El Tour de Francia en esta edición capicúa, la 111, presentaba la novedad de comenzar en Florencia (primera ocasión que se inicia en Italia) y terminar en Niza. Del 29 de junio al 21 de julio de 2024 la carrera francesa por excelencia discurría durante 21 etapas por territorio francés disputando sus tres primeras etapas en en Italia y no terminando por primera vez también, en París.
Los 3.498 km de recorrido estaban divididos en ocho etapas en llano, cuatro de media montaña, siete de montaña y dos contrarreloj, con dos jornadas de descanso el segundo y tercer lunes de competición, para un total de 23 días.
Volvían a tomar la salida 22 equipos (18 UCI Word Teams, además de 4 Pro Teams (Lotto y Total Energie como mejores del año anterior e Israel y el Uno X Mobility noruego, por invitación ) con 176 corredores en la salida y mismo sistema de bonificación en las etapas en línea (con 10, 6 y 4 segundos respectivamente para los tres primeros).
En total estaban en juego para distribuir 2,3 millones de euros entre equipos y corredores, incluido el medio millón sólo para el ganador de la clasificación general individual final.
Dos ciclistas favoritos sobre el resto con la destacada presencia del esloveno T. Pogacar, que después de ganar con mucha superioridad el Giro de Italia, y tan solo 25 años buscará su tercer Tour y su primer doblete en Grandes Vueltas, además de todo lo conseguido durante la temporada. Cuenta a su favor con una excelente preparación y con apoyo de un solido equipo como el UE.Emirates, aunque quizá el Visma, que lidera J. Vingegaard, sea la escuadra más potente del pelotón. El danés de 27 años tras una dura caída en abril durante la Itzulia, que le privaba de seguir una preparación adecuada, retorna a la competición para tratar de defender el título logrado en 2023 y conseguir su tercera victoria en el Tour de manera consecutiva, contando con el belga W. Van Aert sobresaliendo sobre el resto de compañeros. Un escalón por debajo figura P. Roglič, el esloveno de 34 años y ganador de la Dauphiné, buscará con su nuevo equipo (Bora Hansgrohe) el título que le falta en las Grandes Vueltas. El cuarto en discordia es el belga de 24 años R. Evenepoel (Soudal Quick-Step), ganador de la Vuelta 2022 y de algunos monumentos, que afronta su primer Tour con grandes expectativas. También con posibilidades, aunque en menor grado, figuran el español de 23 años, Ca. Rodríguez (INEOS), ganador del Tour de Romandía y quinto el año pasado, como baza número 1 del otrora equipo más potente del ciclismo mundial que cuenta con dos anteriores ganadores del Tour, como E. Bernal y G. Thomas; el australiano B. O´Connor (AG2R), los españoles E. Mas, (Movistar) y P. Bilbao (Bahrain); habrá que contar con ilustres como el ecuatoriano R. Carapaz que llevará los galones del Education First y sin olvidarnos de los franceses R. Bardet (DSM) y D. Gaudu (Groupama), el neerlandés M. VD Poel (Alpecin), el eritreo B. Girmay (Intermarché) o el australiano J. Hindley (Bora), los gemelos británicos A. Yates (Emirates) y S. Yates (Yaico), tercero y cuarto, respectivamente en la edición anterior y el italiano G. Ciccone (Lild Treck).
En esta edición eran quince los ciclistas españoles y más repartidos que nunca entre ocho equipos, continuando Movistar como el más numeroso con cuatro de ellos (Enric Mas, Alex Aramburu, Oier Lazkano y Javier Romo); dos estaban presentes en Arkea (Cristian Rodríguez y Raúl García Pierna), Ineos (Carlos Rodríguez y Jonathan Castroviejo), UEA (Juan Ayuso y Marc Soler) y Cofidis (Jesus Herrada y Ion Izagirre. Mientras que con uno sólo figuraban Bahrain (Pello Bilbao), Soudal (Mikel Landa) y Lidl Treck (Carlos Verona).
En cuanto a la carrera en sí, comenzaba en territorio italiano con
la
Primera Semana y
La
primera etapa el sábado 29, empezaba de la mejor manera posible, sin titubeos y 206 km quebrados, entre Florencia y Rimini, que homenajeando al gran Gino Bartali ofrecía siete cotas puntuables de 2ª y 3ª C. para testar la forma de los favoritos. La calima y los 37º, marcaban la jornada de 3.800 metros de desnivel acumulado. Si R. García Pierna iniciaba la serie de ataques, era I. Izagirre el que se incorporaba a la fuga junto a Madouas, Gibbons, Bardet, VD. Broek y Abrahamsen, para coronar en cabeza las dos primeras cotas. Pero una caída en el descenso lo eliminaba de la aventura, que llegaba a disponer de 6’ al paso del Válico mientras el pelotón principal rodaba sin inmutarse, con el Visma de Vingegaard al frente. A 50 de meta y al paso de las últimas cotas, la diferencia se reducía a 1’20, momento en el que atacaba Bardet y al que esperaba su compañero VD Broeck para marcharse por delante y mantener la diferencia a 26 km de Rimini ante la falta de movimiento en el pelotón.
La reacción del Lidl, viendo cada vez más cerca al dúo cabecero, era tensar el ritmo pensando en el esprint y en Pedersen. A 4 km de meta tan solo 30” de renta y a 1 km de la línea, Bardet y VD. Broeck a tiro de piedra. Pero el ciclismo a veces premia a los valientes y no a los más fuertes y esta era la prueba evidente. R. Bardet, en su despedida, ganaba su cuarta etapa de Tour y se enfundaba el amarillo por primera vez. Con F. VD. Broeck segundo y tercero, ganando el sprint entraba W. Van Aert.
Continuaba la carrera en territorio italiano al día siguiente,
con una 2ª etapa también quebrada de 199,2 km discurriendo por la Emilia Romagna entre Cesenatico (homenajeando a Marco Pantani) y Bolonia con otras seis nuevas cotas puntuables, cuatro de ellas en los últimos 50 km y en concreto dos ascensos a la Cota de San Luca (3ªC con 1,9 km al 10,6 % y rampas del 19), en un circuito en torno a Bolonia, el segundo paso, con bonificación, a 12 km para la meta. Los 35º y la calima reinantes, no eran obstáculo para que 10 valientes se animaran para la fuga, con el español Cr. Rodríguez , el colombiano H. Tejada o el noruego Abrahamsem, el mejor clasificado de los diez (a más de 15’ en la general). Escopetados y ante el consentimiento del pelotón, el grupo superaba las dos cotas de 3ªC, Monticino y Gallisterna sin apuros, viendo como se abrían las diferencias al paso por el circuito de Imola y con 9’ de adelanto a 70 km de Bolonia, aun con cuatro cotas por ascender. A 36 km de meta, y primer paso por Bolonia, la diferencia había bajado a los 4’30. Con Abrahamsen coronando primero las cotas de Botteghino di Zocca (4ªC) y Montecalvo (3ªC), quedaba por cubrir la última ascensión a San Luca y la renta de los fugados se reducía a marchas forzadas. En la última súbida trataban de imponer su mayoría los Arkea con Rodríguez y Vaquelin, pero sus ataques no lograron deshacer el grupomientras en el pelotón, el Visma de Vingegaard tensaba con Van Aert, pero sus rivales, Pogacar, Ayuso, Rodríguez y Roglic, se mantenían alerta, y a 13 de meta y 4’10 de retraso desistían de atrapar la fuga, y donde, tras el descenso, atacaba Oliveira llevándose a rueda a Vauquelin y Abrahamsen. El francés arrancaba muy fuerte nada más iniciarse el segundo ascenso a San Luca y el portugués pronto renunciaba, pero el nórdico se mantenía, aunque sin llegar a contactar. Así Kevin Vauquelin se coronaba, con Jonas Abrahansem finalizando segundo a 36” y completando el podio el francés Quentin Pacher a 49”, con Rodríguez 4º y mismo crono.
Entre los favoritos, Pogacar, después de un duro ascenso marcado por Yates, atacaba a 11 km de meta, contestando solo Vingegaard, para finalmente entrar unido a 2’21, encabezado por Carapaz 10º y con Pogacar 14º, asumiendo el amarillo, como hizo en el Giro cuando se ponía líder también en la segunda jornada. Con Evenepoel 2º, Vingegaard 3º y Carapaz 4º todos en el mismo tiempo, el mejor español es Pello Bilbao octavo, Enric Mas 11º, Carlos Rodríguez 13º y Juan Ayuso 18º, metiéndose entre los 20 mejores y todos a 21”.
La 3ª etapa, última en territorio italiano, transcurría entre Piacenza y Turín. La más larga de la presente edición, con 230,8 km, y la presencia de tres cotas de 4ªC que no deberían interferir en la primera victoria de un esprinter. Y así sucedía. Después del horno sufrido en las dos primeras etapas el pelotón decretaba día de descanso activo en la etapa maratón y más con el Galibier al día siguiente, presentándose hermanado a las puertas del estadio olímpico de Turin. Con el aliciente por el triunfo de etapa y por el maillot amarillo entre Pogacar, Vingegaard, Evenepoel y Carapaz, empatados en la general, el que primero atravesara la línea de meta se pondría de líder. Y en plena voragine, caída de J. Philipsen que debía retirarse de carrera. En meta Biniam Girmay se imponía en meta dando la primera victoria en el Tour al Intermarché. Segundo Fernando Gaviria y tercero Arnaud de Lie, con Carapaz como nuevo amarillo al terminar por delante de Pogacar, Evenepoel y Vingegaard.
El martes 2, la 4ª etapa atravesando los Alpes finalizaba ya en territorio galo. Corta, de 139,6 km enlazaba Pinarolo con Valloire, ascendiendo dos colosos de la talla de Sestrieres (2ªC. y sus 39,9 km al 3,7%) y el mítico Galibier (C. Esp y 22,9 km al 5,1%), coronando a 2.624 m de altitud y a 19 km de meta. Entre medias el Col de Montgenevre (2ªC. con 8,3 km al 5,9%). Fuga numerosa (17) con licencia del pelotón entre ellos los españoles Oier Lazkano, Raúl García Pierna y Cristian Rodríguez, el neerlandés VD. Poel, los franceses Gaudu, Gregoire y Barguil o el británico William, quien coronaba en cabeza. El pelotón al acecho, sin permitir demasiadas alegrías a la fuga, mantenida en todo momento "al baño maría". William, también coronaba primero el segundo de los puertos mientras por detrás, en el descenso camino de Briancon, el UAE tirando a bloque provocaba un inquietante corte en el pelotón principal sin consecuencias pero que servía de preludio a la la batalla del Galibier, con la escapada sentenciada, rodando 2’ por delante. Tras los intentos de fuga de Lazkano, el UAE asumía el mando, machacando a muchos rivales. A 5 km de la cima claudicaban el líder Carapaz, Mas y Thomas. Al comando quedaban ocho corredores, con tres españoles, Rodríguez, Ayuso y Landa además de Pogacar, Vingegaard, Roglic, Evenepoel y Almeida. El ataque sostenido del UAE lo rubricaba Pogacar en primera persona saltando a 800 m de la cima. Al principio acompañado de Vingegaard, luego sólo. El esloveno, desatado, coronaba la cima Henri Desgrange primero con 6” sobre su máximo rival, y bonificando 8” más. Descolgados, a 20” el grupo de Rodríguez, Roglic, Evenepoel y Ayuso, con Carapaz pasando su calvario particular. El descenso hasta Valloire, de 18 peligrosos km, con presencia de algunos bloques de nieve en las cunetas y carretera mojada. Era cuestión de valor y riesgo y Pogacar en una de sus mayores exhibiciones, aumentaba la ventaja con sus perseguidores para ganar en Valloire con 35” sobre Evenepoel, Ayuso y Roglic; 37” con Ca. Rodríguez y Vingegaard, y 53” sobre Landa, mientras Mas, perdía 4’ y el gran derrotado, el ecuatoriano Carapaz entraba a más de 5’. La general se iba definiendo y Pogacar recuperaba el amarillo, un día después, con 45” segundos sobre Evenepoel, 50” sobre Vingegaard y 1’10 sobre Ayuso, cuarto. Quinto es Roglic a 1’14, 6º Ca. Rodríguez a 1’16 y 7º Landa a 1’32.
La 5ª etapa, transitaba entre Saint-Jean-de-Murienne y Saint-Vulbas, con 177,6 km de recorrido llano y la vista puesta en los sprinters. Con el órdago inicial de los franceses C. Russo y M. Vercher, que llegaron a disponer de 4’50 a 120 km de meta, con el pelotón mirando para otro lado, pero siempre controlando la fuga. La lluvia hacía acto de presencia al final de la etapa, cuando la fuga era abortada a 35 km de meta, en la Cota de Lhuis (4ªC, 3 km al 4,9%), y con el aguacero convirtiendo la carretera en una pista de patinaje.
Los favoritos terminaban la etapa a 4 de meta, adelantada la zona de seguridad para finales con esprint, mientras los demás preparaban a sus galgos. Con muchos aspirantes y muchos nervios, una caída apartaba a Pedersen de la victoria, mientras el británico Cavendish a 200 metros marchaba mal situado. Increíblemente y haciendo un zigzag, salía de su encierro, adelantando a todos sus rivales y partiendo la cadena en el intento. Aun así, el impulso le permitía cruzar la meta primero, por delante de Jasper Philipsen y Alexander Kristoff para conseguir su 35ª victoria de etapa batiendo el récord de Merck. Sin cambios en la general.
La 6ª etapa, el jueves entre Macon y Dijon, llana, entre viñedos y de 163,5 km era otra golosina para los sprinters. En vísperas de la primera crono, la etapa sonaba a transición pero el viento se encargaba de alterar el orden, con el Lotto en cabeza y a 84 km de meta, cortando a todo el UAE en un segundo grupo, a excepción del líder. El grupo se volvía a compactar poco después pero ya nadie se fiaba del incesante viento lateral. Con los favoritos tomando el mando del grupo, a la espera de llegar a la zona de seguridad, en el sprint de meta, un agazapado Dylan Groenewegen, controlando los movimientos de Philipsen, a 50 m lanzaba su ataque para conseguir meter la rueda por centímetros, y llevarse su sexta etapa en el Tour por delante del belga y del eritreo. Finalmente descalificado Philipsen, el podio lo completaban B. Girmay y el colombiano F. Gaviria.
En la
7ª etapa, estaba dispuesta la primera CRI entre Nuits Saint-Georges y Gevrey-Chambertin. 25 km prácticamente llanos en un recorrido idílico entre viñedos y un repecho en su mitad, la Cota de Curtil Vergy (1,6 km al 6,1%), y en el que los ciclistas partían de minuto en minuto excepto los nueve últimos, que lo hacían cada dos. Con los favoritos como principales aspirantes a la victoria, el primer tiempo a tener en cuenta correspondía al francés L. Martínez con 31’40 y el primero en bajar de los 30’ era el suizo K. Vauquelin con 29’44. hasta que tomaba la salida V. Campanaerts que lo mejoraba por centésimas y sería referencia para los mejores. Roglic de menos a mas conseguía superarlo marcando un excelente 29’26”51, que J. Vingegaard no lograba, con 29’29”63, pero si T. Pogacar con 29’04”55, pero sobre todo Remco Evenepoel con un inalcanzable 28’52”19 y único en bajar de los 29’. En la general el esloveno amplia diferencias con todos sus rivales excepto con Evenepoel, que se situa a sólo 33”.
El sábado 6 era turno para la etapa 8ª, clásica rompepiernas entre Semur en Auxoix y Colombey les Deux Églises, de 183,4 km, con cinco cotas puntuables, en vísperas de la jornada del sterratto en Troyes. Tras un intento inicial de fuga de tres hombres era finalmente el noruego Jonas Abrahamsen, el que se largaba en solitario en busca de los puntos de las cinco cotas y, con el objetivo cumplido, levantaba el pie para ser alcanzado a 14,5 km de meta. Con lluvia y nervios en la parte final, un último km albergando un par de repechos prometía un nuevo esprint anárquico, con el belga Jasper Philipsen saliendo desde atrás, en busca de su estreno, pero se encontraba con la respuesta contundente del eritreo Birman Girmay, que se llevaba su segunda etapa de esta edición. Completaba el podio otro belga, Arnaud de Lie. Sin cambios en la general.
La novena etapa cerraba el primer tercio de carrera con 199 km de recorrido, con salida y llegada en Troyes, de los que más de 30 km eran de tierra, divididos en 14 tramos, el último a 6 km de meta. Día marcado en rojo en todas las agendas, el sterrato de la Strade Bianche, se le podía atravesar a más de uno. Zafarrancho de inicio, por coger la fuga antes del primer tramo de tierra. Derrochando calidad, el grupo contaba con tres hombres del Movistar además de Stuyven, Vermeersch, Powless, Lutsenko, Pidcock o Healy, por lo que el lider Pogacar tomaba cartas en el asunto a 81 km de meta, poniendo en fila al grupo principal, incluso provocando pequeños cortes. Su acelerón no causaba estragos inmediatos, pero estabilizaba a los fugados a menos de un minuto. Luego era Evenepoel el que atacaba, llevándose a rueda al maillot amarillo y a Vingegaard.
A 29 km de Troyes y con 3 sectores de tierra todavía por delante, los hombres de la general rodaban a 1’37 de la cabeza de carrera, cuando VD. Poel sacando a relucir galones conformaba un interesante grupo perseguidor con Girmay, Gaudu, Costa y Matthews entre otros, pero que no contactaba, pues por delante Stuyven, atacaba a 10 km de meta para abrir un pequeño hueco que mantuvo hasta los 200 m donde era alcanzado por la jauría perseguidora con el británico Thomas Pidcock como estilete, pero con el francés A. Turgis imponiéndose sobre la línea con un último golpe de riñón. Tercero entraba el canadiense Derek Gee, con Alex Aramburu cuarto y el grupo lo hacía a 1’17 con Girmay al comando. La jornada dejaba la general como estaba.
Segunda semana.
La etapa 10ª, el martes día 9 y tras el lunes de descanso en Orleans, discurría entre esta localidad y Saint Amand Montrond. Un recorrido llano de 187,3 km y donde el calor, el racaneo de esfuerzos y la ausencia de puntos para la montaña, desmotivaban a los aventureros de tal manera que a ritmo de caracol y por debajo del horario previsto más lento, las energías se reservaban para el inevitable esprint final. Solo despertaba el pelotón de su letargo a 6 km para meta con los equipos de los esprinters, que a velocidad de vértigo buscaban la mejor colocación para su especialista. Así, Astana trataba de que Cavendish lograra su victoria 36, mientras Girmay marcaba a Philipsen. Pero el belga contaba con el plus del maillot arcoíris como lanzador, que apareciendo poderoso para descolgar rivales, ponía a Jasper Philipsen el triunfo en bandeja, por delante de B. Girmay y P. Ackermann que completaban el podio en ese orden y con el propio Van Aert cuarto. Sin cambios en la general.
La siguiente etapa, la undécima, de 211 km de recorrido por el macizo central, unía Évaux Les Bains y Le Lioran con 4.350 m de desnivel acumulado. Sin ser de alta montaña, por el nombre de los puertos, era una de las más duras de la edición, con el grueso de las dificultades montañosas en los últimos 50 km; el Col de Néronne (2ªC. con 3,8 km al 9,1%), el Puy Mary Pas de Peyrol (1ªC. con 5,4 km al 8,1%), el Col de Pertus (2ªC. con 4,4 km al 7,9%) y el Col de Font de Cère (1ªC. con 3,3 km al 5,8%) antes de la subida final a Le Lioran. En la zona volcánica de la Auvernia la etapa tardaba 1 hora en conformar una escapada de entidad con O. Lazkano, junto a Carapaz, Healy, Vercher, Lapeira y Onley y a los que 30 km después se unirían Armirail, Martin, Bernard y Grégoire. Con luz verde, por parte del pelotón, no sería hasta 44 km de meta cuando comenzaron las hostilidades en cabeza, con el vitoriano, atacando en el Col de Néronne. Se le unían el irlandés Healy antes de coronar y Carapaz, en el descenso, mientras el grupo del maillot amarillo amenazaba seriamente a poco más de 30”, sentenciando la fuga. Nada más disolverse la escapada y a 600 metros de la cima del Puy Mary, Pogacar avisaba con un ataque en seco. Sin reacción por detrás coronaba con 4” sobre Vingegaard, 13” con Roglic y 22” con Evenepoel. Apurando en la bajada, Pogacar no contaba con la reacción de Vingegaard, quien le limó medio minuto en la siguiente ascensión al Col de Pertus, con Evenepoel y Roglic a 45” por detrás, fuera de toda opción. Restando solo el ascenso al Col de Font de Cère y el corto descenso hasta la estación de esquí de Le Lioran, hubo alianza hasta meta. Allí, Pogacar, en principio más rápido, saltaba primero, ganó unos centímetros, pero Vingegaard echando el resto y pleno de coraje, abrazaba la gloria tres meses después de su grave accidente. Junto al segundo, Pogacar, completaba el podio, Evenepoel a 25”, con Roglic en el mismo tiempo.
En la general se aclara la zona de podio, con Pogacar como patrón, seguido por Evenepoel a 1’06, Vingegaard a 1’14 y Roglic a 2’15 segundos. Ca. Rodríguez es sexto a 4’40, Landa séptimo a 5’38 y Ayuso noveno a 7’09.
La 12ª etapa, entre Aurillac y Villeneuve-sur-Lot, de 203,6 km, era una jornada casi llana (tres pequeñas cotas a mitad de recorrido), con pendiente en lígero descenso por el valle del Dordoña, que prometía una jornada tranquila para los ciclistas de la general y llegada masiva para disputarse la victoria. El festival de ataques iniciales terminaba con luz verde del pelotón para la fuga de Madouas, Pacher, Abrahamsen y Turgis. Con Alpecin y Movistar más implicados que el resto en controlar la etapa, atrapaban a los fugados a 35 km de meta. Con la zona de seguridad marcada esta vez a 5 km de meta, se produjo una montonera con Roglic y VD. Poel, implicados. En el sprint, sin Philipsen, huérfano de ayuda, pelea sin cuartel. Y en la locura incontrolada, de maniobras irregulares y algún codazo, volvía a sacar tajada apareciendo desde atrás, B. Girmay remontando a W. Van Aert y P. Ackermann, sin producirse cambios en la general.
La decimotercera, el viernes 12, unía las localidades de Agen y Pau. Con 165,3 km de recorrido con dos cotas finales de 4ªC, la jornada prepirenaica propiciaba una llegada masiva. El pelotón explotaba nada más comenzar la etapa, con 22 hombres por delante de mucha calidad, con A. Yates, 8º de la general a 7’, como valor más peligroso y con VD. Poel, Lazkano o Cort entre ellos.
Con la aparición del viento también lo hicieron los abanicos en el grupo perseguidor, con Visma rompiendo el grupo principal, y a causa de los acelerones terminando por echar abajo la fuga inicial. Llegaba a su final la etapa, con un nivel de fatiga elevado y sin algunos de los mejores esprinters, cortados en los abanicos, casos de Cavendish y Groenewegen y en medio de la vorágine, con montonera a 50 m de meta, era Philipsen, sin la ayuda de VD. Poel, el que soldado a la rueda de Girmay, lanzaba un ataque lejano que Van Aert no pudo contrarrestar. Doblete para Philipsen, con Ackerman, nuevamente tercero. Abandonos de Roglic, Herrada y Ayuso.
Con la etapa 14ª, el Tour entraba el sábado en los Pirineos con la etapa entre Pau y Saint-Lary-Soulan (Pla d'Adet), de 151,9 kilómetros. La jornada del Tourmalet, acumulaba las tres dificultades montañosas en la segunda mitad, comenzando con la montaña por antonomasia (C. Esp. de 18,9 km al 7,4%), seguía con el Hourquette d’Ancizan (2ªC. con 8,3 km al 5%), culminando con el ascenso final a la meta de Pla D'Adet (C. Esp. de 10,6 km al 8%). De la fuga original de 18 corredores, solamente Lazkano, Gaudu, VD. Poel, Healy, Kwiatkowski y Meintjes coronaban en cabeza de carrera el temible Tourmalet, con Lazkano por delante, convirtiéndose en el 14º español de la historia en lograrlo, para en la cima del Hourquette D'Ancizan, Gaudu devolver la moneda a Lazkano coronando por milímetros por delante. A pies de Pla d'Adet con el grupo del líder acechando a 1’, el irlandés Healy decidía quemar las naves de lejos, soltando a Lazkano. Pero por detrás y a 8 km de meta el UAE atacaba con A. Yates, que séptimo en la general, obligaba a desgastar sus peones al Visma y al Soudal. Pogacar se reservaba y saltaba a 5 km de la cima, atrapando a Healy y a Yates. Y sin mirar atrás, se iba en busca de la victoria. Por detrás, Vingegaard, siempre frío, a su ritmo, no perdía la fe. Los demás, Evenepoel, Rodríguez y compañía capeaban el temporal. Y entre un pasillo estrello de aficionados Pogacar se presentaba en meta en solitario con 39” sobre Vingegaard y 1’10 sobre Evenepoel. Ca. Rodríguez finalizaba 4º a 1’19 y se acerca a la 4ª plaza de la general que ostenta J. Almeida ahora a solo 8” por delante, mientras Tadej Pogacar cuenta ya con una ventaja de 1’57 sobre su máximo rival.
El domingo 14 cerraba la semana con el homenaje de la
decimoquinta etapa, segunda en Pirineos, entre Loudenvielle y Plateau de Beille, de 197,7 km. Una de las citas claves de la edición con 4.850 m de desnivel y 5 exigentes puertos comenzando con el Peyresourde (1ªC. con 6,9 km al 7,8%), para después enlazar con el Col de Menté (1ªC. con 9,3 km al 9,1%) y el Portet D'Aspet (1ªC. con 4,3 km al 9,6%), Col D´Agnes (1ªC 10 km al 8,2 %y terminar con la meta en el Plateau de Beille, (Cat. Especial, y 15,5 km al 7,9 %. Segundo asalto sin respiro en Pirineos y de aperitivo, y a balón parado, el Col de Peyresourde donde el pelotón saltaba por los aires con múltiples ataques. En la fuga inicial, Lazkano, quien coronaba por detrás del francés Gaudu. Sin tregua, la pelea permitía la formación de otra fuga con 17 hombres. En ésta, Movistar metía a Mas, Aranburu y Romo, coronando este ,el siguiente Col de Menté y con el pelotón, bajo control del Visma, a 1’35. Se mantenían las diferencias en Portet D'Aspet, donde el noruego Johannessen se anticipaba a Romo. A 78 de meta el grupo de fugados se partía en dos, camino del Col D'Agnes, con Mas, De Plus, Healy y Carapaz por delante. Entre los favoritos, a 3’45, quedaban 17 corredores, en espera del ascenso final, bajo una calima terrible, escenario de desgaste para que Vingegaard y su equipo pusieran en apuros a Pogacar. A los pies del Plateau de Beille la fuga llegaba con 2’30 de renta y sentenciada, porque los hombres de Vingegaard, con Jorgenson al frente iban a por la etapa. Alcanzada a 9,3 de meta, Jorgenson acababa su trabajo y Vingegaard, aceleraba para despegarse de todos los rivales, menos de Pogacar, pegado a su rueda. Consumiendo kilometros y codo con codo, el danés lanzaba su órdago al esloveno a 5 de meta y éste respondía con otro más atrevido, al ver síntomas claros de debilidad en su rival y, saltando como un poseso, se iba directo a meta, sin encontrar respuesta del danés. Monólogo del esloveno, que en meta obtenía su tercera victoria, con más de 1’ sobre Vingegaard, y casi 3’ sobre Evenepoel, tercero. Cuarto entraba Landa a 3’54 y 7º lo hacía Ca. Rodríguez a 8’08.

Ese golpe moral, de autoridad, dejaba a Pogacar a las puertas de su tercer Tour, con 3’09 sobre el danés y 5’19 sobre el belga. Almeida es cuarto y Landa quinto a 27” del portugués, con Rodríguez sexto y 6” por detrás.
Tercera semana de carrera.
Tras la jornada de descanso en Gruissan, el martes los corredores acometían la trascendental última semana
con
la
16ª etapa. Entre Gruissan y Nimes de 188,6 km, llana con una sola cota puntuable a mitad de tramo y bajo una calima sofocante el pelotón rodaba en comandita hasta que la escapada en solitario del francés Th. Gachignard amenizaba la espera hasta el sprint de meta. Alcanzado a 24 km de Nimes, el Movistar de Gaviria, el Alpecin de Philipsen y el UAE por aquello de proteger a Pogacar, despertaron al pelotón incrementando la velocidad, para disputar una nueva etapa, la de ganar el último esprint masivo y donde, sin Girmay en escena (caído previamente y algo maltrecho en meta) se imponía nuevamente Philipsen sobre el alemán Ph. Bauhaus y el noruego A. Kristoff. Sin cambios en la general.
La
decimoséptima, prealpina, unía la localidad de Saint-Paul-Trois-Chateaux y la estación de montaña de Superdévoluy a través de 177,8 kilómetros y con dos dificultades previas, en los últimos 50 km, el Col Bayard (2ªC. con 6,8 km al 7,3%) y el Col du Noyer (1ª Cat. con 7,5 km al 8,1%) a la subida a meta (3ª C con 3,8 km al 5,9 %). No hubo tregua desde la salida con los hombres de la general enfundados en el mono de trabajo, con abanicos, tirones y ataques constantes, hasta que paraba el viento y entonces, en el km 57 se empezaba a materializar la fuga con el danés Cort y al que se unían Benoot, Jungels y Grégoire. El cuarteto coronaba con ventaja el primer escollo del día, pero la historia cambiaba con movimientos en un numeroso grupo perseguidor, con Sivakov, Van Aert y Laporte entre ellos y de donde saltaba muy decidido el británico S. Yates en la ascensión al Noyer, adelantando al cuarteto de cabeza y marchándose en solitario hacia meta. No contando el británico con la reacción de Carapaz, el ecuatorio se pegaba a su rueda, esperando su momento y a 2 km de la cima ponía las cartas sobre la mesa para coronar primero con 13” sobre Yates y 36” respecto a Enric Mas, tercero. Primera etapa para Carapaz en un Tour. Por detrás, Pogacar sorpresivamente atacaba ascendiendo Noyer, coronando con pocos segundos sobre Vingeggard y Evenepoel. Pero alcanzado en la bajada, donde el danés recibía la ayuda de su compañero Laporte, Pogacar, en la última ascensión, se conformaba con mantener la situación controlada, siempre marcado por Vingegaard, quien además encontraba la rueda amiga de Van Aert. En ese marcaje sacaba ventaja Evenepoel, que se iba en busca de segundos. Finalizando 26º a más de 7’ de Carapaz, apenas eran 21”, pero un golpe moral para Vinegaard a la espera de un fin de semana explosivo que le situán a menos de 2’ del danés.

La 18ª etapa del jueves en los altos Alpes provenzales discurría entre Gap y Barcelonnette, con 179,5 km montañosos con 5 cotas de tercera y más de 3000 m de desnivel Por delante 36 hombres para afrontar el trayecto con 3.000 metros de desnivel acumulado. El zafarrancho comenzaba pronto, con ilustres como VD. Poel, Van Aert, a los que se sumaban Lazkano, Aranburu, Garcia Pierna,Carapaz, Muhlberger, Thomas... una expedición de nivel con 36 integrantes por el triunfo de etapa y a la que el pelotón daba el visto bueno. Lazkano, coronaba en cabeza los tres primeros escollos, Col du Festre, Cote du Corps (3a) y Cote du Manse (3a). A mitad del recorrido el pelotón se había despedido del triunfo en Barcelonnette, acumulando. un retraso de 7’. Entre los fugados sin cambios en los ascensos, estos
se producían en los descensos, con una última intentona del polaco Kwiatkowski probando suerte junto al belga Campenaerts y al francés Vercher, y que a 5 de meta mantenían 45” sobre los 30 perseguidores.
Sería el francés Vercher, el primero en lanzar su ataque a casi 1 km de la línea, y repitiendo poco después, sin éxito. Entre el dúo de veteranos, el polaco miraba, controlaba, esperando la reacción del belga, pero cuando éste atacó fue, para ganar. Victor Campenaerts se estrenaba en el Tour, con Matteo Vercher superando a Michal Kwiatkowski en la línea y los perseguidores entrando a 22” con Lazkano 5º mientras el pelotón lo hacía a 13’40 y sin alteraciones en la general.
La
decimonovena del viernes 19, era una jornada corta pero explosiva entre Embrun e Isola 2000, con un recorrido de 144,6 km y tres puertos de entidad, empezando, con el Col de Vars (C.Esp. con 18,8 km al 5,7%), el Col de la Bonette (C.Esp. con 22,9 km al 6,9%), techo de esta edicion con 2.802 m de altitud, para llegar a la meta de Isola 2.000 (1ªC. con 16,1 km al 7,1%). Como aperitivo, y después de la única zona llana del día, se presentaba el Col de Vars no esperando el Visma de Vingegaard para meter a Jorgenson y Kelderman en la inicial fuga de 8 hombres junto a S. Yates, Hindley, Carapaz y Cr. Rodríguez. En busca del maillot de lunares el ecuatoriano coronaba en cabeza el Vars, con el grupo de los favoritos, reducido a apenas 30 corredores bajo el impulso del UAE de Pogacar, cruzando el alto a 3’30 por delante y también la Bonette, para ponerse al frente de la general de la montaña cuatro años después. Por detrás, pacto de no agresión. Los fugados llegaban a los pies de Isola 2.000 con 3’40 de ventaja, suficientes para soñar con la hazaña. Jorgenson atacaba a 13,5 de la cima, en solitario, ante los ojos de Carapaz y Yates. Sonaba a éxito, pero todo se convertía en espejismo, pues por detrás en el grupo de favoritos se desataba la tormenta, en forma de ataque imprevisto de Pogacar a 9,5 km. Sin mirar atrás y conocedor del puerto como si fuese su casa, fue devorando a los valientes del día, uno a uno (el último, Jorgenson a 2 km de meta), para rematar la faena en solitario por todo lo alto. Segundo finalizaba Jorgenson a 21” y tercero S. Yates a 40”. Sus principales rivales terminaban a 1’42 en 5ª y 6ª posición, con Landa 8º a 2’.

En la general Pogacar aumentaba su ventaja para consolidar el liderato con más de 5’ sobre Vingegaard y 7’ sobre Evenepoel.
La
penúltima etapa, la 20ª, el sábado, era otra jornada corta pero explosiva entre Niza y el Col de la Couillole. Con cuatro puertos en sólo 132,8 km y comenzando con el Col de Braus (2ªC, 10 km al 6,6%), luego el Col de Turini (1ªC y 20,7 km al 5,7%), el Col de la Colmiane (1ªC, 7,5 km al 7,1%), para finalizar en el alto de Couillole (1ªC y 15,7 km al 7,1%). Etapa incendiaria con 4.600 m de desnivel, de no haber estado la general y los puestos del podio finiquitados días atrás. Con la última oportunidad para muchos ilustres de justificar su presencia en el Tour los ataques empezaron pronto. Desde el primer puerto se destacaban Mas, Kelderman y Armirail. El español coronaba en cabeza, con el grupo de Pogacar a 55” rodando a cámara lenta. En el ascenso al Turini se unían a los de delante, entre otros, Soler y Carapaz. Por detrás el Soudal-Quick Step, en cabeza del pelotón estabilizaba la fuga en menos de 4 minutos con el objetivo de que Landa atacara en el último puerto a por la etapa, pero el UAE pensaba lo mismo, para el propio Pogacar, Yates o Almeida. Con Carapaz asegurando el maillot de la montaña en La Colmiane, diez hombres al comando desafiaban al pelotón principal, donde se marcaban los equipos de Evenepoel y Pogacar. A 25 de la meta, en La Couillole la renta de los fugados era de 3’12. Por delante, todavía lejos de meta, Mas y Carapaz arrancaban para irse por delante, con los favoritos a más de 2 minutos. Y por detrás Soudal tensaba preparando un posible ataque de Evenepoel. Carapaz trató de soltar a Mas en varias ocasiones y el balear al ecuatoriano en otras, pero esa pelea no iría a ninguna parte pues Pogacar y Vingegaard ya habían tomado las riendas en el grupo de ilustres, atrapando ambos a los fugados a 2,6 km de meta. Vingegaard, ambicioso, llevaba el ritmo de la subida con el líder a rebufo y Pogacar esperando hincar el diente, sólo se pronunciaba a 300 metros de la línea atacando para ganar su quinta etapa y tiempo suficiente para festejarlo. El danés segundo, cedía 7”, mientras que el ecuatoriano Carapaz, tercero, llegaba a 23”. Luego un rosario de corredores entre los que no figuraba Ca. Rodríguez, que cedía 3’26 y la sexta plaza de la general en favor del británico A. Yates, por un solo segundo. Aun sentenciado el Tour, Pogacar daba otra vuelta de tuerca a la historia, para significarse en modo 'canibal', afrontando la crono final sin presión alguna, con Vingegaard a 5’14, Evenepoel a 8’04, Almeida a 16’45 y Landa a 17’25.

La 21 y última etapa, a diferencia de muchas ediciones anteriores, no se disputaba a última hora de la tarde en Paris. La coincidencia con los JJOO invitaban a la Organización a variar el final a Mónaco, y 35 años después repetían una inusual CRI final. Ahora entre la capital del principado y Niza, montañosa con 33,7 km, de exigente recorrido con dos cotas montañosas, el Col de La Turbie (2ªC y 8 km al 5,6 %) y el empinado Col d´Éze (1,6 km al 8,1 %) a 20 km de meta. Con minuto y medio de diferencia entre los 71 primeros (y el resto cada 2’) era D. Ballerini el que abría pista marcando un anecdótico 53’10, siendo el primer tiempo a tener en consideración el de L. Martínez con 48’24”46 y que estuvo más de una hora sin batir. Lo lograría el colombiano H. Tejeda con 48’14, hasta la salida de los favoritos con el canadiense D. Gee bajando de los 48 con 47’55, y el norteamericano M. Jorgenson mejorándolo con 47’32. Ni Ca. Rodríguez, ni A. Yates, ni M. Landa ni J. Almeida lo conseguían, hasta que salieron los tres últimos con R. Evenepoel dinamitando el crono del norteamericano en casi un minuto, con 46’38, aunque todavía lo mejoraba más J. Vingegaard, con 46’27 y por encima de todos el “local” T. Pogacar, que conocedor como pocos de esas carreteras, y asumiendo excesivo riesgo en el descenso hacía meta, mejoraba todos los registros anteriores y se hacía con su sexta etapa con un impresionante registro de 45’24, para separarse aun más en la general y donde no se producían cambios sustanciales.
Así, el esloveno Tadej Pogacar inscribía su nombre por tercera vez en el palmarés del Tour tras dos años repitiendo segunda posición e intercambiando roles con su principal rival. El ganador entonces, el danés Jonas Vingegaard, se debía contentar ahora con el segundo puesto, en esta ocasión a 6’17 del título, completando el podio el belga Remco Evenepoel a 9’18 y con los españoles Mikel Landa y Carlos Rodríguez quinto y séptimo respectivamente, a 20’ y 25’ del líder.
Los demás maillots se repartían de la siguiente manera
Maillot Verde (Clas. por puntos.): Biniam Girmay.
Maillot de lunares (Clas. Montaña): Richard Carapaz.
Maillot blanco (Clas. mejor joven): Remco Evenepoel.
Mejor equipo: UAE.
Premio a la combatividad: para Richard Carapaz, sobre Oier Lazkano (Movistar), Jai Hindley (BoraHansgrohe), Julien Bernard (Lidl Trek), Matteo Vercher (TotalEnergies), Jonas Abrahamsen (UnoX Mobility), Guillaume Martin (Cofidis), Ben Healy (EFEducation), Romain Grégoire (Groupama) y Michal Kwiatkowski (INEOS).
Nombres propios.
Tadej Pogacar: muy por encima del resto, el esloveno a sus 25 años ha redondeado un Tour 2024 para enmarcar. Venciendo con gran autoridad, sumaba seis triunfos parciales, los mismos que conseguía en la victoria este año en el Giro, además de dos segundos y anotaba un doblete Giro-Tour que nadie lograba desde Marco Pantani en el año 1998. Ha portado el amarillo en 19 de las 21 etapas, su equipo ha sido el mejor de todos y además terminaba segundo en la Montaña. Sumando ya tres victorias en el Tour, pensar entrar en el selecto club de los cinco campeones, no parece descabellado.
Jonas Vingegaard: eclipsado por el esloveno, el danés ha demostrado una vez más su valía. Con la escasa ayuda de su equipo Visma, "solo" conseguía en este Tour una victoria de etapa y cuatro segundos, detrás de su rival. No necesitaba más. Unico en plantarle cara, pero no hay que olvidar que el vigente campeón (2022 y 2023) llegaba al Tour tras una horrible caída en la Itzulia de la que, como dice su equipo, se llegó a temer por su vida. Lo daba todo para acabar 2º.
Remco Evenepoel: acabó siendo el primero de los terrenales, acompañando a las dos estrellas en el podio y despejando dudas después de sus dos abandonos en el Giro. El ganador de la Vuelta 2022, demostraba que puede ser un hombre Tour. Una etapa, un segundo y cuatro terceros eran suyos, además del maillot blanco de los jóvenes, dando fe de sus ganas de batalla con Pogacar y respondiendo en la alta montaña, en la última semana cuestionaba la segunda plaza al danés.
Biniam Girmay: al eritreo se le conocía la calidad que atesora y la rapidez de sus piernas, pero una cosa es hacerlo en vueltas menores o clásicas y otras triunfar en el Tour, y por partida triple, siendo además 2º en otras dos etapas. Haciendo historia en el Tour al convertirse en el primer ciclista africano negro que gana una etapa en el Tour, distinción que ya lograba en el Giro 2023 y en la clásica Gante-Wevelgem 2022. Ídolo en su país, sus victorias tienen un significado social y humano, más allá de lo deportivo. Además tuvo la constancia suficiente para llevarse el maillot verde.
Jasper Philipsen: rey de los sprints junto al ciclista eritreo, suyos son también tres sprints, además de dos segundos puestos. Valor seguro para su equipo, el belga del Alpecin ha permitido a su equipo figurar entre los grandes.
Richard Carapaz: el ecuatoriano del EF Educatión cuajando un gran tour, de menos a más, finalizando 17º, ganaba la sexta etapa y pujando hasta el último día por la montaña, conseguía el maillot de lunares. Además un 3º, un 4º y un día de amarillo.
Mark Cavendish: pocos eran los que hubieran apostado por una victoria de “Cav” en este Tour. Con 39 años, lejos de su mejor momento y empeñado en sumar su 35ª victoria, para superar al caníbal Merckx, su equipo Astana confiaba en él y el de la Isla de Man les recompensaba ganando la quinta y con una foto para la historia. Después tuvo la casta de acabar el Tour.
Mikel Landa: el ciclista alavés aceptando de buen grado el rol de gregario de lujo, protegió siempre que pudo las espaldas a su jefe de filas, siguiéndole a sol y a sombra. Ello le reportaba una meritoria quinta plaza final, finalizando seis etapas entre los diez primeros, con un excelente rendimiento en la última crono (7º).
Mención especial para el resto de ganadores de etapa Román Bardet, Kevin Vauquelin, Dylan Groenewegen, Anthony Turgis y Victor Campenaerts y para el rendimiento en su estreno del estadounidense Matteo Jorgenson (8º de la general, quedando en cinco etapas entre los diez primeros y 2º en Isola) y del canadiense Derek Gee (9º con el tercer lugar de Troyes como mejor resultado parcial).
En cuanto a la escuadra española, tras la gran actuación de la edición anterior (tres etapas y dos representantes en el top ten) se repite la doble presencia entre los 10 primeros, Landa 5º y Rodríguez 7º, pero no la victoria de etapas, por lo que se puede considerar tan solo discreta, siendo penada por los abandonos. Carlos Rodríguez, baja dos posiciones y no consigue cuajar como jefe de filas, no estando nunca en la pelea con los mejores. Acabaron diez corredores además de los dos top ten: E. Mas 19º, J. Romo 23º, C. Verona 24º, Cr. Rodríguez 36º, M. Soler 44º, J. Castroviejo 53º, A. Aramburu 71º, M. Soler 56º, O. Lazkano 79º y R. García Pierna 98º, de los 141 corredores que consiguieron finalizar.
Entre los que abandonaron, los españoles I. Izagirre (11ª), P. Bilbao (12ª) J. Herrada (13ª) y J. Ayuso (13ª) además de muchos otros nombres importantes, entre caídas, COVID y preparación de JJOO (M. Pedersen, A. Vlasov, F. Jacobsen, P. Roglic, T. Pidcock, F. Gaviria, S. Kung o A. Demare).