El Giro de Italia en esta 108ª edición hacía historia al presentar la gran novedad de comenzar en Albania con las tres etapas iniciales y terminar en Roma.
En esta edición se disputaba desde el viernes 9 de mayo al domingo 1 de junio pues el recorrido además de las 21 etapas de rigor, ofrecía excepcionalmente tres lunes de descanso debido a su novedoso comienzo en territorio albanés.
Con las tres primeras etapas en Albania la cerrera continuaba en territorio italiano entrando por el sur y terminado en su habitual cita de Roma, previo paso por Eslovenia en una jornada, la 14ª etapa.
En total 3.443 km en esta edición, con 52.350 metros de desnivel, y con 38 km de grava y 42,3 de contrarreloj, en dos etapas (2ª y 10ª) para el disfrute de los velocistas. 6 etapas propicias para los 'sprinters', 8 de media montaña y 5 de alta montaña, entre las que destacan siempre el mítico Paso del Mortirolo, con una altitud de 1.852 metros, y la más dura de todas, la subida a Colle delle Finestre, puerto de montaña en los Alpes de Cottian, en la región italiana de Piamonte, con cima a 2178 metros.
Aprobada la ampliación de la parrilla de salida a 23 equipos (ahora además de los 18 UCI Word Teams, eran 5 los Pro Teams, con Israel como mejor del año anterior y cuatro más por invitación, los italianos Polti y Bardiani y los suizos Q36,5 y Tudor.
Con 194 corredores en la salida de 28 nacionalidades diferentes y mismo sistema de bonificación en las etapas en línea (con 10, 6 y 4 segundos respectivamente para los tres primeros), además en esta, se incluye por primera vez el Kilómetro Red Bull, con bonificaciones de 6-4-2 segundos al final del ‘Red Bull KM’ (un esprint intermedio convencional) para los tres primeros en pasar.
Entre los favoritos aspirantes a la Maglia Rosa, en esta edición mas abierta que nunca (sin la presencia de Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard o Remco Evenepoel) destaca Primoz Roglič, el esloveno de 35 años y jefe de filas del Red Bull Bora, buscará repetir el título de 2023. Ganador ademas de 4 Vueltas es el claro candidato al titulo apoyado en un gran equipo. El UAE Emirates está comandado en esta edición por Juan Ayuso en su primera participación en la Corsa Rosa. El madrileño de 24 años ya ha ganado cuatro carreras esta temporada y acude en plena forma.
Además habrá que contar con ilustres ganadores como el ecuatoriano R. Carapaz en 2018 repitiendo como comandante del (Education First) o el colombiano Egan Bernal (INEOS), en su caso en 2021.
Y el quinto en discordía sería el británico Simon Yates al comando del (Visma) en su reivindicación como aspirante a grandes vueltas.
Sin olvidar a Mikel Landa como jefe de filas del (Soudal Quick-Step), intentando reverdecer viejos laureles. También con posibilidades de victoria en una etapa, figuran, el británico Thomas Pidcock (Q36,5), en su debut en una grande, el ganador también de Maglia Rosa, 2013
el colombiano Nairo Quintana, (Movistar), el italiano Antonio Tiberi o el español Pello Bilbao (Bahrain), el italiano Giulio Ciccone (Lild Treck), y sin olvidarnos de los franceses Roman Bardet (Picnic) o David Gaudu (Groupama).
En esta edición eran trece los ciclistas españoles y más repartidos que nunca entre nueve equipos. El único español, Movistar se quedaba en esta edición con dos de ellos (Jon Barrenetxea y Albert Torres; dos estaban presentes también en Ineos (Jonathan Castroviejo y Oscar Rodríguez), en UEA (Juan Ayuso e Igor Arrieta) y en Cofidis (Jonathan Lastra y Sergio Samitier), mientras que con uno sólo figuraban Bahrain (Pello Bilbao), Soudal (Mikel Landa) y Lidl Treck (Carlos Verona), Q36,5 (Mikel Azparren) y Polti (Francisco Muñoz).
En cuanto a la carrera en sí, comenzaba con el novedoso periplo de tres etapas por territorio albanés con el
Primer fin de Semana y
La
primera etapa el viernes 9, empezaba de la mejor manera posible, con 160 km de recorrido quebrado, entre Durres y Tirana, con tres cotas puntuables, el Gracen (2ªC y 12,9 km al 5,2% ) y dos pasos, ya en el circuito final, por el Surrel (3ªC de 7 km al 4,4% y rampas del 12). Animada desde el banderazo de salida con la fuga de un quinteto con Van der Hoorn, Tarozzi, Verre, Tonelli y Moniquet.
Con el Alpecin de Groves y el Visma de Van Aert, dos de los principales favoritos para estrenar la maglia rosa, controlando que los fugados no tomaran mucha ventaja, el quinteto superaba por delante el Gracen pero con solo 1’ y en claro descenso, a la entrada al circuito de Tirana la fuga estaba sentenciada y mantenida "al baño maría" por un pelotón que buscaba el desenlace al sprint.
En la capital albanesa, por primera vez huésped del Giro, iba a comenzar la pelea real por la etapa y la primera maglia rosa. En el circuito, con 2 ascensos a Surrel, con la cima del segundo paso a 10 km de pura bajada hasta meta. Y sí en la primera ascensión el pelotón ya rodaba con el Lidl-Trek de Pedersen tensando la cuerda para eliminar velocistas, como Magnier, Bennett, Kooij y Fretin, en el segundo asalto, con Verona al frente de las operaciones, era Groves el eliminado y Ciccone el que pasaba primero por la cima con Roglic, Ayuso, Van Aert, Bernal, Carapaz y Bilbao al acecho. Hasta línea de meta, Lidl terminaba reduciendo a 45 unidades al grupo principal que volaban hasta meta, abriendo incluso diferencias y el riesgo se vivía en forma de caída de algunos corredores con Mikel Landa y Jay Vine, como principales agraviados, y que debían abandonar.

A recta de meta asomaba Bora en cabeza, pero era el Lidl, el que culminaba con éxito para el danés Madas Pedersen, primero, el belga Wout Van Aert, segundo y el venezolano Orluis Aular completando el podio. Pedersen, se enfundaba así por primera vez un maillot de líder.
La
2ª etapa era la primera CRI de la Corsa en un bucle por los alrededores de Tirana. De 13,7 km de recorrido, presentaba una dificultad montañosa a mitad de trayecto, Sauk, (4ª C con 1,5 km al 4,9%). Los ciclistas partían del último al mejor, de minuto en minuto con los 15 últimos haciéndolo cada tres y finalizando con el líder Pedersen. Entre los favoritos, el primer tiempo a tener el cuenta era el del cuarto ciclista en partir el británico E. Hayter con 16’21 que situaba los 16’ pelados como marca a batir. D. Hoole no lo conseguía con 16’23, pero sí E. Affini con 16’13, lo que alentaba a los siguientes en partir, pero un especialista como J. Vine, con 16’10 lo ponía en duda. Otro, J. Tarling, media hora después, con 16’07, lo mejoraba pero dejaba claro que iba a ser complicado de conseguir, aun a falta de 58 ciclistas por correr. Era Roglic, el primero de los que salían cada 3’, el que más se aproximaba con 16’08, pues el resto de los mejores no lo lograban. Por tanto con el británico Joshua Tarling ganando su primera etapa, Roglic 2º y Vine 3º, el mejor español era Ayuso, 10º a 17”, mientras Mikel Azparren terminaba 24º a 33”. En la general Pedersen séptimo a 12”, cedía el liderato al esloveno Roglic por 1”. Tercero figuraba el checo Vacek a 5”, 4º McNulty a 12” y 5º era Ayuso a 16”, completando el topten Del Toro, Poole, Tiberi, Storer y Pellizzari. El siguiente mejor español era Sergio Samitier a 2’23 y puesto 51.

La tercera, el domingo 11, y última etapa en territorio albanés, era un bucle con partida y llegada a Vlorés, quebrada y de 160 km con dos cotas puntubles, Q. Shakelles (4ªC con 5,3 km al 8,6%)
y Qafa e Llogarasë (2ªC con 10,7 km al 7,4%). Los movimientos comenzaban temprano con una escapada numerosa que llegaba a tener más de 3’ de ventaja, con Tarling, Hamilton, Germani y Donovan, a los que más tarde se sumaban Tonelli y De Bondt pero que en la primera ascensión perdía efectivos progresivamente, y que en la segunda, cedía ante el ataque desde el pelotón de Bilbao y Fortunato que conectaban con los restos de la escapada coronando en cabeza el italiano, seguido del propio Bilbao, mientras por detrás Lidl-Trek y UAE mantenían el control de un pelotón ya muy reducido, para dar caza a la fuga en el descenso. En el sprint de meta se imponía nuevamente el danés Pedersen con el kiwi C. Strong y el venezolano O. Aular completando el podio. Apenas cambios en la general, pero gracias a la bonificación, Pedersen recupera el amarillo con Ayuso y Bilbao, bien posicionados en la general.
Primera semana.
Tras el lunes de descanso en Lecce, para el transporte de material y traslado de personal a territorio italiano,
El martes 13, la 4ª etapa partía de Alberobello para finalizar en Lecce tras 189 km de recorrido llano y una única dificultad montañosa, Putignano (4ªC 1 km al 6,1%) que se coronaba muy pronto. Una fuga en solitario amenizaba la etapa desde su inicio. El español Francisco Muñoz, del Polti ya tenía 4’ en el km 20 y sin compañía se hacía 130 km para ser atrapado por el pelotón a 57 km de meta ante el empuje de los equipos con sprinters. Con el grupo al completo se animaba el ritmo, con los equipos de los velocistas tomando posiciones a medida que se acercaba el circuito ciudadano, que en algunos tramos presentaba embudos y estrechamientos peligrosos y que produjeron algunas caídas. Y mientras los favoritos se marcaban la rueda, saltaba de lejos el neerlandes del Picnic, Casper Van Uden con una potencia descomunal para coger la cabeza y que ya no soltaría hasta meta, aunque lo intentara Pedersen, siendo superado sobre la línea por sus compratiotas Kooij y Zijlaard, segundo y tercero, respectivamente. Sin cambios en la general.
La quinta etapa, de 151 km transitaba entre Ceglie Meccapica y Matera. Con un recorrido llano al comienzo y que se empinaba en los últimos 28 km con la ascensión a Montescaglioso (2ªC con 3 km, al 8,4 %), para terminar con la meta en pendiente. La fuga en este caso era de tres unidades D. Bais, L. Milesi y G. Epis que nunca llegaron a tener 3’ de diferencia y que eran absorbidos en las últimas rampas, a 13 km de meta después de ascender Montescaglioso y donde el Lidl con Verona controlaba en cabeza toda la subida y el UAE de Ayusoremataba la faena, reduciendo mucho al pelotón y soltando a velocistas como Bennett y Groves. A 3 km de meta y en la rampa más empinada de la ascensión final Vacek perdía a Pedersen de rueda, pero el danés era capaz de recuperarse a tiempo para llegar tras él a meta, e imponerse, por fotofinish, por tercera ocasión en lo que va de edición. Segundo era E. Zambanini y completaba el podio T. Pidcok. Sin apenas variación en la general, sigue mandando Pedersen, con Roglic segundo a 17” y Vacek en la tercera posición a 24”. Ayuso mantiene la sexta a 35”.

La 6ª etapa, el jueves entre Potenza y Napoles, de 227 km, la más larga de esta edición, incluía dos cotas puntuables. Sería en la aproximación a la primera, Monte Carruozzo (2ªC 20 km al 3,8%) cuando Lidl permitía la fuga del día; dos corredores, el francés E. Paleni y el neerlandés T. Van der Hoorn, a los que se unía posteriormente L. Fortunato, como rey de la montaña para puntuar en la cima y después abandonar la escapada. El pelotón cruzaba la pancarta a 4’. El Visma asumía el mando en la persecución en un día encapotado y poco a poco reducía las diferencias. La aventura salvaba el último ascenso, Monteforte Irpino (3ªC, 14,6 km al 2,2%), y tras el descenso, la llegada al llano que llevaba hasta meta esperaba con la desagradable sorpresa de una montonera masiva producida por la lluvia y que a 70 km de meta, provocaba su neutralización. Afectando a una docena de corredores, se llevaba la peor parte el australiano Hindley, que tuvo que abandonar y con golpes y rasguños el líder Pedersen o el colombiano DF. Martínez. Se reanudaba la carrera determinando dirección de carrera que se recortaran 10 km (mientras se producían las decisiones) para retomar la competición a partir de la localidad de Nola, (a 60 de meta) manteniendo la ventaja de los dos escapados y sin contabilizar tiempos en meta ni puntos de por medio, pero sí con ganador de etapa. Pedersen, ante esa decisión, se desentendía, mientras Kooij ponía a trabajar a todo el Visma para buscar la victoria. El pelotón alcanzaba a los escapados a 2,5 km del 'arrivo', donde, en un final de locura, atacaba prematuramente Van Aert, en recta de meta, Moschetti cerraba a Kooij contra las vallas, mientras por el centro se proyectaba el australiano Groves, con el camino expedito para alzarse con su segunda victoria en la Corsa y con el belga Fretin y el galo Magnier completando el podio y sin variación en la general.
En
la 7ª etapa, la montañosa entre Castel di Sangro y Tagliacozzo, de 168 km de recorrido, era la primera jornada con final en alto. Además contaba con 3 puertos previos empezando con el ascenso a Rocaraso (3ªC con 7,8 km al 5,8%), luego Monte Urano (2ªC con 4,6 km al 9,2%) y Vado della Forcella (2ªC y 21,5 km al 3,6%) antes de la subida final a Tagliacozzo (1ªC 11,9 km al 5,6%, con los 2,6 últimos al 9,2). En Rocarasso, con mucho frío y nada más comenzar se destacaban 7 valientes, Double, Leemreize, Prodhomme, Garofoli, Tonelli, Vine y Scaroni con el Red Bull de Roglic asumiendo el control del pelotón que permitía que la fuga abriera una brecha en torno a los 2’. El ascenso al Vado della Forcella, un segunda interminable sin dureza, sembraba dudas sobre las intenciones de los favoritos. La diferencia en la cima marcaba 4’ y el Red Bull no parecía mayormente obsesionado por el triunfo de etapa, esperando por el ascenso final. Pero el Lidl tenía otro planteamiento y decidía tensar el ritmo para ir reduciendo la ventaja de los fugados, que apenas disponía de 1’30 a 30 km de meta con el Tagliacozzo por ascender. El pelotón se animaba con el Bahrain buscando la etapa para el español Bilbao. Una aceleración que arruinaba las últimas ilusiones de los valientes fugados. Castroviejo tomaba al relevo, pasando luego Verona al frente antes de que a 2,3 km de meta el UAE desplegara sus tropas. Majka seleccionó, contestaba Bernal y dentro del último km se producía el potente ataque de Ayuso, que sin respuesta por detrás, firmaba su primera en una grande, aventajando en 4” a un grupo perseguidor, con el mexicano I. del Toro, y el colombiano E. Bernal en el podio, además de Roglic, Ciccone, Tiberi, Caruso y Carapaz.

En la general Roglic sucede a Pedersen al comando de la clasificación aventajando en 4”a Ayuso, en 9” a Del Toro, en 39” a Carapaz, 10º y en 46” a Bernal, 14º.
El sábado 6 era turno para la etapa octava, que discurría entre Giulianova y Castelraimondo, en un recorrido de media montaña con 197 km y 4 dificultades, empezando con el ascenso a Croce di Casale (3ªC y 8,6 km al 4,5%), la principal, el Sassotetto (1ªC y 13,1 km al 7,3%), el Montelago (3ªC y 5,5 km al 6,9%) antes de meta para finalizar con el repecho de Gagliole (4ªC 0,8 km al 8,1%). Toda la etapa estuvo marcada por constantes intentos de fuga, que se abortaban para dar paso a otros nuevos. Los cuatro puertos promovieron una carrera inestable, con grupos infinitos en la delantera, donde perseguidores y escapados intercambiaban constantemente puestos generando un caos en la carrera y que el australiano Plapp era el mejor en gestionar. En la última ascensión y tras llegar desde atrás, contactaba con los tres que iban por delante en ese momento, Kelderman, Arrieta y Ulissi, para aumentar su renta en el descenso, ante la falta de cooperación del trío perseguidor hasta tener más de 1' al llegar al repecho de Gagliole, suficiente para completar con éxito 45 km de fuga en solitario e imponerse en meta con 38” de adelanto sobre el neerlandés W. Kelderman y el italiano D. Ulissi que completaban el podio, mientras que el español I. Arrieta finalizaba cuarto. Exhibición total de Luke Plapp para conseguir su primera victoria en una grande. Con un rosario de corredores entrando por detrás, también Ayuso, con un ataque a pocos metros, rascaba otro segundo al esloveno Roglic permaneciendo ambos resguardados en el pelotón durante toda la etapa, a 5’ de la cabeza de carrera. Ahora Ayuso figura cuarto a 20” segundos del nuevo líder, Diego Ulissi (primer italiano en vestir la Maglia Rosa tras cuatro años de espera), mientras Lorenzo Fortunato, figura segundo a 12” y Roglic 3º a 17”.
La novena etapa, por tierra toscana, cerraba el primer tercio de carrera, con 181 km quebrados, entre Gubbio y Siena, incluyendo en el trazado cinco sectores de sterrato con la exigente subida a San Martino in Grania (4ªC) y el posterior y corto Colle Pinzuto (con rampas del 15%), emulando una mini Strade Bianche tras haber ascendido al comienzo de etapa La Cima (3ªC). Hasta seis corredores integraban inicialmente la fuga del día, entre ellos K. Groves, Q. Hermans o T. Van der Hoorn, siendo todos neutralizados a 60 km de meta. Con la llegada del sterrato la etapa se convertía en una trampa constante con múltiples caídas, pinchazos y cortes que obligaron a los favoritos a mantenerse en tensión durante todo el día, produciéndose el momento decisivo a 50 km del final, cuando una de las caídas afectaba a Roglic, Pidcock y Storer, provocando cortes en el pelotón. Aprovechando la coyuntura se formaba en cabeza un interesante grupo con corredores como Bernal, Van Aert, Arensman o Del Toro. Y entre la ofensiva del mexicano (que no esperaba por Ayuso) y los consistentes relevos del belga, destrozaban definitivamente la carrera en los tramos de Monteaperti y Colle Pinzuto para irse solos por delante. Con Ayuso descolgado y sin poder contactar con el grupo cabecero, en la última y empinada rampa sienesa hacia meta en la Piazza del Campo, Van Aert lanzaba su ofensiva, ganando por delante de Del Toro, que le disputaba el sprint final hasta el último metro, y que marcando el mismo tiempo accedía al liderato, postulándose así como nuevo candidato y segunda alternativa del UEA. En tercera posición finalizaba J. Ciccone encabezando el grupo perseguidor con Ayuso 7º y ahora segundo en la general, a 1’13 de su compañero. Más atrás, Roglic 19º, sin lograr conectar con el grupo de Ayuso, a 2’22 del ganador, cedía la Maglia tras dos jornadas de rosa, cayendo hasta la décima posición de la general, a 2’25 de Del Toro. Entre medias de los dos y completando el top ten 3º Tiberi, 4º Carapaz, 5º Ciccone, 6º S. Yates, 7º McNulty y 9º A. Yates.

Segunda semana.
La etapa 10ª, el martes día 20 y tras el lunes de descanso en Pisa, era la segunda CRI de esta edición. 28,6 km de recorrido llano entre Lucca y Pisa. Día muy nublado y lluvioso en su desenlace final, perjudicaba a los mejores de la clasificación, que salían últimos, interfiriendo claramente en la victoria. Era por tanto el alemán A. Klieger el primer ciclista en tomar la salida y siendo el neerlandés Daan Hoole, 42’ después, el primer hombre en dar una mordida importante a los tiempos anteriores con un crono de 32’30 y que sería definitivo, pues con el complicado estado de la calzada, no le superaban especialistas como los británicos Ethan Hayter, con 32,40, ni Joshua Tarlig, vencedor de la crono de Tirana, con 32’37. A medida que avanzaba la tarde y con las condiciones de la calzada empeorando unos arriesgaban más que otros y finalmente Del Toro entrando a 2’22 del vencedor, aguantaba la maglia por 25” sobre un mejor Ayuso, siendo el más beneficiado de los favoritos Roglic, que recortaba 19” al español y recuperaba 5 posiciones, para colocarse 5º en la general por detrás de Tiberi y S. Yates y por encima de McNulty, A. Yates, Ciccone, Carapaz y Arensman, los diez primeros.
La siguiente etapa, la undécima, unía Viareggio con Castelnovo ne’ Monti a través de 186 km montañosos con tres cotas puntuables Alpe San Pellegrino (1ªC y 13,7 km al 8,8% y Máx. 19%), Toano (2ªC y 11,1 km al 4,9%) y Pietra di Bismantova (2ªC y 5,8 km al 5,8%), todas en la segunda mitad de etapa. La dureza prevista no evitaba múltiples intentos de fuga, incluido el protagonizado por Pedersen y Van Aert en comandita, que no funcionaba, pues el pelotón rodaba inquieto y no lo permitía. Luego (km. 67), saltaban Kelderman y Poels para iniciar la fuga definitiva a los que se unían 32 unidades más, entre ellos Bilbao, Quintana, Castroviejo y Fortunato, este ultimo como mejor clasificado, a más de 6’ del líder, para afrontar el ascenso a San Pellegrino. Fortunato, arrancaba a 10 km de la cima, coronando en solitario con 58” sobre Quintana, Bilbao, Poels y Plapp y 1’14 sobre Del Toro, Ayuso y el resto de favoritos. El boloñés y sus 4 perseguidores se unieron en el descenso formando un quinteto coordinado para llegar a meta. UAE asumía la persecución a bloque, manteniendo la escapada a 2’15 a pie del Toano en un continuo sube y baja. Parecía consolidada la fuga, pero entre la presión del UAE y el trabajo de Pedersen por las bonificaciones, la ventaja del quinteto se esfumaba a los pies de Pietra di Bismantova Aún intentaba un último ataque Bilbao, pero un desatado Carapaz, por dtrás, arruinaba su oportunidad saltando a 2,5 de la cima. El ecuatoriano rápidamente abría 10”.
Mientras los demás se miraban, sin responder. Cual si fuera una contrarreloj en solitario, con el terreno subiendo y bajando, el ecuatoriano se imponía en meta firmando así su cuarta victoria en el Giro, su 24ª en total, contando las 3 de la Vuelta y otra más en el Tour. Segundo y 10” por detrás entraba la Maglia Rosa Del Toro
comandando el grupo de favoritos, con el italiano Ciccone tercero, También entraban, después de pasar ciertos apuros, Ayuso, Roglic, Bernal y el resto. La general confirmaba que Del Toro anda fuerte y que sólo la montaña de la tercera semana le podrá derrotar. Con los 6” de bonificación ahora aventajaba en 31” a Ayuso, mientras Tiberi figuraba tercero a 1’07, con S. Yates, P. Roglic, R. Carapaz a continuación, y Bernal undécimo a 2’39.
La 12ª etapa, entre Modena y Viadana y 172 km, era una jornada de transición casi llana (tan solo dos pequeñas cotas a mitad de recorrido), que la hacía propensa a los velocistas. Empezaba a un ritmo muy elevado y con tres italianos buscando la fuga Epis , Pietrobon y Tarozzi. Con la lluvia como testigo, el trío en fuga superaba con éxito las dificultades montañosas del día, para presentarse en la llanura del Padano y 72 km por delante de grandes rectas. A falta de 37 km para meta, la escapada era engullida por un pelotón que ya iba pensando en el sprint. Con un pinchazo de Ayuso, que podía reintegrase al grupo tras un gran calentón, como única novedad, la lucha sin cuartel hasta meta derivaba en la pugna entre Visma y Lidl por la posición. Van Aert y Affini lanzaban de lejos el sprint, con Kooij a rueda. Y aunque tomaba ventaja Van Uden a mitad de la recta, arrancaba con mucha fuerza por el centro Kooij, para ganar por escaso margen por delante de su compatriota C. Van Uden y del británico B. Turner. El triunfo de Olaf Kooij (su segundo en el Giro), no provocaba cambios en la general.
La decimotercera, el viernes 23, unía las localidades de Rovigo y Vicenza. Con 180 km de recorrido y cinco cotas puntuables, Passo Roverello (4ªC y 3,4 km al 6,8 %), San Giovani in Monte (4ªC y 5 km al 6,6%) y dos ascensos a Vicenza (4ªC con 800m al 7,6%) que a su segundo paso era meta, y entre ambos la subida a Arcugnano (4ªC y 1,8 km al 6,6%). En una etapa para velocistas o rematadores capaces de imponer su "punch" final en el duro repecho de meta pronto un grupo de 9 hombres se abría paso entre el viento, Mozzato, Miholjevic, De Bondt, Bystrom, Germani, Milesi, Hamilton, Bais y Magli, mientras por detrás el Visma de Van Aert, el Lidl de Pedersen y el Q.36.5 de Pidcock dejaban claro que iban a controlar la aventura para jugar sus bazas. Así el grupo coronaba Roverello con 1’30 de ventaja para en la antesala de San Giovanni in Monte irse disolviendo por el ritmo impuesto detrás por el pelotón. Solo resistían Scaroni y Germani y asi la carrera llegaba a Vicenza con el dúo de avanzadilla y siendo atrapados en el esprint especial. En los últimos 2 km tensaba Alpecin para Groves, pero era Pedersen el que atacaba de muy lejos, pegándose a su rueda Van Aert y Del Toro, para abrir los tres un pequeño, pero definitivo hueco, pues aguantaba bien el danés la acometida de Van Aert en la rampa para firmar su cuarta gran victoria. Con Van Aert segundo, Del Toro tercero a 2”, sumaba otros 4 de bonificación. En la general el mexicano aumenta su diferencia y Ayuso figura ahora a 38”, entrando en el top10 el colombiano Bernal, noveno a 2’50.
La etapa 14ª, el sábado 24 llevaba al pelotón de Treviso a Nova Gorica, en Eslovenia, a través de 195 km de recorrido por la llanura veneciana antes de la parte final con tres cotas puntuables; la primera Goniaze/San Martino (3ªC 3,5 km al 5,1%) antes de entrar a un circuito que une las dos ciudades eslovenas de Nova Gorica y Gorizia con la subida de Saver (4ªC y 700m al 7,7%) como aliciente antes de meta. Una jornada marcada por la lluvia que comenzaba tranquila antes de formarse una fuga con el danés Asgreen como principal valedor. Junto a él Cl. Davy, L. Meintjes, M. Maestri y M. Marcellusi lograban poner tierra de por medio hasta con 2’ de ventaja.
Iba cayendo la diferencia poco a poco, pero no sería hasta la aparición de la lluvia cuando la etapa tomaba un giro inesperado y una caída a 23 km de meta, en la parte de delante del pelotón lo cambiaba todo. Con varios corredores del Lidl-Trek afectados, Del Toro también se veía implicado y aunque debía poner pie a tierra, no llegaba a caer y enseguida recortaba diferencias para contactar con los de delante. Por detrás ni Roglic ni Ayuso eran capaces de lograrlo, entre la sorpresa y el caos general y donde el principal beneficiado era el danés Kasper Asgreen, para llevarse la etapa con Groves y Kooij, completando el podio, con 16” sobre un grupo delantero, con Del Toro, Carapaz, S. Yates, pero sin Roglic ni Ayuso que perdían otros 48” con respecto al líder, un 'Maglia Rosa' por primera vez mexicano, cada vez más asentado, y que reforzaba así su liderato a la espera de la última semana. Con 48” más de ventaja en la etapa, ahora en la general segundo es S. Yates a 1’20, Ayuso baja a la 3ª plaza a 1’26; 4º es Carapaz a 2’07 y Roglic 5º a 2’23.
El domingo 25 cerraba la segunda semana la Corsa Rosa con
la decimoquinta etapa y la retirada de Ciccone victima de la caída. 219 km montañosos entre Fiume Veneto y Asiago, con 3.865 metros de desnivel acumulado, el recorrido incluía tres ascensiones, destacando el temido Monte Grappa (1ªC y 25,1 km al 5,7% y Max 11%) y el exigente Dori (2ªC y 16,6 km al 5,3%). Previamente el Muro di Ca dil Poglio (4ªC 1 km al 12,2%) para abrir boca a 45 km de la salida. Numerosa escapada del día desde los primeros compases de la etapa, que afrontaba la primera ascensión con 45” de adelanto con el grupo de la Maglia Rosa. Al comando, ciclistas de casi todos los equipos con DF. Martínez, G. Pellizzari, P. Bilbao, N. Prodhomme, J. Cepeda, G. Steinhauser, D. Gaudu, J. Tarling, Louis Meintjes, M. Frigo, M. Vacek, L. Milesi, E. Rubio, M. Cattaneo, G. Garofoli, M. Brenner, F. Stork , I. Arrieta, L. Fortunato, Ch. Scaroni D. de Pretto, L. Plapp o F. Zana. La fuga, se mantenía con 3’10 de ventaja en los primeros repechos del Grappa, pero a 2 km de la cima arrancaba por detrás E. Bernal, al que sólo respondían Del Toro, y Carapaz en un primer momento, y Arensman pocos metros después, mientras Ayuso y Roglic se mantenían en el grupo principal del que tiraba el UAE. De tal manera que coronaba primero Fortunato con unos metros sobre el resto de supervivientes de la escapada, con 1’03 con el grupo de Del Toro, y con Yates y Ayuso, a 1’20 aunque en el descenso lograban enlazabar. A 70 km de meta, quedaba un único fugado, M. Frigo, con el pelotón de favoritos rodando a 40″. Poco después saltaban siete integrantes de la escapada inicial: Bilbao, Prodhomme, Garofoli, Fiorelli, Scaroni, Lemmen y Stork. A 15″ de Frigo y con el pelotón de la Maglia Rosa, a 35″, poco después se les unían Verona, Zana y Bardet que junto a Frigo, sumaban once escapados y que aumentaban su renta a 1’55 sobre un pelotón donde volvía a controlar con todo su bloque el UAE.

Enseguida atacaba en la fuga Carlos Verona sin mirar atrás, mientras sus compañeros se vigilaban entre sí decidiendo si ir o no, en su busca. Por detrás E. Bernal aceleraba en la pancarta del kilómetro Red Bull encontrando inmediata respuesta en Del Toro y en Arensman, mientras Roglic no podía mantener su ritmo. Por delante Verona, cada vez más convencido de poder llegar a meta, protagonizaba una auténtica exhibición en los Alpes vénetos y tras 45 km de fuga en solitario conseguía la victoria, su primera en una grande con 22” sobre F. Stork, Ch. Scaroni, R. Bardet y N. Prodhomme. El mexicano Del Toro cruzaba meta junto a sus principales rivales a 29” del ganador. Roglic, que ya había perdido tiempo en la etapa anterior por la caída, lo hacía a 1’59 segundos del ganador, alejándose ahora a casi 4’ de la maglia rosa y descendiendo al décimo puesto en la general mientras el podio se mantiene igual con Del Toro, Yates y Ayuso, a la espera de la última y montañosa semana.
Tercera semana de carrera.
Tras la jornada de descanso en Piazzola sul Brenta el martes 27 los corredores acometían la trascendental última semana
con
la 16ª etapa, la etapa reina. Una dura jornada montañosa entre Piazzola sul Brenta y San Valentino, de 203,5 km, con cuatro cotas puntuables, Carbonare (2ªC 12,9km al 4,5% y Max. de 10%), Candriai (1ª 10,1km al 7,6 y Max. 13%), Santa Barbara (1ªC 12,7km al 8,3%) y el final en alto del Passo di San Valentino (1ªC 18,2km al 6,1% y max de 14%), era clave para la clasificación general. Día frío y lluvioso en su inicio, con escapada inicial de 6 que fue engordando a medida que el pelotón ascendía el Carbonare y que coronaba en cabeza Fortunato, fortaleciendo aún más el maillot de la montaña. Previamente caía por la lluvia y se retiraba Tarling, trasladado al hospital. También se retiraba Roglic sin terminar de recuperarse. El pelotón autorizaba la aventura de los 24 escapados, con Van Aert, Bilbao, Barrenetxea o Azparren entre ellos, y con Fortunato volviendo a cosechar los puntos en el alto de Candriai. Restaban dos puertos temibles, y el pelotón, ya bajo el sol, permitía a los expedicionarios sumar 9’ camino del Santa Barbara, y donde en las primeras Ayuso flaqueaba, no rodando con sus compañeros del UAE, al acusar el ritmo impuesto por el Ineos de Bernal y el EF de Carapaz. Empezaban a despejarse dudas sobre el estado del español y a 6 km de la cima Ayuso ya cedía 1’30 respecto al grupo de favoritos. Santa Barbara también castigaba a Bernal, pero el colombiano se reenganchaba a golpe de sufrimiento. Por la cima volvió a recoger su botín Fortunato y el grupo del líder coronaba a 4’40 de la fuga, con San Valentino todavía por delante. En su ascensión quedaron al frente Fortunato, Scaroni y Cepeda. Con los dos Astanas soltando al ciclista de Movistar, por detrás Del Toro subía en carroza de oro escoltado por Majka y A. Yates. Solo S. Yates se animaba a probar la consistencia de la maglia rosa, sin éxito. Pero la iniciativa del británico tuvo continuidad en Carapaz, que enseguida abría medio minuto sobre S. Yates y Del Toro, ambos marcándose mientras se marchaba el rival común, con 6 km por delante. Con la inoperancia por detrás, Carapaz aumentaba poco a poco la diferencia con sus rivales de la general.

La fiesta por la etapa la disfrutaron los Astana, Christian Scaroni y Lorenzo Fortunato, que entraban en meta de la mano tras una escapada eterna, con 55” de ventaja sobre Giulio Pellizzari y con 1’10 sobre el protagonista del día, Richard Carapaz. Su zarpazo servía para postularse al título, abrir mil opciones a falta de tres etapas montañosas de gran nivel y poner en evidencia a Del Toro, que sembraba muchas dudas. Carapaz endosaba 42” a S. Yates, 1’21 a Bernal y 1’36 a Del Toro, mientras Ayuso, hundido, cruzaba a más de 14’ y se descartaba del triunfo.
En la general, Del Toro sufriendo, mantenía la maglia rosa, afrontando un resto de semana muy exigente con 26” sobre S. Yates, 31” respecto a Carapaz, 1’31 con Gee, 2’40 con Caruso y 3’23 con Bernal sexto. Ayuso descencía a la 17ª plaza a 13’27.
La decimoséptima, se disputaba el miércoles entre San Michele all’Adige y Bormio, con 155 km montañosos, tres puertos puntuables y más de 3.800 metros de desnivel acumulado. Para empezar, el Passo del Tonale (2ªC y 15,2 km al 6,1%), para seguir con el mítico Mortirolo (1ªC con 12,7 km al 7,6%) y terminar con Le Motte (3ªC y 3,1 km al 8%), a 10 km de meta. La fuga tardaba en formarse, con 25 hombres al comienzo y siendo 38 al final los que se marchaban ascendiendo el Tonale. En la aventura se metía nuevamente P. Bilbao; Visma incrustaba a 3 hombres y UAE a Vine, y a McNulty, el mejor colocado en la general, a 7’43 del líder. Coronaba primero Fortunato, reforzando su 'maglia Azzurra' y el pelotón lo hacía a más de 3’, dando impresión los favoritos de querer resolver la etapa antes de la última subida. Mientras, por detrás, con la carretera cuesta arriba y los múltiples ataques, Ayuso sufría a cada pedalada, perdía tiempo a las primeras de cambio, y se hundía en un grupo retrasado.
El subida al Mortirolo empezaba a seleccionar la fuga, coronando primero el portugués Afonso Eulalio, con Fortunato y Bardet, por detrás, mientras en el grupo del líder la 'locomotora del Carchi' arrancaba a 2 km de cima soltando a sus rivales, que no se cebaban esperando a la bajada. Y así S. Yates, Del Toro y Bernal lograban atrapar a Carapaz en el descenso, pero nada más finalizar, Carapaz, volvía a atacar enlazando con su compañero Stainhauser en el falso llano que conducía hacía la última dificultad del día. Pero cedía en su empeño al ver que no conseguía distanciarse esperando otra oportunidad en la subida a Le Motte y donde la fuga, con 8 hombres entonces, apenas contaba con 30” sobre el grupo de la maglia rosa al comienzo del puerto y donde el UAE marcaba un ritmo amenazante con Majka, Arrieta y Yates. Si por delante saltaba Bardet a por la etapa y coronaba primero, por detrás atacaba con consistencia Del Toro. Y soldado a su rueda Carapaz, para sumando fuerzas eliminar a sus rivales comunes, S. Yates y Bernal. Atrapaban al francés Bardet a 5,5 de meta, y el trío entrando al relevo, parecía asumir jugarse la gloria en la recta de meta de Bormio.
Pero Del Toro tenía otros planes y atacaba a 1,6 de meta, abriendo un pequeño hueco, pero suficiente para llegar hasta meta en solitario ganando su primera etapa en el Giro. Con 4” sobre Bardet y Carapaz, segundo y tercero, respectivamente y 15” sobre S. Yates que encabezaba a los perseguidores, ahora lidera la general con 41” sobre R. Carapaz, mientras tercero sigue S. Yates pero a 51”. 4º es D. Gee a 1’57. 5º figura D. Caruso a 3’06 y 6º es E. Bernal a 4’43, con 7º G. Pellizari, 8º E. Rubio, 9º A. Yates y 10º M. Storer, en el top ten. Golpe moral de Del Toro a sus rivales, para recuperar esa confianza que pudo haber quedado algo quebrada en la etapa de San Valentino.
La 18ª etapa del jueves discurría entre Morbegno y Cesano Maderno, con un recorrido de 144 km. Último respiro para el pelotón antes de llegar a Roma, en una jornada llana con 3 cotas intrascendentes, Parlasco (2ªC y 7,6 km al 6,2% y Máx. 11%), Colle Balisio (3ªC y 4,6 km al 3,3%) y Ravellino (3ªC y 9 km al 4,4%). En un día de esprinters, antes del terrible fin de semana de montaña, pronto llegaba la noticia de la retirada de Ayuso (al no poder continuar en carrera debido a los persistentes problemas en la rodilla izquierda, consecuencia de una caída sufrida días atrás, y un estado físico mermado que se agravaba por una inesperada picadura de avispa en un ojo), cuando ya se había conjuntado una numerosa fuga de 35 hombres con el beneplácito del pelotón y con los mejores velocistas, todos con ayudantes de lujo. Estaban Pedersen, escoltado por Hoole y Vacek, Groves junto a Denz, Planckaert y Van den Bossche, y Van Aert con Van Baarle. De tal manera que a 60 km de meta, y superadas las tres cotas del día, la expedición contaba con más de 8’ de renta. Y al llegar al circuito final, al que había que dar dos vueltas, los múltiples ataques en la avanzadilla, culminaban con 9 hombres por delante abriendo carrera con 26” de adelanto sobre el resto. En el nuevo escenario, no estaban Pedersen, Groves ni Van Aert, pero si figuraba al menos un representante del Lidl, Alpecin y Visma. Aunque ninguno de ellos estuvo atento cuando el alemán Nico Denz se animaba a romper la disciplina de grupo a 17 km de meta. Denz desafiando a sus 8 perseguidores en un par de km les metía 20” y sin terminar de organizarse por detrás, incluso aumentaba su renta hasta los 28”, personándose en solitario en la meta de Cesano Maderno. Séptima victoria profesional para Denz, tercera en el Giro y primera para el Red Bull-Bora en esta edición. Los perseguidores, resignados, atravesaban la meta a 1’01 con Mirco Maestri al frente y Edward Planckaert completando el podio. Mientras el pelotón principal, con los favoritos, sin prisa alguna, cerraba la jornada laboral 13’ más tarde, sin cambios en la general.

La decimonovena etapa del viernes 30, era la penúltima jornada montañosa. Entre Biella y Champoluc, con 166 km de recorrido, 5 cimas y casi 5.000 metros de desnivel acumulado, comenzando por el Croce Serra (3ªC con 11,3 km al 4,6%), seguido del Col de Tzecore (1ªC con 15,8 km al 7,7%), Col de Saint Pantaleon (1ªC con 16,2 km al 7,2%), Col de Joux (1ªC con 15,3 km al 6,9%) y el Antagnod (2ªC con 9,5 km al 4,7%) a 5 de meta. Nada más salir de Biella, la carretera se empinaba para afrontar como aperitivo la Croce Serra que conseguía romper el pelotón en dos antes de enfilar la subida al Col de Tzecore, el más difícil del día. En la fuga muchos habituales: Pedersen, Van Aert, Bilbao, Verona, Bardet, Arrieta, Scaroni.... nada preocupante para los favoritos y que en la cima disponían de 3’ de ventaja. Por las fuertes pendientes del Col de Saint Pantaleon la fuga iba adelgazando. Verona, Arrieta, Tiberi y Prodhomme pasaban en cabeza, pero el ritmo impuesto por el Visma de S. Yates permitía al grupo principal rebajar a 2’15 la diferencia, complicando el éxito de los fugados. El grupo de la maglia quedaba reducido a 25 unidades que se presentaba a los pies del Col de Joux a 3’15 de los cuatro escapados. Con todo por resolver a 35 km de meta y a 5 de la cima, el UAE se ponía al comnado y la marcheta impuesta por los hombres de Del Toro anulaba a Verona, a Pellizzari, y lo intentaba con Prodhomme, quien soñando con la gloria en Champoluc, coronaba en solitario con 51” de renta, sobre el grupo de Del Toro, sobrado, sin apenas gasto y escoltado siempre por McNulty y Majka. Nadie se movía. Tan solo Carapaz, lo intentaba una vez, sin éxito. Mientras Prodhomme volaba descendiendo hacia la ultima dificultad, el Antagnod y al que llegaba con 1’25 de adelanto. Sin ataques por detrás, su renta apenas descendía a pesar de un nuevo movimiento de Carapaz a 2 km de la cima. Un intento que encontraba respuesta en Del Toro, pero no en Yates, quien optaba por no cebarse y regular su marcha. El mano a mano entre el ecuatoriano y el mexicano ya era un hecho a 6 km de meta. Con el francés Nicolas Prodhomme estrenando su palmarés en las 'grandes' con un triunfo en solitario, por detrás, y a 58” el intenso duelo entre el dúo perseguidor se resolvía en un sprint final para Del Toro sobre Carapaz, con un premio de 6 y 4 segundos de bonificación, respectivamente. El mano a mano suponía un 'palo' de medio minuto al rival común, S. Yates, que solo pudo entrar 7º.
En la general, Del Toro, jugando a la defensiva, dejó clara su capacidad para defender la 'maglia' rosa. Bien protegido por su equipo, comandaba la tabla con 43” de ventaja sobre Carapaz, y ahora 1’21 sobre S. Yates con el resto más lejos.
La
penúltima etapa, la 20ª, entre Verrès y Sestrière, de 205 km de recorrido, se convertía en la jornada decisiva para definir la 'maglia' rosa y puestos del podio y la última oportunidad para los escaladores. Montañosa, con 4 puertos, el Corio (4ªC 6,5 km al 3,7) y Colle del Lys (2ªC 13,7 km al 4,2%) daban paso a la Cima Coppi, el gigante Colle delle Finestre (C.E, 18,4 km al 9,2%), terminando con el ascenso a Sestriere (3ªC 16,3 km al 3,8%), con 4.500 metros de desnivel. A la etapa se lanzaba el pelotón con energía, y una escapada inicial de seis a la que se sumaban elementos hasta conformar la numerosa de 31 corredores con los habituales de estos menesteres, con Verona y Bilbao entre los españoles y con Van Aert por parte de los equipos implicados en la maglia rosa. A gran ritmo, la expedición franqueaba las dos primeras dificultades, con una diferencia en torno a los 8’ minutos sobre el grupo, dirigido por el EF de Carapaz, con 87 km para meta y el Finestre por ascender. En el tránsito, la diferencia se ampliaba a los 10’. Con tramos al 14%, y los últimos 8 km de grava, los mejores habían reservado sus fuerzas para la Cima Coppi, el techo de la "corsa", a 2.178 metros de altitud. De inicio atacaba Carapaz, respondía Del Toro y enseguida se unía un S. Yates, ambicioso, con mucho que ganar y poco por perder. El líder del Visma con su consistente pedaleo y los demarrajes justos, atacaba de lejos, a 15 de la cima, y ante la mutua vigilancia entre los dos mejores. Pedalada a pedalada, descolgaba a sus rivales, que no se decidían a atacar, esperando el movimiento del otro, y a los que había alcanzado por detrás D. Gee, los tres sin gente por delante en la escapada. El británico subiendo con poderío, empezaba a poner el Giro patas arriba. Por delante las duras rampas seleccionaban la escapada con R. Rochas y Ch. Harper tomando la iniciativa y con el australiano coronando primero y A. Verre pasando 1’ por detrás. Yates coronaba el puerto a 4’43 del ciclista "aussie", aventajando en la cima en 1’43 al dúo Carapaz-Del Toro, mientras que el canadiense Gee, lo hacía a casi 3’.

La jornada olía a nueva hazaña, y aunque restaba la subida a Sestriere, por delante Van Aert ya esperaba a Yates, para lanzarle hasta Sestriere y la maglia rosa. Ascendía la diferencia a 2’07 sobre Del Toro, que se jugaba el cuello en cada curva, pero que finalizado el descenso sin haber recortado, llegaba el conformismo ante la evidencia.

Con Yates convencido volando hacia el estrellato, Del Toro y Carapaz se miraban, resignados a su suerte. Después de la aportación de Van Aert hasta las primeras rampas de Sestriere, Yates ya tenía más de 5’ sobre el grupo de la maglia rosa y se recompensaba de su frustración ante Froome en 2018, en la situación similar pero a la inversa aquí, cuando su compatriota le birlaba la Maglia, perdiendo 3’ de ventaja. Paradojas del destino, el virtual ganador del Giro de Italia alcanzaba la 'maglia rosa’ en el último día de competición real y víspera del final de Roma y sin ganar una etapa, pues esta se la llevaba el australiano Chris Harper, en solitario, con 1’49 sobre el italiano Alessandro Verre y 1’57 respecto al héroe del día y del Giro, Simon Yates, que metía a sus directos rivales más de 5’, sentenciando la general. 7º finalizaba C. Verona a 4’31.
El británico ee enfundaba la maglia rosa por delante de un incrédulo Del Toro, a 3’56 y de un cabreado Carapaz, a 4’43 que le acompañarían en el podio con D. Gee 4º y D. Caruso 5º.
La 21ª y última etapa, era la tradicional jornada de trámite por los alrededores de Roma en homenaje al campeón. Partiendo del Vaticano y en presencia del Santo Padre dando su bendición, la corta y llana jornada de 143 km llegaba hasta la cercana Ostia para haciendo el recorrido inverso, regresar finalizando en la Via di San Gregorio de la capital transalpina. Sin incidencias que reseñar, los 159 corredores presentes, tras tres horas y cuarto de pedaleo se presentaban en Roma para disputar el último triunfo de etapa al sprint donde la gente del Visma preparaban el segundo éxito de su sprinter Kooij, con Groves segundo y Moschetti tercero.
Sin cambios en la general, el británico Simon Yates inscribía su nombre por primera vez en el palmarés del Giro a sus 32 años. Segunda posición para el mexicano Isaac del Toro y tercera plaza para el ecuatoriano Richard Carapaz y sin españoles en el top ten. El mejor de todos Pello Bilbao en el puesto 30, a 1h52 del vencedor.
Abandonos: trascendentales los de Landa, Roglic y Ayuso que abrian todavía más el abanico de posibles candidatos a la Maglia Rosa. Además nombres importantes como J. Wine, J. Hindley, J. Tarling, L. Plapp o G. Ciccone dejaban en 159 el numero de supervivientes.
El resto de clasificaciones quedan encabezadas por:
Equipos: UAE Emirates
Puntos: Mads Pedersen (Lidl Trek)
Montaña: Lorenzo Fortunato (Astana)
Jóvenes: Isaac del Toro (UAE)
Combatividad: Lorenzo Fortunato (Astana).
En total se distribuían 1,6 millones de euros entre equipos y corredores, incluido el más de cuarto de millón sólo para el ganador de la clasificación general individual final.
Esta 108ª edición dejará para el recuerdo del ciclismo español la victoria de Juan Ayuso en la 7ª etapa de Tagliacozzo, pero en la 16ª de San Valentino se desplomaba, retirándose dos días después. La presencia de Ayuso con los galones en el UAE después de haber ganado la Tirreno-Adriático y ser segundo en la Volta a Cataluña colgaba la condición de favorito al ciclista de Jávea, y despertaba expectativas pero el mal día en y la nula colaboración de Del Toro echaban por tierra sus expectativas. Las dos mejores bazas de la general, Juan Ayuso y Mikel Landa, se fueron para casa. A la victoria de Ayuso hay que sumar la de Carlos Verona en la decimoquinta etapa. Y poco más. En la general, desolación total siendo Pello Bilbao (Bahrain) el mejor clasificado, 30º a casi 2 h del ganador; Igor Arrieta (UEA) finalizaba 36º, Sergio samitier (Cofidis) 42º, Carlos Verona (Lidl Treck 54º, Jonathan Castroviejo (Ineos) 61º, Jonathan Lastra (Cofidis) 65º, John Barrenetxea (Movistar) 92º, Mikel Azparren (Q36.5) 125º, Albert Torres (Movistar) 127º y Francisco Muñoz (Polti) 144º.
Nombres propios:
Simon Yates: il nuovo imperatore del Giro de Italia, ha conseguido lo que nadie preveía. Fuera de las apuestas y ocho años después, el escalador británico y lider eventual del Visma se redime de aquel infortunio consiguiendo de manera increible su primer Giro y segunda grande. Ha ganado por sorpresa. No era ni el primero en los pronósticos ni entraba en las apuestas. De hecho, fue a Italia a rodar y a ver qué pasaba, porque el Visma, lo fichó para que fuese el hombre clave en la montaña del Tour, no para ganarlo, sino para apoyar a Vingegaard. Ha triunfado sobre todo por su inteligencia para no ponerse nervioso, dejar pasar etapas, correr tapado en el pelotón sin perder tiempo y aguardar el momento, ascensión al Finestre, para poner la carrera patas arriba. El británico no solo fue el mejor gestor, el más inteligente, sino también el más fuerte. Aunque nadie lo creyera, Yates pulverizó el récord de ascensión del puerto, que estaba en poder de Pablo Torres (Tour del Porvenir 2024), con un registro de 59 minutos y 29 segundos que superó al del joven español en 1:18. Ni Contador, Aru, Landa, Di Luca, Purito, Nibali, Froome ni nadie, había bajado de 1 hora de subida en Finestre como hizo Simon. Además aprovechaba los descartes con la etiqueta de favoritos por la victoria, sobre todo Roglic y Ayuso, caídos en combate, para sacar rédito de la nefasta táctica del UAE, las dudas iniciales con Ayuso, del templado apoyo al ciclista alicantino y de la inexperiencia de Del Toro para maniobrar correctamente en la subida decisiva. Y sobre todo porque, además de atacar con fuerza y ser el más listo de la clase, contó a su lado con el equipo que nunca falla tácticamente, que siempre sale al paso de la tradicional improvisación ciclista y que tiene en sus filas al corredor con el que querría contar cualquier jefe de filas: Van Aert. Ha ganado el Giro sin ganar una sola etapa. ¡Majestuoso!
Isaac del Toro: el nombre del mexicano del UAE, (a pesar del amargo desenlace de tener que encajar un segundo puesto en el penúltimo día de carrera), no cabe duda que siempre estará asociado al Giro 2025. Hacía historia para su país, desde que dinamitase la la carrera en la jornada de sterrato, donde solo un excelso Van Aert le privó de la gloria y donde lograba el primero de los cuatro segundos puestos que acumulaba, además del triunfo en Bormio y de haber portado la maglia rosa durante 11 días. Con 21 años, todavía le queda mucho que aprender, pero ya sabe lo que es subir al podio de una grande, además, con la maglia bianca de mejor joven. Su grave error, no saber leer las etapas.
Richard Carapaz: el ecuatoriano del EF Education también conseguía una victoria de etapa. Parecía el más fuerte. En clave de favoritos, sin duda, fue el más combativo, el gran animador de la general con su infinidad de ataques, con su inagotable fuente de valentía. Cierto es que la gloria que tanto merecía se le escapó justo al final, pero es de justicia reconocer que Richard Carapaz firmaba un notable Giro. Con un podio al que no subía en una grande desde la Corsa Rosa de 2022, y un triunfo de etapa en Castelnovo ne’ Monti, el ecuatoriano no se va en absoluto de vacío. Pero lo más importante: recupera la sensación, a sus 32 años recién cumplidos, de que todavía está a un nivel competitivo altísimo, de que aún puede pelear con los mejores en los grandes escenarios. Para él, no hay mayor victoria que esa.
Mads Pedersen: el danés del Lidl Treck, ha culminado un giro sensacional: cuatro victorias de etapa, cinco días con la maglia rosa y, su principal propósito conseguido con creces: la maglia ciclamino. Por si fuera poco, el danés entró en fugas, ganó numerosos esprints intermedios y también tuvo tiempo de trabajar para sus compañeros, especialmente para un Ciccone que se vio obligado a abandonar por una caída. Un Giro a la altura del corredorazo que es.
Wout Van Aert: el belga del Visma, llegaba a este Giro desorientado, con dudas sobre su propio rendimiento y sin victorias en 2025, (tras la caída por la que abandonó la pasada Vuelta y que le traía por el camino de la amargura). Pero eso se acabó; finalizaba a 3 h de Yates, pero ganaba una etapa, la del sterrato de Siena donde sacaba su mejor versión, imponiéndose en el mano a mano a Del Toro; terminaba segundo en otras dos, lanzaba los sprints donde su compañero Kooij se imponía en dos más y sobre todo el corredor flamenco lanzaba a Yates a la victoria y el liderato final en la 20ª, camino de Sestriere, manteniéndole a su rebufo y volviendo a mostrar esa versión decisiva de hombre de equipo fundamental para sus líderes, como en sus mejores exhibiciones en el Tour.
Carlos Verona: el enorme gregario del Lidl Treck, probablemente, ha firmado la mejor vuelta a lo largo de su meritoria y extensa carrera deportiva. Ha hecho de todo, y todo bien. En las primeras etapas en Albania destrozó pelotones, trabajando para Pedersen y Ciccone. Más tarde, con el abandono del italiano, buscando sus propias oportunidades, al poder contar con mayor libertad, en su primer día en fuga, de los tres que llegó a estar escapado, Verona culminaba en la meta de Asiago una exhibición portentosa, tras más de 40 km rodando en solitario. Allí, el madrileño consiguió su primer triunfo de etapa en una gran vuelta, después de toda una carrera profesional dedicada por y para sus equipos. Premio más que merecido.
Giulio Pellizzari el italiano del Red Bull Bora, quizá no ha sido el corredor que más haya llamado la atención, condicionado por una labor de equipo, a la sombra de Roglic durante dos tercios de carrera. Pero tras acumular un gran desgaste en jornadas como la del sterrato, en la que salvó de males mayores a su líder, Pellizzari daba un paso al frente para salvar el honor del equipo en clave de jefe tras el abandono del esloveno (16ª). El italiano, que llevaba un enorme desgaste, fue capaz de asumir el nuevo rol, mostrando unas piernas excelentes en los últimos días, para escalar posiciones hasta acabar sexto, su primer topten en una grande y en su segunda participación. Y solo tiene 21 años. Seguirá dando de qué hablar en el futuro.
Lorenzo Fortunato: el Giro del también italiano del Astana ha resultado, sobresaliente. El menudo escalador fue el corredor que más puertos conquistó en el recorrido de este año en primera posición, lo que le hizo ganador matemático de la maglia azzurra de la montaña con varias etapas de antelación. Fue un fijo de las fugas, en las que demostró ser de los más fuertes, incluido el día en el que, tras llevarle al límite, dejó ganar en la meta de San Valentino a su compañero Christian Scaroni. Presencia, maglia azzurra y un triunfo moral. ¡Y rey de la combatividad! ¡Qué más se puede pedir!
En el Giro más abierto en muchas ediciones y que finalizaba con un ganador inesperado, no podíamos dejar en el tintero al resto de ganadores de etapa, el neerlandés Olav Kooij con dos, o a Kaden Groves, Casper Van Udens, o Kasper Asgreen en los sprints, a los contrarelojistas Joshua Tarling o Daan Hoole, o los aventureros Lucas Plapp, Nico Denz, Nicolas Prodhomme o Chris Harper todos con una victoria, o a Primoz Roglic y Diego Ulissi, portadores también de la Maglia, dos días el esloveno, y una el italiano.