En sus tradicionales fechas veraniegas, la 137ª edición se disputaba entre el 1 y el 14 de julio.
Sobre el césped del All England Lawn Tennis and Croquet Club, de Wimbledon, el tercer Grand Slam del año, es el único que se disputa sobre hierba y el más clasista de todos.
Sin novedades respecto a la edición anterior, los tenistas rusos y bielorrusos seguían pudiendo competir, pero bajo bandera neutral y sin poder representar a sus países y con Djokovic, Sinner y Alcaraz como grandes favoritos entre los varones, en el cuadro femenino las apuestas se inclinaban hacia Sabalenka antes de que su repentina baja por lesión, colocara a Swiatek y Rybakyna como principales candidatas.
Empezando por el cuadro femenino, al evento acudían las mejores raquetas fallando tan solo las lesionadas A. Sabalenka, V. Azarenka, P. Kvitova , B. Bencic o A. Tomljanovic.
La representación española contaba con la presencia de Paula Badosa, Jessica Bouzas, Cristina Bucsa, Rebeka Masarova y Sara Sorribes, en el cuadro principal, teniendo que disputar la clasificación previa Leyre Romero, Marina Bassols y Nuria Parrizas y sin que ninguna lograra acceder al cuadro principal.
Leyre caía en primera ronda frente a la mexicana Zarazúa, R. Zarazúa-L. Romero (6-3 y 6-2); Marina pasaba la primera ronda al ganar a la taiwanesa Ya-yi, pero cedía en la segunda frente a la francesa Jacquemot E. Jacquemot-M. Bassols (7-6 y 6-4); y por último Nuria Parrizas, ganaba sus dos primeros enfrentamientos frente a la china Yexin y la australiana Rodionova pero perdía en la tercera y última ronda contra la rumana Todoni, N. Parrizas-A. Todoni (2-4 y 4-6).
En cuanto al cuadro principal en primera ronda, cedían Sara Sorribes y Rebeka Masarova. Sorribes tenía que abandonar la competición al ceder ante la nº 7 del mundo, la italiana Paolini en dos sets, J. Paolini - S. Sorribes (7-5 y 6-3) y mientras que Masarova perdía ante la rusa Samsonova en tres, R. Masarova - L. Samsonova (3-6, 6-4 y 2-6) tras ganar el segundo set.
En segunda ronda, era Cristina Bucsa la que cedía al tener que enfrentarse a otra española, precisamente ante Jessica, C. Bucsa - J. Bouzas (6-7 y 3-6) y después de eliminar en primera a la rumana Bogdan en tres sets.
Hasta tercera ronda llegaba Jessica Bouzas tras imponerse en primera a la checa Vondrousova J. Bouzas - M. Vondrousova (6-4 y 6-2) y en segunda ronda a su compatriota Bucsa. Desgraciadamente en el tercer partido debía retirarse frente a otra tenista checa, Krejcikova al resentirse de una lesión en la espalda, B. Krejcikova - J. Bouzas (6-0 y 4-3ret).
Hasta octavos de final llegaba la única española que quedaba en liza. Y Paula Badosa debía ceder frente a la croata Vekic P. Badosa - D. Vekic (2-6, 6-1 y 4-6), tras haber eliminado en las dos primeras rondas fácilmente a las checas Muchova y Fruhvirtova en dos sets, y en tercera ronda a la rusa Kasatkina en tres, tras un primero muy peleado que llegaba al tiebreak.
Mal papel por tanto de las representantes españolas de las que sólo se salvaba de la quema Paula Badosa a punto de acceder a cuartos, pero que acusaba el cansancio del partido con Kasatkina.
Extraña edición esta, la del cuadro femenino, quedándose en el camino a cuartos de final las principales figuras femeninas. Era el caso de la china Qinwen o la checa Vondrousova, que sucumbían en primera ronda, la norteamericana Pegula o la checa Noskova en segunda; la polaca Swiatek la griega Sakari o la tunecina Jauber en tercera ronda, o las norteamericanas Collins y Keys que lo hacían en la cuarta ronda.
De tal manera que de las ocho jugadoras que accedían a cuartos, tan solo dos eran top ten.
Curiosamente, además, eran todas de nacionalidades diferentes: una norteamericana, Emma Navarro (19ª), una neozelandesa Lulu Sun (Q), cinco europeas del este, con la kazaja Elena Rybakina (4ª) y la ucraniana Elina Svitolina (21ª) únicas en repetir ronda con respecto a la edición anterior, más la checa Barbora Krejcikova (31ª), la letona Jelena Ostapenko (13ª) y la croata Donna Vekic , además de una tenista italiana Jasmine Paolini (7ª).
Curiosamente, además, eran todas de nacionalidades diferentes: una norteamericana, Emma Navarro (19ª), una neozelandesa Lulu Sun (Q), cinco europeas del este, con la kazaja Elena Rybakina (4ª) y la ucraniana Elina Svitolina (21ª) únicas en repetir ronda con respecto a la edición anterior, más la checa Barbora Krejcikova (31ª), la letona Jelena Ostapenko (13ª) y la croata Donna Vekic , además de una tenista italiana Jasmine Paolini (7ª).
Los emparejamientos de cuartos de final comenzaban con el enfrentamiento entre la tenista letona y la jugadora checa,
J. Ostapenko - B. Krejcikova (4-6 y 6-7) y que sorpresivamente se decantaba para la checa que aprovechando mejor sus oportunidades eliminaba a su rival, metiéndose entre las cuatro mejores del torneo.
En el segundo enfrentamiento entre las repetidoras de ronda,
E. Rybakina - E. Svitolina (6-3 y 6-2) tampoco había color y la jugadora kazaja volvía a acceder a semifinales en apenas una hora de juego, tras mostrarse muy superior a su rival.
El duelo entre la jugadora neozelandesa que llegaba de la calificación y la tenista croata,
L. Sun - D. Vekic (7-5, 4-6 y 1-6), se resolvía favorablemente para la europea, después de ceder en el primero y tener que remontar en el segundo, en el único partido que debía resolverse en tres sets.
En el último enfrentamiento de esta ronda, el duelo entre italiana y norteamericana,
J. Paolini - E. Navarro (6-2 y 6-1) se inclinaba fácilmente para la italiana en menos de una hora, para presentarse en su segunda semifinal de un grande.
Excepto un partido muy igualado, los otros tres tenían clara ganadora y con la relativa sorpresa de la presencia de Krejcikova entre ellas, las cuatro mejores pasaban a semifinales.
Semifinales inéditas por tanto en esta edición, con un primer duelo entre la tenista checa y la kazaja
B. Krejcikova - E. Rybakina (3-6, 6-3 y 6-4) y donde Barbora Krejcikova superaba a Elena Rybakina para hacerse con el billete a la gran final de Wimbledon 2024, en 2h07' de juego. La jugadora checa firmaba una nueva remontada, después de ceder el primer set ante una gran Rybakina que parecía tener el partido en su mano. Barbora haciendo gala de una gran resiliencia se llevaba el segundo set para confirmar la victoria en el tercero y alcanzar su primera final en Londres.
Mientras que en la segunda semifinal
D. Vekic - J. Paolini (6-2, 4-6 y 6-7), la jugadora italiana debía sufrir más, para acceder a su primera final de un grande después de tener que remontar un primer set y necesitando de casi tres horas de partido (2h54) para deshacerse de su rival. Un choque al que salía la balcánica con contundencia (6-2), en 36', pero que la italiana remontaba en el segundo set (6-4) en 53' desplegando su mejor tenis a partir de entonces y conseguir ganar agónicamente el tercero (7-6) y 8-10 en el tiebreak necesitando la transalpina de 1h25 para poder pasar a disputar su segunda final de un grande y además en la misma temporada.
Y en la inédita final, B. Krejcikova - J. Paolini (6-2, 2-6 y 6-4), dos tenistas maduras, de 28 años, se enfrentaban en una final "descafeinada" para un grande y en la que el triunfo, supondría un hito muy importante para cualquiera de las dos y que terminaba llevándose la tenista checa en 2h de partido. Krejcikova, se había tenido que enfrentar a rivales más duras por ranking y por desempeño en hierba. Kudermetova, Volynets y Bouzas fueron las primeras víctimas de la checa siendo su debut tan reñido que hasta pudo haberse quedado fuera del torneo a las primeras de cambio. Luego, crecida, ante Collins se tomaba impulso Krejcikova para superar también a toda una campeona de Grand Slam como es Ostapenko, contra la que sufría sobremanera para cerrar el partido. Con un título en Roland Garros (2021) y tres cuartos de final sobre pistas rápidas, la hierba era el gran desconocido para la checa, que tenía que sufrir en semifinales para remontar ante una de las grandes favoritas al título.
En el otro lado de la moneda a Paolini, le tocaba de salida Sorribes, con Minnen y Andreescu que le hicieron trabajar de lo lindo en el primer set de cada uno de sus partidos, para superarlas después con credibilidad. Su duelo de octavos frente a Keys le devolvía a la realidad terrenal (en este caso, a la hierba), con una rival que la llevaba hasta un tercer set, en una batalla que se podía decantar de cualquier lado y que caía del suyo al tener que retirarse Keys por lesión. Después, en cuartos, Navarro le servía de gestión antes de verse contra las cuerdas en semifinales ante Vekic, en el partido femenino más largo del torneo y en el que la italiana salía indemne dando la vuelta a un resultado adverso.
Enfrentadas previamente en una ocasión, Open de Australia de 2018, y saldada con una fácil victoria checa, ahora era la italiana la que parecía llegar en el mejor momento de su carrera. Con la experiencia reciente de pisar otra final de Grand Slam, Paolini gestionando con otra mentalidad, esta final, podría manejar la presión con mayor entidad. Y si a Krejcikova le gusta subir a la red y asentar su base desde allí, por su parte, Paolini se gusta más desde el fondo de la pista, donde suele exprimir toda su potencia y dominar con su derecha.
Siendo ambas bastante agresivas, se esperaba un duelo muy intenso y haciéndolo realidad, comenzaba Krejcikova, mucho más suelta en sus movimientos y contundente en sus golpes, asestando un 6-2 de salida a la italiana, confirmando que la hierba es una superficie que encajaba perfectamente con su patrón de juego, esa mezcla de potencia, efectos y contragolpe que suele poner en práctica cada vez que salta a pista. No hubo color en el primer asalto, y en 36' la checa solventaba el set a su favor. Tampoco había color en las gradas con la afición local volcada con Jasmine. Una tenista de raza, que a pesar de su 1’60 llevaba demostrando todo el curso que no hay ninguna barrera física que pueda frenar su ambición.
Tras una visita a vestuarios antes de comenzar la segunda manga, la mentalidad de la italiana había cambiado. Se comprobaba en su actitud de inicio, mucho más entregada, más confiada, presionando incluso con un par de gritos en puntos clave para que Barbora viera que no estaba todo el pescado vendido. Lo tenístico se congelaba por momentos y el carácter de ambas pasaba al primer lugar, principalmente el carácter de una transalpina que estaba dispuesta a dejarse la piel con tal de regalarse un tercer set. Y tanto se creció que hasta fue capaz de replicar el mismo marcador, 6-2, esta vez en 37'.
Se hace complicado entender cómo puede cambiar tanto un partido en tan poco tiempo. Una Paolini, que no era capaz de soltar la mano durante todo el primer set, ahora volaba en la pista central, pareciendo jugar sola. Mientras Krejcikova, que apuntaba a un triunfo sólido, rápido y fugaz, de repente caminaba con gesto de preocupación, de verse superada por la situación, de haber perdido por completo el guion de la final.
Un vaivén emocional por parte de ambas que se tendría que resolver en un tercer acto totalmente inexplorado, sin favoritismos para ninguna de las dos. Y como ninguna quería perder, se llegaba al 3-3 del tercer set en espera de un salvador error contrario, un mínimo paso atrás que le diera la ventaja a la rival. Y ese mínimo error lo cometía Paolini con su servicio, una doble falta que suponía el primer break del parcial y que le daba alas a una Krejcikova en el siguiente, para ganar el juego en apenas minuto y medio de duración. Aún así, la italiana no cedía y obligando a la checa a cerrarlo todo con su servicio si de verdad era merecedora del título. Y así lo hizo, sufriendo más en ese juego que en todo el encuentro, para el (6-4) en 45', pero sellando una jornada inolvidable que la convierte en la nueva campeona de Wimbledon. Jana Novotna estará orgullosa de su pupila.
Nada puede darse por hecho en el circuito WTA y parte de su magia radica en ese carácter impredecible, merced a la enorme igualdad que impera y que provoca que muchas jugadoras hayan roto moldes en los últimos tiempos. Tanto es así que, en las ocho últimas temporadas en Wimbledon, han sido ocho diferentes tenistas las ganadoras.
En cuanto al cuadro masculino, contaba con la presencia de todos los grandes del tenis mundial, faltando a la cita dos nombres muy importantes pero sin peso específico ahora en la clasificación como R. Nadal o A. Murray. El interés de los aficionados estaba puesto en un posible duelo entre Djokovik y Alcaraz en la final, pues eso querría decir que el murciano habría eliminado al número uno italiano en semis y se repetiría la final del año anterior.
Con la baja a última hora de Alejandro Davidovich, por su lesión en la espalda, sumada a la de Pablo Carreño, el plantel de tenistas españoles lo integraban Carlos Alcaraz, Roberto Bautista, Roberto Carballés, Pedro Martínez y Jaume Munar y que entraban de forma directa al cuadro principal, además de Bernabé Zapata, Daniel Rincón, Oriol Roca y Alejandro Moro que tenían que disputar previamente la fase clasificatoria, y que lo hacían con diferente resultado. Así Rincón y Roca perdían a las primeras de cambio frente al serbio Medjedovic y el colombiano Galán, respectivamente; D. Rincón-H. Medjedovic (5-7 y 3-6) y D. Galán-O. Roca- (6-3 y 6-4). En el caso de Bernabé Zapata, después de derrotar al australiano Sweeny en primera B. Zapata-D. Sweeny (5-7 y 1-6), cedía en segunda ronda ante el italiano Bellucci B. Zapata-M. Bellucci (6-7 y 3-6).
Y por último, y contrariamente a los anteriores, Alejandro Moro realizaba una clasificación magistral y accedía al cuadro principal tras dejar en la cuneta en primera ronda al brasileño Fonseca, J. Fonseca-A. Moro (6-4, 3-6 y 6-7); en segunda al italiano Gigante A. Moro-M. Gigante (7-5 y 6-2) y en tercera al bosnio Dzumhur D. Dzumhur-A. Moro (6-7, 4-6 y 1-0 ret).
Dentro del cuadro central a excepción del número uno, la competición de los españoles ha sido floja por no decir mala y el que más lejos llegaba era Bautista, hasta octavos.
En primera ronda abandonaban la competición Pedro Martínez al perder frente al norteamericano Paul en cuatro sets, T. Paul - P. Martínez (6-2, 6-1, 4-6 y 6-3); Roberto Carballés que cedía ante el cuarto del mundo, el alemán Zverev en tres sets R. Carballés - A. Zverev (2-6, 4-6 y 2-6); y el único tenista español que accedía desde la fase de clasificación A. Moro, que lo hacía ante el británico Fearnly también en tres sets, J. Fearnly - A Moro (7-5, 6-4 y 7-6).
Hasta segunda ronda llegaba Jaume Munar que después de eliminar al también británico Harris en cuatro sets en la primera, J. Munar - B. Harris (6-4, 6-4, 3-6 y 6-3), caía eliminado ante el australiano De Miñaur en tres sets A. de Miñaur - J. Munar (2-6, 2-6 y 5-7).
El que más lejos llegaba, octavos de final, era Roberto Bautista, que en primera ronda eliminaba al belga Marterer, R. Bautista - M. Marterer (6-3, 6-1 y 6-4), en segunda lo hacía con el italiano Sonego necesitando de un cuarto set, L- Sonego - R. Bautista (3-6, 6-3, 3-6 y 4-6) y en tercera se deshacía de otro italiano Fognini, ya con cinco mangas, R. Bautista - F. Fognini (7-6, 3-6, 5-7, 7-6 y 6-4), para ceder en octavos frente al verdugo de P. Martínez en tres mangas T. Paul - R. Bautista (6-2, 7-6 y 6-2).
La presencia española en cuartos de final quedaba limitaba a Alcaraz. Al tenista murciano le acompañaban dos italianos Jannik Sinner y Lorenzo Musetti, dos norteamericanos, Taylor Frtiz y Tommy Paul, un ruso, Daniil Medvedv, un australiano Alex de Miñaur y un serbio Novak Djokovic, siendo los emparejamientos los siguientes
El primer duelo enfrentaba al nº uno mundial, el italiano Jannik Sinner con el nº cinco, el tenista ruso, que sorprendentemente en contra de las apuestas, y en un magistral partido, resolvía a su favor después de cinco disputados sets y 3h54 de pelea,
J. Sinner - D. Medvedev (7-6, 4-6, 6-7, 6-2 y 3-6). Remontando un ajustadísimo primero, que acababa 9-7 en el tie-break, tras exactamente una hora de equilibrio absoluto , en la que también dispuso de un punto de set, Medvedev necesitaba de toda su experiencia frente al italiano para con altos porcentajes de servicio y autor de defensas milagrosas, liderar en el segundo y tercer parcial al romper a Jannik Sinner que parecía decaer punto a punto, cada vez más apagado, hasta que pedía asistencia médica. A su regreso, el italiano recuperaba la compostura en el mejor momento, cuando Daniil Medvedev servía para el set. Del 5-3 a favor de Medvedev, se pasaba a un 5-6 para Sinner, quien disfrutaba de dos puntos de set. En el tie-break, sin embargo, cedía otras dos ventajas de tres puntos para terminar perdiendo el set. El tenista de San Cándido no se rendía en la cuarta manga, empezando fuerte con un break en el tercer juego y luego otro en el quinto, para encontrarse rápidamente por delante 5-1 y luego 6-2, llevando el partido al quinto y definitivo set, donde era el ruso quien mandaba, para ponerse 4-1 y luego 5-2 gracias a un break, sin dar opción a Sinner a una remontada y obligar al nº uno a decir adiós al torneo.
El segundo partido enfrentaba al tenista español frente a uno de los tenistas estadounidenses. Y el choque C. Alcaraz - T. Paul (5-7, 6-4, 6-2 y 6-2), se le complicaba de salida al español que cediendo en el primero, después de 1h13 de lucha sin cuartel y cuando todo marchaba hacía un tiebreak, debía emplearse a fondo para remontar en tres espectaculares sets ante un rival que no podía hacer frente a las acometidas del español en 3h14 de partido.
El duelo entre el italiano Musetti y el norteamericano Fritz,
L. Musetti - T. Fritz ( 3-6, 7-6, 6-2, 3-6 y 6-1), también necesitaba de cinco sets para su resolución, tras ganar fácil el norteamericano nº 13 del mundo el primer set y complicarse el partido al ceder en un tiebreak de 7-5 el segundo y que el 25 del mundo, se creciera y le apabullara en el tercero (6-2) en 38'. Recompuesto, Fritz le devolvía la moneda (3-6) en 37' para en el quinto y definitivo Musetti destapar el frasco de las esencias y solventar el set en media hora para un total de partido de 3h 31 y colarse en semifinales.
Para finalizar la ronda, el último partido de la tanda enfrentaba al tenista serbio frente al tenista australiano y noveno del mundo
A. De Miñaur - N. Djokovik (w/o), pero no se llegaba a disputar por no presentación del tenista aussie debido a una lesión en la cadera, que le impedía jugar, lo que allanaba el camino al tenista serbio hacía "su final" al ahorrarse un partido.
En semifinales, se repetía uno de los cruces de Wimbledon 2023, el primer enfrentamiento. El partido entre el nº 3 y nº 6 recreaba la entonces victoria española. Con seis enfrentamientos anteriores (4/2 para Alcaraz), resultando el de la edición 2023 de los más sencillos de ganar, el
D. Medvedev - C. Alcaraz (7-6, 3-6, 4-6 y 4-6), de esta ocasión resultaba más complicado, con el ruso por delante en el primero, llegando a tener un 5-2 a favor y que Alcaraz sólo conseguía empatar para ceder claramente en el tiebreak (7-1) y en una hora de juego. Se recomponía el murciano y con un tenis práctico aprovechaba sus breaks para remontar en los tres siguientes para resolver en dos horas más el choque, y acceder a su segunda final consecutiva.
En la otra semifinal también repetían enfrentamiento un tenista italiano y un tenista serbio; la figura del serbio no variaba, sí lo hacía la presencia italiana que en vez del nº 1 Sinner, era el nº 25 Musetti.
L. Musetti - D. Djokovik (4-6, 6-7 y 4-6,), y el número dos mundial tampoco encontraba especial resistencia en el italiano. Tan solo en el segundo set, donde debía resolver en el tiebreak ((2-7), con 1h10 de manga para desembarazarse del transalpino y pasar nuevamente a "su final" solventando el lance en 2h48, con un posterior y practico tercer set.
Final. Se repetía la final del año pasado, con los mismo protagonistas pero muy diferente situación. El recorrido del español hasta aquí había sido victorias contundentes en tres sets, en primera y segunda ronda ante el estonio Lajal y el australiano Vukic, C. Alcaraz - M. Lajal (7-6, 7-5 y 6-2) y C. Alcaraz - A. Vukic (7-6, 6-2 y 6-2); muy complicada en tercera frente al norteamericano Tafoe en cinco mangas C. Alcaraz - D. Tafoe (5-7, 6-2, 4-6, 7- 6 y 6-2), para pasar a cuartos ganando con intriga, en octavos de final al francés Humbert en cuatro sets C. Alcaraz - U. Humbert (6-3, 6-4, 1-6 y 6-3). Por su parte el serbio, por el otro lado del cuadro, lo había tenido fácil en primera ronda frente al checo Kopriva y, sorprendentemente en octavos, ante el danés Rune V. Kopriva - N. Djokovic (1-6, 2-6 y 2-6) y H. Rune - N. Djokovic (1-6, 2-6 y 2-6) y muy complicado en segunda frente al británico Fearnly , A. Fearnly - N. Djokovic (3-6, 4-6, 7-5 y 5-7) y tercera, frente al australiano Popyrin, A. Popyrin - N. Djokovic (6-4, 3-6, 4-6 y 6-7).
Estaba claro que el serbio no llegaba como otras veces y el recelo por su lesión estaba patente.
Djokovic volvía a acceder a la final, (ha estado en las cinco últimas para ocho en total) y repetía frente al español, C. Alcaraz - N. Djokovic (6-2, 6-2 y 7-6) en 2h27. La expectación era máxima y se percibía una curiosa sensación de afrontar un choque por un título de Grand Slam en el que el serbio no fuera el gran favorito y percibiendo al español con más opciones para ganar.
Desde el arranque del partido se podía apreciar que el murciano salía con un puntito de velocidad superior a la de Novak. Atacaba con solvencia Alcaraz por el lado del drive de Djokovic, que sufría lo indecible para hacer apoyos sólidos con su maltrecha rodilla y no verse desbordado al primer o segundo golpe de su rival. Con un pronto break el (6-2) llegaba en 40'.
En la segunda manga, tiros de derecha mortíferos, alto porcentaje de primeros saques, dejadas atinadas y en el momento adecuado... Todo lo hacía bien Alcaraz, desarbolando por completo cualquier propuesta de su contrincante. Un Djokovic alicaído, bloqueado, sintiéndose claramente inferior a su rival y sin ver la solución a sus problemas. Aprovechando el murciano las dos bolas de rotura de las que dispuso y sin dar ninguna opción a un Novak abúlico y sin sus típicos arranques de orgullo que le hacen emerger de situaciones adversas, un nuevo (6-2) ahora en 34'.
Se antojaba casi imposible que el español mantuviera ese nivel en un tercer parcial pero también, era complicado asumir que el balcánico pasara de la nada al todo en un pis pas, y menos con el huracán de tenis que tenía enfrente. Cumplía con aguantar las riendas de un desbocado Alcaraz, que llegaba a disponer de bolas de rotura en los compases iniciales, saliendo del envite tremendamente reforzado a nivel moral y tenístico. La lógica advertía que Alcaraz bajaría un puntito su intensidad y acierto, pero el español tenía claro que sí cedía un ápice de espacio el serbio se le subiría a la chepa. Ajeno a estadísticas y apuestas, Alcaraz se centraba en la pista y el rival, para ofrecer un nivel de juego esplendoroso y mantener igualado el marcador hasta el noveno juego y ahí, dando un golpe sobre la mesa desilusionar a un Djokovic crecido y pensando en una remontada, con golpes inimaginables para cualquier otro. Sin embargo, con todo a punto en el décimo, un 40-0 a favor del español y tres bolas de partido, su confianza se derrumbaba como un castillo de naipes. Una doble falta y varios errores infantiles contribuían a que Djokovic volterar el juego y se aferrara al encuentro como si fuera un clavo ardiendo. Sin embargo conseguía rehacerse Alcaraz con su siguiente juego al servicio para reconducir el set al tiebreak, donde se vivieron los momentos más tensos, brillantes e igualados del partido. Voleas inconmensurables, una dejada inconcebible para alguien que no sea un artista y una capacidad inaudita para no perder los nervios fueron detalles que marcaron el triunfo de Carlos Alcaraz en esa muerte súbita que terminaba decantando de su lado la balanza (7-6) y 7-4 en una hora y cuarto de sufrimiento. Djokovic sin entregar el partido, se acababa rindiendo ante la superioridad de un más que merecido campeón de Wimbledon 2024. (Alcaraz terminó el partido con 42 golpes ganadores y 24 errores no forzados).
Lo vivido en la final de Wimbledon 2024, hace suponer un cambio de guardia definitivo en el tenis mundial y el dominio absoluto de los tres tenores, con una demostración de poderío por parte del español, de principio a fin.
Wimbledon 2024 repite campeón y con su triunfo Alcaraz iguala los dos títulos de Rafael Nadal (2008, 2010) superando los de Manolo Santana (1966), Conchita Martínez (1994) y Garbiñe Muguruza (2017).
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