La 112ª edición del Abierto de Australia, con sus habituales fechas de celebración de la última quincena de enero se disputaba en esta ocasión del 14 al 28, como siempre en las pistas duras del complejo deportivo de Melbourne Park, en las afueras de la capital del Estado de Victoria.
El primero de los Grand Slam de la temporada seguía con el veto a tenistas rusos y bielorusos, de lucir su bandera y contaba con la presencia de las mejores raquetas del tenis mundial, con excepciones contadas como las de Rafael Nadal resentido a última hora de su lesión, o Mateo Berretini entre los varones y de
la suiza Belinda Bencic o la canadiense Bianca Andreescu entre las féminas.
Empezando por la competición de las mujeres, eran nueve las representantes españolas con Paula Badosa, Rebeka Masarova, Cristina Bucsa y Sara Sorribes como principales valedoras en el cuadro principal, teniendo que pasar por la calificación previa el resto, es decir, Aliona Bolsoba, Marina Bassols, Jessica Bouzas, Nuria Parrizas y Carlota Martínez.
En la cuadro de calificación, caían en primera ronda, Jessica Bouzas ante la india A. Raina (6-4, 5-7 y 7-6) y Nuria Parrizas ante la australiana M. Inglis (6-4, 3-6 y 5-7) en tres sets y, en dos sets lo hacían Aliona Bolsoba ante la belga Y. Bonaventure (3-6 y 3-6) y Carlota Martínez ante la rusa P. Kurdemetova (6-1 y 6-1).
Más lejos llegaba Marina Bassols que ganaba a la tenista croata T. Wurth (6-0 y 6-2) en la primera tanda, para ceder en la segunda fase frente a la suiza S. Waltert (6-2, 1-6 y 3- 6).
Ya en el cuadro principal, Cristina Bucsa no pasaba de primera ronda, al perder ante la rusa Anna Blinkova en dos sets en hora y cuarto de partido C. Bucsa - A. Blinkova (2-6 y 4-6). En la misma situación Sara Sorribes caía ante la rusa Alina Korneeva pero en tres sets S. Sorribes - A. Korneeva (6-4, 3-6 y 2-6) en 2h18 después de ganar el primero y ceder en los otros dos.
En cambio, Rebeka Masarova llegaba hasta segunda ronda donde caía ante la ucraniana Lesia Tsurenko, L. Tsurenko - R. Masarova ( 6-3 y 6-4) en 1h36, tras dejar en la cuneta a la bielorusa Aliaksandra Sasnovich, R. Masarova - A. Sasnovich (6-3 y 6-4) en 1h37.
Paula Badosa era la española que más lejos llegaba, hasta tercera ronda, cayendo en su caso ante la estadounidense Amanda Anisimova, P. Badosa - A. Anisimova (7-5 y 6-4) en una hora y media. Previamente había eliminado en primera ronda a su compatriota Taylor Townsend T. Townsend - P. Badosa (1-6 y 3-6) ), fácil en 57' para deshacerse también con claridad de la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, P. Badosa - A. Pavlyuchenkova (6-2 y 6-3) en dos sets y 1h12 en la segunda.
Sin españolas y sin nombres importantes en el ranking mundial como Marketa Vondrousova o Veronika Kurdemetova eliminadas en la primera ronda, o Elena Rybakina, JessicaPegula, Daria Kasatkina y Oms Jabeur, en segunda, Iga Swiatek, Beatriz Haddad Maia o Jeļena Ostapenko en tercera o Victoria Azarenka y Elina Svitolina en cuarta, la competición quedaba un tanto descafeinada con tan solo tres top ten entre las ocho tenistas que más lejos habían llegado del torneo.
Las tenistas que pasaban a cuartos de final, eran las checas Barbora Krejčíková y Linda Nosková, las ucranianas Marta Kostyuk y Dayana Yastremska, la bielorusa Aryna Sabalenka, la rusa Anna Kalinskaya, la norteamericana Coco Gauff y la china Zheng Qinwen. Sin representación local y con mayoría del este europeo (seis tenistas) a las top ten, Sabalenka (2ª), Gauff (4ª) y Krejčíková (9ª) se les unía llegando desde el cuadro clasificatorio la ucraniana Yastremska.
Con respecto a la edición anterior sólo repetía presencia Sabalenka.
En el primer partido del cuadro L. Nosková - D. Yastremska (3-6 y 4-6), la jugadora ucraniana nº 93 del mundo que llegaba desde la clasificación, se desembarazaba de la checa sin ceder un set en 1h18 y se metía merecidamente en semifinales.
El segundo duelo, entre la tenista rusa y la china A. Kalinskaya - Z. Qinwen (7-6, 3-6 y 1-6) se resolvía en tres sets para la tenista china que cediendo el primero ante una agresiva Kalinskaya, se rehacía en el segundo ante unas molestias físicas de su rival para resolver eficazmente en el tercero en 2h20, accediendo a las semifinales de un major.
El tercer partido correspondía al duelo entre la jugadora ucraniana 37ª del mundo, que se estrenaba en cuartos de un grand slam y la tenista norteamericana cuarta del mundo, más acostumbrada.
M. Kostyuk - C. Gauff (6-7, 7-6 y 2-6). Clara favorita, sorprendentemente Gauff en un pésimo día de juego, a punto estuvo de no lograr pasar a semifinales necesitando de un tercer set para lograrlo y 3h08 de partido.
Y finalmente, el duelo pendiente entre las dos top ten,
B. Krejčíková - A. Sabalenka (2-6 y 3-6), se inclinaba fácil del lado bielorruso después de 1h11 y con la tenista checa sin argumentos para contrarrestar el caudal inagotable de juego ofensivo y buena selección de tiros del que hizo gala la bielorrusa. Semifinal soñada en esta parte del cuadro, que enfrentará a Sabalenka con Cori Gauff, en lo que muchos ven como una final anticipada.
Los partidos de semifinales, enfrentaban a ucraniana y china en el primero y a norteamericana y bielorrusa en el segundo.
Así D. Yastrenka - Z. Qinwen (4-6 y 4-6), comenzaba con una Zheng pasando apuros y eso que había jugado el primer juego al resto apretando a su rival. La china soportó cómo Yastremska restaba brillantemente sus segundos saques, mientras que no conseguía meter primeros. Zheng intentó sacar adelante su turno de saque, pero la ucraniana había comenzado con una intensidad tan alta que a la cuarta oportunidad se hizo con el break. Pero después de este episodio, la ucraniana se inundó de dudas, se mostró más tensa y cometió una gran cantidad de dobles faltas que la china aprovechó para volver a igualar el marcador. Si en ese momento del encuentro, parecía que la china se dejaba llevar por sus errores, tras salvar un juego complicado muy convencida de su servicio, todo dio un giro de tuerca. La asiática comenzó a carburar y a ir de menos a más, dejando que su rival fuese la que cometiera los errores y no cogiese la iniciativa. Zheng se defendía como un animal herido, corriendo de lado a lado y terminando con un passing que levantaba a toda la grada. La derecha de la china corría como nunca antes y ejerciendo de maestra de ceremonias volvía a hacerse con un break que Yastremska no pudo evitar al precipitarse. A estas alturas, la ucraniana tuvo que ser atendida por algunas molestias en los abdominales, lo que parece que le lastró un poco. Aun así, Yastremska no bajó los ánimos ni dejó de luchar, restó de manera muy eficaz y aprovechó los errores de Zheng con su saque para plantarle cara y ponerse con bola de break a favor. Insuficiente para parar a una Zheng que se defendió como una jabata y cerraba el set con un gran servicio y una sensación de dominio inapelable (4-6) en 54'.
La segunda manga prolongaba el buen momento de la china, que se encontraba una y otra vez con una derecha mortal, haciendo gala de una forma física increíble. De hecho, no dejó de apretar a la ucraniana, provocando sus errores y restando a los pies. Una confiada Zheng volvió a dar un golpe sobre la mesa al lograr el break gracias a esa derecha cortada que le ayudó a cortar el ritmo de su rival. Por su parte, la ucraniana se agarró al partido, no quiso darse por vencida e igualaba la contienda gracias a varios restos muy agresivos que Zheng no podía controlar. A partir de ese momento, Yastremska daba sensación de ir siempre por detrás de la china, superando situación delicada tras situación delicada. Mientras, Zheng dejaba volar su derecha una y otra vez y, con muy buenos porcentajes con su servicio, la ucraniana lo pasaba muy mal al resto. Y es que la china se valió de su cortado estratégico para sacar totalmente de punto a su rival y, tras varios peloteos intensos, la ucraniana volvía a ceder su servicio. Y nada más pudo hacer ante una Zheng que se mostró muy sólida con su servicio y con la confianza por las nubes (4-6) en 48'. Ahora espera Sabalenka.
En el segundo emparejamiento se veían las caras la norteamericana y cuarta del mundo con la segunda y vigente campeona del torneo, repitiendo la última final del USA Open y donde se imponía la norteamericana en tres sets.
C. Gauff - A. Sabalenka (6-7 y 4-6), en 1h 44. La imagen de Gauff saliendo a pista con los cascos puestos, aislándose del mundo, contrastaba con la de una Sabalenka que suspiraba liberando la tensión propia de este duelo de altura. Aryna comenzaba el encuentro con un reflejo de lo que está siendo su torneo en Melbourne, contundente con su tenis y con un juego en blanco. Esas mismas sensaciones se dejaban ver desde el resto, con la bielorrusa dominando con sus tiros agresivos para sumar el primer break de la semifinal. A pesar de pegar el primer golpe sobre la mesa, la reacción llegaba de forma inmediata por parte de una Coco que pillaba a su rival con unos intercambios espectaculares, aprovechando los segundos saques de Aryna. La número dos del mundo volvía a tener el destino del set en su mano, pero la americana tenía todavía algo que decir. Y del 5-2 se pasaba al 6-6, donde tanto una como otra tuvieron la opción de adjudicarse el primer parcial con sus respectivos saques, aunque finalmente fuera una Sabalenka perfecta quien conquistaba el tiebreak. Después de una primera manga llena de idas y venidas, la calma se imponía en un segundo set en el que predominaba la igualdad hasta el 4-4. Con esa confianza ya desplegada en la primera parte del encuentro, Aryna sacaba de nuevo sus mejores ofensivas para superar a una Gauff sobrepasada, pero que luchaba hasta el final. Los nervios aparecían al final por parte de Sabalenka, pero ni la tensión evitaba la venganza de la campeona defensora en Australia.
Y a la final, volvía a acceder la tenista bielorrusa, enfrentada en esa edición a la no tan sorpresa asiática. Aryna Sabalenka buscaba repetir el premio al que parece predestinada desde hace años y que le ha sido esquiva por sus vaivenes emocionales y problemas para gestionar unos recursos inagotables en cuanto a potencia. Enfrente, Zheng Qinwen, Zheng segunda tenista china en llegar a la final de un Grand Slam desde que lo hiciera Li Na en 2014. En aquella ocasión, su compatriota se llevó el título intentanto Qinwen repetir la hazaña ante Aryna y con tan solo 21 años (Li Na lo consiguió con 32). Aryna Sabalenka intentará imponer su favoritismo frente a una Qinwen Zheng que debuta en una final de Grand Slam y llega repleta de confianza y teniendo las armas suficientes como para dar la campanada. Sabalenka está a un solo triunfo de revalidar título y demostrar que es una jugadora casi inabordable en este torneo, para erigirse en una firme candidata a recuperar el número 1 del mundo. Por su parte, Qinwen Zheng abre un escenario de ilusión en todos aquellos que ven en ella una estrella en ciernes, pudiendo dar un impulso sobresaliente a su recorrido con tan solo 21 años. Desde hace años se percibía que la bielorrusa tiene en sus manos el destino de todos los partidos que disputa. Es tan poderoso su tenis que puede anular la propuesta de cualquier contrincante; pero solo cuando se aplica con mesura, con inteligencia y orden táctico. Y ese es el gran cambio que se ha percibido en Sabalenka desde hace algo más de un año y que continúa puliendo con sorprendente naturalidad. Rebosante de confianza después de un torneo impoluto para sus intereses, sin dar opción a ninguna de sus rivales, su contrincante Zheng, confirmaba todo lo que se intuía en ella desde el 2022, cuando empezó a darse a conocer para el gran público. Aquel set ganado a Swiatek en París mostró el infinito potencial de una jugadora que ha sabido evolucionar en todas las facetas de su tenis y que atesora una habilidad innata para mover la pelota con su drive, cambiar alturas, velocidad y hacer alardes de su técnica depurada. Por mucho que haya llegado a la final sin enfrentarse a tenistas del top-50, nada puede empañar el mérito que implica haber hecho valer su condición de cabeza de serie y mantener la frialdad en momentos tensos. A punto de precipitarse al abismo en el choque fratricida ante Wang, pero una vez resuelto ese envite con más corazón que con tenis, su superioridad ha sido manifiesta. Sumando la friolera de 44 saques directos, asombra con su tenis total y tiene la gran oportunidad de romper moldes si logra escabullirse del presumible miedo escénico y salir campeona. Nada tenía que perder Qinwen, y sí mucho que ganar, sabiendo que sus recursos técnicos pueden incomodar notablemente a una jugadora que no está exenta de ciertos bloqueos a nivel mental, aunque haya progresado mucho en eso, y que necesita estar muy fina para reducir errores no forzados. Aryna consiguió mantener a raya a la china en el único enfrentamiento entre ambas, que se dio en el US Open 2023 con resultado de 6-1 6-4 a su favor.
Y Sabalenka en una deslucida final Q. Zheng - A. Sabalenka (3-6 y 2-6), apabullaba a Zheng en 1h16. El partido podría resumirse como "Superioridad manifiesta de una tenista que está en otra categoría" En una pista central abarrotada, Aryna sumaba su segundo título de Grand Slam para, con su tenis ofensivo, sentar las bases de un imperio. La potencia es un argumento de mucho peso en el tenis actual, pero si además se compatibiliza con el control, la madurez y la inteligencia táctica que ha alcanzado Aryna Sabalenka desde hace algo más de un año, la mezcla es ya más que explosiva. Resulta prácticamente imparable la tenista bielorrusa en unas condiciones como las que imperan en Melbourne. Qinwen Zheng no pudo ser una de ellas en una final sin historia, más allá de los cañonazos inmisericordes de una Sabalenka muy cómoda.
Todo atisbo de esperanza para la jugadora china se diluyó ya en los compases iniciales del primer set. Ni siquiera hubo margen para que la china sintiera nervios y cierto vértigo a la gloria, porque Sabalenka se encargó de liquidar sus opciones a base de golpes ganadores. No le dio margen ni para respirar, con permanentes ataques con todos sus golpes, restando dentro de pista, sacando de forma bestial y eliminando la posibilidad de que Zheng tejiera algún tipo de artimaña táctica que provocara errores. Aryna encadenó tres fallos consecutivos en el tercer juego, con break arriba ya, y la manera de solventarlo fue una demostración de su insultante superioridad. Eso pareció calar hondo en Qinwen, que obraba un milagro manteniendo su servicio en tres ocasiones y manteniéndose a rebufo de la bielorrusa, pero no pudo inquietar desde el resto (3-6) en 33'.
En nada cambiaba el guion del encuentro durante un segundo set desesperante para los intereses de la jugadora asiática y de todos aquellos que querían ver algo de batalla. Palo va y palo viene; esa fue la tónica de un parcial en el que Aryna Sabalenka siguió imponiendo su autoridad de forma espectacular, no dando tregua alguna a su contrincante y resolviendo el partido como si fuera un mero trámite administrativo (2-6) en 43'. Qinwen Zheng se despide de forma injusta y dolorosa de un gran torneo por su parte, pero teniendo que rendir pleitesía a la gran dominadora del momento. Su título en el Open de Australia 2024 puede auparla pronto al número 1 de nuevo, un puesto para el que hace méritos de sobra. Toca disfrutar de su hegemonía.
Aryna Sabalenka, se llevaba su segundo Abierto de Australia, revalidando su corona y consiguiendo también su segundo título de Grand Slam, que no parece que vaya a ser el último a tenor del rendimiento del que hace gala, por muchas opositoras de nivel que tenga.
En cuanto al cuadro masculino, la armada española estaba representada por once tenistas con la importante ausencia de Rafa Nadal que se descabalgaba de la cita por molestias de última hora.
De los once, cuatro de ellos pugnaban por la calificación y ninguno la superaban, cayendo en la primera Pablo Llamas ante el canadiense G. Diallo (6-7 y 1-6), Pedro Martínez ante el italiano Passaro (3-6 y 2-6) y Daniel Rincón ante el sudafricano L. Harris (2-6 y 2-6), mientras Oriol Roca llegaba hasta la segunda ronda donde era eliminado por el checo V. Kopriva (3-6 y 3-6) tras haberse deshecho en primera al australiano P. Sekulic (5-7 y 1-6).
En cuanto a los tenistas que accedían directamente al cuadro central eran Bernabé Zapata, Jaume Munar, Roberto Bautista, Albert Ramos, Roberto Carballés, Alejandro Davidovich con Carlos Alcaraz, como principal aspirante al título, actual número dos mundial y segundo cabeza de serie.
A las primeras de cambio caían eliminados Roberto Bautista que cedía ante el norteamericano B. Shelton (2-6, 6-7 y 5-7), Bernabé Zapata ante el checo J. Lehecka (3-6, 2-6 y 3-6) y Albert Ramos ante el noruego C. Ruud (1-6, 3-6 y 1-6), mientras que en cuatro sets lo hacía Roberto Carballés ante el francés H. Gaston (3-6, 2-6, 6-3 y 4-6).
Hasta segunda ronda llegaban Jaume Munar que cedía ante el francés A. Mannarino - J. Munar (3-6, 2-6 y 2-6), tras ganar en primera al ruso A. Shevchenko (3-6, 3-6 y 1-6) y Alejandro Davidovich que lo hacía ante el portugués N. Borges - A. Davidovich (7-6, 6-3 y 6-3) en tres sets después de superar en primera al francés C. Lestienne (4-6, 4-6 y 6-7).
Por tanto el único de los once españoles que accedía a cuartos, era el murciano Alcaraz, en una pobre exhibición patria.
La aventura de Alcaraz hasta entonces era victoria ante el francés Gasquet en primera R. Gasquet - C. Alcaraz (6-7,1- 6 y 2-6), en dos horas de partido, ante el italiano Sonego en segunda L. Sonego - C. Alcaraz (4-6, 7-6, 3-6 y 6-7), más complicada que en la primera; ante el wild card chino Shang en tercera J. Shang - C. Alcaraz (1- 6, 1-6 y 0-1), con abandono del asiático y en cuarta ante el serbio Kecmanovic. M. Kecmanovic - C. Alcaraz (4-6, 4- 6 y 0-6), en el mejor partido de todos hasta entonces.
Cuartos de final. A diferencia de las mujeres llegaban a la ronda final casi todos los mejores, aunque caían nombres importantes, como el chileno Jarry en primera ronda, el danés Rune en segunda, el noruego Ruud o el ruso Dimitrov en tercera o Rublev y Tsitsipas en cuarta, pero la mayoría de los top ten continuaban.
Pasaban dos rusos, D. Medvedev y A. Rublev, el norteamericano T. Fritz, el alemán Zverev, el polaco H. Hurkacz, el italiano J. Sinner, el español C. Alcaraz y el serbio N. Djokovic. El abierto australiano se quedaba sin representación local y con una edición más de intenso dominio europeo.
Para el primer enfrentamiento tocaba emparejarse al vigente campeón y al norteamericano, N. Djokovic - T. Fritz (7-6, 4-6, 6-2 y 6-3), y el que parecía duelo más desparejado de todos, entre el 1º y el 12º del mundo, no lo termina siendo, con un enorme Fritz que apoyado por la grada, hacía sufrir al tenista serbio, necesitando cuatro mangas y más de 3h45 para deshacerse de su rival.
El siguiente partido entre 4º y 5º, al contrario que el anterior, y en teoría más parejo, no tenia favorito en las apuestas. Pero en la pista la igualdad entre italiano y ruso no salía a flote Sinner - A. Rublev (6-4, 7-6 y 6-3), y Sinner, aprovechando mejor los puntos clave sólo necesitaba tres sets pero 2h39 de partido para superar al tenista ruso.
Para el tercer partido medían fuerzas el jugador polaco y el segundo representante ruso. Y el duelo entre el 9º y el 3º del mundo H. Hurkacz - D. Medveved (6-7, 6-2, 3-6, 7-5 y 4-6) no decepcionaba a nadie necesitando Medvedev de cuatro horas y cinco sets para doblegar al tenista polaco, que no dando su brazo a torcer tenía opciones hasta el último punto.
Cerraban la ronda de cuartos el tenista alemán y el español A. Zverev - C. Alcaraz (6-1, 6-3, 6- 7 y 6-4), saltando la sorpresa de la ronda con la eliminación del dos del mundo tras tres horas de partido. El murciano vivió uno de los partidos más complicados de su carrera, jugando a un nivel muy bajo durante dos horas y viendo cómo su épica reacción en la tercera manga quedaba diluida en la cuarta ante una reacción magistral de Alexander Zverev. El duelo condensaba en unas horas todas las sensaciones que pueden experimentarse en la vida y demuestra la importancia de las emociones en este deporte. Todo parecía condenado a una tarde-noche corta, decepcionante y que acarrearía comentarios catastrofistas sobre el español, pero terminó tornando en un apasionante choque definido por detalles en una segunda parte del partido que nada tuvo que ver con la primera. Desde los compases iniciales del primer set se pudo comprobar que algo extraño sucedía. Nadie esperaba un inicio tan tenso y errático como el que tuvo el murciano, que cedía su saque en blanco en el segundo juego y no encontraba la manera de desprenderse de las pésimas sensaciones de bola que tenía. Zverev no daba tregua, con un altísimo porcentaje de primer saque, tiros paralelos que desarbolaban por completo a su rival y una clarividencia de ideas absoluta. Tan inferior se veía el murciano que se dejó ir (6-1) en 29', confiando en una reacción esperable en la segunda manga.
Y todo indicaba que se iba a producir con Carlitos sentando las bases de la misma en el tramo inicial y sacando adelante con solvencia varios juegos con su servicio, mejorando ostensiblemente su nivel de tenis. Eso le llevó a disponer de un prometedor 15-40 que podía ser punto de inflexión a su favor, pero terminó erigiéndose en su sentencia absoluta en este parcial. Tuvo clara opción de materializar una de ellas, estrelló un revés contra la malla y perdió de nuevo el foco del encuentro, bajo los cañonazos inmisericordes de su contrincante. Sascha se ordenó de nuevo y mostró una infinita superioridad durante los siguiente minutos, que le llevó a ampliar su ventaja (6-3) en 42'.
En cambio lo que se vivía en el tercer parcial es absolutamente inconcebible. Tanto la impotencia absoluta del murciano durante los primeros siete juegos, viéndose con un 5-2 abajo y sin argumentos para mejorar, como su reacción de campeón para hacer una remontada memorable que generaba ilusión a todos sus seguidores (6-7) en 61'.
El cuarto set arrancaba ilusionante, con un intercambio de breaks y el nivel de ambos equiparable, pero volvió a comprobarse que no era el día de Alcaraz, desperdiciando una buena oportunidad en el octavo juego y entregando su servicio en el noveno (6-4) en 54'. Victoria final para un merecedor Zverev que rompía un techo de cristal muy importante en su carrera deportiva, como es la de ganar un partido de Grand Slam ante un rival top 5, con diez derrotas consecutivas frente a jugadores de este nivel. Lo ha conseguido frente a un errático Carlos Alcaraz que terminaba con 39 ganadores y 45 errores no forzados.
A Semifinales pasaban por tanto Djokovic, Sinner, Medvedev y Zverev, enfrentándose en ese mismo orden. Es decir,
en la primera eliminatoria,
N. Djokovic - J. Sinner (1-6, 2-6, 7-6 y 3-6) volvía a saltar otra sorpresa en la Rod Laver y el duelo entre los números 1º y 4º del mundo se resolvía a favor del tenista italiano en 3h22, que después de imponerse claramente en los dos primeros (35' y 38' respectivamente), cedía ante el tenista serbio el tercero en un eterno tie breack (11'30 para un set total de 1h16), y terminar ganando una compleja cuarta manga (53') y presentarse en su primera final de un grande.
En la otra, el partido entre ruso y alemán, todavía resultaba más emocionante D. Medvedev - A. Zverev (5-7, 3-6, 7-6, 7-6 y 6-3,) necesitando de cinco sets y de 4h18, para que el tenista ruso en una increíble remontada se llevara el partido para presentarse en su sexta final de Grand Slam y tercera en Australia.
Y en la inédita final, sin ningún componente del Big3 (no ocurría desde 2005) J. Sinner - D. Medvedev (3-6, 3-6, 6-4, 6-4 y 6-3) en 3h44 se enfrentaban el actual número cuatro contra el número tres. Sinner y Medvedev se citan por primera vez en un partido de Grand Slam, siendo la décima ocasión en la que se enfrentan, aunque esta vez será con un toque diferente: en una final y al mejor de cinco sets. De las nueve veces anteriores el ruso ganaba las seis primeras y el italiano las tres últimas. Jannik llegaba habiéndose dejado por el camino un solo set, mientras que Daniil se ha dejado ocho, viviendo duras batallas y teniendo que remontar cinco mangas frente a Ruusuvuori en segunda ronda, Hurkacz en cuartos y Zverev en semis. La experiencia juega a favor de un Medvedev que ya ha estado en dos finales en Australia, además de haber ganado en el US Open, mientras que será la primera en Grand Slam para Sinner, que se dejaba por el camino nada menos que a Khachanov, Rublev y Djokovic . Si algo caracteriza a Medvedev es esa inteligencia superior que le permite aplicar casi cualquier tipo de estilo de juego a según qué ocasión y sorprender tácticamente a sus rivales. Lo hacía de manera sublime desde el arranque del primer set, metiéndose muy encima de la línea de fondo para restar y siendo más agresivo de lo normal. Restando tiempo a Sinner con sus golpes profundos y precisos, lo despojába de la iniciativa, logrando que el italiano no estuviera cómodo en ningún momento. Entregó el servicio en dos ocasiones el de San Cándido, las mismas veces que lo había hecho en todo el torneo, y lucía totalmente despistado ante el inesperado giro de guion que estaba tomando el partido. La superioridad del ruso era manifiesta y esa sensación de jugador inabordable e impotencia absoluta del italiano (3-6) en 36', se prolongó e incluso se acentuó durante la segunda manga.
Jannik parecía ser presa de los nervios y estaba bloqueado a nivel mental. Era incapaz de encontrar intercambios de derecha a derecha, algo que le interesaba muchísimo más que precipitarse en la búsqueda de paralelos y entrar en diálogos de revés a revés en los que Daniil era claramente superior y a partir de los cuales adquiría la iniciativa. Medvedev volaba por la pista, se sentía tremendamente cómodo y bordaba el tenis, adquiriendo una ventaja de 1-5 en el marcador. Ahí reaccionó con orgullo el italiano y empezó a sentirse mejor, sumando dos juegos consecutivos y llegando a disponer de bola de break para sumar un nuevo break. Sin embargo, el ruso certificó su ventaja y se situaba en una posición de privilegio para el desenlace (3-6) en 49'.
Durante el tercer parcial empezaron a aparecer tímidas señales de reacción en Sinner, pero su empecinamiento en jugar por el revés de Medvedev y la resistencia feroz de éste a perder pista, hacían que el marcador fuera equilibrado y la tensión máxima para el italiano. No tenía margen de error y por mucho que subió su nivel al servicio y golpeaba de manera mucho más limpia a la pelota, estaba cerca del abismo. Sufría Jannik con su derecha y estaba tan inseguro tras los numerosos errores que buscaba cambiar el ritmo con dejadas poco precisas. Daniil leyendo perfectamente la situación, incidía una y otra vez en defensas encima de la línea de fondo que se convertían en mortíferos tiros incisivos, capaces de desbordar y sacar de su zona de confort a su rival. Se escabulló el italiano de la presión en un noveno juego en el que tuvo que afrontar un inquietante deuce, y salió reforzado moralmente, viéndose en disposición de ganar el set al resto. Batalla memorable que se desató en un décimo juego que terminó cayendo a favor de Sinner en forma de break salvador, merced a su buena selección de tiros, dando más altura a los de derecha y conectando paralelos precisos de revés. Daniil perdía frescura de piernas y ceder ese ápice de iniciativa fue fatal para sus intereses (6-4) en 45'.
Había cambiado la dinámica del encuentro y desde el inicio del cuarto set se sucedieron largos intercambios de tú a tú, siendo el italiano quien marcaba más el ritmo, tanto para atacar como para defenderse de las acometidas de un Medvedev que se exprimía al máximo para seguir entrando en pista en busca de tiros ganadores. El corazón y la garra empezaron a tener más peso que la táctica a medida que avanzaba el partido, equilibrándose mucho la batalla y desatándose un duelo apasionante. Desde el 3-3 se desataron las hostilidades desde el resto por parte de ambos, siendo el italiano quien atacaba con más firmeza, logrando dar un golpe sobre la mesa con un nuevo break en el décimo juego, para llevar el partido a la batalla definitiva (6-4) en 56'. Todo parecía favorable al italiano en la quinta manga. Más fresco físicamente, con tiros más potentes mientras que el ruso muy fatigado era incapaz de asumir tanto riesgo como al inicio del encuentro. Aguantaba el envite Medvedev durante dos turnos de saque, pero terminaba cediendo en el sexto juego ante la insistencia y precisión de un Sinner pletórico, que consolidaba la ventaja para cerrar el partido como solo los grandes pueden hacerlo (6-3) en 38'.
El italiano estrenaba su casillero de títulos de Grand Slam, generando la sensación de estar ante un talento generacional capaz de hacer historia en el tenis. Jannik fue capaz de romper moldes con una remontada épica en un partido inolvidable que puede ser punto de inflexión en este deporte, conquistando uno de los Grand Slam que más dinero repartía de toda la historia, embolsándose la friolera de 2.130.975 $. Con solo 22 años transmite la sensación de que conseguirá muchos más triunfos.
Además el Open de Australia 2024 ha batido el récord histórico del torneo en lo que a asistencia de público se refiere, con la friolera de 1.020.763 espectadores que han acudido a Melbourne Park en algún momento durante las dos semanas de torneo.