del encuentro durante un segundo set desesperante para los intereses de la jugadora asiática y de todos aquellos que querían ver algo de batalla. Palo va y palo viene; esa fue la tónica de un parcial en el que Aryna Sabalenka siguió imponiendo su autoridad de forma espectacular, no dando tregua alguna a su contrincante y resolviendo el partido como si fuera un mero trámite administrativo (2-6) en 43'. Qinwen Zheng se despide de forma injusta y dolorosa de un gran torneo por su parte, pero teniendo que rendir pleitesía a la gran dominadora del momento. Su título en el Open de Australia 2024 puede auparla pronto al número 1 de nuevo, un puesto para el que hace méritos de sobra. Toca disfrutar de su hegemonía. 
Aryna Sabalenka, se llevaba su segundo Abierto de Australia, revalidando su corona y consiguiendo también su segundo título de Grand Slam, que no parece que vaya a ser el último a tenor del rendimiento del que hace gala, por muchas opositoras de nivel que tenga. 


En cuanto al cuadro masculino, la armada española estaba representada por once tenistas con la importante ausencia de Rafa Nadal que se descabalgaba de la cita por molestias de última hora. De los once, cuatro de ellos pugnaban por la calificación y ninguno la superaban, cayendo en la primera Pablo Llamas ante el canadiense G. Diallo (6-7 y 1-6), Pedro Martínez ante el italiano Passaro (3-6 y 2-6) y Daniel Rincón ante el sudafricano L. Harris (2-6 y 2-6), mientras Oriol Roca llegaba hasta la segunda ronda donde era eliminado por el checo V. Kopriva (3-6 y 3-6) tras haberse deshecho en primera al australiano P. Sekulic (5-7 y 1-6). 
En cuanto a los tenistas que accedían directamente al cuadro central eran Bernabé Zapata, Jaume Munar, Roberto Bautista, Albert Ramos, Roberto Carballés, Alejandro Davidovich con Carlos Alcaraz, como principal aspirante al título, actual número dos mundial y segundo cabeza de serie. 
A las primeras de cambio caían eliminados Roberto Bautista que cedía ante el norteamericano B. Shelton (2-6, 6-7 y 5-7), Bernabé Zapata ante el checo J. Lehecka (3-6, 2-6 y 3-6) y Albert Ramos ante el noruego C. Ruud (1-6, 3-6 y 1-6), mientras que en cuatro sets lo hacía Roberto Carballés ante el francés H. Gaston (3-6, 2-6, 6-3 y 4-6). 
Hasta segunda ronda llegaban Jaume Munar que cedía ante el francés A. Mannarino - J. Munar (3-6, 2-6 y 2-6), tras ganar en primera al ruso A. Shevchenko (3-6, 3-6 y 1-6) y Alejandro Davidovich que lo hacía ante el portugués N. Borges - A. Davidovich (7-6, 6-3 y 6-3) en tres sets después de superar en primera al francés C. Lestienne (4-6, 4-6 y 6-7). 
Por tanto el único de los once españoles que accedía a cuartos, era el murciano Alcaraz, en una pobre exhibición patria. La aventura de Alcaraz hasta entonces era victoria ante el francés Gasquet en primera R. Gasquet - C. Alcaraz (6-7,1- 6 y 2-6), en dos horas de partido, ante el italiano Sonego en segunda L. Sonego - C. Alcaraz (4-6, 7-6, 3-6 y 6-7), más complicada que en la primera; ante el wild card chino Shang en tercera J. Shang - C. Alcaraz (1- 6, 1-6 y 0-1), con abandono del asiático y en cuarta ante el serbio Kecmanovic. M. Kecmanovic - C. Alcaraz (4-6, 4- 6 y 0-6), en el mejor partido de todos hasta entonces. 


Cuartos de final. A diferencia de las mujeres llegaban a la ronda final casi todos los mejores, aunque caían nombres importantes, como el chileno Jarry en primera ronda, el danés Rune en segunda, el noruego Ruud o el ruso Dimitrov en tercera o Rublev y Tsitsipas en cuarta, pero la mayoría de los top ten continuaban. 
Pasaban dos rusos, D. Medvedev y A. Rublev, el norteamericano T. Fritz, el alemán Zverev, el polaco H. Hurkacz, el italiano J. Sinner, el español C. Alcaraz y el serbio N. Djokovic. El abierto australiano se quedaba sin representación local y con una edición más de intenso dominio europeo. 
Para el primer enfrentamiento tocaba emparejarse al vigente campeón y al norteamericano, N. Djokovic - T. Fritz (7-6, 4-6, 6-2 y 6-3), y el que parecía duelo más desparejado de todos, entre el 1º y el 12º del mundo, no lo termina siendo, con un enorme Fritz que apoyado por la grada, hacía sufrir al tenista serbio, necesitando cuatro mangas y más de 3h45 para deshacerse de su rival.
El siguiente partido entre 4º y 5º, al contrario que el anterior, y en teoría más parejo, no tenia favorito en las apuestas. Pero en la pista la igualdad entre italiano y ruso no salía a flote Sinner - A. Rublev (6-4, 7-6 y 6-3), y Sinner, aprovechando mejor los puntos clave sólo necesitaba tres sets pero 2h39 de partido para superar al tenista ruso. 
Para el tercer partido medían fuerzas el jugador polaco y el segundo representante ruso. Y el duelo entre el 9º y el 3º del mundo H. Hurkacz - D. Medveved (6-7, 6-2, 3-6, 7-5 y 4-6) no decepcionaba a nadie necesitando Medvedev de cuatro horas y cinco sets para doblegar al tenista polaco, que no dando su brazo a torcer tenía opciones hasta el último punto. 
Cerraban la ronda de cuartos el tenista alemán y el español A. Zverev - C. Alcaraz (6-1, 6-3, 6- 7 y 6-4), saltando la sorpresa de la ronda con la eliminación del dos del mundo tras tres horas de partido. El murciano vivió uno de los partidos más complicados de su carrera, jugando a un nivel muy bajo durante dos horas y viendo cómo su épica reacción en la tercera manga quedaba diluida en la cuarta ante una reacción magistral de Alexander Zverev. El duelo condensaba en unas horas todas las sensaciones que pueden experimentarse en la vida y demuestra la importancia de las emociones en este deporte. Todo parecía condenado a una tarde-noche corta, decepcionante y que acarrearía comentarios catastrofistas sobre el español, pero terminó tornando en un apasionante choque definido por detalles en una segunda parte del partido que nada tuvo que ver con la primera. Desde los compases iniciales del primer set se pudo comprobar que algo extraño sucedía. Nadie esperaba un inicio tan tenso y errático como el que tuvo el murciano, que cedía su saque en blanco en el segundo juego y no encontraba la manera de desprenderse de las pésimas sensaciones de bola que tenía. Zverev no daba tregua, con un altísimo porcentaje de primer saque, tiros paralelos que desarbolaban por completo a su rival y una clarividencia de ideas absoluta. Tan inferior se veía el murciano que se dejó ir (6-1) en 29', confiando en una reacción esperable en la segunda manga. 
Y todo indicaba que se iba a producir con Carlitos sentando las bases de la misma en el tramo inicial y sacando adelante con solvencia varios juegos con su servicio, mejorando ostensiblemente su nivel de tenis. Eso le llevó a disponer de un prometedor 15-40 que podía ser punto de inflexión a su favor, pero terminó erigiéndose en su sentencia absoluta en este parcial. Tuvo clara opción de materializar una de ellas, estrelló un revés contra la malla y perdió de nuevo el foco del encuentro, bajo los cañonazos inmisericordes de su contrincante. Sascha se ordenó de nuevo y mostró una infinita superioridad durante los siguiente minutos, que le llevó a ampliar su ventaja (6-3) en 42'. 
En cambio lo que se vivía en el tercer parcial es absolutamente inconcebible. Tanto la impotencia absoluta del murciano durante los primeros siete juegos, viéndose con un 5-2 abajo y sin argumentos para mejorar, como su reacción de campeón para hacer una remontada memorable que generaba ilusión a todos sus seguidores (6-7) en 61'. 
El cuarto set arrancaba ilusionante, con un intercambio de breaks y el nivel de ambos equiparable, pero volvió a comprobarse que no era el día de Alcaraz, desperdiciando una buena oportunidad en el octavo juego y entregando su servicio en el noveno (6-4) en 54'. Victoria final para un merecedor Zverev que rompía un techo de cristal muy importante en su carrera deportiva, como es la de ganar un partido de Grand Slam ante un rival top 5, con diez derrotas consecutivas frente a jugadores de este nivel. Lo ha conseguido frente a un errático Carlos Alcaraz que terminaba con 39 ganadores y 45 errores no forzados. 


A Semifinales pasaban por tanto Djokovic, Sinner, Medvedev y Zverev, enfrentándose en ese mismo orden. Es decir, 
en la primera eliminatoria, N. Djokovic - J. Sinner (1-6, 2-6, 7-6 y 3-6) volvía a saltar otra sorpresa en la Rod Laver y el duelo entre los números 1º y 4º del mundo se resolvía a favor del tenista italiano en 3h22, que después de imponerse claramente en los dos primeros (35' y 38' respectivamente), cedía ante el tenista serbio el tercero en un eterno tie breack (11'30 para un set total de 1h16), y terminar ganando una compleja cuarta manga (53') y presentarse en su primera final de un grande. 

En la otra, el partido entre ruso y alemán, todavía resultaba más emocionante D. Medvedev - A. Zverev (5-7, 3-6, 7-6, 7-6 y 6-3,) necesitando de cinco sets y de 4h18, para que el tenista ruso en una increíble remontada se llevara el partido para presentarse en su sexta final de Grand Slam y tercera en Australia. 

Y en la inédita final, sin ningún componente del Big3 (no ocurría desde 2005) J. Sinner - D. Medvedev (3-6, 3-6, 6-4, 6-4 y 6-3) en 3h44 se enfrentaban el actual número cuatro contra el número tres. Sinner y Medvedev se citan por primera vez en un partido de Grand Slam, siendo la décima ocasión en la que se enfrentan, aunque esta vez será con un toque diferente: en una final y al mejor de cinco sets. De las nueve veces anteriores el ruso ganaba las seis primeras y el italiano las tres últimas. Jannik llegaba habiéndose dejado por el camino un solo set, mientras que Daniil se ha dejado ocho, viviendo duras batallas y teniendo que remontar cinco mangas frente a Ruusuvuori en segunda ronda, Hurkacz en cuartos y Zverev en semis. La experiencia juega a favor de un Medvedev que ya ha estado en dos finales en Australia, además de haber ganado en el US Open, mientras que será la primera en Grand Slam para Sinner, que se dejaba por el camino nada menos que a Khachanov, Rublev y Djokovic . Si algo caracteriza a Medvedev es esa inteligencia superior que le permite aplicar casi cualquier tipo de estilo de juego a según qué ocasión y sorprender tácticamente a sus rivales. Lo hacía de manera sublime desde el arranque del primer set, metiéndose muy encima de la línea de fondo para restar y siendo más agresivo de lo normal. Restando tiempo a Sinner con sus golpes profundos y precisos, lo despojába de la iniciativa, logrando que el italiano no estuviera cómodo en ningún momento. Entregó el servicio en dos ocasiones el de San Cándido, las mismas veces que lo había hecho en todo el torneo, y lucía totalmente despistado ante el inesperado giro de guion que estaba tomando el partido. La superioridad del ruso era manifiesta y esa sensación de jugador inabordable e impotencia absoluta del italiano (3-6) en 36', se prolongó e incluso se acentuó durante la segunda manga. 
Jannik parecía ser presa de los nervios y estaba bloqueado a nivel mental. Era incapaz de encontrar intercambios de derecha a derecha, algo que le interesaba muchísimo más que precipitarse en la búsqueda de paralelos y entrar en diálogos de revés a revés en los que Daniil era claramente superior y a partir de los cuales adquiría la iniciativa. Medvedev volaba por la pista, se sentía tremendamente cómodo y bordaba el tenis, adquiriendo una ventaja de 1-5 en el marcador. Ahí reaccionó con orgullo el italiano y empezó a sentirse mejor, sumando dos juegos consecutivos y llegando a disponer de bola de break para sumar un nuevo break. Sin embargo, el ruso certificó su ventaja y se situaba en una posición de privilegio para el desenlace (3-6) en 49'. 

Durante el tercer parcial empezaron a aparecer tímidas señales de reacción en Sinner, pero su empecinamiento en jugar por el revés de Medvedev y la resistencia feroz de éste a perder pista, hacían que el marcador fuera equilibrado y la tensión máxima para el italiano. No tenía margen de error y por mucho que subió su nivel al servicio y golpeaba de manera mucho más limpia a la pelota, estaba cerca del abismo. Sufría Jannik con su derecha y estaba tan inseguro tras los numerosos errores que buscaba cambiar el ritmo con dejadas poco precisas. Daniil leyendo perfectamente la situación, incidía una y otra vez en defensas encima de la línea de fondo que se convertían en mortíferos tiros incisivos, capaces de desbordar y sacar de su zona de confort a su rival. Se escabulló el italiano de la presión en un noveno juego en el que tuvo que afrontar un inquietante deuce, y salió reforzado moralmente, viéndose en disposición de ganar el set al resto. Batalla memorable que se desató en un décimo juego que terminó cayendo a favor de Sinner en forma de break salvador, merced a su buena selección de tiros, dando más altura a los de derecha y conectando paralelos precisos de revés. Daniil perdía frescura de piernas y ceder ese ápice de iniciativa fue fatal para sus intereses (6-4) en 45'. 
Había cambiado la dinámica del encuentro y desde el inicio del cuarto set se sucedieron largos intercambios de tú a tú, siendo el italiano quien marcaba más el ritmo, tanto para atacar como para defenderse de las acometidas de un Medvedev que se exprimía al máximo para seguir entrando en pista en busca de tiros ganadores. El corazón y la garra empezaron a tener más peso que la táctica a medida que avanzaba el partido, equilibrándose mucho la batalla y desatándose un duelo apasionante. Desde el 3-3 se desataron las hostilidades desde el resto por parte de ambos, siendo el italiano quien atacaba con más firmeza, logrando dar un golpe sobre la mesa con un nuevo break en el décimo juego, para llevar el partido a la batalla definitiva (6-4) en 56'. Todo parecía favorable al italiano en la quinta manga. Más fresco físicamente, con tiros más potentes mientras que el ruso muy fatigado era incapaz de asumir tanto riesgo como al inicio del encuentro. Aguantaba el envite Medvedev durante dos turnos de saque, pero terminaba cediendo en el sexto juego ante la insistencia y precisión de un Sinner pletórico, que consolidaba la ventaja para cerrar el partido como solo los grandes pueden hacerlo (6-3) en 38'. 
El italiano estrenaba su casillero de títulos de Grand Slam, generando la sensación de estar ante un talento generacional capaz de hacer historia en el tenis. Jannik fue capaz de romper moldes con una remontada épica en un partido inolvidable que puede ser punto de inflexión en este deporte, conquistando uno de los Grand Slam que más dinero repartía de toda la historia, embolsándose la friolera de 2.130.975 $. Con solo 22 años transmite la sensación de que conseguirá muchos más triunfos.

Además el Open de Australia 2024 ha batido el récord histórico del torneo en lo que a asistencia de público se refiere, con la friolera de 1.020.763 espectadores que han acudido a Melbourne Park en algún momento durante las dos semanas de torneo.