LAREDO. La Liga San Miguel de remo volvía a aguas del cantábrico, tras
el estreno de temporada en Barcelona, con la regata
organizada por la Sociedad Deportiva de Remo de Astillero, en el campo abierto
de regatas de Laredo. Antes de comenzar la prueba, remos arriba, se guardó un
respetuoso minuto de silencio en memoria de los fallecidos Pedro Abad y
Gregorio Legorburu (Lexo).
En la primera tanda se midieron las tres embarcaciones cántabras,
Castreña, Pedreña y Astillero, junto a Zumaia, en una regata que dominó de
principio a fin la "Seve Ballesteros" con un tiempo final de 20.09:62
y una ventaja de casi 27 segundos sobre Pedreña, segunda clasificada en la
serie. Tercera Zumaia que remontó a Castreña en un último largo muy emocionante.
En la segunda regata de la tarde, remaban Tirán, Portugalete, San
Juan y San Pedro. En el primer largo se vivió un bonito duelo entre las
traineras donostiarras pero luego poco a poco San Juan fue distanciando a sus
vecinos hasta la llegada a meta con una diferencia de más de 9 seg. Las otras
dos embarcaciones tenían su duelo particular que se resolvió finalmente a favor
de Portugalete entrando, últimos los gallegos a más de a 20 seg.
En la tanda de honor, bogaron Hondarribia, Urdaibai, Kaiku y Orio. Kaiku
salió muy fuerte desde el principio y ya en la primera ciaboga logró una mínima
ventaja sobre Urdaibai y Orio, que en los siguientes largos fue incrementando
hasta el final, marcando un tiempo de 19.41:70 que le hicieron acreedor de la
bandera. Detrás, Orio y Urdaibai, alternando el segundo y tercer puesto en cada
giro, se disputaron la segunda plaza de la tanda que, finalmente, fue para la
embarcación de Orio a 12 seg. Tercera Urdaibai a 15. Hondarribia desfondada,
última y octava final.
PORTUGALETE. Tres banderas, tres ganadores. Primero fue Urdaibai, luego
Kaiku y aquí, en la ría... ¡Tirán! No entraba en las quinielas, todos esperaban
otro duelo entre los gallos vizcainos, o incluso que Orio culminase la
genial imagen dada en las dos primeras regatas, pero el remo es caprichoso. Más
que el remo, la ría es caprichosa. Si bien es el lugar perfecto para los
espectadores, la ría se muestra como una trampa para los equipos. El azar, la
suerte en el sorteo de tandas y los cambios tan bruscos de intensidad de las
corrientes entre una tanda y otra, condicionan sobre manera la regata. Ocurre
en todos los campos de regatas, pero no hay más que ver algunas de las
consecuencias de la prueba de ayer para comprobar que lo de la ría en
Portugalete pasa de castaño oscuro.
La Bandera Ambilamp comenzó una hora después de la pleamar. Zumaia,
Tirán, Castro y Pedreña iniciaron la primera tanda la marea estaba bajando,
pero la corriente, sobre todo en las calles centrales, no era tan pronunciada
como lo serían en las siguientes mangas. Los gallegos, en la calle dos, no
tardaron en meter un par de botes de ventaja. A su espalda, remando todos por
las calles centrales intentando aprovechar el empuje de la corriente, Zumaia
empezaba a ganar su guerra particular con Castreña. Tras la ciaboga Tirán tenía
ventaja suficiente para hacerse con la calle de Zumaia y los dos botes se
pegaron a la orilla portugaluja para afrontar el largo de vuelta. Esa táctica
en los largos de ida y de vuelta fueron una constante en todas las tandas.
Finalmente, Tirán ganaría con solvencia la primera manga y Zumaia conseguiría
llegar a meta incluso antes que Pedreña, aprovechando el tirón de los gallegos.
Castro última, muy distanciada.
En la segunda bogaban San Pedro, Astillero, Hondarribia y Portugalete. Los
tripulaciones ya sabían que se iban a encontrar con una corriente más
pronunciada y, para colmo, el viento comenzó a hacer acto de presencia
complicando aún más el trabajo de los remeros. Las sospechas se confirmaron
cuando ninguno de los cuatro mejoraron el tiempo de Tirán en la primera ciaboga.
Astillero, por la calle dos, se exprimió para intentar la misma jugada que los
gallegos, pero no pudo sacar ventaja suficiente para meterse a la vuelta por
delante de San Pedro en la calle uno. Portugalete, que tenía su calle pegada a
la margen derecha de la ría, comenzó a carburar y se hizo con el control de la
tanda. En el último largo Joseba Mancebón buscó durante unos segundos el centro
de la ría, lo que propició que San Pedro le diera alcance, pero en cuanto la Jarrillera
se volvió a refugiar en la orilla, se hizo de nuevo con la proa de la regata.
Su tiempo en meta era 17 segundos peor que Tirán. Segundo San Pedro y tercera
Astillero La segunda manga dejó un equipo tocado. Hondarribia penó por la calle
tres y firmó un tiempo que le colocaba décimo en la jornada.
En la tanda de honor los equipos tendrían que hacer magia para hacerse con la
Bandera. Remaban Orio en la calle uno, San Juan en la dos, Kaiku en la tres y
Urdaibai en la cuatro. Los tres primeros equipos de la general llegaron
igualados a la primera ciaboga, pero el proel oriotarra perdió el remo corto y se
descolgaron. Mientras Kaiku y Urdaibai colocaban sus remos a un metro escaso
por la orilla derecha, Orio recuperaba tiempo pegado a Portugalete, llegando a
ponerse primero en la segunda ciaboga. Finalmente Orio se llevaría la tanda de
honor. En una txanpa final preciosa Kaiku superó en meta a Urdaibai, mientras
en una esquina los remeros de Tirán celebraban entre abrazos una bandera
inesperada. El otro triunfador de la jornada fue Zumaia, que a remolque de
Tirán finalmente fue séptimo.