Thursday, October 3, 2024

Campeonato del Mundo de Ciclismo en Ruta. Zurich 2024. Titulo para Pogacar

El XCI Campeonato Mundial de Ciclismo en Ruta se ha disputado en Suiza entre los días 21 y el 29 de septiembre, bajo la organización de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Swiss Cycling, teniendo como base de operaciones la ciudad de Zurich. 
Por segunda vez la UCI reunía en un mismo evento a ciclistas y paraciclistas de tal forma que con epicentro en Zurich, otras localidades participaban en la organización como sedes de partida, caso de Gossau, Uster o Winterthur coronando a 13 campeones mundiales en las modalidades de ruta y contrareloj, y en sus tres categorías, senior, sub23 y junior, tanto hombres como mujeres además del relevo mixto de contrareloj cubriendo de esta manera los ocho días de competición. 

Refiriéndonos solamente a las pruebas de ciclismo en ruta y
comenzando por los hombres, 
la selección española élite masculina en un año olímpico acudía con todas las expectativas para hacerlo bien. Renovación total, sólo se mantenían de la edición anterior Alex Aranburu y Roger Adriá siendo el resto las novedades de Carlos Rodríguez, Juan Ayuso, Enric Mas, Pello Bilbao, Mikel Landa, Pablo Castrillo, ganando el equipo en pegada frente a los grandes monstruos del ciclismo y repitiendo mando el valenciano Pascual Momparler de ediciones anteriores. 
Pocas veces un Campeonato del Mundo se mostraba tan abierto, ofreciendo un amplio abanico de candidatos a colgarse la medalla de oro. 
Siendo el vigente campeón Remco Evenepoel el segundo favorito tras la espectacular temporada de su principal rival, Tadej Pogacar. Después del Giro y Tour, le faltaría el maillot tricolor para completar una temporada de ensueño con la Triple Corona de títulos. El esloveno, quien también haría la crono, era el líder de una selección donde estaba respaldado por Matevz Govekar, Luka Mezgec, Matic Zumer, Domen Novak, Jaka Primozic, Jan Tratnik además de Primoz Roglic, como posible alternativa. En el caso del belga Evenepoel, oro olímpico en París, no solo buscaba renovar su maillot de campeón mundial, sino que aspiraba también al título de contrarreloj, con lo que completaría también una excelente temporada. Sin la poresencia de Wout van Aert en esta edición, sus compañeros Tiesj Benoot, Víctor Campenaerts, Laurent de Plus, Quinten Hermans, Jasper Stuyven, Maxin Van Gils y Tim Vellens, intentarían hacer un gran papel. No podemos dejar al margen al potente conjunto de los Países Bajos, con Mathieu Van der Poel a la cabeza. El rey del ciclocrós y de la Roubaix San Remo esta temporada, estaba respaldado por corredores de garantía de la talla de Wilko Kelderman, Bauke Mollema o Frank Van den Broek. Dinamarca también desembarcaba en Zurich con las maletas llenas de ilusiones. Sin Jonas Vingegaard en sus filas, cualquiera de sus componentes puede aspirar al título ó al podio, con Mads Pedersen, como principal actor. Son Jakob Fuglsang, Mikkel Honoré, Mattias Skjelmose, Kasper Asgreen, Magnus Cort Nielsen, Michael Valgren y Frederik Vandahl. Sin desmerecer a Italia, Francia, Gran Bretaña, Australia o Estados Unidos, todas con ocho componentes, habría que tener en cuanta a otras selecciones con menor número de elementos pero muy determinantes caso del irlandés Ben Healy, el canadiense Micheal Woods, el letón Toms Skujins, el suizo Marc Hirschi, el colombiano DF. Martínez, el noruego Tobias Foss, o tantos otros, alemanes, eritreos, portugueses, luxemburgueses…, con una lista de candidatos muy amplia. 
La carrera constaba de 273,9 km, que partiendo del centro histórico de Winterthur y con un recorrido inicial quebrado en línea de 85,9 km llegaba hasta la meta en el Paseo Utoquai de Zurich contando con dos ascensiones previas, a Buch am Irchel (km 25) y a Kyburg (km 47), para terminar a partir de ahí, en un circuito final de 26,8 km, y al que se daban 7 vueltas. Un circuito que contaba con tres subidas, dos cortas, pero de alto porcentaje, y otra más larga y tendida, Kyburg (1,2 km al 12% y max. del 16%), Zürichbergstrasse (1,1 km, 8% y max. del 15%) y Witikon (2,3 km al 5,7% y max. del 9%) que podían romper la carrera a muchos kilómetros de meta para finalizar en el centro de la ciudad, tras una larga recta llana de más de 3 km, junto a la Sechseläutenplatz y el Palacio de la Opera. En un día, por fin sin lluvia, los 196 ciclistas de 56 nacionalidades distintas arrancaban a buen ritmo, animando las primeras horas de carrera una fuga de 6 corredores, con el suizo S. Dillier, el noruego M. Foss, el polaco P. Pekala, el alemán S. Geschke, el portugués R. Oliveira y el luxemburgués L. Wirtgen, que no llegaba a sacar nunca más de 5 minutos de diferencia, y al que se unía con posterioridad, un grupo perseguidor de once ciclistas más, ya dentro del circuito y que entonces veía recortada su diferencia, con dos hora de carrera, por el trabajo de belgas y eslovacos a menos de 3 minutos.

Con abandonos de Alaphilippe y Landa a falta de 101 km para el final, al inicio de la segunda vuelta y en la fuerte subida de Zurichstrasse, entre otros varios ataques, decidía hacer lo propio Pocagar y con el que saltaban también el norteamericano Q. Simmons y el italiano A. Bagioli, ante el desconcierto de sus rivales, que sorprendidos no respondían de inmediato, dejando que lo hicieran los demás. Simmons cedía enseguida ante el ritmo del esloveno, pero Bagioli aguantaba hasta la zona de avituallamiento. Para entonces, Pogacar había recortado la diferencia a menos de un minuto con el grupo cabecero, que luego, reducía más con la ayuda de Tratnik, que se dejaba caer del grupo de escapados, contactando con la cabeza a 80 de meta. Traknik imponía un buen ritmo delante y el pelotón no lograba recortar la diferencia ante el poco entendimiento entre los líderes. Delante, en otra subida y con Tratnik fundido, el ritmo continuado de Pogacar solo lo podía mantener el galo Sivakov, conservando una diferencia de unos 40" con el grupo de los otros favoritos en el que apenas quedaban 40 unidades a 70 km de meta. Más tarde, faltando 60, quedaban 17 ciclistas en el grupo perseguidor, con los mejores entre ellos, pero el nulo entendimiento y los egos personales, no permitían recortar la diferencia con el dúo delantero y que a 51 km de meta se transformaba únicamente en el campeón esloveno, al ceder su compañero francés del UEA. Con ataques constantes dentro del grupo perseguidor y con el irlandés B. Healy y el letón T. Skujins, dando la cara, en la última subida un Pogacar muy cansado, mantenía apenas 40" con sus perseguidores, pero lograba aguantar en su cima y que en el descenso ampliaba, ante la impotencia de los perseguidores, al ver que incomprensiblemente, se les escapaba la tricolor ante su nulo entendimiento. De tal manera que resignados, comprobaban como tras una fuga en solitario de más de 100 km, en recta de meta Pogacar se plantaba con 50" sobre los siete perseguidores que quedaban y entre los que rodaba E. Mas. 

Disfrutando de su hazaña el esloveno ganaba la arcoiris con un crono de 6h27'30" y con 34" sobre B. O'Connor segundo, que había conseguido escaparse de la vigilancia de su compañeros. Por detrás y a 58", en el sprint por el tercer escalón del podio entre el resto, se imponía el neerlandés M. Van der Poel sobre el letón T. Skujins y sobre el belga R. Evenepoel, el suizo M. Hirschi, el irlandés B. Healy y el español E. Mas. A 2'18 completaban el top ten Q. Simmons y R. Bardet, con Roger Adriá 11º. 
Del resto de españoles el mejor posicionado era Juan Ayuso 26º a 6'36, con Alex Aramburu 58º, Carlos Rodríguez 59º y Pablo Castrillo 62º todos a 12'09 y con tan solo 81 corredores en meta y M. Landa y P. Bilbao abandonando. 
Tremendo el prodigio de 26 años, que se convierte en el primer esloveno en lograr el entorchado y en el cuarto ganador histórico de la triple corona del ciclismo, Giro, Tour y Mundial el mismo año, tras Eddy Merck y Stephen Roche. 


En la categoría Sub-23, utilizaban el mismo circuito urbano final de Zurich de los élite, al que tenían que dar 5 vueltas, que sumados a los 45 km llanos previos desde la salida en Uster, hacían un total de 173,6 con un desnivel de 2.800 m. La carrera empezaba con la carretera seca, pero la lluvia terminaba por acompañar a los ciclistas de manera intermitente durante buena parte del recorrido debiendo asumir riesgos con un asfalto muy delicado. Tras un fulgurante inicio en el que todos querían estar delante de los diferentes intentos por consolidar una escapada, los únics que consiguieron su objetivo fueron el australiano D. Bower y el estadounidense C. Kesler y a los que poco después se unía el británico R. Donaldson. No sin esfuerzo, el trío conseguía abrir hueco hasta alcanzar el minuto, aunque en el pelotón había demasiados intereses, nadie estaba dispuesto a hacer excesivas concesiones y la aventura finalizaba 36 km después. En la primera de las cinco ascensiones que se hacían a Witikon se provocaba la primera selección para dejar a 68 ciclistas en cabeza. Con posterioridad y ya dentro del circuito la siguiente propuesta era de parte del portugués A. Morgado, a 77 km de meta, en la exigente ascensión de Zürichbergstrasse y al que se unía el italiano D. de Pretto. 
El grupo cabecero, debido a los ataques, iba perdiendo poco a poco unidades y ya solo quedaban en cabeza una cincuentena de ciclistas. Pero la buena, potente y preocupante, era la del suizo Jan Christen a 50 km del final. Sería en la siguiente vuelta y en el mismo lugar, donde Christen atacaba sin encontrar respuesta de sus rivales. Para cuando sonaban las alarmas y se ponían a la labor de caza el italiano G. Pelizzari, el belga A. Segaert y el eslovaco M. Svrcek, el suizo tenía casi un minuto de renta. Pelizzari, viendo que no hacía camino con sus dos acompañantes aceleraba para irse en busca del suizo, pero su intento era en vano. En la penúltima vuelta, la carrera era un auténtico rosario de ciclistas con minigrupos que terminaron por unirse en un pequeño pelotón perseguidor de trece unidades que alcanzaba al belga y al eslovaco y se iban a por el italiano primero y a por el suizo, después. La última vuelta, comenzaba con Christen en cabeza y 56" de diferencia, sobre el grupo que ya había alcanzado a Pelizzari. Con catorce unidades, cinco belgas y dos españoles, Romero y Arrieta, y España y Bélgica como únicos combinados con más de un representante, era Bélgica, por número de componentes, la obligada a asumir el peso de la persecución del suizo. En las duras rampas de la última ascensión a Zürichbergstrasse lo pasaba mal el suizo, pero sabiendo sufrir y exprimirse cedía tan solo unos segundos en la cima. Aguantando la ventaja en torno a los 40", sobre el quinteto perseguidor, a 15 km del final, el potente belga Jarno Widar relevaba a tope y lograba reducir la diferencia a 14", para que sus compañeros remataran el trabajo.

Pero no eran ellos los que lo lograban, pues eran sorprendidos por el ataque viniendo desde atrás del alemán Behrens y del eslovaco Svreck, a 10 km del final, que ponían punto final al sueño del helvético. Obteniendo suficiente ventaja para disputar el sprint, era Niklas Behrens el que se imponía a su compañero de ataque, Martin Svrcek (3º el año pasado) con un crono de 3h57'24. A 28" llegaba el belga Alec Segaert completando el podio. 
Iván Romeo finalizaba 9º a 2'27, con Igor Arrieta 10º, 18" después. El resto de españoles finalizaban Carlos Torres 27º, Iker Mintegi 30º y Jaume Guardeno 99º de 103 que acabaron la prueba y de los 183 iniciales, en una buena actuación de los nuestros, sin sufrir ningún abandono. 
La muerte de Muriel Furrer se conocía mediada la prueba, tras no superar el grave traumatismo craneoencefálico que sufría el jueves como consecuencia de una caída en la carrera júnior, dejando desconsolado a todo el mundial. 


La categoría júnior era la primera de las masculinas en disputarse, el jueves 26 y tras la carrera de su homónima femenina. Con 127,2 km a base de 4 vueltas al circuito final de Zurich, con 25 km previos llanos desde la salida en Uster. Bajo un autentico aguacero partían los 163 ciclistas de Uster y con las primeras rampas se conformaba un inicial y selecto grupo de 22 corredores, con Adrià Pericas, entre ellos y del que pronto se destapaba el italiano Lorenzo Finn con buenas piernas, pero que cedía enseguida para intentarlo con posterioridad en compañía del campeón vigente, el danés Albert Philipsen. El danés caía y debía retirarse, llegando por detrás el duo perseguidor con el español Héctor Álvarez el británico Seb Grindley que colaboraba pero no así el español, que exhausto, no daba relevo alguno. Grindley cedía en el repecho, mientras Finn expresaba su disconformidad con la actitud negativa del español, para atacar con posterioridad al alicantino y marcharse en solitario hasta meta. Una autentica exhibición del genovés que se presentaba en solitario en la larga recta de meta para ganar con un crono de 2h57’05. 

Al transalpino Finn le acompañaban en el podio el británico Seb Grindley que entraba 2’05 después y el neerlandés Senna Remijn a 3’06, el mejor del terceto perseguidor que completaban el alemán Paul Fietzke 4º y el estadounidense Ashlin Barry 5º, y que también superaban al desfondado ciclista español y que no se había alimentado correctamente en el desfavorable día. Héctor Álvarez finalizaba en la sexta plaza a 3’44, agotado y helado, para rematar su mejor año como ciclista antes del paso a sub-23. Del resto de españoles también lograron completar la prueba Adrià Pericas, que terminaba 14º, Javier Cubillas 29º, Marc Zafra 49º y Enrique Maranchón 68º,  de los 90 ciclistas que consiguieron acabar. 


En cuanto a las mujeres
En la categoría élite las mujeres tenían por delante 154,1 km del recorrido entre Uster y Zurich (el mismo que los sub 23 masculinos, menos 20 km iniciales) y con cinco bucles al duro, selectivo y complicado trazado de los alrededores de la capital suiza. Con 197 ciclistas en la línea de salida (un número no permitido en ninguna otra prueba y que se conseguía disputando a la vez la categoría sub 23), y la lluvia intermitente como compañera de viaje, que no abandonaba a las ciclistas durante casi toda la carrera, creando un ambiente de ciclismo épico en las carreteras suizas. Los 2.250 metros de desnivel y los cuatro pasos por las subidas a Zürichbergstrasse y Witikon prometían una carrera exigente y selectiva, y no defraudaron. 

Los ataques continuos fueron la tónica de una carrera que se resolvería en su parte final cuando a 20 km de meta varios nombres importantes decidían tomar la iniciativa. Así la belga Justine Ghekiere, las neerlandesas Demi Vollering y Marianne Vos, la italiana Elisa Longo Borghini, la australiana Ruby Roseman-Gannon y la alemana Liane Lippert se destacaban de un trío perseguidor formado por la belga Lotte Kopecky, la estadounidense Chloé Dygert y la neerlandesa Riejanne Markus, que 6 km después contactaban con las de delante dejando claro que el título se iba a decidir por estrategia en los últimos kilómetros. Era Vollering la que a 10 km del final lanzaba un descomunal ataque que reducía el grupo cabecero drasticamente, quedando solo ella junto a Longo Borghini, Lippert y Kopecky. A pesar de la dureza de los repechos finales, ninguna de las favoritas lograba que el resto cediera, y la igualdad se mantuvo hasta los últimos kilómetros. A falta de 2 km, y gracias al estrecho marcaje entre las de delante, llegaron por detrás Dygert y Roseman-Gannon, completando un selecto grupo de seis ciclistas que se disputarían el arcoíris. 
La australiana Roseman-Gannon era la primera en sprintar, pero cedía a falta de 500 metros, tomando el relevo, con un segundo cambio de ritmo la italiana Longo Borghini, más era Lotte Kopecky la que mostrando su mayor potencia en los últimos metros y, con un golpe de pedal determinante, lograba cruzar la meta en primer lugar, revalidando el título de campeona del mundo con un tiempo de 4h05’26. El mismo que la norteamericana Chloe Dygert, segunda, la italiana Elisa Longo tercera, la alemana Lippert, la neerlandesa Vollering y la australiana Roseman-Gannon. Ghekiere 7ª encabezaba el grupo perseguidor a más de 1’. 
La mejor española era Usua Ostolaza 48ª, con la sub 23 Eneritz Vadillo 49ª y Sara Martín 53ª a más de 11’, todas ellas manteniéndose unidas en el mismo pelotón durante gran parte de la carrera, mientras que Mireia Benito finalizaba 63ª y Paula Blasi (sub 23) 68ª, de las 81 ciclistas que finalizaban. No lo conseguía la veterana Mavi García. De esta impresionante manera Lotte Kopecky lograba revalidar el título que ya había conseguido en 2023 en Glasgow para inscribir su nombre en el palmarés junto a otras grandes como Annemiek van Vleuten, Elisa Balsamo, Marianne Vos o Anna van der Breggen. 


En cuanto a la categoría Sub 23, se disputaba en simultaneo con la élite, y con mismo kilometraje y recorrido. La vencedora resultaba la ciclista neerlandesa Puck Pieterse al ser la más rápida de un grupo de 10 en el que viajaban las tres que se subieron al podio en esta categoría. Pieterse, que finalizaba en la decimotercera posición de la general absoluta con un crono de 4h08’26, fue más rápida en la aceleración final que la australiana Neve Bradbury y que la alemana Antonia Niedermaier, segunda y tercera respectivamente, con su mismo crono y 15ª y 18ª respectivamente en la clasificación absoluta. En esta categoría, la española Eneritz Vadillo finalizaba sexta y Paula Blasi novena. 


La categoría Junior era la que estrenaba las jornadas de ruta del Campeonato del Mundo de ciclismo en carretera. Las jóvenes de 17 y 18 años afrontaban una carrera de 73,6 km que arrancaba desde Uster para terminar en Zurich, tras 25 km llanos previos y un doble bucle al conocido circuito por los alrededores y que se disputaba bajo condiciones climatológicas adversas, con una lluvia constante que aumentaba la dificultad del trazado. Con tensión desde los primeros kilómetros, no tardaban en fcrearse las primeras escaramuzas con las italianas Eleonora La Bella y Silvia Miles, la polaca Weronika Wasaty y la británica Arabella Blackburn, conformando la primera importante del día, y que sucumbía a 46 km del final. Era poco después, en la primera subida del recorrido, cuando se formaba un grupo de 8 escapadas, con la española Paula Ostiz entre ellas y que sería el germen de la definitiva. Pues el grupo, fue perdiendo integrantes a medida que avanzaba la carrera, siendo finalmente Ostiz la británica Ferguson y la checa Chladonová quienes lograron consolidar un trio de fugadas a 20 km de la meta, que conseguían una ventaja de 12” sobre el resto. Bien coordinadas y demostrando más fuerza que sus rivales, ampliaban su diferencia hasta los 50” a falta de 13 km para el final. El trío se mantuvo unido hasta disputar el sprint final en el que se imponía Cat Ferguson, con un poderoso ataque, por delante de las otras dos que tuvieron que esperar a la photofinish para saber su lugar en el podio. 

Finalmente daban como segunda a la española Paula Ostiz y tercera a la checa Chladdonová, las tres en el mismo tiempo. Además de la magnífica plata de Paula Ostiz (la mejor clasificación de una ciclista española en esta categoría en los últimos años), la actuación del resto de la selección española era, Ayala Serrano 52ª, Celia Torres 53ª, Irene Moreno 56ª mientras que Irati Aranguren, acababa 70ª del total de las 120 que salían y de las que no conseguían acabar nueve. 



Comentar que durante la carrera la ciclista local Muriel Furrer sufría una fuerte caída que finalizaba posteriormente en el hospital con un fatal desenlace. 

La próxima cita viajará por primera vez al continente africano siendo Ruanda y su capital Kigali, las anfitrionas entre el 21 y el 28 de septiembre de 2025.

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