El Abierto de Estados Unidos, cuarto y último Grand Slam de la temporada contaba con la presencia de las mejores raquetas del ranking mundial y algunas ausencias notables como el español Rafa Nadal y otros como Marin Cilic, Nick Kyrgios o Kei Nishikori entre los varones y Sorana Cirstea, Ons Jabeur, Marketa Vondrousova o Lin Zhu entre las féminas.
Empezando por el Torneo Femenino,
la representación española se componía de Sara Sorribes, Cristina Bucsa, Jessica Bouzas y Paula Badosa encuadradas directamente en el cuadro principal mientras que otras seis tenistas debían empezar a jugar desde la fase clasificatoria. En esa clasificación previa, Rebeka Masarova, Guiomar Maristany, Aliona Bolsova y Leyre Romero caían eliminadas en primera ronda mientras Nuria Parrizas lo hacía en segunda, siendo Marina Bassols la única en lograr clasificarse para el cuadro central.
El recorrido de las féminas españolas era el siguiente
En primera ronda caían Marina Bassols ante la checa Krejcikova, M. Bassols - B. Krejcikova (7-6 y 6-2) después de un gran torneo clasificatorio y donde dejaba en la cuneta a la polaca K. Kawa (6-4 y 6-0), a la norteamericana M. Stoiana (6-3 y 6-3) y a la australiana T. Gibson (6-3 y 6-4), mientras que Cristina Bucsa cedía ante la italiana Errani, C. Bucsa - S. Errani (6-3, 0-6 y 4-6).
En segunda ronda, el turno del abandono era para Sara Sorribes que lo hacía ante la brasileña Haddad, S. Sorribes - B. Haddad (6-2 y 6-1) y después de haber derrotado en primera a la local A. Noel (6-1 y 6-3).
Hasta tercera ronda llegaba Jessica Bouzas, perdiendo ante su tocaya, la norteamericana Pegula, J. Bouzas - J. Pegula (3-6 y 3-6) y después de haber derrotado en primera ronda a la croata P. Martic (6-3 y 6-0) y en segunda a la británica K. Boulter (5-7 y 6-7).
La que más lejos llegaba era Paula Badosa, que pasando de octavos lograba acceder a cuartos de final y donde debía cruzarse con una de las representantes norteamericanas, siendo su concurso hasta entonces excelente, necesitando para pasar de ronda, recurrir a tres sets solo ante la tenista rumana. Así en primera ronda eliminaba a la suiza V. Golubic (0-6 y 3-6); en segunda a la norteamericana T. Townsend (3-6 y 5-7); en tercera a la rumana EG. Ruse (6-4, 1-6 y 6-7) y en cuarta a la tenista china Y. Wang (6-1 y 6-2).
A cuartos de final, además de la española accedían dos norteamericanas, una polaca, una checa, una brasileña, una china y una bielorusa. Con respecto a la edición 2023 solo repetían ronda la tenista bielorusa, la checa y la china quedando por el camino eliminadas jugadoras de la talla de M. Sakkari, J. Ostapenko o D. Collins en primera ronda, E. Rybakina en segunda (por lesión), M. Keys en tercera o C. Gauff y J. Paolini en cuarta.
Los enfrentamientos eran los siguientes:
La nº uno, la polaca Iga Swiatek se cruzaba con la nº 6, Jessica Pegula, cediendo Swiatek de forma sorprendente ante la norteamericana I. Swiatek - J. Pegula (2-6 y 4-6) en dos sets y 1h28 pasando la tenista local a semifinales y desatando la pasión en las gradas.
También pasaba la checa Karolina Muchova al imponerse a la brasileña Beatriz Haddad, B. Haddad - K. Muchova (1-6 y 4-6) en 1h25, para repetir presencia en semifinales y después de meses de inactividad tras su lesión.
En la tercera eliminatoria, se enfrentaban la segunda norteamericana, Emma Navarro y la española Paula Badosa, siendo la norteamericana la causante de dejar al torneo en semifinales sin representación española. P. Badosa - E. Navarro (2-6 y 5-7), la tenista local de manera eficaz y en 1h12, pasaba de ronda para colocar a las dos tenistas norteamericanas en semifinales. Tras ganar claramente el primer set, Navarro cedía ante la española en el segundo hasta (5-1). Con la grada asumiendo un tercer set, Badosa era presa de los nervios, no terminaba de cerrar el segundo y cediendo seis puntos seguidos perdía el partido y el acceso a semis.
En el duelo restante, Aryna Sabalenka eliminaba fácil a la china Qinwen Zheng, repitiendo el partido de la edición anterior y casi el resultado Q. Zheng - A. Sabalenka (1-6 y 2-6) en 1 h 13. Nuevamente había doble representación local en semifinales, además de las tenistas del este europeo, Sabalenka y Muchova.
De tal manera que en semifinales se plantaban la número dos del mundo Sabalenka, la sexta Pegula, la 13ª Navarro y la 52ª Muchova, repitiendo semis Sabalenka (cuarta ocasión) y Muchova. Aun con mayoría local, las norteamericanas no parecían tener fácil el acceso a su primera final.
En el primer emparejamiento J. Pegula - K. Muchova (1-6, 6-4 y 6-2), la norteamericana en 2h12 de juego, remontaba un primer set, de un partido que se le había puesto muy cuesta arriba y con un error de la tenista checa en el segundo (con 0-3 a su favor) se recomponía, comenzando a jugar muy sólida, hasta darle la vuelta al set. A partir de ahí, Muchova entraba en bucle negativo siéndole muy complicado hacerle un punto a Pegula, que apoyada por la grada, parecía estar en todas partes, y sin cometer errores lo devolvía todo, para presentarse por primera vez en la final de su torneo.
La otra semifinal E. Navarro - A. Sabalenka (3-6 y 6-7), resultaba más sencilla para la bielorusa que en 1h30 de partido y tras un claro primer set a su favor, debía sacar lo mejor de si misma para ganar el segundo y no derivar a un posible y complicado tercero. Muy emocionante el segundo y animada por toda la grada, la jugadora estadounidense, con el agua al cuello (4-5 y sirviendo Sabalenka), rompía su servicio para subir el 5-5 en el marcador y seguir muy viva en la pelea por un puesto en la final. Las dobles faltas de Sabalenka y los golpes absolutamente espectaculares de Navarro daban esperanzas de un tercer set, pero el destino se decidía en el tiebreak. Y aunque las primeras miniventajas eran para la norteamericana, la bielorusa sacaba su garra para dejar sin opciones a Navarro, ganando los seis siguientes (2-6) y acceder a su segunda final.
Y repitiendo final la tenista bielorusa volvía a enfrentarse a una tenista local. En esta ocasión Pegula. Sabalenka llegaba a esta, con la vitola de favorita, mostrando en Nueva York un tenis absolutamente demoledor. Solo se había dejado un set por el camino (Alexandrova en tercera ronda), siendo absolutamente imbatible si encadenaba primeros servicios; además no había huella de las molestias físicas que la asolaron a mitad de temporada. Enfrente Pegula presenta guarismos prácticamente idénticos hasta llegar aquí, puesto que también había cedido un solo un set, ante Muchova en semifinales (1-6 en el primero) y además se deshizo de la nº uno, una Iga Swiatek incapaz de aplacar los golpes secos, planos y sin apenas ángulo de la estadounidense.
En su cara a cara particular la bielorrusa domina por un claro 5-2, con un último triunfo en Cincinnati (6-3, 7-5) dos semanas atrás, con Aryna bastante superior y demostrando que Jessica debía estar muy enchufada si quería quitarle la iniciativa desde el fondo. Y además, están los nervios de su primera final de Grand Slam, un elemento ya olvidado por Aryna.
Y en un día lluvioso, bajo el cerrado techo de la Artur Ashe y en una hora cincuenta y tres minutos, Aryna Sabalenka lograba en esta edición quitarse la espinita de la temporada pasada ante Coco Gauff, para conseguir su primer título en Nueva York.
J. Pegula - A. Sabalenka (5-7 y 5-7). Una recompensa más que merecida a su perseverancia y a su gran juego. Parecía Pegula haber arrancado más centrada estando inmaculada al servicio ante una Sabalenka más fallona y que recordando la final de 2023, sufría el primer break del encuentro. Pegula, muy atenta a presionar los segundos saques de su rival y con todos los sentidos puestos en pista, mandaba en la pista. Sin embargo, Aryna con el transcurso del set, empezaba a ser más agresiva, a creer en si misma y tirando de fortaleza mental, igualaba el set. La bielorrusa soltanto raquetazos con la derecha, ahora además se movía con mayor soltura en la red, lo que le confería mucha confianza para el resto de golpes. Agresividad, velocidad, winners y pocos fallos estaba siendo el patrón seguido por la número 2 del mundo.
Aun así, cuando parecía que Sabalenka tenía dominado el ritmo del partido y el primer set al alcance de la mano, el drama se apoderaba de la central. Pegula resurgía y sin dejarse llevar por el dominio rival, peleaba los segundos saques y contrarrestando sus derechazos, dejaba que la tensión del momento se apoderara de la bielorrusa. La norteamericana se aprovechaba de la precipitación de Aryna por terminar cuanto antes. Y así, con un alto porcentaje de primeros servicios, el apoyo del público y los errores no forzados de la bielorusa, la tenista local se metía de lleno en el encuentro para complicarle las cosas a su rival. Desgraciadamente los nervios también aparecían para ella y el servicio le fallaba justo en el peor momento, entregando el set a Aryna a la quinta oportunidad (5-7 en 55’).
La agonía final del primer parcial no acababa ahí para la estadounidense, que constataba cómo una importuna doble falta le hacía encajar otro break nada más arrancar el segundo. Cada vez más agobiada ante Sabalenka, una jugadora que no da respiro y que atacaba en cada uno de los golpes, Pegula necesitaba un cambio de tendencia rápido si no quería perder las esperanzas (0-3). Y ese cambió llegaba ante una Aryna enredada con inoportunos errores en una final que tenía al alcance de la mano. Una renacida Pegula, que ante todo perdido pasaba al ataque, y consiguiendo hasta cinco juegos consecutivos tenía en su mano servir para igualar la final (5-3). Sin embargo, la bielorrusa la bajaba de la nube, aguantando el chaparrón, acelerar lo justo y no precipitarse como estaba haciendo en estos últimos puntos. Así, encontrando las líneas, Sabalenka volvía conectar consigo misma para firmar su mejor resultado en Nueva York (5-7 en 58’).
Enorme y dramático partido donde las dos tenistas pusieron sus armas sobre la mesa: el mayor control de Pegula (22 errores no forzados, pero mordiente limitada) y las ráfagas demoledoras de la campeona, firmante esta vez de 40 tiros ganadores. Agresividad, garra y el nunca dejar de creer en si misma, fueron sus claves para salir por todo lo alto del torneo neoyorquino.
Así, y a falta del Torneo de Campeonas, la bielorusa consigue su primer US Open, su segundo de la temporada y su tercer Grand Slam, cerrando un gran ciclo este año y a la espera del número uno. Sabalenka se consolida como la reina actual de los torneos Grand Slam en pista dura. Ha logrado un récord casi perfecto de 27-1 en los últimos cuatro Slams en la superficie, habiendo ganado también el Abierto de Australia el año pasado y este año. Con este triunfo en Nueva York, Sabalenka suma una racha de 12 victorias consecutivas. Además, la bielorusa se convierte en la primera tenista en ganar Australia y USA en el mismo año desde que Angelique Kerber lo consiguiera en 2016 y otras tres tenistas lo lograran desde la Era Open, Stefanie Graf (1988, 1989), Monica Seles (1991, 1992) y Martina Hingis (1997).
En cuanto al Torneo masculino la numerosa presencia española contaba con Carlos Alcaraz como principal valedor junto a Albert Ramos, Roberto Carballés, Alejandro Davidovich, Roberto Bautista, Pablo Carreño y Jaume Munar que entraban directamente al cuadro central. Competían en la fase previa Daniel Ricón, Alejandro Moro, Oriol Roca y Javier Barranco, no consiguiendo ninguno pasar de la primera ronda, perdiendo los dos primeros en dos sets y los dos últimos en tres.
Así en primera ronda, Jaume Munar y Alejandro Davidovich caían en cuatro sets frente a sus oponentes; el canadiense G. Diallo en el caso de Munar, J. Munar - G. Diallo (4-6, 6-3, 3-6 y 5-7) y Davidovich ante el australiano Hijikata, R. Hijikata - A. Davidovich (7-6, 3- 6, 6-4 y 6-3), mientras que Ramos y Carreño lo hacían en tres. Albert Ramos sucumbía ante el italiano Berrettini A. Ramos - M. Berrettini (6-7, 2-6 y 3-6) y Pablo Carreno ante el francés Cazaux, A. Cazaux - P. Carreño (6-1, 6-3 y 6-3).
En segunda ronda, eran Carballés, Bautista, Martínez y Alcaraz los que quedaban eliminados del torneo. Roberto Carballés perdía ante el chino Shang en tres sets, R. Carballes - J. Shang (2-6, 3-6 y 6-7) tras desembarazarse del británico Choinski en la primera, en cinco disputados sets J. Choinski - R. Carballés (2-6, 3-6, 7-5, 7-6 y 3-6), mientras Roberto Bautista lo hacía de igual manera ante el norteamericano Shelton, B. Shelton - R. Bautista (6-3, 6-4 y 6-4) tras batir en primera al italiano Nardi, R. Bautista - L. Nardi (5-7, 6-7 y 6-7) en tres sets. Pedro Martínez lo era ante el australiano Popyrin A. Popyrin - P. Martínez (6-2, 6-4 y 6-0), tras imponerse en primera con dificultad al polaco Kasnikowsky, P. Martínez - M. Kasnikowsky (6-7, 6-1, 6-2, 3-6 y 7-6). Finalmente la gran esperanza española y número tres del mundo cedía sorprendentemente ante el nº 74 del mundo, el neerlandés B. VD Zandschulp, C. Alcaraz - B. VD. Zandschulp (1-6, 5-7 y 4-6) después de haber ganado con más dificultades de las previstas al australiano Tu en primera, C. Alcaraz - L. Tu (6-2, 4-6, 6-3 y 6-1).
Por tanto la actuación masculina española se puede considerar nefasta, sin ninguna presencia en cuartos y con toda la representación eliminada en segunda ronda, especialmente la sorpresiva de Alcaraz siendo esta la primera vez que la representación femenina es mejor, consiguiendo meter a Paula Badosa en cuartos.
A Cuartos de final accedían 5 top ten, el italiano Sinner, el alemán Zverev, el ruso Medvedev, el búlgaro Dimitrov y el australiano Miñaur, además de dos de los tenistas locales, Fritz y Tiafoe (12º y 20º del mundo) y la sorpresa británica Jack Drapper (25º), quedando emparejados de la siguiente manera
El primer duelo se correspondía con la primera presencia norteamericana
T. Fritz - A. Zverev (7-6, 3-6, 6-4 y 7-6) y que el tenista local sacaba adelante en 3h26’ y cuatro sets, en una Arthur Ashe abarrotada y que llevó en volandas a su compatriota. El tenista californiano estuvo brillante y venció a un favorito Alexander Zverev incapaz de imponer su estilo de juego. Cediendo el primero y a remolque después, el tenista alemán se veía superado por un Taylor Fritz más consistente desde el fondo de la pista para, gestionando perfectamente sus emociones, llevarse el partido y rompiendo moldes, meterse por primera vez en semifinales.
En la segunda también había presencia local, con Tiafoe pasando de ronda, ante la retirada de su rival búlgaro lesionado desde el tercer set,
G. Dimitrov - F. Tiafoe (3-6, 7-6, 3-6 y 1-4) y tras 3h de partido y dos primeros sets ontológicos. Triste final para un partido que brindaba grandes emociones en unos primeros parciales donde lo dieron todo. Luego las dobles faltas y la lesión de Grigor Dimitrov apagaban todas las luces del espectáculo tenístico que el búlgaro y el americano habían creaban en la central del US Open 2024. Tras varios minutos de intriga por si se retiraba o no, Frances Tiafoe firmaba la victoria con 1-4 en el cuarto, para acceder también a semifinales.
Más sencillo resultaba para el tenista británico frente a un australiano mermado físicamente,
J. Drapper - A. de Miñaur (6-3, 7-5 y 6-2), necesitando de sólo tres sets para resolver en 2h07'. Sin ceder todavía un solo set en todo el torneo, el británico se plantaba en su primera semifinal sin dar ninguna opción de réplica a Miñaur. Drapper siempre ha tenido el tenis, solo necesitaba un empujón a nivel mental y un cuadro asequible para regalarnos el mejor resultado de su carrera.
Para el cuarto y último partido, quedaba la presencia del nº 1 en su enfrentamiento con el quinto del mundo.
J. Sinner - D. Medvedev (6-2, 1-6, 6-1 y-6-4). 2h39' le costaron al italiano batir al ruso en un partido con más sombras que luces. Sinner cumplía con su papel de favorito en el partido contra Medvedev, que se quedaba muy lejos de las expectativas creadas y donde cedía el segundo set. Aunque no era el enfrentamiento más brillante entre el italiano y el ruso, no faltaba la tensión de principio a fin ante las irregularidades de los dos jugadores.
Accedían a semifinales por tanto, el número uno del mundo, junto al 25º y los dos norteamericanos (que además debían cruzarse), con un claro favorito a finalista en la primera, quedando más abierta la segunda eliminatoria entre los dos jugadores locales.
Semifinales. En la primera, entre italiano y británico
J. Sinner - J. Draper (7-5, 7-6 y-6-2), el número uno mostraba su superioridad ante la sorpresa del torneo y en tres sets y 3 h de partido, accedía a su primera final del torneo, demostrando su aplomo en momentos importantes, unos inagotables recursos técnicos y tácticos, así como una fortaleza mental inusitada. Jannik Sinner se ha convertido en uno de esos tenistas repletos de recursos, capaces de sobrevivir en días aciagos, vencer en días normales y brillar en situaciones de inspiración, como esta. La exigencia física del encuentro era casi tan alta como el calor y la humedad reinantes en Nueva York, llegando a provocar vómitos en el británico. Ambos jugadores empezaron a sufrir los rigores de estas condiciones con susto incluido para Sinner en forma de caída y molestias en su muñeca izquierda, que derivaron en un tiebreak en el que primó su experiencia sobre los mejores tablaos y esa sabiduría que da haber ganado grandes títulos. Y en ese escenario Sinner era superior, llevándose el partido con 43 golpes ganadores y 34 errores no forzados.
La otra semifinal no resultaba tan sencilla, con los dos tenistas locales dándolo todo para llegar a su primera final y debiendo recurrir a cinco rondas para resolverla
T. Fritz - F. Tiafoe (4-6, 7-5, 4-6, 6-4, y 6-1). Primera semifinal para los dos, Tiafoe esperaba ser el primer estadounidense en llegar a la final en Nueva York desde Andy Roddick en 2006, mientras que Fritz ansiaba lo mismo. Comenzaba el duelo con Tiafoe dando la sensación de hallarse más cómodo, pero era Fritz el que terminaba haciéndose con la victoria con ciertos ápices de remontada rival y que quedará para la historia. El nº 12 del mundo superaba al 20º en un encuentro con altibajos por parte de ambos jugadores y firmando su triunfo más importante ante un fervoroso público que se mantuvo imparcial animando a los dos tenistas.
Y a la final, llegaban los polos opuestos de la competición con un joven nº 1 de 23 años con dos grandes ya, tres ATP 1000 y numerosas finales frente a un más veterano nº 12 con 33 grandes disputados, ninguna presencia en finales y tan solo un ATP 1000 en 2022. Se han enfrentado en dos ocasiones, las dos en Indian Wells (2021 y 2023) con una victoria para cada uno, la primera para Fritz. El estadounidense, tiene la oportunidad de, más de dos décadas después, darle un Grand Slam a Estados Unidos, y, por supuesto, de inaugurar su palmarés. Para Taylor, estar en la final es un regalo; jamás antes había pisado una semifinal de Grand Slam. No solo superaba su mejor marca: el estadounidense redoblaba la apuesta y mostrando un aplomo muy destacable accedía a la final, afrontando los momentos decisivos de cada partido con un temple jamás visto en su carrera. Especialmente en cuartos contra Zverev y en semifinales ante Tiafoe, donde tuvo que remontar un 1-2 en contra, tesitura en la que Sinner jamás se veía en esta edición. Por otro lado, el italiano tenía mucho que demostrar: tras la polémica con su positivo accidental y todas las habladurías que se han dado fuera de la pista, ningún jugador élite era más consistente y regular que él. Sin dar sensación de estar jugando su tenis más brillante, el transalpino es un martillo pilón que acaba desesperando a sus rivales. Tanto Medvedev, como Paul y Draper, sufrieron momentos de flaqueza, algo que Jannik no experimentaba, deshaciéndose de ellos con bastante facilidad. Sinner partía como claro favorito en esta final: por tablas en un escenario como éste, por ranking, por estado de forma, por experiencia, por jerarquía... y por tenis.
J. Sinner - T. Fritz (6-3, 6-4 y 7-5), en 2h16'. No hubo margen para la sorpresa. Sinner impuso su favoritismo con la naturalidad que otorga ser un número 1 del mundo ya consolidado. Desde los compases iniciales del primer set pudo comprobarse que Fritz no estaba tan inspirado como en las anteriores rondas. Cariacontencido e intimidado por el ambiente, el estadounidense cometía errores sin buscar nada especial con sus tiros y se veía recluido en el fondo de pista sin remisión, ante la consistencia de un Sinner que cambiaba direcciones con eficacia, consiguiendo abrir brecha en el marcador después de un inicio titubeante y ganando con gran confianza el primero (6-3).
Las cosas no cambiaron en una segunda manga en la que el norteamericano era claramente dominado por el italiano. Sinner apretaba cuando debía apretar, aguantaba cuando convenía hacerlo, cambiaba direcciones y empezaba a recurrir a las dejadas, despistando por completo al estadounidense. Intentaba Fritz jugar con margen para entablar largos peloteos, pero se veía desbordado de forma veloz por la precisión e inteligencia táctica de su rival y el segundo set también se lo llevaba el tenista transalpino (6-4).
Con Fritz lejos de su nivel, hubo un amago de recuperación mediado el tercer set cuando, despertando de su letargo ante el todo o nada, y jugando más agresivo, conseguía el break para situarse con un prometedor 5-3, pero entonces Sinner sacaba lo mejor de si mismo y la falta de solvencia de Fritz en los momentos cruciales hacía el resto. Errores infantiles y dudas se traducían en cuatro juegos consecutivos para el italiano, el tercer set, (7-5) la clara victoria, su primer Open USA, segundo Grand Slam y el asentamiento en el primer puesto del ranking mundial con 9.000 puntos ahora, aumentando la diferencia con el segundo Zverev, en casi 3.000.
Segundo grande para el transalpino (tras el de Australia) y segundo en la misma temporada, desde 1977 (Guillermo Vilas) es el primer italiano en conseguir el trofeo, embolsándose la friolera de 3.600.000 dólares.
Sinner dejaba sin argumentos a un Taylor Fritz superado por las circunstancias, que rendía muy por debajo a sus actuaciones previas y no opuso resistencia al italiano y su consistente juego. Los genios tienen algo especial y se les reconoce en pequeños detalles.
Quizá Jannik no sea el jugador más carismático del mundo ni el que tenga un tenis más preciosista, pero la amalgama de recursos tácticos y técnicos que posee está perfectamente adaptada al tenis de hoy en día y le convierten en un tenista letal, siendo lo más notorio, cómo ha desarrollado esas habilidades únicas y que solo los grandes campeones poseen. Este título anuncia un camino hacia una carrera de leyenda.
Por último consignar el récord de asistencia de público sobrepasando por primera vez el millón de personas en las tres semanas de torneo.
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