

Dustin Johnson, Rory McIlroy, Jason Day, Jordan Spieth, Henrik Stenson, Phil Mickelson, Hideki Matsuyama o el reincorporado Tiger Woods, tras dos años de ausencia (y tras diez sin ganar un grande) son solo algunas de las atracciones de este primer grande de 2018.




Tiene trabajo por delante todavía el español para cumplir el objetivo que se marcó a principios de semana: llegar al domingo por la tarde a no más de dos de la cabeza. De momento está a ocho. Pinchó Spieth (-4), que se dejó dos golpes, pero su amigo Patrick Reed llevó el liderato hasta el -9 con una vuelta espectacular. Acumula un saldo de -8 en los pares 5 el tejano, un clásico en las manidas listas de mejores jugadores que no han ganado nunca un 'grande'. Segundo se colocó el australiano Marc Leishman (-7), el hombre que en 2015 tuvo que salir volando de Augusta después de que su mujer contrajera una extraña bacteria que la tuvo semanas en coma y casi dos años convaleciente. También han tomado posiciones figuras como Henrik Stenson (-5), Rory McIlroy (-3), Dustin Johnson (-3) o Justin Rose (-2), que prometen un fin de semana apasionante. Lástima que falte en ese grupo Tiger Woods (+4), al que su peleada vuelta le dio sólo para pasar el corte. Si aparece la lluvia y el viento que anuncia el parte, a buen seguro veremos a Rahm este sábado con el cuchillo entre los dientes.
También pueden ser condiciones propicias para Rafael Cabrera Bello, un consumado especialista cuando sopla el viento. El canario ocupó el liderato durante buena parte de la jornada. Se mantuvo al par durante los 10 primeros en una pelea a cara de perro con el campo, al que propinó golpes sensacionales, como el 'approach' con el que se dejó el birdie dado en el cuatro o el golpazo que a punto estuvo de embocar en el cinco. Pero el número 22 del mundo se dejó cinco golpes en los últimos siete hoyos, precisamente el tramo en el que el jueves construyó su sensacional vuelta, lastrado por algunos errores alrededor del green y con el putter. La noticia triste de la jornada la protagonizó Sergio García, que en ningún momento tuvo oportunidad de levantar la losa que le cayó encima el jueves. El campeón firmó 78 golpes (+6) y se despide con un global de +15, el peor resultado de su carrera. Tampoco estará José María Olazábal (+6), que se quedó fuera por un solo golpe.

La tercera jornada, amaneció lluviosa y uno de los que se quedó rápido sin opciones fue Tiger Woods, terminando en el par del campo aunque firmando su mejor vuelta de los tres días. En cambio benefició a Jon Rahm que acabando con (-7) y 65 entregando la mejor tarjeta del día hasta entonces, mejorando a Tommy Fleetwood con 66. Ricky Flowler iguala también los 65 del español, pero está uno por debajo en el total. Mientras tanto por arriba, Patrick Reed aumentaba su ventaja sobre Rory McIlroy y Jordan Spieth practicamente se despedía de la chaqueta al terminar (-1) y (-5) en el total. En el último hoyo McIlroy recupera terreno a Reed, entregando una tarjeta de 65, dos menos que el lider.

Al fin ha desplegado su mejor versión en un 'grande'. Y no en uno cualquiera sino en Augusta, el más imponente de todos. Ya no hay escenario capaz de intimidarle. Reed, un jugador con fama de antipático y un largo historial de polémicas, no figuraba entre los favoritos a principio de semana. Salvo el segundo puesto del PGA Championship de 2017, sus grandes momentos habían llegado en la Ryder Cup. Peleón como pocos, es un consumado especialista en match play. Y fue cuando llegó el cuerpo a cuerpo cuando empezó a ganar de verdad la chaqueta. La estadística alertaba que nadie había conseguido encadenar cuatro vueltas seguidas por debajo de 70 golpes y Reed, que nunca había liderado un grande a falta de 18 hoyos, no fue la excepción. Estuvo lejos de la solidez exhibida en las jornadas anteriores, en las que arrasó los pares 5. Este domingo se le escaparon los cuatro. Después de 11 hoyos, los tres golpes de margen con los que había arrancado se había diluido. Spieth le había igualado en cabeza con 9 birdies sin fallo en 16 hoyos. Estaba en modo depredador y todavía le quedaban dos por delante. Fue en esos siete finales, que completó con un saldo de (-2), cuando Reed se alzó con el triunfo, aupado por el inesperado bogey final de Spieth.

No le llegaba el agua al cuello a Reed, que por una vez cambió el rojo de su admirado Tiger Woods por el rosa, pero peleó dos pares meritorios pares para proclamarse vencedor y salir, como Sergio hace un año, de esa odiosa lista de grandes jugadores sin 'major'. Ahora figura en otra más selecta. Es junto a Tiger Woods en 1997, el único jugador que ha ganado el Masters después de no haber pasado el corte el año anterior. También es el primer estadounidense en ganar desde 2015 y cuarto jugador consecutivo, tras Spieth, Danny Willett y García, que gana el Masters después de tomar la salida sin ningún 'grande' en su haber.

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