En la bahía donostiarra en una mañana con un fuerte viento y retraso horario (14 minutos) por culpa de las embarcaciones de recreo, comenzó el desenlace de esta edición de la Bandera de la Concha (si el año pasado fue la 120º esta debería ser la 121ª pero no se indica en ningún lugar).
En la
primera tanda bogaban los botes más lentos de la primera jornada, esto es y por orden de calles Tirán, Zierbena, Orio y Donostiarra. Orio partía como claro favorito, visto lo visto en la primera jornada donde mereció más. Desde las primeras paladas se pusieron por delante a pesar de que hoy los galipos de Zierbena han partido con idea de aguarles la fiesta dejando la tanda en un mano a mano claro, con Donostiarra y Tirán, muy descolgados. Los aguiluchos hacían la maniobra en 9'50, con escasamente seis segundos sobre Zierbena con Donostiarra por delante de Tirán para sorpresa generalizada.

Los de la San Nikolas más fuertes, exquisitos en su remada, se llevaron la tanda con solvencia con un tiempo de 20´12"36, 18 segundos al final sobre una excelente Zierbena que llevaba 23 años sin acudir a la cita. Tirán al final ha conseguido entrar tercera con un segundo escaso sobre la trainera local, Donostiarra, con gran enfado con la organización a causa de la invasión de su calle por la embarcaciones de recreo.
Para la
segunda tanda, donde esperaban los mejores botes, la mar se complicó. Por orden de calles remaban Bermeo, Hondarribia, San Juan y Kaiku. Los bermeotarras llegaban con el mejor tiempo, apenas segundo y pico por encima de Hondarribia pero bogaban por la calle uno, en teoría la peor, con obstáculos, en forma de embarcaciones de recreo demasiado metidas en el campo de regatas. El brutal arranque de Urdaibai, a más de 55 paladas por minuto, despejó cualquier tipo de dudas. Esto y la resistencia de la Ama Guadalupekoa apagaron toda esperanza para la San Nikolas de la tanda anterior.

Una vez más la regata fue cosa de dos y en la ida, se fueron intercambiando la proa de la regata, sin dejar que la ventaja entre ellos superara los dos segundos. Sus compañeros de tanda se retiraron pronto de la batalla. La historia no iba con ellos. Con todo en juego, meterles la proa ayer era cosa imposible. San Juan estuvo muy lejos de su actuación de la primera jornada, lo que le llevó a perder su tercera posición global en favor de Orio. Peor le fueron las cosas a Kaiku. La Bizkaitarra era la tercera en discordia y, a once segundos de Urdaibai, la remontada no era impensable, pero desde el inicio de la regata ya perdieron comba con los dos primeros clasificados. Lejos de recuperarse, los sestaoarras siguieron dejándose tiempo tras el segundo largo y al final acabaron en quinta posición, aunque salvaron por cuatro segundos su cuarto lugar en el cómputo total de tiempos.

Tras realizar la ciaboga parejas, 9´43"99 para Bermeo, las dos primeras embarcaciones siguieron a la par. Pero los bermeotarras, pletóricos de confianza al haber controlado hasta ahora a la Ama Guagalupekoa y sabedores de su colchón de tiempo, esperaron su momento que llegó en forma de ola que aprovechada espectacularmente por los de Gorka Aranberri abrió una pequeña renta de cuatro segundos.

La bandera empezaba a ser palpada y a cada minuto su ventaja aumentaba más y más. Hondarribia, batallador hasta el final, lo intentaba con todas sus fuerzas, pero la sucia mar no les dejó sacar el mayor rendimiento posible a sus paladas y la remontada se convirtió en una quimera.
Este año el ganador del primer día repetiría el segundo y lo haría a lo grande, a lo campeón. No solo ganaron con solvencia los bermeotarras, si no que les dio tiempo a hacer algo casi inédito en este curso, a disfrutar del triunfo en la txanpa final y no verse obligados a exprimirse hasta la última gota.

La entrada del bote, con Gorka Aranberri con los brazos en alto fue mucho más que un gesto ganador.
Tercera Concha consecutiva para Bermeo.
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